José Luis Camargo es de
Culiacán y conduce un tráiler cargado con 28 toneladas de azúcar hacia Tijuana,
Baja California. Hace tres días salió de las bodegas, pero ha avanzado poco más
de 300 kilómetros. Quedó atorado en la caseta de peaje de Nuevo San Miguel, sin
avanzar y sin retroceder.
La causa es una prohibición
de la Policía Federal División Proximidad Social para continuar el viaje debido
a un tajo en la carretera a consecuencia de aguas embravecidas que bajaron de
la sierra de Barobampo por lluvias de la depresión tropical 19-E.
Él lleva perdido ya mil 500
pesos de su utilidad. De continuar varado terminará por poner bolsa.
Con José Luis inicia una fila
de tráileres que se extiende casi por 20 kilómetros por ambos carriles, desde
San Miguel Zapotitlán hasta Los Mochis.
A las 17:30 horas del
viernes, José Luis y los cientos de traileros varados pudieron continuar su
viaje al norte.
En el Valle de El Carrizo y
en Los Mochis perdieron todo y en una sola exhibición. Ellos forman parte del
90 por ciento de la población de Ahome que tuvo alguna afectación por causa de
las lluvias que cayeron en pocas horas en el municipio y que acabaron con el
patrimonio de la población.
La mayor cantidad de personas
damnificadas fue en la ciudad, en donde no hubo una colonia en donde el agua no
subiera hasta los pórticos.
De acuerdo con la
Coordinación Municipal de Protección Civil, 96 colonias habían quedado bajo el
agua en cuestión de horas.
La menor colonia con 40
centímetros de agua, y la mayor por arriba de 1.5 metros de altura. Esto
ocurrió en las colonias Magisterial, Rosendo G. Castro, Valle de la Rosa, Urbi
Villa, Valle Bonito y algunas aledañas al dren Juárez, que finalmente no pudo
conducir el agua que descargaron los drenes agrícolas.
En su totalidad, los drenes
fueron rebasados en su capacidad de conducción, lo mismo que los canales. Esa
agua cubrió la calles saturó los drenajes sanitarios y finalmente inundó las
viviendas.
Los drenajes pluviales fueron
insuficientes debido a un tapón hidráulico que se genera por el mayor caudal de
las parcelas.
En total, la Coordinación
Municipal de protección Civil contabilizó 100 mil personas damnificadas y
aumentando.
Sergio Liera Gil, coordinador
municipal de la dependencia, dijo que durante la emergencia enfrentaron
diversas situaciones que van desde el insulto hasta la ignorancia de los
llamados a evacuar.
“Había abuelitas que con el
agua en el cuello se resistían a abandonar la casa. En otras ocasiones, las
familias preferían quedarse al resguardo de las pertenencias que atesoraban, y
pues en ocasiones eso es un lastre. Y también hubo llamados en falso”.
Incluso, dijo, se tuvo que
realizar un acto de autoridad como la rompedura de un dique en la huerta del
empresario Nalo Félix, quien año con año construye y que en cada temporada de
lluvias provoca que la colonia popular “Rosendo G. Castro” se inunde.
“Sólo un 10 por ciento de la
población no tuvo afectación, pero la gran cantidad sí”, afirmó el gobernador
Quirino Ordaz Coppel, en su vista para ofrecer ayuda a sus gobernados.
Reiteró que no hay aún una evaluación
ni recuento de daños, pues lo primero es garantizar la vida humana, satisfacer
las necesidades apremiantes como agua, alimentación y techo, y posteriormente
se recuperarán las cosas materiales.
Por ello abrió 13 albergues
desde la noche del martes. Hasta el viernes, estos seguían operando, con
algunas carencias, principalmente por falta de cocinas calientes.
La carencia la resuelven las
cocinas móviles de la Armada de México y el Ejército Mexicano, en tanto la
Fuerza Aérea y helicópteros de la Policía Federal y Armada de México tienden un
puente aéreo para llevar líquidos y víveres a la población damnificada. Sin
embargo, la campaña comenzó este viernes, 72 horas después de la inundación más
severa que se recuerda durante las últimas dos generaciones.
Ricardo de la Cruz Musolen,
Director Nacional de Protección Civil, dijo que el primer recuento aéreo de
daños dio como resultado la urgencia de restablecer los servicios básicos y
recuperar instalaciones estratégicas: de agua potable, energía eléctrica,
caminos y combustibles, lo cual sucedería en las siguientes 48 horas, y
posteriormente va el recuento “pie tierra” el que está en proceso.
“Por ello no se puede
determinar aún la magnitud del desastre ni el nivel de devastación y ni
cuantificar damnificados. Los números se siguen construyendo”.
Negó que se hubiese
respondido con tardanza pues hasta el fin de semana se dieron condiciones de
vuelo y de tránsito carretero. Además, “el pronóstico de lluvias que teníamos
para 48 horas nos cayó en menos de seis, eso satura cualquier drenaje. Hoy
comenzaremos con control de vectores para evitar enfermedades, que es lo que
sigue”.
Aseguró que se liberó una
declaración de emergencia para 11 municipios de Sinaloa y esos recursos
llegarán vía aérea.
La alerta disminuyó, pues no
habrá más lluvias. “Estamos pasando de emergencia a reconstrucción, y es
importante no difundir rumores ni información falsa, porque esto retarda la
asistencia, transmitir sólo información oficial”, añadió.
Artículo publicado el 23 de septiembre
de 2018 en la edición 817 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ LUIS FERNANDO NÁJERA/LOS MOCHIS EN 25
SEPTIEMBRE, 2018)
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