lunes, 8 de abril de 2013

PIERDEN CASINOS APUESTA EN BCS



Diputados frenan expansión de juegos de azar

A partir del 31 de marzo se prohibió la instalación, construcción y expansión de centros de juego. En el estado actualmente operan 8 casinos: 5 en La Paz, 2 en Cabo San Lucas y 1 en Ciudad Constitución

Como si se tratara de uno de sus juegos, los casinos perdieron desde el 31 de marzo quizá la apuesta más importante en sus proyectos de instalación, construcción expansión en el estado de Baja California Sur.

La puerta que el gobierno del ex presidente Vicente Fox Quezada abrió a la operación de casinos en el año 2005, finalmente –y después de un largo debate— hoy fue cerrada por diputados locales del congreso del estado.

Los legisladores avalaron y aprobaron el 22 de marzo la propuesta del diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Axxel Sotelo de Los Monteros, respecto de reformar los artículos 14 y 148 de la Constitución Política del Estado para frenar el crecimiento vertiginoso e indiscriminado de casas de apuestas, las cuales –según estudios realizados— “afectaron la salud de jugadores compulsivos, dañaron la economía de las familias y subieron los índices de inseguridad en las zonas donde actualmente operan”.

El dictamen emitido por las comisiones de Enlace Legislativo y Puntos Constitucionales de la XIII Legislatura, prácticamente retiró la facultad al gobierno del estado y ayuntamientos de “expedir permisos de uso de suelo y licencias de construcción a favor de las compañías que pretendan operar casas de apuestas, juegos o sorteos en el estado, porque simplemente, quedó prohibido”.

La reforma cobró validez a partir del 31 de marzo, cuando fue publicado el Decreto en el Diario Oficial del Gobierno del estado, y la cual quedó de la siguiente manera.

El Artículo 14 establece textualmente que “en materia de Asentamientos Humanos y Desarrollo Urbano, contemplando el interés de la sociedad en su conjunto, el estado preverá el mejor uso de suelo y las aguas, cuidando su conservación y estableciendo adecuadas previsiones, usos, reservas territoriales, orientando el destino de tierras y aguas de jurisdicción estatal a fin de garantizar a la población un mejor desarrollo urbano, imponiendo a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, determinándose que no estarán permitidos en el estado el uso de suelo y edificaciones para establecer ni funcionar ninguna casa o lugar abierto o cerrado, en que se practiquen juegos con apuestas ni sorteos de ninguna clase o similar”.

El artículo 148 dice que “es facultad de los gobiernos municipales formular, aprobar y administrar la zonificación y planes de desarrollo urbano municipal, así como Asentamientos Humanos, debiendo establecer la prohibición de uso de suelo y uso de edificación para que no se puedan establecer ni funcionar ninguna casa o lugar abierto o cerrado en que se practiquen juegos con apuestas, sorteos de ninguna clase o similares y otorgar licencias y permisos para construcciones. No estarán permitidos en el estado los permisos o licencias de construcción para este giro de negocios”.

Así, y de esta manera, “la instalación de nuevos casinos quedó prohibida en el estado, y a su vez, ninguno de los que actualmente operan, podrán expandirse o crecer, derivado del candado del permiso de construcción”, según expuso el creador de esta reforma, Axxel Sotelo de Los Monteros.

En el estado de Baja California Sur actualmente operan 8 casinos, distribuidos de la siguiente manera: 5 en La Paz, 2 en Cabo San Lucas y 1 en Ciudad Constitución.

La apertura de casas de apuestas ha sido vertiginosa en los últimos dos años y donde mucho tienen que ver los alcaldes de La Paz y Los Cabos, Esthela Ponce Beltrán y José Antonio Agúndez Montaño, respectivamente, en la expedición del permiso del llamado uso de sueldo a favor de algunas casas de apuestas que incluso contravienen al artículo 99 de la Ley de Desarrollo Urbano, porque a pesar de estar prohibido, “algunos increíblemente están dentro de plazas comerciales”, tal como lo expuso el diputado independiente, Carlos Castro Ceseña.

El legislador dijo que “está comprobado que en las zonas donde están operando actualmente los casinos el índice delictivo se incrementó un 8 por ciento en relación a otros puntos de la ciudad”.

Los casinos prácticamente están por todos lados: zonas residenciales, cerca de centros escolares, a un costado de oficinas y comerciales y dentro de plazas comerciales, donde se juegan apuestas a cualquier hora del día.

