domingo, 11 de agosto de 2013

EL URGENTE EXORCISMO DEL PAN PORTEÑO

La Viña del Señor

Algo está pasando por rumbos del PAN guaymense, que trae alocados a más de tres, agrado tal de que se habla de la necesidad de hacer traer desde Tacamachalco o mínimo de aquí cerquitas de Vícam a algún diablero para echar afuera al chamuco que parece se les metió a conocido blanquiazules, otrora católicos de hueso colorado y “meones de agua bendita”, casi como los del Yunque, esa organización secreta que se apoderó de espacios en Acción nacional según denunció el periodista Alvaro Delgado, entre los que identificaba al expulsado Manuel Espino Barrientos, hoy convencido peñanietista, al igual que su expatrón Vicente Fox. 

Así la cuestión, parece que la cosa no es para tomársela a broma y ya se habla de la urgencia de algo cercano al exorcismo para calmar los ánimos que amenazan desbordar las pasiones y sembrar la semilla del divisionismo, asunto grave, si se toma en cuenta que fenómeno parecido cobró su factura en 2012, cuando la soberbia de los empoderados llevó a la debacle al partido permitiendo que el PRI, con toda su mala fama, los arrollara escandalosamente en el municipio y en los distritos local y federal.

Por eso, el rumor empieza tomar consistencia y algunos de los antes muy recatados panuchos, están no descartar tan agresiva y salvadora opción, aun cuando contravenga su ideología procristera y ha provocado que ronde la siguiente pregunta: ¿Quién tiene la capacidad exorcizar al PAN de tanto endomoniado en sus filas?

Si antes, pudieron como sea que “haiga” sido, sacar de circulación a chepitos como el Maizenas Héctor Hernández y su compadre del alma Oscar González, el Firulais, ahora la problemática se turna compleja cuando las tribus azules se han pintado el rostro y han desenterrado el hacha de guerra, para beneplácito del respetable, porque dentro de todo: ¿A quien beneficia el divisionismo panista?

En la pasada elección la desatención a eventos parecidos hizo morder el polvo a Manuel Aguilar Juárez, a César Lizárraga y al profe Fermín Trujillo, un buen candidato a quien la carga negativa de sus compañeros de fórmula arrastró a la derrota.

Ahora, el contexto que se presenta no parece ser diferente al del 2012, cuando los candidatos impuestos por el oficialismo no dieron el ancho a pesar de la enorme cauda de recurso económicos y mediáticos invertidos en sus campañas, lo que vino a evidenciar que aquella maquinaria electoral conformada por Fuerza XXI que en 2009 funcionó a la perfección ese año fracasó en toda la línea, aunque se menciona quedito que gentes como Adrián Espinoza y Paco Bueno, quedaron cuajados después de la aventura.

Roberto Romero López, el operador a modo

Porque en honor a la verdad debe mencionarse que a pesar de todo lo que se diga en contra del secretario de gobierno Roberto Romero López, los gallos que este empujó salieron avantes en dicha elección, más no así los de otros grupos panistas, lo cual quizás es lo que tenga bien posicionado como número dos en el gobierno del Nuevo Sonora. ¿Será?
Otro dato para los que anotan: Su actual coordinador en la dependencia Manuel Villegas Rodríguez, llevando las riendas de la campaña de Max Othón, hizo tronar allá  por el sur de la entidad al supónese experimentado Bulmaro Pacheco Moreno, para vergüenza del poderoso boursismo muy asentado por aquellos lares.

Ese hecho le valió al Villeguitas, colocarse en los cuernos de la luna de la operación política en la entidad, pues como sea la cosa Roberto Romero, ha sacado avantes temas tan espinosos y controvertidos como la aprobación del COMUN, dotar de agua a Hermosillo, hoy convertida en bastión panista, la construcción del Acueducto Independencia y la presa Los Pilares, amén de capotear los coletazos, presiones y demostraciones de fuerza de los agrotitanes cajemense y sus aliados del Movimiento No al Novillo y el bloqueo carretero en Vícam, en pleno municipio de Guaymas, un conflicto en el que el alcalde Otto Claussen Iberri, se mantiene prácticamente desaparecido y sin capacidad de maniobra.

