SUSANA CORELLA, UN CERO A LA IZQUIERDA

La Viña del Señor

Como en política no hay plazo que no se cumpla, Susana Corella y su mentor el ex alcalde Antonio Astazarán Gutiérrez, cuyo gobierno terminó hundido en el desprestigio, se han convertido a estas alturas en un pesado lastre para las perspectivas electorales del Partido Revolucionario Institucional, no nada más en Guaymas, sino en todo el estado, cuando a escasos días del inicio formal del año electoral el ex partidazo deberá de elegir más 100 candidatos a diferentes puestos de elección popular, entre ellos 2 senadores, 7 diputados federales, 21 tiradores a las diputaciones locales y 72 alcaldes.

Esa situación trae preocupados a la gente de ese instituto político y es el coco de los responsables de sacarlo a flote de la debacle que representó la elección del 2009 en donde perdió la gubernatura y los principales municipios, ahora que está a la defensiva luego de la ofensiva blanquiazul que buscó ponerle la chaqueta de partido antiprogresista, lo que ocasionó una guerra de desplegados y dimes y dirites y puso entre la espada y la pared a los legisladores Manuel Maloro Acosta y al Pato de Lucas.

En efecto, luego de ser acusado por el propio ejecutivo sonorense Guillermo Padrés Elías, secundado por su vocero el dirigente panista Juan Bautista Valencia, de estar detrás de las protestas derivadas de la construcción del acueducto independencia y del cierre de la carretera internacional a la altura de Vícam, el tricolor pretendió reagruparse, aunque el tema metió en serios aprietos a los aspirantes priístas de la capital, quienes quedaron cruzados entre apoyar o no la obra, contra la que existe dura oposición en el sur de la entidad bajo el lema “No al Novillo”

PIFIA

Pero el detonante que puso en alerta máxima al alto mando priísta en la entidad fue la desbordada e imprudente manifestación de apoyo a favor de Corella por parte de legisladores del PRI, quienes en un espaldarazo acrítico y erigidos en tribunal de la moral y la salud pública se condujeron en su acción facciosa al borde de violar la autonomía municipal y en obstruir la función de procuración de justicia y que hizo recordar la máxima del Manco de Celaya Alvaro Obregón que rezaba: “¿Quién no liberará de los libertadores?”

Y en la barbada se fue también el diputado federal José Luis Marcos León Perea, quien además de mostrar inocencia en sus declaraciones se puso en evidencia ante la opinión pública porteña como un inexperto en las artes de la polaca y ser tapadera de las trapecerías realizadas en la administración de Astiazarán, las cuales son objeto de una indagatoria ministerial.

Ahí cabó el galeno su tumba política y sepultó sus posibilidades de agenciarse la candidatura a la alcaldía, perdiendo en consecuencia la oportunidad de oro de tal postulación.

Ante tal muestra de desatino lo jerarcas del Revolucionario Institucional exclamaron ¡No me ayudes compadre!!l, y convencidos de la incapacidad de la dama para conducir al partido en la coyuntura electoral y del brete judicial por el que pasa la Mrs. Tetakawi, reaccionaron mandando a un propio, nada más y nada menos que al delegado nacional para la región sur del estado para resarcir el daño y poner orden en el partido, en donde la Susy, quedó relegada a figura meramente decorativa y a quien condicionaron la toma de protesta a la ejecución de una verdadera operación cicatriz tras su arribo plagado de irregularidades a la dirigencia del comité municipal de su partido, en el cual nunca se le vió con anterioridad ni de visita y respecto del cual existe una impugnación vigente en el CEN de la ciudad de México y la cual de proceder daría al traste con las pretensiones y proyecciones de cara a la elección del 2012.

En el proceso que permitió la entronización de Susana la cooptación y compra de consejeros fue la principal divisa y en ello participó el diputado Otto Claussen, a quien se vió acarreando votantes el día de la elección luego de concentrarlos en el local de fiestas Friends, ubicado a espaldas de la plaza de los Tres presidentes.

