miércoles, 8 de agosto de 2012

SALUD A SUBASTA EN SINALOA

Enciende el IMSS focos rojos por déficit de médicos y la violencia ahuyenta batas blancas

Paúl Mercado    
La situación en el Seguro Social es preocupante: cada mes en Sinaloa se le jubilan 70 trabajadores —la mayoría en edad productiva—, los pocos egresados de Medicina salen del estado a especializarse, los de fuera prefieren otras plazas de la república o se incorporan al sector privado y encima la violencia está provocando el cierre de clínicas rurales.


Por más de una década el Instituto Mexicano del Seguro Social ha padecido la falta de médicos especialistas en Sinaloa debido a que se agotó la bolsa de trabajadores que el sindicato le tenía disponible, pero desde hace poco más de un año las cosas empeoraron: dicha bolsa se cerró, no hay reservas no solo para atender las necesidades médicas, sino tampoco las de enfermería e incluso ni las de personal de apoyo.

Esta situación ha provocado que las autoridades del instituto tomen medidas drásticas y en esa idea se ha llegado al extremo no solo de lanzar convocatorias con carácter de urgencia, sino que se ha tenido que participar en eventos nacionales, estilo Tianguis Turístico de Acapulco, en la idea de “enamorar” a especialistas para que vengan a Sinaloa, e incluso, en el extremo de la desesperación se han publicado avisos clasificados en periódicos locales.

“Esa es la realidad del instituto en Sinaloa; a eso hemos tenido que llegar, como nunca en la historia”, confirmó José Luis Paredes, director de Comunicación Social de la Delegación del IMSS en Sinaloa.

Pero fue el delegado Humberto Rice García, quien en julio de este año lo dejó en claro: el IMSS Sinaloa requiere mil 450 empleados en todas las áreas, sobre todo en la médica, la de enfermería y la de intendencia.

El mismo funcionario reveló entonces que los trabajadores ya están agotados porque se ven forzados a doblar turnos y trabajar horas extras casi todos los días.

En ese sentido, Paredes Sánchez explicó: “Nos estamos ahogando de trabajo, es una realidad. La gente está doblando turno y ya se cansó. Tenemos el convenio llamado t por t, que es trabajador por trabajador, donde al agotarse un empleado convenia con otro para que lo cubra y él mismo le paga”.

Incluso algunos empleados ya empiezan a enfermarse por este doble esfuerzo realizado y que incluye un número enorme de horas extras.

A pesar de esta circunstancia, el Seguro Social sostiene, apoyado en los números, que el cansancio no ha sido motivo para que merme la calidad de los servicios que se prestan, sobre todo en el área médica y de enfermería, y es que en el primer semestre de este 2012 la Comisión de Arbitraje Médico del Estado de Sinaloa (CAMES) solo registra 16 quejas contra el IMSS por deficiencias en atención médico quirúrgicas, de las cuales seis se declararon improcedentes. A cambio, el instituto registra 23 mil 400 operaciones exitosas sin queja alguna.

El diagnóstico del Seguro Social en Sinaloa es grave, de pronósticos reservados, ya que se calcula que si no se corrige este déficit, en un plazo de cinco años se podría entrar en una crisis muy severa.

No solo es el problema del bajo número de egresados de las escuelas de medicina, y que la mayoría decida salir del estado para especializarse, sino también el hecho de que se están jubilando muchos especialistas, tantos que representan el 60 por ciento de las jubilaciones mensuales.

¿Quién da más?

Otro ingrediente que se suma al déficit de batas blancas es que los salarios del Seguro Social, a pesar de ser atractivos, no compiten con las ganancias que ofrece el sector privado.

Ante esta situación, el IMSS decidió convertir unidades médicas en hospitales-escuela para que los estudiantes que ya son médicos generales se queden aquí y en lugar de meterse a las aulas aprendan en los hospitales.

A esa población de residentes se les están ofreciendo becas por 14 o 15 mil pesos, pero al concluir esa fase de especialización deciden de todas formas irse y dejan de nueva cuenta un enorme hueco.

Ante ello el delegado Rice García ha propuesto que los jóvenes regresen al IMSS en trabajo el tiempo que estuvieron aprendiendo en sus instalaciones, por lo menos uno o dos años, pero eso está todavía en proceso.

El argumento es entendible: el mercado ofrece mejores dividendos. El sector privado les garantiza ingresos diarios de hasta 12 mil pesos, contra un salario mensual de hasta 28 mil pesos. Esos números solo si se toma en cuenta el número de consultas que tiene que hacer un especialista en el IMSS a razón de 600 pesos cada una.

