domingo, 22 de mayo de 2016

¡MINEROS UNIDOS, JAMÁS SERÁN VENCIDOS!


El amanecer del 20 de abril de 2016 en las minas subterráneas tronó el malestar de los obreros dedicados a la extracción de cobre en la empresa conocida como el Boleo con sede en Santa Rosalía, municipio de Mulegé Baja California Sur. El malestar venía creciendo desde el derrumbe del día 2 de abril cuando hubo tres heridos y de ellos uno fue despedido. Los mineros denunciaron  mal trato al estilo de los tiempos de don Porfirio Díaz que recibían del personal de confianza con cargo de jefes, quienes se comportan como sirvientes de los dueños de nacionalidad Coreana.

El cinco de mayo terminó el paro de labores que sostuvieron 300 obreros, informando que el resto de los compañeros no paró labores; pero sí se ha logrado cuantificar que más de 750 mineros se pronuncian por dejar el sindicato patronal de Monterrey que actualmente existe en la empresa y pasar a formar filas a la sección 295 del sindicato al que forma parte ROFOMEX.

Por ello han pedido a la empresa y a la autoridad federal en materia laboral se reconozca y agilice la demanda de titularidad del contrato colectivo de trabajo desde el día 25 de abril de 2016. En tanto al gobernador le piden públicamente, que no apoye a los dueños Coreanos; sino que apoye a Sudcalifornianos.

Con este antecedente los mineros del Boleo marcan un antes y un después en la defensa de sus derechos sin demerito de sus obligaciones; pero no con jornadas arbitrarias de trabajo diario, sin pago de tiempos extras, no pago completo los domingos y días de descaso obligatorio, despidos arbitrarios, coacción para firmar renuncias y liquidaciones impidiendo la salida de los obreros, no registrando nunca los accidentes, …

Es entonces que se vinieron a ciudad de La Paz.

Llegaron durante el tiempo de las once de la mañana del día 19 de mayo, un contingente de trabajadores con camisetas y camisas rojas. Eran miembros de la sección 295 del sindicato nacional de trabajadores mineros, metalúrgicos, siderúrgicos y similares de la República Mexicana que gritaban consignas: “El sindicato blanco es puro disimulo, que lo hagan rollito y duro, duro, duro”; “No somos uno, no somos cien, pinche gobierno, cuéntenos bien”; “De norte a sur de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste”; “Minero callado, jamás será escuchado”.

Acompañaban a Víctor Cerecer y Mario Eduardo Cañedo, voceros de los obreros mineros que entraron en conflicto con la empresa Servicios y Desarrollos Meseta Central, S.A. de C.V. más conocida como el Boleo, con sede en Santa Rosalía, municipio de Mulegé, Baja California Sur, para hacer notoriamente pública su demanda principal: Que el gobernador sea garante defensor de los sudcalifornianos y solicite con la fuerza de su investidura, se agilice lo conducente a nivel federal, para pertenecer al sindicato que lidera Napoleón Domínguez desde su exilio en Canadá, ya que el actual sindicato que los debe ayudar está al servicio del patrón.

La mano dura se hablando. Contrario a lo que sucede cada vez que un grupo social, ciudadano, estudiantil, político, laboral se hace presente para manifestarse a las puertas o en la explanada del edificio de cantera donde despacha el Poder Ejecutivo Estatal y parte de su gabinete, con todo y su personal. Esta vez, no aparecieron los elementos de la policía estatal para resguardar las instalaciones. Únicamente se apersonaron como debe ser,  funcionarios que despachan a las órdenes del gobernador y en su ausencia: El secretario de trabajo y el subsecretario de trabajo; El secretario de economía; y el departamento de asesoría jurídica al mando en ese momento de Esteban Beltrán subsecretario del gobierno del Estado de Baja California Sur.

Tras ser atendidos del lado exterior de la puerta principal de entrada al edificio gubernamental por el subsecretario de gobierno y ser escuchados, luego se recomendó se formara una comisión para entrar a la sala de juntas para dialogar en forma y dar respuestas a los planteamientos de los mineros de extracción de cobre que querían saber si contaban con el respaldo de Carlos Mendoza Davis,  gobernador para que el conflicto termine.

Así ocurrió. Entraron los dos voceros de los 800 trabajadores que piden separarse del sindicato actual que obedece órdenes de la empresa, acompañados por representantes formales del sindicato de ROFOMEX: Demetrio Aguiñiga García, secretario general; Gildardo Higuera, secretario de asuntos políticos; Tomás Hernández, delegado del CEN; entre otros.

En la mesa de trabajo, los representantes y voceros de los mineros del Boleo entregaron un documento de nueve hojas donde concluyen, tras dar pormenores del conflicto con la empresa de dueños Coreanos: La Lucha no ha terminado, hay ánimo y organización hasta lograr el triunfo de que el sindicato patronal y Fulgencio Santiago salgan de la empresa porque los sindicatos deben ser de los trabajadores; no de los patrones.

El sindicato patronal es ilegal, ya que los obreros no los eligieron ni los representa. Ese sindicato; Los mineros exigen justicia, por eso sigue la lucha; Al gobierno de Corea se debe exigir cumplir con las leyes mexicanas, que deje amenazar con despidos y no obliguen a los trabajadores a firmar renuncias por su papel de autoridad y empleador; El patrón de Corea no cumple con las leyes de seguridad e higiene en las minas, que son prevenciones para evitar derrumbes y heridos.

Los mineros gritamos en las calles: “no somos esclavos de Corea; somos mexicanos con dignidad”; La empresa intentó con varias provocaciones a la violencia y confrontar a los mismos trabajadores para justificar la intervención de la fuerza pública. Como no pudo lograr su malsano propósito pidió al gobernador apoyo de la policía.

Exijamos desde los gobiernos federal, estatal y municipal que respeten y cumplan con la constitución y los tratados internacionales en el tema laboral, ya que los mineros no son ciudadanos de segunda, tienen derecho a la igualdad de todos, al trabajo humano, decente y digno, terminaron escribiendo.

En el encuentro entre mineros y autoridades del gobierno estatal, se sumaron el licenciado Ernesto Álvarez Gámez, delegado federal de la secretaría del trabajo y previsión social quien mostró capacidad para encauzar la reunión y lograr la objetividad de reconocer que será el 20de mayo de 2016 la primera junta en la ciudad de México con las instancias pertinentes para poner en la mesa la petición de agilizar tiempos para el conteo que les permita pertenecer a otro sindicato distinto al que se inconforman.

También se hizo presente José Ricardo Millán Bueno, delegado de la secretaría de gobernación en Baja California Sur, quien profesionalmente se puso a la orden de la legalidad y con la mejor de las voluntades para coadyuvar en el término del conflicto laboral. Por su parte Esteban Beltrán Cota, Subsecretario de gobierno, moderó talentosamente la mesa de trabajo, en representación de Carlos Mendoza Davis, gobernador constitucional de la entidad sudcaliforniana.

Vale comentar que tras la bravura de los manifestantes mineros para que se les atendiera sin mediar cita previa, todo pasó a ser una reunión civilizada ya que una vez más se demuestra que los trabajadores del país mexicano saben movilizarse pacíficamente.
De hecho, al llegar y antes de bajar los funcionarios a recibirlos una de sus consignas cantadas fue: “Que no se asusten culebras / que no las vengo a matar” y la insistencia gritada: “Que salga el gobernador, que salga el gobernador”.

Y también el Peña Nieto estuvo en sus dichos cantados: “En una jaula de oro/ pendiente de un balcón/ se encuentra un presidente / chingando a la nación.


(COLECTIVO PERICU/ ARMANDO LEÓN LEZAMA/19 DE MAYO 2016)

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