MÉXICO,
D.F. (apro-cimac).- El 19 de abril de 2010, Tatiana Trujillo fue asesinada por
su pareja, el ex diputado federal por el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), Elmar Darinel Díaz Solórzano.
A
cuatro años de distancia, y en medio de un proceso plagado de irregularidades,
dicho crimen continúa en la impunidad pese a que existe una sentencia
condenatoria contra el agresor.
La
familia de la víctima, que advierte un posible tráfico de influencias en favor
del ex legislador, exige la adecuada reparación del daño y justicia para
Tatiana, a quien le sobreviven tres hijos.
LA HISTORIA
Omara
Trujillo cuenta a esta agencia que su hermana de 30 años era la mayor de los
seis hermanos –cuatro mujeres y dos varones– y que la maestra en psicología era
originaria del municipio de Ocosingo, ubicado en la selva chiapaneca.
Mientras
trabajaba como empleada en el ayuntamiento de Ocosingo, Tatiana conoció a Elmar
Darinel, quien era secretario particular del alcalde y se encontraba separado
de su esposa.
En
unos meses comenzaron una relación de pareja y poco tiempo después se fueron a
vivir juntos. Con él, Tatiana concibió a su tercera hija de ahora siete años.
Al
principio “estaba muy bien la relación, él era un novio normal, pero cuando se
lanzó como diputado federal por el PRI empezó a cambiar y se convirtió en un
hombre muy violento”, relata Omara.
Durante
el trienio en que fungió como legislador (2006-2009), Elmar se desentendió
económicamente de su nueva familia, ante lo cual Tatiana lo demandó por pensión
alimenticia, pero ante las amenazas del legislador, se desistió.
A
finales de 2009, unos seis meses antes del asesinato, los padres de Tatiana
acudieron a una llamada de auxilio de su hija. Ella estaba escondida en la zona
arqueológica de Toniná, ubicada muy cerca de su casa.
“Mis
papás encontraron a Tatiana abrazando a su hija, estaba ensangrentada y
sumamente golpeada; ese fue el inicio de la violencia que ella sufrió”, o al
menos de la que su familia presenció.
Según
narra la hermana, Tatiana decidió no denunciar porque su expareja la amenazó.
Tras el hecho se separaron un tiempo, pero él le pidió perdón y le prometió que
nunca la volvería a golpear, por lo que regresaron a vivir juntos.
Durante
ese tiempo, la familia presenció el carácter violento de Elmar. “Lo veíamos
cuando llegaba a la casa con su pistola, en varias ocasiones quiso matarla. Un
día le disparó, pero la bala impactó en el vidrio de la ventana de la casa”,
recuerda Omara.
En
abril de 2010 Elmar buscó ser candidato a diputado local, lo que a decir de
Omara desató en él “cierto ánimo festivo”, pues abusaba del alcohol con
frecuencia.
El
16 de abril de ese año, Tatiana fue a casa de su hermana a pedir auxilio debido
a una nueva agresión de su pareja. “Poco tiempo después llegó ese hombre,
estaba muy ebrio y pidió hablar con Tatiana. Después de tantos ruegos mi
hermana decidió volver con él, pero ese día se llevó a mi mamá y a sus tres niños
a dormir a su casa”.
EL ASESINATO
Dos
días después (18 de abril), Elmar Darinel Díaz Solórzano fue postulado como
diputado local. Por la noche Tatiana llamó a su padre por teléfono. Fue la
última vez que escuchó la voz de su hija.
La
familia pudo saber lo que ocurrió esa noche por el testimonio de Nidia
Hernández, amiga de Tatiana que estaba con ella cuando la mujer fue asesinada y
quien luego rindió su declaración ante las autoridades.
“Mi
hermana y su amiga estaban en la habitación y Elmar quería entrar, pero como
Nidia se estaba bañando, Tatiana le pidió que esperara, pero él se negó y entró
por la ventana.
“Cuando
entró, la amiga se espantó y él dijo ‘mira ¿quieres ver lo que hago con ella
(con Tatiana)?’. Mi hermana se asustó y Elmar la empezó a golpear con la
pistola; ella le pidió a Nidia que se fuera porque ella ‘ya sabía cómo
controlarlo’.
“Ella
nos contó que mientras iba bajando las escaleras escuchó el disparo, después se
salió de la casa y se escondió en un callejón; a los cinco minutos vio que él
salió de la casa”.
A
la mañana siguiente, la empleada que trabajaba en la casa de Tatiana se puso en
contacto con la familia para informarles que había encontrado a la mujer en un
charco de sangre.
Tras
llegar al lugar, la madre de Tatiana, María Rodríguez, llamó a las autoridades
municipales, quienes iniciaron la averiguación previa número 117/se218-T1/2010.
