lunes, 15 de mayo de 2017

A OTTO CLAUSSEN LE LLEGÓ LA HORA


A Otto Claussen Iberri le llegó la hora. El ex presidente municipal de Guaymas debe entender de una buena vez que la realidad no se cambia haciendo callar a los que la describen de una manera que no le gusta, ni haciendo hablar a quienes la distorsionan con miras a desviar la atención de lo verdaderamente importante, que es el desastre financiero que dejó en Guaymas.

Lo dijimos en su momento, cuando aquel noviembre del 2012 pidió a los regidores autorización para buscar un crédito de hasta por 365 millones de pesos: Guaymas no tenía capacidad para una deuda millonaria.

Bajo amenazas y negociaciones con Acción Nacional y el PT, Otto Claussen consiguió los votos que se requerían para que le autorizaran la solicitud de un crédito.

El PAN ganó que en Hermosillo a Alejandro López Caballero también se lo autorizaran y el Partido del Trabajo comandado por el actual regidor Rodolfo Lizárraga Arellano, ganó un terreno al sur de la ciudad para un Centro de Desarrollo Infantil que nunca construyó.

Ahora el edil tiene que regresar las entradas, pero el daño ya está hecho.

En esa sesión de cabildo Claussen Iberri pidió única y exclusivamente autorización para buscar un crédito, pero resulta que lo buscó, lo encontró y firmó el contrato sin autorización de cabildo.

Fue algo similar a lo que sucedió en el trienio de Antonio Astiazarán cuando pidió al cabildo aprobar la concesión del servicio de limpia y posteriormente aprobar el contrato.

El contrato de PASA si fue aprobado por cabildo, aunque siempre hubo la sospecha de que fue cambiado.

A pesar de que el Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización recomendó ese mismo año no endeudar a Guaymas por más de 80 millones, Claussen fue tan irresponsable que lo hizo argumentando que sería para obra pública cuando no era necesario venderle el alma a Bansi ya que sus “gestiones” con las altas esferas de los politicos del PRI le dieron a cambio, de quién sabe qué, 700 millones de pesos para obra.

¿Por qué lo hizo?

El ex alcalde radicado en Hermosillo y quien controla a sus titeres vía what´s app, sabía del desastre financiero heredado por el panista César Lizárraga. Tenía aspiraciones políticas por lo tanto tenía claro que requería dinero para venderse como el salvador. Su estrategia le funcionó, aunque a un año y medio de haber entregado la administración al Partido Acción Nacional (PAN) de salvador pasó a ser crucificado.

Ya no le alcanzan sus aliados y aliadas, ni los errores y actos de corrupción denunciados en este gobierno le son suficientes para borrar el daño que le provocó a Guaymas.
Ahora tendrá que responder primero por qué no pasó por cabildo el contrato con Bansi.

¿Por qué no pagó a MIFEL la deuda de 6 millones de pesos heredada por la administración panista por la renta de las luminarias.

¿Por qué si BANSI le condicionó la entrega del crédito a cambio de que hiciera el pagó, no lo hizo.

¿Por qué entonces BANSI liberó los 365 millones a pesar de saber que Otto Claussen no había pagado la deuda con MIFEL, empresa que actualmente reclama a Guaymas más de 8 mil millones de pesos.

¿Por qué pagó a una empresa de Saltillo 16 millones de pesos por la gestión del crédito cuando ya había firmado un contrato de prestación de servicios con Fintegra por 8 millones de pesos.

Ahora Fintegra reclama a Guaymas 21 millones de pesos.
En cuantro años se han pagado a BANSI 80 millones de pesos, de los cuales solo 3 millones de pesos han ido a capital, o sea que seguimos debiendo 362 millones de pesos.

La deuda no fue negocio para Guaymas por más que sus titeres quieran justificarlo ante la opinión pública.

Le esperan a Guaymas 20 años de calamidad financiera. Al tiempo.

Para quién fue negocio el crédito de 365 millones de pesos? No creo que algún día lo sepamos, pero si lo sospechamos.
A Otto Claussen le llegó la hora. Y no me refiero al castigo penal o administrativo que cualquier gobernante que actua como él debería tener. Sabemos que en la cárcel no están todos los que son, ni son todos los que están.

Lo peor que le puede pasar a Otto Claussen, es que la gente de Guaymas se entere de la verdad. Una verdad que ya no pudo contener, que ya no pudo tapar, con todo y la campaña de odio emprendida por él y sus aliados contra el actual gobierno municipal, quien con sus tropiezos, errores y actos inmorales e ilegales, abonó al linchamiento público.
A Otto Claussen le llegó la hora de salir de la madriguera, de dar la cara y de responder ante las instancias que deba responder.

Por lo pronto, el empresario gasolinero José Ramón Uribe Maytorena ya lo sentó en el banquillo de los acusados en la PGR.

¿Y por qué fue un "loco" como José Ramón y no toda la clase empresarial de Guaymas? Porque al resto les falta amor por Guaymas y porqué algunos se vieron beneficiados con millones de pesos en obra pública.

El ex candidato panista lo comparó con Javier Duarte, el ex gobernador de Veracruz. Y es que el sospechosísimo alcanzó a Otto Claussen.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ ÁGUEDA BAROJAS ONTIVEROS/ 03 MAYO 2017)

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