Las investigaciones de la
Fiscalía General sobre fosas clandestinas ubican al CJNG como responsable de al
menos 13 de estas inhumaciones, con 41 cuerpos ocultos; otras han sido de La
Corona, La Resistencia y del Milenio
“En muchos casos han sido los familiares
quienes han tenido que asumir la búsqueda de sus seres queridos, así como
múltiples fallas y vacíos en el manejo e identificación de cadáveres”
Situación de Derechos Humanos en México
Comisión Interamericana de Derechos
Humano
El ocultamiento de cuerpos en
fosas clandestinas en Jalisco tiene a su principal exponente en el Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG), aunque no es el único grupo criminal que ha
recurrido a esa práctica.
Las investigaciones de la
Fiscalía General para dar con los responsables de estas inhumaciones ilegales
han recolectado indicios que apuntan a la autoría del CJNG en al menos 13 fosas
clandestinas donde yacían 41 cuerpos.
Estas fosas fueron halladas entre
2012 y 2015 en los municipios de Puerto Vallarta, Bolaños, San Martín de
Bolaños, Amatitán, Ahualulco de Mercado, Encarnación de Díaz, así como en
Tlaquepaque y Zapopan, dentro de la metrópoli de Guadalajara.
Entre estos hechos que la
Fiscalía atribuye al CJNG está la fosa detectada en Zapopan en diciembre de
2013, en el poblado de Palo Gordo, donde se encontraron en un solo sitio 17
cuerpos, de los que hasta 2015 se había identificado a ocho.
Esa narcofosa es la más
grande que se ha localizado en Jalisco, si se considera que los 75 cuerpos
extraídos de La Barca, de noviembre de 2013 a enero de 2014, estaban
distribuidos en 37 fosas distintas, según esa indagatoria de la Procuraduría
General de la República.
Las fosas donde se presume la
mano del CJNG son investigadas con una decena de averiguaciones, de las que
ocho están consignadas y un par seguía en integración en 2015; no obstante,
solo en tres hay detenidos (ocho individuos), según los datos que otorgó la
Fiscalía en el recurso 529/2015.
LA LUCHA DEL PODER
Otro grupo que ha estado
detrás dwe fosas clandestinas en Jalisco es el de La Corona. En 2013, la
Fiscalía inició una averiguación por el hallazgo de una fosa en Zapopan, con
tres cuerpos, que condujo hasta ese grupo.
El 26 de febrero de 2015,
cuando se detectó un arsenal de La Corona en la colonia Ciudad del Sol,
Zapopan, con cinco lanzagranadas, 12 mil cartuchos y 450 cargadores, el
entonces fiscal, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, dijo:
“Sentimos que por muchos años
el grupo de La Corona fue fuerte en Jalisco, hay que recordar que hace poco un
juez federal le otorga la libertad a quien dijeron que era sucesor de Ignacio
Coronel”.
Hablaba de Martín Beltrán,
quien había sido absuelto en septiembre de 2014; y abundaría: “creemos que esto
puede ser parte de este grupo que pudiera querer retomar el control”.
La indagatoria por esa fosa
de La Corona de 2013 seguía abierta aún en 2015, aunque los cuerpos ya fueron
identificados.
En 2011 las autoridades
dieron con otra narcofosa en Guadalajara, donde estaba detrás La Resistencia.
En ese año Jalisco vivía su pico de violencia ante la guerra desatada por su
control entre ese grupo y el CJNG, ambos escisiones del Cártel del Milenio.
En esa fosa donde se rastreó
la autoría de La Resistencia había cinco cuerpos, todos ya identificados; ese
caso se consignó, pero sin detenidos.
Antes de estas fosas, en 2010
se descubrió una inhumación ilegal en Chapala, con dos cuerpos, que pertenecía
al entonces Cártel del Milenio. El caso se consignó con dos detenidos, aunque
los cuerpos siguen sin identificarse.
En su informe la “Situación
de Derechos Humanos en México” la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
advierte la necesidad de que las autoridades fortalezcan la investigación de
estas fosas.
“Los hallazgos de fosas
clandestinas y las fosas en cementerios y panteones con decenas de cadáveres en
diversas zonas de México, han evidenciado que en muchos casos han sido los
familiares quienes han tenido que asumir la búsqueda de sus seres queridos, así
como múltiples fallas y vacíos en el manejo e identificación de cadáveres, y en
la asistencia y protección de los familiares de las víctimas”, detalla el
informe.
FOSAS Y HECHOS
En Ahualulco de Mercado, cuyo
alcalde Víctor Castañeda Luquín sufrió un atentado el 1 de marzo cuando su
vehículo fue atacado por un comando, la Fiscalía halló un par de fosas en 2013
que atribuyó al CJNG, con seis cuerpos.
El alcalde salvó la vida por
el blindaje del vehículo que le había otorgado la Fiscalía; de acuerdo con su
titular, Eduardo Almaguer Ramírez, fue una reacción a la reubicación de
internos que estaban en su cárcel municipal, donde cometían delitos.
El otro municipio que ha
despertado preocupación es Lagos de Moreno, con cuatro enfrentamientos entre la
autoridad y grupos delictivos entre el 17 y el 24 de febrero, y siete presuntos
sicarios muertos. Ahí se hallaron dos fosas en 2012 y otra en 2015, con cinco
cuerpos.
A todas estas inhumaciones
que dejan a su paso desaparecidos, habría que sumar que de 2007 a octubre de
2015 el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses incineró o sepultó en fosas
comunes mil 761 cuerpos sin antes haberlos identificado.
El 2 de diciembre pasado fue
asegurado el Rancho Los Amiales, en Teuchitlán, de 50 hectáreas, del que se había
apoderado el CJNG, dijo el fiscal general; se localizaron nueve cuerpos, aunque
se presumen tres muertes más.
“Este rancho limita con parte
de la sierra y una barranca que permitía a delincuentes del CJNG de esta zona
viniera aquí a estas instalaciones a cometer este tipo de ilícitos”, dijo ese
día.
(REPORTE INDIGO/ LUIS HERRERA/ Miércoles
9 de marzo de 2016)
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