lunes, 8 de abril de 2013

LOS DESAPARECIDOS DEL PRI



Precandidatos en alcaldías, ni en el despiste.

Son prácticamente desconocidos. Hechos por su partido para perder. Cuatro priistas que fingieron una contienda interna. Aunque ni eso.

Eclipsados por la instrucción de no hacer nada, pero también sin posibilidades en una selección de candidatos por demás definida, cuatro priistas se registraron como aspirantes a las alcaldías en un mero disimulo; se escabullen en el silencio, evitan entrevistas, declaraciones. Ni en la contemplación figuran. Por ello son, además, los desaparecidos del PRI.

Por Ley, para que los interesados de un partido que aspiran a alguna candidatura puedan promocionarse antes de los tiempos de campaña constitucional, necesitan un competidor. Elemento necesario para que el proceso encaje en las características de una contienda interna; en palabras brutas, en la precampaña en sí.

Si no hay competidores, no hay precampaña. Si no hay precampaña, no hay autorización legal para promocionarse antes de la contienda electoral. Por ello el Partido Revolucionario Institucional registró en cuatro municipios a militantes sin posibilidades, que sirvan para cubrir el bache de la Ley electoral, y así, publicitarse en espectaculares, reunirse y tener presencia en los medios de comunicación a través de la propaganda.

La Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales de Baja California marca que las fechas para que los partidos puedan promocionar a sus aspirantes, es del 22 de febrero al 6 de abril para las precampañas.

De ese proceso, viene otro plazo para los registros como candidatos de los “triunfadores” de cada partido (del 7 al 22 de abril) y, posteriormente, la campaña, del 22 de abril al 3 de julio.

Así se explica el por qué del PRI, al registrar en cuatro alcaldías competidores -por llamarlos así- totalmente desconocidos y sin posibilidades: la simulación electoral y la burla a la Ley.

EL PRECANDIDATO FANTASMA EN TIJUANA

El 2 de marzo, en el único día de registro para los que aspiraban a candidatearse por el PRI a la alcaldía de Tijuana, un joven alzaba la quijada para que su madre le apretara la corbata con preocupación.

Ese día, faltaban minutos para que Jorge Astiazarán se apersonara a registrarse como precandidato. Las oficinas del PRI, a punto de reventar de acarreados y el joven mimado, sin nadie que lo saludara, cargaba celosamente sus documentos. Aunque nadie lo supo, en esa fecha, al igual que el doctor Astiazarán, Elías Tovar Salas logró su registro.

Lo acompañaban sus hermanas y dos señoras, al parecer su tía y su protectora madre, quien además le acomodó el cuello de la camisa y lo retrataba constantemente con una cámara desechable. Ese es Elías Salas Tovar, oficialmente precandidato a la alcaldía de Tijuana por el PRI.

Salas pertenece a una asociación adherente al PRI -ni siquiera considerada por el partido como organización, obvio, menos un sector priista-. Unidad Revolucionaria (UR) fue fundada apenas en 2011 en Baja California. Hace semanas, los miembros de la asociación se pronunciaron a favor del hoy virtual candidato a gobernador del PRI, Fernando Castro Trenti.

El dirigente estatal de la UR es Héctor Edgardo Suárez, ex diputado local y actual director de Auditoría del Órgano de Fiscalización Superior en Ensenada. Y con Elías Salas, el priista y su asociación “revolucionaria” estrenaron candidatura.

Contraria a cualquier otra convocatoria, en la más reciente publicada por el PRI para las alcaldías -el 20 de febrero-, se incluyó a los miembros de la UR como participantes. Ahí se abrió el espacio para quien está preparado para perder ante el ungido del partido que de por sí, ya está dicho, es el “candidato de unidad” en Tijuana.

Para conocer la precampaña de Salas, su equipo, su proyecto y su discurso, se buscó al precandidato, quien cobra en la Secretaría del Ayuntamiento de Tijuana. Primero por su cuento de Facebook, se le envió un mensaje formal para atender una entrevista. Su salida fue burda: “Soy el webmaster de la pag. yo le daré su mensaje (sic)”.

Después se le envió un correo electrónico con la misma invitación. Nunca lo respondió. Al insistirle por su red social, se le olvidó que era el “webmaster”, respondió en primera persona: “nose si estaré en la ciudad pero estamos en comunicación (sic)”.

Ante sus escabullidas, se le marcó al celular y de nuevo la invitación. En esa ocasión Elías justificó que tenía “reuniones”. Se le respondió que no importaba la hora. Luego se zafó: “Es que es en Mexicali y no se si podre regresar” (sic).

