El aferre de la alcaldesa
Sara Valle, de imponer su santa voluntad sobre todo el cuerpo edilicio ha provocado
una crisis sin precedentes en Morena, partido en el que milita.
Si antes de la campaña las
diferencias existían y había morenistas en desacuerdo con su nominación a la
candidatura, hoy su propensión al nepotismo y en transformar al ayuntamiento
porteño en una semi monarquía de linaje saravallista, ha ahondado el diferendo
hasta el punto de no retorno.
REGIDORES “TÍA ROSA”
En el ojo del huracán y en el
ojo de la sospecha han quedado metidos los regidores que militan en Morena que
han sido “convencidos” de correr al lado de la alcaldesa y su “Happy Family”, a
pesar del cúmulo de ilegalidades elevadas a la categoría de acuerdos de cabildo
que en apenas tres sesiones coleccionan, algo que los Estatutos (artículo 53º.)
y la Declaración de Principios del partido pejista (Capítulo Quinto y punto 6)
reprueban.
Estanislao Pineda, Juanita
Montes, Oralia Collis, María de los Angeles Rosas, Itzel Ríos, Antonio Pintor,
Jesús Acevedo, Manuel Arturo Lomelí Cervantes y el síndico Miguel Ruelas, entre
otros servidores públicos de herraje morenista se han sumado a la causa
saravallista en calidad de fauna de acompañamiento. Parece que les llegaron al
precio y por una bicoca.
La misma Sara y la regidora
étnica Arely Bojórquez Amarillas, también militan en Morena y por tanto les
recae responsabilidad.
Por ignorancia, carencia de
consistencia ideológica o por conveniencia, tales ediles y el síndico le han
votado todo a la Sara, han dejado solo al profe José Luis Portillo Liera, un
convencido militante miembro de Morena, cuajado en batallas que se antojaban
imposibles, como echar abajo la Reforma Educativa, una lucha a la que la Valle,
miembro del gremio docente, nunca se sumó y por eso los mentores cesados la ven
con recelo.
Fue patética la participación
del maestro de la escuela secundaria Federal 1 Estanislao Pineda, quien
presumió abundantes credenciales en la sesión extraordinaria número 2 para
justificar su traición a los principios morenistas.
Por su actuar esos servidores
públicos Protagonistas del Cambio Verdadero (PCV) como los identifican los
documentos básicos de Morena, se hacen como las tortillas de harina, hacia lo
más calientito.
“¡Qué babochos!”, diría el
Jando Santamaría.
¡Qué bonita familia! ¡Qué bonita familia!
La gota que derramó el vaso
fue la imposición de su cuñado Santiago Luna como tesorero municipal en contra
de todo el discurso lopézobradorista de cero nepotismo en los gobiernos
emanados de la coalición “Juntos Haremos Historia” y los “50 puntos del plan
anticorrupción y austeridad”, para evitar los despilfarros y los malos manejos.
En tanto los guaymenses de a
pie, ven con mezcla de enojo, estupor e incredulidad como la dama despilfarra
por tonterías en un dos por tres un capital político y una legitimidad
alcanzada en las urnas a costa de la figura del Peje.
Si en su etapa del Gobierno
de Ciudadanos, Sara permitió el abordaje de la comuna por parte de los miembros
de El Barzón, la organización de deudores de la banca que le sirvió de base
social para proyectarse en 1997 y desplazó a los perredistas, en esta nueva
fase satura la administración municipal de familiares, amigos y compadres.
El padre de la alcaldesa y su
hermana Norma, a quien se proyecta como directora del DIF municipal, han
participado en actos del ayuntamiento sin tener vela en el entierro.
PRIMERA BAJA DE LA CUÑADOCRACIA
Tal vez por el rumbo que está
tomando todo este embrollo, su contralor Jesús Osuna Agramont, le duró cuatro
días en el puesto y tiró la toalla, bajo la máxima de más vale que digan aquí
corrió que aquí quedó. El exfuncionario le vio las ancas al pollo y evitó
seguir en la quema.
Y mientras el diputado
federal Heriberto Aguilar sospechosamente nada de muertito y se hace de la
vista gorda, el choque inevitable entre quienes creyeron con sinceridad dentro
de Morena y hasta compraron el discurso de Cuarta Transformación de la República
y los que ven su arribo al gobierno como un botín, es decir como una forma de
sacudirse la ruina y hacer negocios a costillas de los porteños, en una clara
visión patrimonialista del poder.
