domingo, 4 de agosto de 2013

PAN: NI REFUNDACION NI MEJORA, SÓLO CONFLICTO

México, DF.- La crisis del PAN no toca fondo: a poco más de un año de haber perdido la Presidencia de la República, el partido blanquiazul no ha logrado concluir el proceso de “mejora” ordenado por su Consejo Nacional tras la debacle. Sigue latente el conflicto entre las corrientes que se disputan los espacios de poder que les quedan. Las elecciones del 7 de julio demostraron que el PAN no le gana al PRI sin el PRD. La vida institucional está quebrada; sus nuevos estatutos, en un impasse jurídico, y sus nuevos cuadros, sumergidos en la pelea por la Secretaría Nacional de Acción Juvenil.

La crisis es de tal magnitud que, por primera vez en 60 años, lospanistas no saben cuándo, cómo, ni quiénes elegirán a su próximo dirigente nacional. Lo que sí está claro es que la pelea por el control y liderazgo del partido ya genera nuevas tensiones.

Sin mejora

En agosto del 2012, Felipe Calderón propuso al PAN emprender una refundación que, según sus planes, debía concretarse en menos de cuatro meses, lo que le permitiría conducir la reforma del partido desde la Presidencia de la República. Casi como un último acto de gobierno.

Gustavo Madero y los grupos anticalderonistas, cohesionados por el desprecio presidencial sufrido durante el sexenio, se negaron a la refundación y lograron que la Asamblea Nacional se pospusiera hasta marzo de 2013, para hacer la reforma con Calderón fuera de Los Pinos.

Los grupos acordaron crear una Comisión de Evaluación y Mejora que realizó un diagnóstico y una propuesta de reforma a los documentos básicos del PAN.

El diagnóstico fue lapidario, al señalar que el PAN había sufrido una derrota cultural -antes de la electoral-, por la pérdida de identidad, la adopción de prácticas priistas para gobernar y competir electoralmente y la conversión en un partido de masas.

“Nos contaminamos del clientelismo, autoritarismo y corrupción de la cultura que pretendemos cambiar. No hemos terminado de desmantelar el régimen autoritario. No tuvimos la capacidad de generar una cultura democrática hegemónica”, se señalaba en un documento entregado a los consejeros nacionales en enero pasado.

En él se detallaba que su base electoral había descendido de 16 millones de votantes en el 2000 a menos de 13 millones en 2012; mientras la militancia se expandió, de 536 mil a un millón 865 mil. Esto quiere decir que en las elecciones de 2000, con Vicente Fox como candidato, captaron 30 votos por militante, mientras que en las de 2012, con Josefina Vázquez Mota, captaron sólo siete votantes por militante.

En paralelo, el PAN se convirtió en el partido más conflictivo: entre noviembre de 2011 y octubre 2012 se registraron 25 mil 816 juicios promovidos contra su dirigencia ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; esto es, el 70% de todas las demandas que llegaron al TEPJF. Mientras que los perredistas acapararon apenas el 15% de los juicios, y el PRI el 9 por ciento.

Ese partido, el de mayor conflicto interno, fue incapaz de procesar su evaluación y mejora.

La reforma inconclusa

En marzo pasado, la dirigencia partidista convocó a 14 mil
delegados a la XVII Asamblea Nacional extraordinaria, para proponer un nuevo estatuto del partido de 131 artículos y 14 artículos transitorios. Acudieron 8 mil delegados, que aprobaron en lo general el documento, pero reservaron 96 artículos para su discusión en lo particular.

La primera modificación importante fue propuesta por el senador Javier Corral, quien sugirió modificar el artículo 11, para incorporar el voto directo de los militantes, como método para elegir a su dirigente nacional, sus dirigentes estatales y los comités nacional y estatales.

Una verdadera revolución en un partido que, desde tiempos de Manuel Gómez Morin, ha optado por la democracia representativa: elección de dirigentes en el Consejo Nacional y los consejos estatales.

Pero minutos después, otro militante sugirió modificar el artículo 28, para incorporar la facultad del Consejo Nacional y los consejos estatales de elegir a los miembros de los comités. Creando una evidente contradicción con lo recién aprobado en el artículo 11.

