miércoles, 8 de agosto de 2012

SINALOA: TERRITORIOS EN DISPUTA





  



Miguel Ángel Vega  
La presencia de los Zetas en el norte de Sinaloa es tan obvia que incluso la DEA ya señaló un mapa sobre cómo esa organización se ha expandido no solo por todo el territorio mexicano, sino también en el estado de Sinaloa a donde lograron penetrar con ayuda del cártel de los Beltrán Leyva, antiguos socios de Joaquín el Chapo Guzmán e Ismael el Mayo Zambada.


Esa coalición ha provocado una guerra sin precedente en los municipios de Sinaloa, El Fuerte, Choix, Salvador Alvarado y Guasave, en donde se han registrado enfrentamientos no solo entre Gobierno y sicarios de estos cárteles aliados, sino entre las mismas organizaciones criminales que se disputan estos territorios, revela el reporte Organizaciones Traficantes de Droga en México; fuentes y tendencias que incrementan la violencia.

“Existen rutas que atraviesan por esa parte de Sinaloa y se extienden hasta Sonora, y que son peleadas por ambas organizaciones y por subcárteles, y cuyo fin a la violencia parece no existir”, revela el estudio realizado por la organización Congressional Research Service, dado a conocer el mes pasado.

Un ejemplo de la afirmación anterior puede observarse a principios de mayo de este año, cuando hubo un enfrentamiento entre sicarios y elementos del Ejército mexicano en la zona serrana del municipio de Sinaloa y Guasave, reportándose decenas de muertos, entre ellos tres soldados.

La investigación también reporta que la violencia sigue a la alza desde que inicio la administración del presidente Felipe Calderón, que del 2010 a la fecha la tendencia baja pero entonces regresa con fuerza. También precisa que de 2010 en adelante enfoca blancos que antes eran casi intocables, como son políticos, periodistas, ciudadanos estadounidenses y migrantes centroamericanos que atraviesan territorio mexicano sin documentos.

“La violencia no solo está asociada con disputas por territorio o para mantener disciplina dentro de una organización, sino que parece que en todo lugar dónde llegan los Zetas no discriminan al dirigir su violencia y la aplican a trabajadores de los medios, o incluso al Gobierno”, observa el documento.

El mapa de la muerte

De acuerdo con el bosquejo elaborado por la Oficina Federal Antidrogas (DEA), los Zetas ya dominan casi la mitad del territorio del país, sobre todo lo que compete a la zona del Golfo de México, incluyendo estados como Chiapas, Zacatecas, Aguascalientes, parte de Durango y parte de Guanajuato.

En opinión de Jim Creechan, un académico canadiense que investiga desde hace varias décadas el fenómeno del narcotráfico, la apertura del nuevo puente Durango-Mazatlán, puede beneficiar a los Zetas para que lleguen con más fuerza a Sinaloa.

“Si están ahí o no, esa facilidad para llegar a Mazatlán puede ser determinante a corto y mediano plazo, todo dependerá de cómo el Ejército vigile esas zona”, observó Creechan, vía telefónica.

El mapa de la DEA ubica como segunda fuerza al cártel de Sinaloa, que controla toda la zona del pacífico, a excepción de la zona de Michoacán y de Guerrero, que es controlada por los Caballeros Templarios, y por el cártel de los Beltrán Leyva.

Precisamente este último cártel, el cual es liderado por Héctor Beltrán Leyva, tiene presencia en varias zonas controladas por gente de Joaquín el Chapo Guzmán y de Ismael el Mayo Zambada, y estas áreas pasan por Sinaloa y Sonora, y corren hasta la frontera con Estados Unidos.

El resto del mapa observa al estado de Chihuahua, dominado principalmente por el cártel de Juárez, y en menor proporción por el cártel de Sinaloa, mientras que el cártel del Golfo apenas sí tiene presencia en la zona de Reynosa y Tampico, en Tamaulipas.

No obstante pueden notarse puntos representando la presencia de diferentes grupos en ciudades como el DF, Mazatlán, Culiacán, donde también la DEA identifica la presencia de gente de los Beltrán Leyva operando la zona.

De acuerdo con la DEA, el mapa fue concluido en enero de este año y tardaron seis meses en elaborarlo.

Negocio redondo

De acuerdo con Michele Leonhart, directiva de la DEA, en el 2011 las organizaciones de narcotraficantes en el mundo tuvieron ganancias de entre 200 y 400 mil millones de dólares en todo el mundo, por todo el proceso que incluye producir, transportar y vender estupefacientes.

“Estamos hablando de un negocio extremadamente lucrativo, superior al tráfico de personas, tráfico de armas y tráfico de diamantes, juntos”, expuso Leonhart en un comunicado enviado a Ríodoce.

Por ello, agregó la administradora de la DEA, lo que estamos haciendo ahora es dañar a las organizaciones criminales en sus sistemas financieros, como una forma para negarles recursos para que sigan produciendo, adquiriendo, transportando y distribuyendo esas sustancias.

La estrategia de la DEA incluye evitar el lavado de dinero, y por ello han redoblado esfuerzos con el Departamento del Tesoro para la implementación de la Ley Kingpin, y la proyección es este esfuerzo en cualquier momento dé resultados.

El caso más reciente en este sentido es el de Juan José Esparragoza Moreno, el Azul, y parte de su familia, que fue incluida en la lista de perseguidos por el Tesoro del Gobierno norteamericano.

“Hay organismos que sugieren que legalizar o regular el consumo de drogas va a aliviar el problema, pero el sentido común y la historia nos ha enseñado que eso no ocurre porque entonces los criminales enfocarían y emigrarían sus esfuerzos a otro tipo de actividad igualmente ilegal”, expuso Leonhart.

Ley Kingpin; cero resultados

No obstante, el Gobierno de Estados Unidos afirma que congelar los bienes a narcotraficantes en su país, y evitar que sus conciudadanos entablen relaciones de negocios con personas que ellos identifican como narcotraficantes es parte de la solución al problema, hay quienes consideran lo contrario.

June S. Beittel, analista en Asuntos Internacionales del Congressional Research Service, y autora del reporte sobre las organizaciones criminales en México, menciona en su estudio que esa ley, a más de diez años de implementarse, es hora que no rinde resultados.

“Esa estrategia funcionó muy bien para desmantelar los cárteles de Calí y Medellín en los noventas, pero es claro que no ha tenido el mismo éxito aquí en México”, dijo Beittel.

Otros analistas coinciden que la estrategia Kingpin ha creado mayor violencia en el país, ya que ha provocado que la fragmentación de varias organizaciones, y por tanto la violencia se haya extendido.

“Cuando llegó Calderón al poder había cuatro cárteles dominantes: el de Tijuana, el de Sinaloa, el de Juárez y el del Golfo. Ahora vemos a los Zetas, a los Beltrán Leyva, a los Caballeros Templarios, y en ello ha influido esa estrategia Kingpin, pero los resultados no están a la vista”, sostuvo Beittel.

En tanto la DEA, asegura, mantiene una relación muy estrecha con las autoridades mexicanas, en su lucha por erradicar las redes de narcotraficantes que hay en Sinaloa y el resto del país.

La colaboración continúa, no solo en lo que a arrestos se refiere, porque hemos colaborado en la detención de varias cabezas de las diferentes organizaciones, sino que hemos extraditado a varios para que, una vez en nuestro territorio, sean juzgados con todo el peso de la ley”, afirmó Leonhart.

No obstante, las sentencias aplicadas a Benjamín Arellano Félix y a Osiel Cárdenas Guillén, distan mucho de significar “todo el peso de la ley”. A ambos les decomisaron un combinado de 150 millones de dólares, y a ambos los sentenciaron a 25 años de prisión con la posibilidad de salir en doce años y medio.

“Estados Unidos, con la ayuda de México va a triunfar en su lucha contra las drogas”, enfatizó Leonhart, aunque sin abundar en las sentencias a los capos arriba mencionados.

De acuerdo con datos del Departamento de Justicia, entre el 2010 y el 2011, México extraditó a 187 narcotraficantes, incluyendo capos de alto perfil.

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