A la insistencia, el precandidato del PRI condicionó la entrevista: “¿Me puede mandar el cuestionamiento para también saber qué responder?”. Se le dio una negativa y ya no accedió.

No había forma, días tras día se le insistió, pero Salas tenía otra idea: “Mejor por qué no vamos a comer y platicamos”. Otra negativa, y Salas Tovar simplemente enmudeció acicalado.

LA MECÁNICA EN TECATE

Desde que se retiró de la función pública, una vez terminada la administración de Joaquín Sandoval, donde fungía como director de Asuntos Internos de Sindicatura, Alberto García Molina, precandidato por el PRI a la alcaldía de Tecate, atiende  un negocio familiar: un taller de servicios mecánico automotrices.

Pac Man Automotriz se localiza en el fraccionamiento Chávez del municipio de Tecate, ahí, el precandidato del Partido Revolucionario Institucional atiende sus responsabilidades profesionales como abogado y como encargado del negocio, “yo los divorcio, y los muchachos les arreglan los carros”, bromea.

En los usos y costumbres priistas, las convenciones democráticas terminan en votaciones unánimes por parte de los consejeros, que se asemejan más a dedazos, y como dice el propio precandidato, “una cosa es unanimidad, y otra unidad”.

El precandidato menos favorito se siente con posibilidades de resultar candidato: “Claro, pues si no hubiera posibilidades, no nos hubiéramos metido, creo que hay posibilidades, como fuimos dos, pudimos haber sido tres, pero todo depende de nuestros compañeros que tienen derecho a voz y voto dentro de la convención, y si los podemos convencer con nuestro proyecto”.

Eso sí, acepta que César Moreno “tiene trabajo ya realizado”, es más mencionado en la prensa, “y todo eso a veces mueve la balanza, pero bueno, estamos tratando de alcanzar y presentar nuestra aspiración”.

Toma con seriedad la precampaña, según dice, se ha dado a la tarea de visitar a los consejeros que participarán en la convención municipal del 6 de abril. Asegura que algunos miembros de la CNOP, sector priista donde fundó el Movimiento de Profesionales y Técnicos, le dará su visto bueno, pero después de unos minutos.

García aclara que no ha recibido respaldo de ningún actor priista de relevancia, él confía en su trayectoria como priista en la función pública y dentro de los sectores tricolores como la CNOP y la CTM, donde participó dentro del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión.

García Molina fue encargado del Registro Civil municipal en la administración de Rubén Adame Loustaunau, subdirector de Seguridad Pública en el trienio de Alfredo Ferreiro, regidor durante el mandato municipal de Juan Vargas  y secretario municipal con Joaquín Sandoval.

Manifiesta su pasión por la locución, quizá eso le pueda sumar votos; actualmente ameniza los eventos del DIF Municipal, y comenta entre risas: “De hecho si sabe de alguien que necesite un locutor, me apunto aunque tenga que ir a Tijuana todos los días”.

Alberto García Molina, precandidato a la alcaldía de Tecate por el Partido Revolucionario Institucional, no se desanima frente a César Moreno, “candidato de unidad”.

IMPROVISANDO EN ROSARITO

 Tan escondidizo como en su registro, Miguel Guillén López ha hecho de todo por pasar desapercibido durante su precampaña. Evasivo en las llamadas telefónicas, se mantiene oculto para no ser entrevistado, admite no haber iniciado actividades de promoción y se dedica exclusivamente a asistir a “reuniones a puerta cerrada en el comité municipal”.

Quien fuera el segundo precandidato a registrarse por la alcaldía de Playas de Rosarito, parece perder cada día el poco ánimo con el cual inició su carrera política. Desconocido entre los priistas, mientras Enrique Esquivel Haros -su contrincante- aprovecha los tiempos de precampaña para difundir su imagen en espectaculares, vallas y paradas de camiones, cada semana Guillen López asegura que “la siguiente, empezaremos a recorrer las colonias”.

Sin prisas ni preocupaciones por colocarse como candidato, contesta despistadamente su teléfono mientras cruza hacia Estados Unidos, se niega a hablar sobre su proyecto “porque ya casi estoy en el otro lado y la llamada sale muy cara”. Se compromete a responder al día siguiente, la llamada se realizó, sin respuesta.