PROCESO IRREGULAR
Luego
de andar prófugo casi tres meses, el 16 de julio de 2010 Elmar fue detenido en
el Distrito Federal como presunto responsable de homicidio calificado, pues el
feminicidio aún no estaba tipificado en Chiapas. Esto último ocurrió hasta
noviembre de 2011.
El
delito en el expediente 146/2010 que debía ser investigado por el Ministerio
Público (MP) de Ocosingo no se indagó porque la instancia se declaró
incompetente al argumentar –según Omara– que se trataba de un delito cometido
por un “funcionario”, aunque para ese momento Díaz Solórzano ya no era diputado
federal y apenas era candidato por el PRI a una curul estatal.
El
3 de mayo de 2013, el juez Tercero del Ramo Penal para la Atención de Delitos
Graves de los distritos judiciales de Chiapa, Cintalapa y Tuxtla emitió una
sentencia de 25 años de cárcel en contra de Elmar, encontrándolo penalmente
responsable por el delito de homicidio calificado.
Durante
el proceso, Elmar presentó un escrito para que se declarara incompetente al
juez de Tuxtla Gutiérrez, ya que los hechos ocurrieron en Ocosingo. Ante ello
se repuso el procedimiento y todos los tomos del expediente pasaron ante el
nuevo juez de Ocosingo, quien en un primer momento rechazó investigar el caso.
El
entonces juez Mixto de Primera Instancia en Ocosingo, Mariano Domínguez
Hernández, emitió una sentencia absolutoria que no consideró elementos nuevos,
por lo que el pasado 1 de abril Elmar Darinel Díaz Solórzano fue puesto en
libertad.
Omara
aseguró que durante el juicio hubo tráfico de influencias a favor del
exdiputado federal, ya que se enteraron de la liberación de Elmar prácticamente
por “accidente”, pues un día la hija menor de Tatiana volvió de visitar a su
abuela paterna y dijo: “Tía, mi papá va a salir libre muy pronto”.
Ante
el dicho de la niña, la familia de Tatiana se trasladó al municipio de
Villaflores, donde se ubica el Centro de Reinserción Social número 8 y en el
que estaba preso el asesino.
No
obstante, al llegar al lugar la familia se enteró de que Elmar ya no estaba
ahí, pero que seguía preso en otro penal; asimismo supo que el expediente había
sido llevado a Ocosingo.
“Cuando
me presenté ante el juez Domínguez Hernández me negó toda respuesta y me dijo
que a él no le había llegado ningún expediente. Nuestra sorpresa fue que días
después Elmar fue liberado, sin que se nos fuera notificado”.
A
la semana de su resolución, el juez Mariano Domínguez renunció. La familia
presentó una queja administrativa en contra del ocultamiento de información.
Tras
la excarcelación de Elmar, la familia y la Fiscalía interpusieron un recurso de
apelación que fue resuelto por la Sala Regional Mixta Zona 03 del Tribunal
Superior de Justicia del estado de Chiapas el pasado 25 de junio.
La
Sala ordenó su reprehensión y dictó la pena mínima de 25 años de prisión por
homicidio calificado y estableció un monto de 43 mil 41 pesos como reparación
del daño. Sin embargo, hasta la fecha Elmar está prófugo.
En
entrevista, la abogada Luisella Preciado Gómez, del Centro de Derechos Humanos
Fray Bartolomé de las Casas, explica que la sentencia no toma en cuenta el
contexto de violencia sistemática, las particularidades personales de Elmar
Darinel, así como las agravantes respecto al modo y circunstancias en las que
se cometió el crimen.
Además
aseguró que la cantidad fijada por reparación del daño es limitada y no
contempla una indemnización integral por la magnitud del hecho, ni considera
los gastos de pensión para los tres menores de edad que le sobreviven a
Tatiana.
La
abogada agrega que existe una gran indignación respecto a la impunidad en el
asesinato de Tatiana, y consideró el caso como una muestra más de que la
justicia en Chiapas no tiene visión de género y deja en total desamparo a las
mujeres.
Pese
a estar prófugo, Elmar Darinel (a través de su abogado) se amparó contra la
sentencia que lo condena a 25 años de prisión. El recurso fue admitido por el
Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, con número 702/2014.
Por
su parte, la familia de Tatiana interpuso el pasado 13 de agosto un amparo
directo contra la sentencia, que aún no ha sido admitido, para que se amplíe la
condena por homicidio calificado a la pena máxima de 50 años de prisión y
aumente el monto por la reparación del daño.
(PROCESO
/ REPORTAJE ESPECIAL/ ANAIZ ZAMORA MÁRQUEZ/ 22 DE SEPTIEMBRE DE 2014)
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