Según narran panistas que conducían los trabajos del 16 de marzo, celebrados en la Arena Ciudad de México, la asamblea se salió de control y los principales líderes presentes, representativos de los grupos dominantes, decidieron pararla.

“Si la hubiéramos dejado seguir, hubieran cambiado hasta el logotipo”, describe uno de los testigos de las reuniones que sostuvo Gustavo Madero con otros liderazgos.

El mismo informante, quien pide no ser identificado, afirma que se decidió aprovechar que varias delegaciones ya se habían adelgazado, para inducir a que se rompiera el quórum e interrumpir la asamblea.

Luego de la aprobación del artículo 63, Madero solicitó verificar el quórum; se comprobó que no había al menos 22 delegaciones con más de la mitad de sus delegados presentes, y se interrumpió.

“Todos los acuerdos aquí tomados se sostienen, se mantienen, lo único es que se interrumpe para volver a convocar los trabajos de nuestra asamblea y terminar con los artículos pendientes y presentar una reforma estatutaria moderna, armónica y eficaz”, anunció Madero.

Días después, el 9 de abril, el CEN del PAN aprobó crear una “Comisión de Armonización”, que resolvería las inconsistencias jurídicas, principalmente las existentes entre el artículo 11 y 28.

La comisión se reunió en 20 ocasiones, y en ella Corral hizo la defensa de su propuesta, hasta que en junio el CEN conoció el “proyecto de armonización”, que en los hechos modifica lo aprobado por la asamblea.

En lugar de la elección directa de todos los miembros del CEN, se optó por mantener el voto directo del presidente del partido y una planilla de siete funcionarios operativos del CEN; entre ellos el secretario general.

Pero se incorporaron modificaciones para eliminar el actual Comité Ejecutivo Nacional, de 40 personas, y pasar sus atribuciones a la Comisión Permanente del Consejo Nacional, un órgano ya existente pero sin utilidad práctica.

Esa Comisión será electa por el Consejo Nacional: 27 miembros a propuesta del presidente electo, y 13 surgidos del propio Consejo.

Será ese órgano el que se encargue de definir alianzas, designar candidatos, aprobar agendas legislativas.

Pero la salida encontrada por Madero para desatorar la reforma de estatutos implica varios escenarios:

1. Si se refrenda la votación del 16 de marzo, y se concluye la reforma estatutaria, los poco más de 300 mil miembros activos estarán eligiendo dirigente en marzo de 2014.

2. Si no se logra reunir el quórum para concluir la XVII Asamblea, se invalidaría lo ya aprobado y se procedería a una elección en el Consejo Nacional, como tradicionalmente se ha hecho desde hace más de 60 años.

3. Antes debería renovarse el Consejo Nacional, un órgano cuya vigencia concluyó el 22 de mayo pasado y que no ha sido renovado por la existencia de una reforma estatutaria en marcha. Esto podría llevar la elección de dirigente a enero.

En cualquiera de los tres casos, existe la posibilidad de que algún militante impugne esta decisión y recurra al TEPJF para impugnar las decisiones.

De prosperar esa impugnación, la vida interna quedaría en manos de los magistrados del Tribunal Electoral, que ya en otras ocasiones han ordenado a partidos reponer procedimientos para elegir dirigentes, con plazos y reglas estipuladas por el Tribunal.El escenario es complejo y, según panistas de diversas generaciones, coloca al blanquiazul en una encrucijada histórica: preservar o perder la institucionalidad que lo mantuvo cohesionado durante su larga etapa de partido opositor y sus 12 años de partido gobernante.

Magros resultados

En medio de sus conflictos internos, el PAN se presentó a las elecciones del 7 de julio pasado. Tras los comicios, Madero presume que el PAN fue el único partido que ganó posiciones y hasta se dio el lujo de decir que podría retirarse “a la Greta Garbo”, en medio de aplausos.

En los comicios locales celebrados en 14 entidades, el PAN pudo refrendar, con una diferencia mínima, la gubernatura de Baja California, recuperar Mexicali -capital del estado-, y algunos espacios en el Congreso local, donde el PRI tenía hegemonía.