“Vamos a ver si a partir de esta semana empezamos… de acuerdo a lo que platiquemos en la breve junta y nos ponemos de acuerdo, como planilla, para ver qué podemos hacer”, titubea Guillén al preguntarle sobre su estrategia de precampaña.

Al momento de registrarse, aseguró contribuir a su partido con un proyecto diferente, ciudadano, cercano a los rosaritenses.

Él mismo prohibió al CDM priista compartir con la reportera, su número personal -con tal de evitar la entrevista-, y utilizó como pobre excusa, que “ese día ya andaba en campaña”.

En la única ocasión que se le pudo localizar, confesó haber contestado “por casualidad”, pues “no contesto números que no conozco”. En su currículum, se le encuentra como miembro de la asociación vecinal Nuevo Rosarito, registrada en 2008 y hasta ahí, lo que el precandidato priista ha querido compartir con quienes desea gobernar.

Igual con su planilla, virtuales desconocidos acudieron solamente al registro, cuestión de diez minutos que les tomó la tarde del 2 de marzo. Catarino Cabrera Rodríguez, síndico de la planilla, es tesorero de la Unión de Transportistas de Primo Tapia.

Improvisados como primer y segundo regidores, Karla Judith Pérez Martínez y Santiago Rodríguez Velarde, trabajadores de Desarrollo Social Municipal y el Instituto Municipal del Deporte, respectivamente.

EN MEXICALI NOMÁS POR FIGURAR

Jesús Gómez Torres fue barrendero en el Ayuntamiento, “barriendo calles con los famosos cepillines”. Así ingresó a la función pública, recuerda. Hoy, es el aspirante oficial a perder la candidatura del PRI en Mexicali frente al que llama “el candidato oficial”, Elí Topete.

A días de la convención del PRI para elegir candidato, a Gómez al fin le alcanzó para poner una lona grande de su precampaña el viernes pasado: “Decidimos hacer una vaquita, poner cada quien una lana, cosa que no se ha llevado a cabo. Nadie ha aportado lo que decían, habíamos pensado juntar 10 mil o 15 mil pesos cada uno, y juntamos unos 150 mil, la verdad es que no juntamos 20 mil”.

De topete, se sabe: “él sí tiene esa lana”.

Sin dinero y sin apoyo, el aspirante jubilado hace conciencia: “Para ser sincero, tenemos los pies sobre la tierra”. A sus 62 años, piensa que esta aspiración “ya es la última jugada”. O quién sabe, pues analiza que esta contienda, aunque es segura su derrota, le dará proyección para dentro de tres años volver a intentar.

— Ah, ¿entonces (su registro) solo fue para figurar en una próxima contienda?

“Pues algo así, uno nunca sabe”.

Pero el profesor Gómez sabe la estrategia: “Una vez le dije a Elí, ‘te di la oportunidad, carajo, de que salgas a la calle a hacer tu proselitismo interno, porque me tocó a mí, para que haya una competencia interna’”. Así de sencilla su tarea.

El ex regidor se queja de que Francisco Pérez Tejada incluyó a él y a otros a su campaña, y llegando al gobierno municipal, simplemente los ignoró. Por ello espera platicar en unos días con Topete y con el candidato a la gubernatura, Fernando Castro Trenti.

Don Jesús fue dirigente del PRI en Mexicali hace tres años. Fue su última participación en el partido. En este proceso primero aspiraba al tercer distrito electoral, pero le advirtieron: “No, no, en el tercero no te metas, ya hay un personaje ahí y está ocupado”. Después le ofrecieron: “Si quieres, éntrale al Cuarto Distrito”.

Pero Gómez Torres reflexionó: “En el Cuarto Distrito no tengo mucho qué hacer, no soy de ahí y no lo he trabajado”. No había muchos lugares a donde apuntar, piensa: “Había preparado documentos, y cuando llegó el día, me dijeron que el Cuarto Distrito estaba reservado para mujeres, entonces, como yo tenía los papeles listos, decidimos registrarnos”.

Después de la “sorpresa” de quedar registrado, le quedó el consuelo: “Uno lo hace con el fin de figurar, como pudimos haberlo hecho como candidato a diputado. Dijimos, si no es hoy, será mañana, nosotros nos registramos así”.

De esta manera, los precandidatos del tricolor a las alcaldías, los que no tienen siquiera oportunidad, dinero  ni apoyo, sacados por su partido únicamente para perder, son, por eso, los desaparecidos del PRI.

(SEMANARIO ZETA/ ZETA Zoom Politico / abril 8, 2013)

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