De ahí que el propio gobernador Marcos Covarrubias Villaseñor se haya dicho “encantado” y “totalmente de acuerdo” por la decisión del congreso local de prohibir la entrada de nuevos centros de apuestas en el estado.

“La verdad este tema de los casinos tal vez en estados que tienen mucha vinculación con la frontera, la ciudadanía puede tener un poco más de cultura al respecto, ¿no?, porque ya saben que ir a un casino es ir a gastarse 200 ó 300 pesos”, señaló.

El gobernante comentó que desgraciadamente en el caso de Baja California Sur algunas gentes “invierten para ganar” y “llegan pensando que van a ganar” y no con el pensamiento de que “solo van a divertirse” y desgraciadamente –dijo– “se generan quebrantos en la economía familiar”.

Durante una entrevista con ZETA, consideró en el estado “no se necesitan casinos”, porque tenemos playas preciosas y lugares muy atractivos y de distracción y esparcimiento “y no creo que el turismo que llega, venga meterse a un casino”.

— ¿No cree que llegó demasiado tarde impedir su entrada? O incluso, ¿se está buscando proteger a los que ya están trabajando?

“Desgraciadamente no estuvo en mí impedirlo, porque son negocios que ya estaban funcionando, pero nunca es tarde para hacer algo y lo estamos viendo en otros estados donde se sigue incrementando el número y la verdad no veo que dejen nada bueno”.

Al cierre de esta edición, los diputados trabajaban –conforme a sus facultades— en la elaboración de un Punto de Acuerdo Económico para solicitar a la Secretaría de Gobernación revisar el estatus que guardan los ocho casinos que actualmente trabajan en el estado.

EL DEBATE

El tema que abrió el debate sobre la operación de casas de apuestas en el estado fue la tramposa decisión llena de mañas y sospechas de los regidores del Ayuntamiento de Los Cabos encabezados por el alcalde José Antonio Agúndez Montaño, y quienes contraviniendo al artículo 99 de la Ley de Desarrollo Urbano y el Plan de Desarrollo Urbano, aprobaron la autorización del cambio de uso de suelo a favor del Casino “Sunrise”, el cual tenía entre sus planes abrir una casa de juego en San José del Cabo y otra en Cabo San Lucas en las plazas comerciales de “Ley” y “Sendero”.

Desde noviembre del 2012, y a la vuelta de 5 meses, el proyecto de la casa de apuestas sigue detenido y el cual aparece bajo las razones sociales “Entretenimientos y Servicios del Valle, S.A de C.V” y “Gold Play Azteca, S.A de C.V”, cuyo representante legal es Rafael Martínez Torres.

La polémica votación de los regidores fue manipulada para que en la sesión extraordinaria de cabildo aceptaran el cambio de uso de suelo a favor del casino, a pesar de que el dictamen de la Comisión Planeación, Desarrollo Urbano y Ecología del cabildo, concluía “no permitir el cambio de uso de suelo” para la instalación del centro de apuestas remotas, salas de sorteos de números y juegos electrónicos.

Lo único que provocó la sospechosa decisión fue “la intervención del congreso para modificar la constitución política y evitar que en Baja California Sur, se siguieran instalando casinos”, declaró la diputada del Partido Nueva Alianza, Guadalupe Olay Davis, y quien aprovecho el debate para exponer –en su momento— el intento de instalación de otro casino en la población de Loreto, y donde todo quedó en “intento” porque la población de poco más de 10 mil habitantes, levantó firmas y generó tal movimiento que al final –y al cierre de esta edición— “había terminado el dilema”.

Los legisladores que avalaron desde un principio la propuesta de prohibir la entrada de nuevos casinos fueron Sandra Luz Elizarrarás Cardozo, Guadalupe Olay Davis, Edith Aguilar Villavicencio, Jesús Salvador Verdugo Ojeda y Carlos Castro Ceseña.

Para el diputado del PRI, Axxel Sotelo de Los Monteros, la prohibición de casinos en el estado no contraviene la disposición federal contenida en la Ley Federal de Juegos y Sorteos, porque “la reforma se dio en materia de uso de suelo y el otorgamiento de permisos y licencias para construir casas de apuestas, así como la elaboración de planes de desarrollo urbano, competencia exclusiva y directa de los municipios y del estado”.