Ante esto el Seguro Social ha decidido permitirles a los médicos que alternen su labor con otros hospitales, sean públicos o privados, e incluso sus propios consultorios.

Pero además ha buscado por todo el país a quien se quiera venir a Sinaloa. Esto a través de un evento anual donde todas las delegaciones acuden ante la comunidad de especialistas, a quienes les ofrecen las mejores condiciones. Por ejemplo, Chihuahua decidió unificar esfuerzos entre el IMSS y el ISSSTE para ofrecer dobles plazas. Sinaloa no lo hace pero lo explora como alternativa.

Lo que no puede hacer el instituto es flexibilizar los exámenes de ingreso porque México mantiene un prestigio mundial en los estándares de calidad en materia de salud que no puede tirar por la borda.

Lo que se sugiere es que Escuelas de Medicina, como la de la UAS, dejen de rechazar tantos aspirantes y que los acepten en la idea de generarle a los hospitales condiciones para poder disponer en los próximo cinco años por lo menos de un mayor número de residentes, y en ocho años poder disponer de especialistas.

La situación se vuelve más grave sobre todo porque padecimientos como el cáncer y las especialidades como la oncología no están siendo atendidas de manera suficientes ante su repunte, igual que ocurre con endocrinólogos para atender problemas de diabetes.

La violencia, también

Aunque este es un problema nacional y no privativo de Sinaloa, hay circunstancias que agravan las cosas en esta y otras entidades, como lo es la presencia del crimen organizado.

A pesar de que aquí no se ha llegado a casos extremos, en lugares como Michoacán, Tamaulipas y Chihuahua, sobre todo Ciudad Juárez, los Zetas o criminales de otras organizaciones han levantado a médicos y los han sometido a extorsiones una vez que se agotaron las posibilidades con empresarios, industriales y comerciantes.

En Sinaloa han ocurrido hechos aislados que involucra a personal médico y aún así el estigma de la violencia es una barrera que dificulta la contratación de especialistas cuando se acude a las convenciones anuales.

“Tú llegas a la Ciudad de México y les dices: vengo de Sinaloa, y créeme que es una opción que regularmente ven en segundo plano, por lo que prefieren irse a Puebla o Yucatán, por ejemplo, y te lo dicen: espérame, y si no encuentro otra opción me voy contigo”, lamenta José Luis Paredes.

El IMSS no registra muchos problemas de este tipo en su régimen ordinario, pero en el esquema del IMSS Oportunidades sí. El programa llega a comunidades de pobreza y marginación ubicadas en la zona serrana y en todo el estado se tenían 104 unidades médicas rurales hasta este año.

“Esta cifra ha cambiado porque ya nos vimos obligados a cerrar una unidad debido a la violencia y todo hace indicar que cerraremos otra, para quedar en 102”, precisó Paredes Sánchez.

—¿La violencia es la razón?
—Sí, esa es la razón y no lo podemos ocultar. Los pueblos se están quedando solos, ya son pueblos fantasmas y el primer caso fue el de Badiraguato, y estamos por cerrar la unidad médica del municipio de Sinaloa.

Lo que no puede ocultar el IMSS es que grupos de gavilleros o pertenecientes a las células del crimen organizado que se disputan las plazas en Sinaloa, han invadido todos los espacios y los hospitales no son la excepción. Incluso hay testimonios de personal médico y enfermeras donde llegan y les advierten que se retiren y no vuelvan.

Para el 27 de julio, día del cierre de la presente edición, la Delegación del IMSS en Sinaloa esperaba de parte del sindicato el envío de unas dos mil 500 propuestas de personal, entre ellos médicos, enfermeras, intendentes y administrativos, y a partir de ese listado se tomará la decisión en los próximos días para cubrir las vacantes más apremiantes en los hospitales de Culiacán, Ahome, Mazatlán y Guasave, donde, de acuerdo con Clara Ramos Verdugo, jefa de Desarrollo de Personal de la Delegación del IMSS, son necesarios 360 doctores.


Plazas en Sinaloa

1,622 médicos.
2,993 enfermeras.

FUENTE: Delegación del IMSS Sinaloa.


Numeralia

—12 mil trabajadores, plantilla del IMSS Sinaloa.
—1,450, déficit de personal en el estado.
—70 trabajadores se jubilan cada mes. 60% son médicos.
—17 mil consultas diarias se realizan en Sinaloa.
—1 millón 492 mil 155 sinaloenses son derechohabientes.
—70% de la población sinaloense se atiende en el IMSS.

FUENTE: IMSS.

 

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