Actos
de generosidad en medio de la violencia de barricadas, saqueos en comercios y
falta de víveres y agua
En
medio de la sucursal del Apocalipsis que se ha instalado en Los Cabos, La Paz y
otras regiones de Baja California Sur, azotadas por el huracán Odile, surge lo
peor y lo mejor del ser humano: la rapiña, el robo, las violaciones y la
deshumanización cavernaria de unos, y la tibia y luminosa generosidad de otros.
Luis
Enrique Escobar Ramírez vive en San José del Cabo y cuenta que tuvo una
vivencia tan horrible como inimaginable, la noche del domingo 14 de septiembre,
cuando Odile, categoría cuatro, pegó con sus vientos de más de 220 kilómetros
por hora esa ciudad.
Al
día siguiente abrió los ojos: la ciudad, los edificios y majestuosos hoteles,
los postes, las calles, las fachadas multicolores, los árboles, el puerto, ya
no eran lo mismo. El viento y la lluvia habían arrasado todo y tan solo en el
rubro del servicio de energía eléctrica se afectó a cerca del 98 por ciento
—poco más de 256 mil hogares— de los consumidores en esa entidad.
De
profesión químico, Escobar logró sobrevivir a Odile igual que miles en esa
región, donde sumaron al menos tres personas muertas, dos de ellas de origen
koreano. Ahora está enfrentando los vientos huracanados de la rapiña, las
agresiones sexuales, la antropofagia marcada por la desesperación ante la falta
de agua y comida, pero también por la decadencia y el degenere frente a la
falta de autoridad.
“La
gente no puede esperar, porque no hay nada. Acabaron con los supermercados, las
tiendas chicas y grandes, y ahora van por las casas, por lo que tiene la gente
en sus casas, no importa que haya personas adentro. Esto fue el domingo y es
hora que no vemos nada, parece no haber opciones. Estamos en el desierto”,
manifestó el químico originario de Culiacán.
“ODILE” NO QUEDO NADA
Barricadas
Los
vecinos vieron lo que estaba pasando y se preocuparon. Una pareja, vecina del
fraccionamiento Monterreal, fue maniatada por hombres armados. Eran cerca de 10
y llegaron a la casa e irrumpieron violentamente, los amarraron y luego se
llevaron todo lo que pudieron.
Por
eso han decidido formar grupos de autodefensa e instalar barricadas en calles y
en los accesos principales a importantes zonas de San José del Cabo, Cabo San
Lucas —ambos ubicados en el municipio Los Cabos— y La Paz, entre otras ciudades
y comunidades.
Armados
con palas, machetes, cuchillos, palos y armas de fuego de diferentes tipo,
grupos de civiles prendieron fogatas e instalaron barricadas ante ataques y
saqueos en las viviendas y actos de rapiña que delincuentes han efectuado
contra personas resguardadas en sus viviendas. No se trata solo de víveres: van
por ropa, calzado, electrodomésticos, aparatos electrónicos y lo que puedan
llevarse. El hombre devorándose al hombre.
“Estamos
poniendo barricadas, las personas lo están haciendo. El gobierno dice que hay
soldados, que los de la Marina, pero nosotros no los hemos visto por ningún
lado. Los saqueos se dieron en todos los centros comerciales y hasta los
policías se llevaron cosas, y no hay centro comercial que no haya sido
saqueado, porque la policía no hace nada”, manifestó otro de los entrevistados,
vecino de San José del Cabo.
La
vigilancia es permanente: unos de día y otros de noche. Se defienden a cómo
pueden. No quieren que les toquen a sus hijos, ni lo poco que tienen en sus
hogares, y quedar expuestos ante la oscuridad por la falta de energía
eléctrica, y las sombras impunes provocadas por la ausencia de gobierno.
En
otras regiones de esta ciudad y de Cabo San Lucas, las personas han optado por
resguardarse en sus hogares y no salir. Toque de queda autoimpuesto.
“La
gente no quiere salir porque aquí no hay autoridad, tenemos miedo”, sostuvo otro
de los entrevistados por La Jornada.
En
una zona de Cabo San Lucas, hombres armados llegaron a uno de estos
asentamientos disparando, con el objetivo de amedrentar a los habitantes, pero
fueron sorprendidos por la policía y tuvieron que huir.