Si bien es cierto el tiradero que significó la administración municipal 2006-2009 y el descaro con que se condujeron quienes detentaban el poder entonces y que se tradujo en importante merma en el patrimonio de los guaymenses con la venta de terrenos de la comuna a precios de ganga y demás pillerías, es un verdadero pasivo para el relanzamiento del exinvencible en el ánimo ciudadano, la necedad del exalcalde Astiazarán, de colocar en la dirigencia a Susana, puso a esa cofradía en el ojo del huracán, a tal grado de que ambos enfrentan un procedimiento administrativo en el Organo de Control Interno y Evaluación Gubernamental, antes Contraloría Municipal y una querella penal ante el Representante Social del Sector Uno, localizado enfrente de la plaza de la Pistola en el puro centro de la ciudad y de donde ya se libró el primer citatorio para la Corella, quien deberá comparecer a rendir declaración sobre los hechos imputados por el regidor Roberto Hugo Maciel Carbajal, entre ellos la entrega del terrenos de las Tinajas al entonces regidor José Ordaz Aguiar, la permuta de hectáreas de Punta Miramar al compadre del Toñito Eduardo Lemmen Meyer, lo cual ameritaría su remoción de la dirigencia priísta que ocupa por obra y gracia de su comadre Claudia Pavlovich y cuyo saldo fue dejar friccionado y dividido al partido en la propia cuna de su fundador el Turco Plutarco Elías Calles.

LA CLICA

En ese entendido, la estrategia de rescate diseñada desde Hermosillo, implica la reestructuración en breve del Consejo Político Municipal para ponerlo acorde a lo mandatado por la norma estatutaria y quitarle su conformación facciosa y sectaria, para convertirlo en una instancia deliberativa y de toma de decisiones democráticas, sin el ominoso control que sobre dicho órgano ejercían tanto Astiazarán, quien colocó como integrantes a buen número de empleados de su señalada administración y de caciques como Marco Antonio Llano, pues el Morroño a través de personeros como Alfonso Ayala Fonseca, Felipe Hernández, Armando González Chavira, Víctor Pérez Ascolani y demás miembros de su clica, ejercía fuerte influencia para imponer sus decisiones, a pesar de ser de sobra conocido que en el 2009 apoyó la candidatura de Padrés y era común ver llegar a sus dominios en el campo Guadalupe a su entonces embajador Frank Córdova.

Por otro lado, las decisiones de mayor relevancia política en aras de posicionar al partido serán tomadas en otros ámbitos y Susana, quedará con nombramiento meramente protocolario debido a su impericia en materia comicial y ante el desastre que significó la coordinación por parte de su patrón el Toño de la campaña del Vaquero Alfonso Elías, lo cual representó dejar en manos del PAN tanto la gubernatura como el Ayuntamiento porteño, y en el cual no se miraba desde los tiempos de Sara Valle y su “Gobierno de Ciudadanos” tanto desgobierno al interior de la comuna, en donde el tira tira se puso caliente, pasando de una guerra de baja intensidad a un verdadero enfrentamiento de facciones –guerra sin cuartel, le llaman-- y a estas alturas es un hecho la desintegración del grupo “Los Cuatro Fantásticos”, al tomar el alcalde César Lizárraga posición a favor de Manuel Aguilar Juárez, serio aspirante a la candidatura panista a la alcaldía y su compiche Alonso Arriola, atrincherarse en un grupo de regidores regenteados por Jesús Negro Saldaña, a quienes avitualló de su Nextel y quien ya piensa en el PRD en caso de tronarle por el lado del blanquiazul.

Así, a grandes rasgos ese es el conflictivo escenario local que al interior y al exterior deberá enfrentar y remontar el PRI y sus estrategas para sacar avante el barco en una elección que a ivel federal se dice la tiene cuicha y son altas sus posibilidades de regresar a los Pinos luego de 12 años de gobierno panista, y en donde al senador Manlio Fabio Beltrones, uno de los más fuertes precandidatos a la candidatura presidencial, le conviene tener planchado y sin conflictos a su estado natal y a quien la Pavlovich en el caso Guaymas le falló y de eso fue testigo el mismo Ricardo Mazón.

Y lo mejor está por venir ahora que en el tricolor porteño la moneda está en el aire.