Luz
Isela Castro Soto, madre de familia de esta comunidad, murió en un accidente
automovilístico, cuando un agujero en la carretera a este municipio le arrebató
el volante de la Ford Explorer verde que conducía, a la altura del poblado
Tetamboca.
Sólo
muerta dejó de buscar a su hijo Héctor Octavio Castro Soto, quien el 16 de
junio del 2013 desapareció, cuando iba a pescar a la presa. Dos primos, el
Güero y el Paqui corrieron con la misma suerte, días después.
Luz
Isela no iba sola. La acompañaban Karla Gómez Soto y María del Refugio Robles
Orduño. Karla busca a su hermano ausente, Arnoldo, desaparecido en una
persecución policial, y María del Refugio, a su hijo Jesús Humberto Ayala
Robles, quien se esfumó junto con su primo Manuel Eduardo Robles Fierro. Todos
en este municipio.
Ese
día, sábado 13 de septiembre, las tres habían sido citadas por Evaristo Castro
Borbolla, subprocurador Regional de Justicia, para hablar sobre el estado de
sus denuncias por la desaparición de sus familiares. Las tres habían tomado
parte en la marcha que el viernes 12 de septiembre realizaron por las calles de
la cabecera municipal, para exigir acciones de búsqueda de sus seres queridos
ausentes.
Ese
día, las llantas delanteras de la Explorer cayeron en un agujero de la
carretera. Tronaron. La camioneta se enfiló a chocar de frente contra una pipa,
que se acercaba a gran velocidad por el carril contrario de circulación. Ella
dio un volantazo para evitar el accidente frontal, y terminó volcada. Murió,
pero salvó a sus dos acompañantes.
Ninguna
de las tres llegó a la cita. Luz Isela terminó en un ataúd, y sus compañeras de
accidente, hospitalizadas.
Ella
no pudo escuchar al procurador General de Justicia, Marco Antonio Higuera
Gómez, quien las citó, obligado por la marcha y por la advertencia ciudadana de
que las denuncias de incapacidad de investigación las presentarían en la
capital de la República y ante organismos internacionales.
Higuera
reconoció sólo 13 casos de desaparecidos, pero la lideresa de la marcha, Myrna
Nereyda Medina Quiñónez, quien hace dos meses busca a su hijo Roberto Corrales
Medina el Chacharitas, le aclaró que la cifra oficial era una mentira pues los
casos son hasta triplicados. “Se lo demostraré, trayéndo a los familiares”, le
prometió.
Higuera
no se inmutó y continuó con su guión. Este ya lo había estudiado, pues era
réplica del utilizado en Culiacán, para atender a otra comisión de padres de
familias que buscan a sus desaparecidos.
Las
familias locales aceptaron personalizar el trato oficial con respecto de las
averiguaciones previas, y vieron con buenos ojos la creación de un grupo
especial de la Policía Ministerial del Estado para la búsqueda de los
desaparecidos, y también una reunión mensual de evaluación de avances.
Medina
Quiñónez agradeció la atención, pero dijo que aún son incrédulas de los
resultados.
“Como
estén, pero que nos entreguen a nuestros hijos ausentes, a los padres de
familia que desaparecieron y a los hermanos que ya no están aquí. Sólo eso
queremos.
Sólo
eso queremos. Justicia o castigo para los que se los llevaron, no lo deseamos,
allá ellos, allá la autoridad”.
Pusilánime
posición. El alcalde, Marco Vinicio Galaviz dijo que su municipio es tranquilo,
porque los casos de desaparecidos provienen de la administración anterior.
“Nosotros sólo tenemos cuatro casos”, justificó.
Defendió
a su policía, aunque los afectados los señalan.
CONFRONTACIÓN.
Rosa Elia Vázquez increpa al jefe policiaco Gerardo Amarillas: “Entréguenme a
mi hijo”.
ESTREMECEDOR RECLAMO
La
profesora Rosa Elia Vázquez, madre de Román Soto Vázquez, joven desaparecido en
un operativo de la Policía Municipal de Ahome, no aguantó la presión de tener
frente a ella a Gerardo Amarillas, director de la corporación que desapareció a
su hijo.
A
punto del llanto, retenido por meses de espera, coraje e indignación, se
levantó de su asiento y con el índice de la mano derecha lo señaló y reclamó:
“no dijiste dónde está mi hijo pero yo sé que tú sabes, no le hace que no lo
digas, pero hay una justicia divina que de esa no te vas a escapar”.
“Era
un joven, comandante Amarillas, de 28 años, deportista, profesionista, un joven
con valores, no sé si tú tengas hijos, cuando mi esposo fue otro día a buscarlo
¿Qué le dijiste?, que tú no sabías, ¿O sea que tus policías se mandan solos?,
cuando ellos agarraron a mi hijo, porque ellos fueron y yo tengo testigos, por eso
están encerrados”.
“¿Por
qué no me lo entregaron golpeado?, ¿Por qué no lo investigaron?, ¿Qué hicieron
con él?, preguntó. Silencio como respuesta.
Más
tarde, el Procurador defendió a Amarillas Gastélum: “cuando el operativo en que
desapareció Román Soto, el director estaba de vacaciones, oficialmente”.
Con
esa información en su poder, la profesora guardó silencio.
LOS AUSENTES
13 casos tiene registrados la PGJE
8 casos tendrán trato personalizado
2 casos fueron resueltos
3 casos involucran a policías
(RIODOCE/ LUIS FERNANDO NÁJERA/
SEPTIEMBRE 21, 2014)
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