Al igual que en Baja California, en Puebla y Aguascalientes -otras entidades donde el PAN fue exitoso- los triunfos tuvieron que compartirse con el PRD, partido con el que Madero consolidó una alianza electoral para tratar de frenar el avance del PRI.

Según otros panistas, las elecciones demostraron en realidad que el partido carece de capacidad para ganar solo. No tiene una estructura sólida, pues en estados como Oaxaca y Coahuila tuvieron que contratar a la mayor parte de sus representantes de casillas. Y la tarea electoral está poco profesionalizada: salvo Baja California, en las demás entidades los candidatos trabajaron sin encuestas de salida.

Aun así, Madero espera el aplauso de los delegados a la XVII asamblea, cuando presente sus resultados electorales.

Una lucha permanente

Una de las principales resistencias a su liderazgo la ha encontrado Madero en el Senado de la República, donde su antagonista, Ernesto Cordero, encabeza a un grupo de legisladores en rebeldía.

Madero trató de cortar de tajo el conflicto con una fórmula calderonista: destituir al coordinador y nombrar uno de su entera confianza. (En 2008, Germán Martínez destituyó de la coordinación de senadores a Santiago Creel, por órdenes de Felipe Calderón, y nombró a Madero, entonces fiel al Presidente).

Cinco años después Madero hizo algo peor: destituido Cordero, pudo optar por un coordinador de consenso y con amplia experiencia legislativa, como Héctor Larios, pero nombró a Jorge Luis Preciado, un panista impresentable desde la óptica de los calderonistas.

Hecho el nombramiento, las descalificaciones entre ambos grupos subieron de tono. De los insultos en Twitter se pasó a la filtración de asuntos tan incómodos como el uso del dinero del Senado para comprar shampoo contra la caída del cabello o botellas del ron que le gustaba tomar a Juan Camilo Mouriño.

El movimiento sólo sirvió para ventilar el verdadero motivo de la disputa por la coordinación: el control de las finanzas del grupo parlamentario y de una nómina con la que Cordero protegió a ex funcionarios de Los Pinos, e incluso al cuñado de Calderón, Juan Ignacio Zavala.

Los calderonistas reformaron los estatutos de la bancada y generaron una situación inédita en la historia del PAN: una bancada con reglas no reconocidas por su coordinador y el dirigente partidista. Y además impugnadas ante las autoridades electorales.

Cuando el pasado martes Madero se reunió con los senadores para tratar de poner punto final al conflicto, las diferencias en torno a los estatutos se acentuaron y renunció el tesorero de la bancada nombrado por Preciado, Víctor Hermosillo. Roto el acuerdo, se abrió un nuevo plazo para tratar de llegar a un acuerdo.

A pesar de que la mayor parte del grupo se cohesionó para apoyar la iniciativa de reforma energética que presentó el PAN el pasado miércoles, senadores consultados afirman que en septiembre, al arranque del segundo año de la legislatura, el PAN llegará con dos bancadas a las negociaciones de las reformas energética, fiscal y política: la de los corderistas y la de Preciado.

El conflicto en el Senado también sacó a relucir las diferencias en torno a la reforma política y el Pacto por México: mientras Cordero y Roberto Gil construyen un proyecto de consenso con el PRD para empujar una reforma político-electoral “de fondo”, Madero insiste en impulsar la reforma del Consejo Rector del Pacto, que se limita a la creación del Instituto Nacional de Elecciones.

Madero logró que en enero pasado el Consejo Nacional del PAN avalara el Pacto que firmó con el PRI, el PRD y el gobierno de Enrique Peña Nieto, pero los calderonistas insisten en que esa instancia no tiene autoridad para fijar la agenda del Congreso.

La pugna maderistas-corderistas se replica en otros ámbitos de la vida partidista: legisladores y dirigentes prevén un nuevo choque el 28 de septiembre, cuando el sector juvenil del PAN se reúna en Irapuato para elegir a un nuevo líder nacional. Desde ahora, los candidatos de ambos bandos están denunciando patadas por debajo de la mesa.

Para fin de año, la elección del sustituto de Madero, o su intento de reelección, provocará un nuevo enfrentamiento.

(ZOCALO/Reforma /04/08/2013 - 04:00 AM)

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