El legislador comento que la iniciativa de Ley es producto de un clamor social porque “los casinos no promueven ninguna actividad de tipo social o de beneficio económico directo a los ciudadanos”.

“La naturaleza de las casas de apuestas es hasta cierto punto estéril para los ciudadanos en general, dado que es una actividad diseñada para extraer recursos de la economía familiar a través de apuestas y no para producir bienes y servicios, ya que solamente generan empleos en el corto plazo y de bajos ingresos, tales como los de meseros, cajeros, cocineros y personal de servicio”, señaló.

El diputado del PRI expuso que uno de los problemas de mayor incidencia –y el cual se ha experimentado en casi todas las entidades federativas— es el incremento de los llamados “jugadores problemas”, es decir, las personas que sufren de ludopatía que no es otra cosa que un impulso irreprimible de jugar a juegos de casino, a pesar de ser conscientes de sus consecuencias y deseos de detenerse, y quienes terminan por perder toda la dimensión de la realidad y se involucran en problemas económicos a causa del juego, “como es la adquisición de deudas innecesarias, arriesgando el patrimonio familiar”.

Desde el punto de vista del creador de la iniciativa de Ley, es evidente que “detrás de las casas de juego o casinos, subyacen las irregularidades y corrupción”, pues considero que son las secretarías de Gobernación y Hacienda, quienes deben sobrellevar el control de operación de estos negocios, lo que muchas veces ocasiona que las autoridades estatales y municipales, se mantengan al margen de su manejo, aunado a las limitadas facultades que tienen que ver con la regulación”.

En un evidente afán de limitar la operación de casinos, el congreso local recientemente aprobó modificaciones a las leyes de Hacienda y Protección Civil, y donde se determinó gravar un impuesto del 6 por ciento de los ingresos que obtengan las casas de juego, y a su vez, obligar a las compañías a contar con sus propias unidades internas de protección civil para garantizar la seguridad de quienes visitan ese tipo de centros. La iniciativa fue presentada por el gobernador Marcos Covarrubias Villaseñor, y la cual fue dictaminada en la Comisión de Asuntos Fiscales y Administrativos.

LA AMBIGÜEDAD

Las reglas de operación de casas de juego han sido sumamente ambiguas en México. Desde 1938 –en los tiempos del ex presidente Lázaro Cárdenas— se había prohibido el funcionamiento, bajo el argumento de que “se trataba de focos de atracción del vicio, mafias, prostitución y participación de jugadores profesionales”.

En el gobierno del ex presidente Miguel Alemán, es decir, nueve años después fue expedida la Ley Federal de Juegos y Sorteos y donde quedó establecida explícitamente la prohibición de juegos de azar y con apuestas.

Pero en septiembre del 2004, el ex presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Vicente Fox y asesorado por su Secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, aprobó y publicó el Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos, y donde prácticamente se abrió la llave en la instalación de casinos en todo México.

Datos recabados por ZETA expusieron que desde el arranque y hasta hoy se han expedido 486 permisos a 25 empresas a nivel nacional, y donde se pueden jugar 2 mil 500 juegos en sus diferentes modalidades. Desde el bingo, las líneas y la ruleta, por citar los más populares en la mayoría de los establecimientos, y donde no podían faltar las apuestas remotas en carreras de caballo, perros y eventos deportivos.

En todo el sexenio del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa –según datos recabados— únicamente se otorgó un permiso en virtud del cumplimiento de una sentencia de un juicio de amparo de una casa de apuestas, y sobre todo porque era una promesa de campaña de que “no otorgaría un solo permiso más”.

No obstante, la baraja o los llamados naipes, es hasta hoy el único juego que no está permitido legalmente en ninguno de este tipo de negocios, según el propio Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos.

Según un especialista en la materia consultado por este Semanario “cada permiso ampara a un determinado número de establecimientos, y quienes para poder hacer uso de ese derecho, solo tienen que reunir entre otros requisitos, el permiso de uso de suelo que es validado y otorgado por los ayuntamientos”.

Anulada Constitucionalmente la posibilidad de que los ayuntamientos o el gobierno del estado puedan expedir permisos de cambio de uso de suelo y licencias de construcción de casas de apuestas, ahora el debate parece que se habrá de centrar en las próximas semanas en el futuro que depara a los ocho casinos que operan actualmente en el estado.

(SEMANARIO ZETA/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ Abril 8, 2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario