lunes, 8 de abril de 2013

DENUNCIA VIOLENCIA EN CARRETERA DE SONORA



Inseguridad en el tramo Navojoa-Bacabachi, de la Cuatro Carriles…
  
“Los gritos de pánico no se hicieron esperar, en mi caso fue más dramático, íbamos sentados donde se estrelló el proyectil y lo más grave, mi niña de apenas 10 años iba sentada a un lado de la ventana, donde se impactó el proyectil, cuando reaccioné (creo que fue inmediatamente) le pregunté a gritos sobre su situación e inmediatamente me contestó “no me pasó nada”, un gran alivio con reservas me dio tiempo de manejar la situación”, narra el ciudadano Alberto Hirales a Dossier Político…
 
Redacción/ Dossier Político
Hermosillo, Sonora (DP).- El sonorense Alberto Javier Hirales narró a Dossier Político la peligrosa odisea por la que pasó al lado de su hija; mientras viajaban en un autobús, un impacto de bala alcanzó la ventana del autobús Elite donde ellos se encontraban, al momento de llegar a la Caseta de Cobro y denunciar el hecho a la Policías Federal, ésta no levantó acta alguna.

“La semana pasada, en cuatro días seguidos se hicieron destrozos de vehículos en movimiento en la Carretera Internacional, más conocida como la Cuatro Carriles; vehículos particulares y autobuses repletos de pasajeros fueron las víctimas, la agresión se dio entre el tramo de Navojoa a Bacabachi; nada su supo públicamente y a nadie se le hizo justicia.

Expuso que “a mí hija y yo nos tocó viajar como pasajero de los autobuses Estrella Blanca, abordamos la unidad como a las diez de la noche, nos tocó el asiento 31 y 32 y como a las diez y media pasamos por ese tramo y de repente un fuerte ruido despertó a todos los pasajeros que iban dormidos o somnolientos.

Los gritos de pánico no se hicieron esperar, en mi caso fue más dramático.

Íbamos sentados donde se estrelló el proyectil y lo más grave, mi niña de apenas 10 años iba sentada a un lado de la ventana, donde se impactó el proyectil, cuando reaccioné (creo que fue inmediatamente) le pregunté a gritos sobre su situación e inmediatamente me contestó “no me pasó nada”, un gran alivio con reservas me dio tiempo de manejar la situación.

Cuando el autobús bajo la velocidad (sin parar en ningún momento, sospecho que el chofer pensó que la agresión era con el objetivo de asaltar) y encendió la luz me permitió observar detenidamente a mi pequeña y de repente me dijo llorando “papá estás sangrando”.

Me toqué lentamente el rostro y abrí los ojos y le contesté “no pasa nada, la sangre es muy escandalosa”; por dentro, y medio de lo ocurrido, me dio una gran felicidad, mi bella flor estaba fuera de peligro; “lo demás es lo de menos”; pensé.

Cuando nos bajamos en la Caseta de Peaje me dirigí al baño y me lavé la cara, salí sin mi camiseta y de repente veo que un grupo de gente estaba protestando y algunos me hicieron algunas preguntas y a la vez me decía donde tenía mis heridas y mis golpes; en menos de 15 minutos más de 12 vehículos particulares y pasajeros les fueron destruidos parte de sus cristales.

Uno de los choferes de Elite le señala a Policía Federal los daños a los cristales delanteros y le afirma que si el parabrisas se hubiera introducido seguramente el camión de hubiera salido de la carretera con pérdidas humanas impredecibles.

El “Federal” lo escuchó y le sugirió que prosiguiera su camino; a nadie de los agredidos se les levanto un acta.

Cuando llegamos al retén de la PGR les recriminamos que en lugar de tener esos absurdos retenes que su fueran a buscar a los malhechores y que dieran seguridad a los pasajeros; se escudaron diciendo que esa es responsabilidad de la PFP; la indignación y el desconcierto total.

Cuando le platicamos a nuestros amigos, por lo menos a quien yo le conté, nadie le daba crédito y sólo recuerdo que el chofer dijo que le parecía inexplicable que en los medios de comunicación no diera nota sobre lo ocurrido.

Y lo más grave, no es un hecho aislado, pero además recurrente, sólo nosotros fuimos testigos de 12 vehículos agredidos en 15 minutos y ahí se confirmó que esa situación es la misma desde hace cuatro días.

En efecto, el silencio es inexplicable; terminó afirmando el chofer que cuando suceda una gran tragedia, “los medios afirmarán que fue por causa mecánica”; esperemos que no.

El Gobierno del Estado de Sonora, debe estar plenamente informado de los que está pasando en ese tramo y si lo sabe está muy mal que no tomo medidas y si no lo sabe esta peor; de cualquier forma es una especie de 360 grados todo queda en el mismo lugar.

En el tramo carretero Navojoa-Bacabachi hay atentados; lo cierto que ni la PFP, ni la CAPUFE ni el Gobierno de Sonora encabezado por Guillermo Padrés Elías, han movido un solo dedo.

Esperemos que una tragedia no termine justificando con “una falla mecánica”; entonces sí saldrá en los medios de comunicación. Y sólo se sabrá el hecho y no las causas:

Están a tiempo de evitarlo, culmina Alberto Javier Hirales.

(DOSSIER POLITICO/ Redacción / 2013-04-08)

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