LA TRIADA DE LA MUERTE
Con el nombramiento de Víctor
Marín Martínez, “el señor de los moches”, como titular de la Dirección General
de Infraestructura Urbana y Ecología, quedó conformada la tríada de la muerte
que va a saquear el puerto.
“El Negro”, se sabe, forma
equipo con el tesorero Santiago Luna García, el Coyota Mayor y su pupilo Daniel
Morales Pardini, quienes ante la complacencia y la frivolidad de la alcaldesa
Sara Valle Dessens, manejaran a su antojo el ayuntamiento. Se habla de armado
de constructoras a modo y bateo libre en la arcas con el “Chuy Pesado team”.
A dicha triada mortífera, se
han añadido el edil morenista Manuel Arturo Lomelí Cervantes y el síndico
Miguel Ruelas.
El descaro de imponer a su
cuñado a cargo de las finanzas municipales ha levantado los focos rojos al
interior del liderazgo pesado Morena en el estado, léase Alfonso “Poncho”
Durazo y Lily Téllez, mientras la ex velocista Ana Gabriela Guevara, la
dirigente de repuesto en el PT, tras la caída de Jaime Moreno Berry y sus
canicas, guarda un extraño silencio.
En la reunión del miércoles 19
de septiembre en la que fue casa de campaña de Sara, con lo ediles de Morena,
“El Cabezón”, ofreció el cielo y las estrellas, incluyendo puestos para
familiares de los regidores guindas a cambio de votar a favor del “voto de
confianza”.
Tres ediles que andaban en
tres y dos, recibieron llamada –se sospecha que del diputado Heriberto Aguilar-
y terminaron “convencidos” y le aprobaron todas sus propuestas a la alcaldesa
en la sesión número dos extraordinaria del viernes 21 de los corrientes.
Citada para las 3 apenas a
las 2 y media de la tarde de ese mismo día y con único punto del orden día
aprobar el voto de confianza, la sesión tronó por falta de quórum.
El edil consentido de Sara,
Manuel Arturo Lomelí Cervantes, quien milita en Morena, aunque entró a cabildo
por el PES, se aferró a la procedencia de la sesión. Con su esposa y su cuñada
en la nómina Lomelí, se tira a matar por la causa. Ana Luisa Melos Coronado, la
hermana de su señora, fue nombrada como Directora de Desarrollo Social. Todo en
familia.
Por eso nomas es candidato a
tocar la barandilla de la Comisión Estatal de Ética partidaria de Morena.
EL DISCURSO TROPICAL DEL PEJE Y SU POLÍTICA DE PUNTO
FINAL AL NEPOTISMO
En su gira de culto a la
personalidad, perdón de agradecimiento, el Peje, desde la ciudad fronteriza de
Nogales, mandó el mensaje de que no se permitirá en los gobiernos que fueron
abanderados por la coalición “Juntos Haremos Historia”, la inclusión de
familiares de los alcaldes electos.
“Ni esposos, ni sobrinos, ni
cuñados, ni tíos, ni abuelos en el gobierno”, anotó algo así AMLO, en su
encendida alocución.
“No luchamos para eso, afirmó
el tabasqueño. O sea a ti te lo digo Juan para que lo entiendas Sara.
“¡Houston, tenemos un
problema!”, debieron decir Sara Valle y Santiago Luna “El Cabezón”, su
fracasado operador de cabecera y verdadero poder detrás del trono saravallista.
Por su maldito proceder e
inaguantable descaro la avalancha de críticas se les vino encima desde el mismo
poder presidencial.
En el templete el diputado
local Rodolfo Lizárraga, a un lado del Poncho Durazo, se movía nervioso por las
palabras de López Obrador o porque sospechaba de qué habría más de tres a los
que les quedaba el saco y tenían destinatarios directos, pues su sobrina Jazmín
Gómez, funge como secretaria de la comuna porteña.
Tirada la línea por el mero
mero de Morena y a partir del próximo 1º. de diciembre dueño de un poder sin
contrapesos, nunca antes visto en la historia del país, ya no habrá pretexto
para llamarse engañados.
En una república, en donde no
se mueve la hoja del árbol sin la voluntad del señor todo está dicho…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/ 23
SEPTIEMBRE 2018)
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