lunes, 22 de septiembre de 2014

DOBLE TRAGEDIA: DEVASTACIÓN Y CANIBALISMO EN LOS CABOS


Actos de generosidad en medio de la violencia de barricadas, saqueos en comercios y falta de víveres y agua

En medio de la sucursal del Apocalipsis que se ha instalado en Los Cabos, La Paz y otras regiones de Baja California Sur, azotadas por el huracán Odile, surge lo peor y lo mejor del ser humano: la rapiña, el robo, las violaciones y la deshumanización cavernaria de unos, y la tibia y luminosa generosidad de otros.

Luis Enrique Escobar Ramírez vive en San José del Cabo y cuenta que tuvo una vivencia tan horrible como inimaginable, la noche del domingo 14 de septiembre, cuando Odile, categoría cuatro, pegó con sus vientos de más de 220 kilómetros por hora esa ciudad.
Al día siguiente abrió los ojos: la ciudad, los edificios y majestuosos hoteles, los postes, las calles, las fachadas multicolores, los árboles, el puerto, ya no eran lo mismo. El viento y la lluvia habían arrasado todo y tan solo en el rubro del servicio de energía eléctrica se afectó a cerca del 98 por ciento —poco más de 256 mil hogares— de los consumidores en esa entidad.

De profesión químico, Escobar logró sobrevivir a Odile igual que miles en esa región, donde sumaron al menos tres personas muertas, dos de ellas de origen koreano. Ahora está enfrentando los vientos huracanados de la rapiña, las agresiones sexuales, la antropofagia marcada por la desesperación ante la falta de agua y comida, pero también por la decadencia y el degenere frente a la falta de autoridad.

“La gente no puede esperar, porque no hay nada. Acabaron con los supermercados, las tiendas chicas y grandes, y ahora van por las casas, por lo que tiene la gente en sus casas, no importa que haya personas adentro. Esto fue el domingo y es hora que no vemos nada, parece no haber opciones. Estamos en el desierto”, manifestó el químico originario de Culiacán.

“ODILE” NO QUEDO NADA

Barricadas

Los vecinos vieron lo que estaba pasando y se preocuparon. Una pareja, vecina del fraccionamiento Monterreal, fue maniatada por hombres armados. Eran cerca de 10 y llegaron a la casa e irrumpieron violentamente, los amarraron y luego se llevaron todo lo que pudieron.

Por eso han decidido formar grupos de autodefensa e instalar barricadas en calles y en los accesos principales a importantes zonas de San José del Cabo, Cabo San Lucas —ambos ubicados en el municipio Los Cabos— y La Paz, entre otras ciudades y comunidades.

Armados con palas, machetes, cuchillos, palos y armas de fuego de diferentes tipo, grupos de civiles prendieron fogatas e instalaron barricadas ante ataques y saqueos en las viviendas y actos de rapiña que delincuentes han efectuado contra personas resguardadas en sus viviendas. No se trata solo de víveres: van por ropa, calzado, electrodomésticos, aparatos electrónicos y lo que puedan llevarse. El hombre devorándose al hombre.

“Estamos poniendo barricadas, las personas lo están haciendo. El gobierno dice que hay soldados, que los de la Marina, pero nosotros no los hemos visto por ningún lado. Los saqueos se dieron en todos los centros comerciales y hasta los policías se llevaron cosas, y no hay centro comercial que no haya sido saqueado, porque la policía no hace nada”, manifestó otro de los entrevistados, vecino de San José del Cabo.

La vigilancia es permanente: unos de día y otros de noche. Se defienden a cómo pueden. No quieren que les toquen a sus hijos, ni lo poco que tienen en sus hogares, y quedar expuestos ante la oscuridad por la falta de energía eléctrica, y las sombras impunes provocadas por la ausencia de gobierno.

En otras regiones de esta ciudad y de Cabo San Lucas, las personas han optado por resguardarse en sus hogares y no salir. Toque de queda autoimpuesto.

“La gente no quiere salir porque aquí no hay autoridad, tenemos miedo”, sostuvo otro de los entrevistados por La Jornada.