La figura de Romero, es vista en otra dimensión, cuando son conocidas sus diferencias con Adrián Espinoza, secretario general del PAN estatal, quien perdió su areola de “chico maravilla” en el rubro de mapacherías electorales luego de la debacle del año pasado y quien navega sin rumbo, y a quien hubo de enmendarle la plana Juan Valencia, después de su llamado a los funcionarios del gobierno del estado a pedir perdón a los cajemenses por su maldito proceder. Para ciertos conocedores el tipo no aguantó las presiones, perdió el rumbo y se deschabetó y no tardan en pedirle la bola y en salir de la cartera que ostenta.

Lo anterior sin duda pesará al momento de las definiciones de cara al 2015, cuando en una adelantadísima carrera los panistas porteños están a punto de colisión, al emerger dos figuras como que han soltado amarras rumbo a la candidatura a la alcaldía.

Las tribus azules
Así, tanto Lorenzo Décima, agente fiscal en el puesto y el mentado Villeguitas, han venido realizando trabajo para aglutinar a reconocidos panuchos en torno a sus propuestas y proyectos, tal vez embrionarios, pero que han levantado revuelto al interior de la clica albiceleste, con reuniones a todo lo largo y ancho del municipio.

De esa manera alrededor del Chencho, por cierto un excelente funcionario de reconocida imagen y solvencia social, aparecen gentes como Omar Calamardo Núñez Caravantes, Jesús Chuy Baray, Luis Felipe Grillo Valenzuela, Javier Tacitas Peralta, Francisco Paco Bueno, Manuel Aguilar y otros y como apoyadores de la causa de Villegas, destacan Gregorio Cota Almodóvar, Carlos Dueñas, Alberto Albín, Francisco López Lucero, Irasema Ramírez, Víctor Moño Flores, Cuauhtémoc Benavides y algunos otros. De ese tamaño los trabucos que para abrir boca traen en revolución al PAN local.

El regreso del zorro
Si en 2012, los candidatos del PAN fueron impuestos y perdieron, la conyuntura se presenta propicia para que sean otros parámetros los que se tomen en cuenta a la hora buena y a eso apuestan los que se la juegan en la búsqueda de su posicionamiento interno y externo.

En todo ese ríspido enredo, Paco Bueno se mantiene a la expectativa y espera paciente a que la sangre llegue al río para surgir como el tercero en discordia, ajeno a las broncas entre las tribus para ser agraciado por el dedo del gran elector. Esa es su apuesta y así lo vislumbran quienes lo reconocen, por ello se mantiene zorrunamente cercas de Manuel Aguilar, sabedor de la cercanía del armador con Padrés.

Partido con historia
En 1997, cuando el PAN andaba escaso de cartas para lanzar a la alcaldía, en diversa reunión en donde estuvieron presentes Ramón Corral, Alberto Albín Cubillas, Oscar Acosta Castro y el ingeniero Alfonso Valencia entre otros, y en la que al final se optó en invitar a Margarita Romo de Anduela, una dama con buena imagen en la comunidad, como abanderada, Corral, en plena ronda de comentarios soltó: “Hay un tal Guachobi que anda muy acelerado metiéndose en los asuntos del PAN”

Sintiéndose aludido el inge Valencia, mostrándo su delgada lamina respondió molestó: “!Qué delicados salieron los panistas. Con que poco se arrugan!”

El Beto Albín, sintiéndose aludido le retrucó al metado Guachobi (dos veces guacho, quiere decir): “Si se arrugan los bulevares, que no se vayan a arrugar los panistas”

Los ahí presentes soltaron las carcajadas debido a la clara alusión al hecho de que el bulevar Pedro G, Moreno, por esos días fue rebautizado por la raza amarga porteña como bulevar Juventino Rosas, el autor del famoso vals “Sobre las olas”, porque se decía al circular por el, parecía que se navegaba sobre un oleaje muy picado, debido a que por el mal trabajo de construcción que realizó el Guachobi en el lugar.

¡ A raza de bronce!

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/  Columna La VIña del Señor/ Miércoles, 07 de Agosto de 2013 12:01) 

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