jueves, 15 de mayo de 2014

POR MIEDO Y PARANOIA ESPIABA A SALTILLENSES ROSENDO VILLARREAL



Saltillo, Coah.- El espionaje telefónico, los proveedores “consentidos” y la confrontación directa marcaron la administración del ex alcalde Rosendo Villarreal Dávila, quien durante los años 1991 a 1993 cobró fama como un panista que no permitía disidencias y exigía investigar la menor fuente de inconformidad de quien lo criticaba.

Gracias a su cuñado –Isidro López del Bosque –el ex alcalde Villarreal Dávila escaló importantes cargos dentro del Grupo Industrial Saltillo y logró sostenerse en ellos a pesar de su carácter explosivo, incontrolable y con un marcado delirio de persecución con una frase que los políticos de antaño recuerdan que evocaba: “Todos están en mi contra”.

Así lo describe en su libro “Espías al Rescate… de Saltillo” el periodista Conrado García Jamin y publicado en diciembre de 1992, en el que advierte de la red de información que mantuvo en la administración Rosendo Villarreal Dávila, tío político del actual presidente municipal Isidro López Villarreal.

En 138 páginas, García Jamin describe el delirio de persecución y la sicosis que mantuvo en su administración, el primer alcalde de extracción panista que gobernó la ciudad, Rosendo Villarreal, quien por un lado se presentaba como un hombre moral, decente y religioso, y por otro lado hurga con el dinero del pueblo, en la intimidad de los ciudadanos, con enfermiza morbosidad que fue delatada con la compra de un equipo de espionaje –que incluía escáneres de teléfonos celulares, grabadoras de larga duración y micrófonos –que Villarreal adquirió con cargo al erario, en marzo de 1991.

Quien fuera el director de Comunicación Social del gobierno de Rosendo Villarreal, retrata la forma –que coincide con las características de la actual administración de Isidro López Villarreal –en la que Rosendo pretendía encontrar los indicios, propiedades, negocios e inversiones para fundamentar la petición de un juicio político en contra del entonces gobernador de extracción priista Eliseo Mendoza Berrueto, diputado local que actualmente está al frente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado.

Conrado García, abogado con postgrado en Derecho Penal y Criminología, dice que el “Rescate de Saltillo” –que fue el slogan publicitario durante la administración de Rosendo –jamás llegó gracias a las ansias depredadoras de los panistas que en 1991 iniciaban la llamada alternancia en la capital de Coahuila.

Un papel importante el que jugó el entonces responsable de Recursos Humanos en la Presidencia y hombre de las confianzas de Rosendo Villarreal, Leonardo Guerrero Dávila, quien rendía informes permanentes a su amigo Villarreal Dávila.
 
ESPÍA

Un caso patético de aviaduría (sic) y traición lo constituye la señora Bertha Iruegas, ex militante del PARM, PRI y en ese tiempo panista, quien fuera colaboradora cercana del ex alcalde, a quien se le consideraba espía de funcionarios municipales y quien de tiempo completo daba informes de cada uno de los movimientos de los colaboradores en la Presidencia.

En los primeros meses de la administración rosendista contaban con expedientes completos personales y políticos de María Herrera, Catalina Morales Herrera, Lidia Hernández, Julia Mata, Prudencia Santana, Yolanda Rocamontes y María Luisa Gómez, identificadas con el PRI y representantes de colonos.

La predisposición de Rosendo a la crítica de la opinión pública fue evidente. Campañas de desprestigio iniciaron contra quienes publicaban situaciones que le generaban una mala imagen.

Esta red de investigación que formó el tío político de Isidro López y tal como lo advierte en su libro Conrado García, indagó las leyendas que a mediados de la administración comenzaron a aparecer en las bardas de la ciudad. “Rosendo, Títere de los López”, “Hitler Villarreal Dávila, enemigo de los Pobres”, “Chendo: gobiernas para los ricos” y otras consignas fueron adjudicadas a taxistas y cardenistas que mostraban su desacuerdo con la forma de gobernar de Villarreal.
 
REGIDORA EN RENTA

Los desaires, imposiciones y bloqueos a la regidora Yolanda Campos López se hicieron tema de todos los días, porque la edil fue una de las principales detractoras de Rosendo Villarreal desde el Cabildo.

Fue Rosendo quien ordenó una campaña de desprestigio que en ese tiempo ejecutó el entonces tesorero José Manuel Garza Ortiz de Montellano.

“Quiero que la ciudadanía tenga idea de que la regidora ya está senil y que lo que habla son puras pendejadas”, dijo Rosendo Villarreal una tarde de agosto de 1991. Era la campaña que denominó Ortiz de Montellano: “Se Renta Regidora”.

“MOCHES”

La función de Roberto Díaz García, entonces director de Egresos y según la descripción de Cornado García, fue la de “lavar” dinero, consiguiendo proveedores para solventar los gastos del tesorero y su gente.

Incluso en este libro se dice que los proveedores recibían presiones para entregar diversas cantidades de dinero o materiales.

Carlos Samperio Mellado, Ricardo Coss Mireles, José Luis Garay, Eduardo Murguía Canales y Félix Madrazo Dávila, pronto se convirtieron en aliados de Villarreal Dávila para alcanzar sus fines recaudatorios y de espionaje que mantuvo la administración municipal.

UN SÍMIL DE ROSENDO

» Para el ex regidor panista Jesús Dávila Rodríguez, los hechos publicados en el libro “Espías al Rescate… de Saltillo”, no es más que una “receta” de las acciones iniciadas por la actual administración de Isidro López Villarreal, quien gobierna Saltillo desde el 1 de enero de este año.

» “No es más que una copia del espionaje, de la paranoia que mostraba Rosendo Villarreal en su administración, en la que acusaba al Gobierno estatal de todo la malo que le ocurría. Son los mismos trafiques del tesorero que ahora estamos viendo en Saltillo”, concluyó el panista en proceso de expulsión.

(ZOCALO /Lourdes de Koster /15/05/2014 - 09:04 AM)

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