En una zona de Cabo San Lucas, hombres armados llegaron a uno de estos asentamientos disparando, con el objetivo de amedrentar a los habitantes, pero fueron sorprendidos por la policía y tuvieron que huir.

“A todos los que están al pendiente de la situación que se vive en los Cabos tras el paso del huracán Odile les informo que tras hacer contacto con amigos y familiares la situación está crítica en el aspecto de falta de insumos víveres, no hay seguridad, hay saqueo de todos los comercios con violencia, hay mucho estrés entre la población en este momento por lo que pido oraciones así como su cooperación en sus respectivos centros de acopio para enviar agua, víveres”, expresó a través del Facebook, Odette Ávalos, quien habita esta zona pero el huracán la atrapó en la Ciudad de México.

ODILE RESCATE DE GENTE

No nos avisaron

Cuauhtémoc Morgan, del noticiero de Internet Colectivo Pericú, dijo que el huracán Odile entró a Baja California Sur a las 7:30 horas y no a las 10:30, como habían dicho las autoridades, porque el gobierno se olvidó de avisar y eso dificultó que la gente se preparara.

“No había información, nadie nos avisó ni el gobierno. La gente estaba ocupada, era domingo. Veíamos la tele, descansábamos, porque no hubo información a tiempo. En mis 47 años de vida, todos ellos en Los Cabos, nunca había pasado algo de tanta magnitud. Fue terrible… toda la población está damnificada, los 150 mil que vivimos aquí”, sostuvo.

Dijo que Los Cabos necesita reconstrucción total, ya que alrededor del 90 por ciento de los postes se cayeron, no hay agua ni otros servicios. Morgan, quien dirige este colectivo informativo desde el 2009 junto con su esposa, señaló que muchas personas, en medio de la desesperación, quieren salir a Tijuana, Culiacán o la Ciudad de México, por la falta de agua y víveres.

“Estamos angustiados, tristes, desesperados, y la ayuda tiene que llegar rápido, destinarla a los albergues y para las cerca de 10 mil familias que lo perdieron todo, que vivían en casas de cartón o madera”, comentó.

Advirtió que podrían darse brotes de enfermedades grastrointestinales y de otro tipo, “y las autoridades federales, junto con las estatales, deben instalar un cerco sanitario, priorizar el funcionamiento y las medicinas y el personal en los hospitales, porque la población está en riesgo”.

"ODILE" EN LA ZONA TURISTICA

Voces en el desierto

Son muchos y están en todo el país y en el extranjero. No saben de sus familiares. Algunos usan la Internet, las redes sociales —sobre todo el Facebook— para comunicarse. Lo hacen a través de terceros o de organizaciones, entre ellas El Rincón del Yam, que ha servido de enlace entre unos y otros y emprende, en medio del caos y la desolación, actos de generosidad entre los damnificados.

“Acabo de colgar el teléfono con mi hermana, y me dice que la situación en Cabo esta muy mal. Hay bandas de encapuchados saqueando la ciudad, asalto a mano armada, asesinatos, navajazos. Están empezando a entrar a las casas de las personas robándose todo, la situación esta peligrosísima. El Ejército y la policía no hacen nada, solo se quedan viéndolos ahí, lo que crea una situación de más caos. La radio local Cabo mil solamente está informando que cada quien vea por sí mismo, y hablando una cantidad de tonterías que solo sirven para crear una situación donde las personas se desesperan más; en vez de estar informando donde pueden ir por agua, gasolina y los esfuerzos del gobierno.

PORFAVOR difundan esto (…) Las vidas de nuestros familiares y amigos están en peligro!!!!”, es el mensaje que apareció en El Rincón del Yam.

Rodolfo Kailam Martínez, publicó:

“Acabo de recibir información, acerca de cholos de la Colinas del Caribe queriendo invadir Zonas de Miramar, Gardenias, Jacarandas, Venados, 4 de Marzo, etc. A lo que muchos vecinos de las diferentes colonias andan haciendo Guardia, solo para tomar precaución”.

Son las voces que reflejan la lucha encarnizada ya no por los víveres y el agua, sino por las bocanadas de oxigeno de lo poco que queda de humanidad en medio de la polvareda apocalíptica.


(RIODOCE/ Javier Valdez/septiembre 21, 2014) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario