lunes, 11 de marzo de 2013

LA IMPUNIDAD "MÁGICA"



Matanza en Rosario y visita presidencial

Cayetano Osuna/Riodoce
“Coincidencia o maldición, pero el mismo día que el presidente Enrique Peña Nieto visitaba Sinaloa, ocurría la matanza de Agua Verde”, manifestó a Ríodoce un abogado rosarense atribulado porque el nombre de su pueblo natal sonó como tambor de hojalata la semana pasada a nivel nacional como una tierra de masacres.

El Rosario, al margen de sus necesidades turísticas y/o políticas de ser “Pueblo Mágico” o estar en vías de serlo, desde hace décadas es conocido a nivel nacional e internacional, por ser la “patria chica” de la finada Lucila Beltrán Ruiz, mejor conocida como Lola Beltrán.

Pero la “magia” del Rosario (que la tiene) no consiste solo en dar a luz a cantantes que se hacen famosas siguiendo los pasos de Lucha Reyes, sino también origina silencio de cementerio e impunidad en cuanto a crímenes de alto impacto se refiere.

La mañana del 5 de febrero de 2011, unos sicarios armados con AK-47, llegaron hasta la cochera de la casa del síndico procurador, Jorge Burgueño Betancourt, quien se encontraba calentando el motor de su camioneta para trasladarse a un evento cívico del Gobierno municipal, cuando fue abatido a balazos.

La vivienda enlutada del funcionario municipal está a escasas tres cuadras de la casa del alcalde Édgar González Zataráin, y a menos de cinco minutos de distancia de donde está ubicada la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.

El pasado 5 de febrero, Burgueño Betancourt, que también había sido director de la Policía Municipal en la administración panista de Gilberto Durán, cumplió dos años de ser asesinado y hasta la fecha nadie, ni las autoridades municipales a quienes sirvió hasta su muerte, han dicho “esta boca es mía”.

El homicidio de Burgueño Betancourt viene a la memoria porque era originario de Agua Verde, donde el pasado 4 de marzo los sicarios perpetraron la matanza en el camino vecinal que conduce de Ojo de Agua a Mataderos.

El 5 de febrero de 2011 no faltó quien asegurara que los autores del crimen habrían sido Los Zetas; otra versión extraoficial aventuraba que la muerte le habría llegado porque desde cuando fungió como director de Policía tenía información “delicada” sobre los grupos delictivos que operan en el municipio.

Los móviles reales de la matanza en Agua Verde, ocurrida la semana pasada, así como el asesinato perpetrado el 5 de febrero de 2011, todavía no han sido dados a conocer por las autoridades investigadoras.

“En Agua Verde, aunque la versión no ha sido confirmada, todo apunta a que la masacre fue perpetrada por Los Zetas”, dijo una fuente extraoficial a Ríodoce, cuando circuló la noticia de que cuatro policías y tres civiles habían sido ejecutados por un comando el lunes 4 de marzo en un camino de terracería que conduce del poblado El Ojo de Agua hacia Mataderos, de la sindicatura de Agua Verde.

De acuerdo con versiones de algunos habitantes de la comunidad de Agua Verde, el grupo armado, presunto autor de la matanza, fue visto circulando en caravana días antes en las inmediaciones de la cabecera municipal del Rosario, pero se asumió que se trataba del mismo grupo que controla la zona y que “todo mundo ya sabe a quién pertenecen”.

“Mire oiga, en Agua Verde desde hace dos años hay gente armada que no son policías de ninguna corporación y dizque son gente del Chapo (Guzmán), pero a nosotros no nos crea ni tantito”, dijeron habitantes de la comunidad pesquera.

Los pobladores de Agua Verde y pueblos circunvecinos, continuó, se sentían (hasta antes del multihomicidio) más o menos seguros, pero con lo que pasó, aparte de calentar feo el terreno, pone los pelos de punta, como antenitas, porque ya no se sabe, cómo, cuándo y dónde va a llegar el zarpazo criminal.

El “más o menos seguro” se explica con un ejemplo: “Vamos suponiendo que alguien entra en carro, a pie o a caballo, o en lo que sea a un pueblo ‘caliente’ del sur (como Agua Verde)’; desde que entra es monitoreado avisándose que un forastero (si llega en caravana son focos rojos) así o asá acaba de entrar, entonces ‘todo mundo’ ojo a visor, por aquello de que no te entumas”…

—¿Entonces que fue lo que pasó con los “focos rojos”, si se ha comentado que los sicarios transitaban en caravana? —pregunta Ríodoce a su interlocutor.

—¡Ah, de eso yo no sé nada! —respondió lacónico, enfatizando su silencio.
Por su parte las autoridades estatales y municipales no han ido más allá de repetir lo mismo cada vez que ocurren crímenes de alto impacto, de los que contribuyen a hacer sentir a los ciudadanos la indefensión ante los sicarios.

El 5 de marzo el diario Noroeste Mazatlán, publicó: Fusilan a 7 en El Rosario.

Luego vienen las declaraciones consabidas de los responsables de garantizar la seguridad pública de los ciudadanos.

Gerardo Vargas Landeros, secretario general de Gobierno, dijo que “la inseguridad no se ha salido de control”.

El mismo día de la masacre, el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Mario López Valdez, firmaron un acuerdo para potenciar la productividad del campo. Todo el mundo se quejó de que no había agua. Nadie de que había mucha sangre.

Las víctimas mortales

— Los agentes preventivos asignados a la sindicatura de Agua Verde: José Guadalupe Toledo Barrón, David Vázquez Canizales, Antonio Cárdenas Aguilar y Luis Alberto Crespo Peralta.

— Civiles identificados: Gustavo Salido Corrales y José Alfredo López Cázarez (el tercero no había sido identificado)

(RIODOCE.COM.MX/ Cayetano Osuna/ marzo 10, 2013)

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