“A
todos los que están al pendiente de la situación que se vive en los Cabos tras
el paso del huracán Odile les informo que tras hacer contacto con amigos y
familiares la situación está crítica en el aspecto de falta de insumos víveres,
no hay seguridad, hay saqueo de todos los comercios con violencia, hay mucho
estrés entre la población en este momento por lo que pido oraciones así como su
cooperación en sus respectivos centros de acopio para enviar agua, víveres”,
expresó a través del Facebook, Odette Ávalos, quien habita esta zona pero el
huracán la atrapó en la Ciudad de México.
ODILE RESCATE DE GENTE
No
nos avisaron
Cuauhtémoc
Morgan, del noticiero de Internet Colectivo Pericú, dijo que el huracán Odile
entró a Baja California Sur a las 7:30 horas y no a las 10:30, como habían
dicho las autoridades, porque el gobierno se olvidó de avisar y eso dificultó
que la gente se preparara.
“No
había información, nadie nos avisó ni el gobierno. La gente estaba ocupada, era
domingo. Veíamos la tele, descansábamos, porque no hubo información a tiempo.
En mis 47 años de vida, todos ellos en Los Cabos, nunca había pasado algo de
tanta magnitud. Fue terrible… toda la población está damnificada, los 150 mil
que vivimos aquí”, sostuvo.
Dijo
que Los Cabos necesita reconstrucción total, ya que alrededor del 90 por ciento
de los postes se cayeron, no hay agua ni otros servicios. Morgan, quien dirige
este colectivo informativo desde el 2009 junto con su esposa, señaló que muchas
personas, en medio de la desesperación, quieren salir a Tijuana, Culiacán o la
Ciudad de México, por la falta de agua y víveres.
“Estamos
angustiados, tristes, desesperados, y la ayuda tiene que llegar rápido,
destinarla a los albergues y para las cerca de 10 mil familias que lo perdieron
todo, que vivían en casas de cartón o madera”, comentó.
Advirtió
que podrían darse brotes de enfermedades grastrointestinales y de otro tipo, “y
las autoridades federales, junto con las estatales, deben instalar un cerco
sanitario, priorizar el funcionamiento y las medicinas y el personal en los
hospitales, porque la población está en riesgo”.
"ODILE" EN LA ZONA TURISTICA
Son
muchos y están en todo el país y en el extranjero. No saben de sus familiares.
Algunos usan la Internet, las redes sociales —sobre todo el Facebook— para
comunicarse. Lo hacen a través de terceros o de organizaciones, entre ellas El
Rincón del Yam, que ha servido de enlace entre unos y otros y emprende, en
medio del caos y la desolación, actos de generosidad entre los damnificados.
“Acabo
de colgar el teléfono con mi hermana, y me dice que la situación en Cabo esta
muy mal. Hay bandas de encapuchados saqueando la ciudad, asalto a mano armada,
asesinatos, navajazos. Están empezando a entrar a las casas de las personas
robándose todo, la situación esta peligrosísima. El Ejército y la policía no
hacen nada, solo se quedan viéndolos ahí, lo que crea una situación de más
caos. La radio local Cabo mil solamente está informando que cada quien vea por
sí mismo, y hablando una cantidad de tonterías que solo sirven para crear una
situación donde las personas se desesperan más; en vez de estar informando
donde pueden ir por agua, gasolina y los esfuerzos del gobierno.
PORFAVOR
difundan esto (…) Las vidas de nuestros familiares y amigos están en
peligro!!!!”, es el mensaje que apareció en El Rincón del Yam.
Rodolfo
Kailam Martínez, publicó:
“Acabo
de recibir información, acerca de cholos de la Colinas del Caribe queriendo
invadir Zonas de Miramar, Gardenias, Jacarandas, Venados, 4 de Marzo, etc. A lo
que muchos vecinos de las diferentes colonias andan haciendo Guardia, solo para
tomar precaución”.
Son
las voces que reflejan la lucha encarnizada ya no por los víveres y el agua,
sino por las bocanadas de oxigeno de lo poco que queda de humanidad en medio de
la polvareda apocalíptica.
(RIODOCE/
Javier Valdez/septiembre 21, 2014)
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