MÉXICO,
D.F. (Proceso)- Nuestro producto lleva las aguas tonificantes de los
manantiales calientes de Grecia en el conforte de su casa. Simplemente
agrega el contenido en un baño caliente. Dada la concentración de
nuestro producto, le aconsejamos conseguir un gramo en caso de que no lo
haya probado antes. Su aplicación durará varias horas. Este producto no
fue concebido para el consumo humano.”
Lo anterior reproduce la descripción de una bolsita de 10 gramos de sales de baño a 67 dólares en una página en internet.
Si
el pellizco de sales de baño parece carísimo, el costo se explica por
su estructura molecular. Ésta imita la de la catinona, un alcaloide
prohibido a escala internacional que se encuentra en el arbusto “khat”,
originario de África. Pese a las contraindicaciones el comprador las
usará para su consumo personal: en realidad la página le vende
mefedrona, una droga alucinógena que imita los efectos del éxtasis.
La
mefedrona forma parte de las llamadas “nuevas sustancias psicoactivas” o
“euforizantes legales”, cuya particularidad es encontrarse fuera del
ámbito legal internacional en materia de regulación de drogas. Dicho de
otro modo, su uso es legal en la mayor parte del mundo mientras que sus
efectos son tan potentes como los de las drogas ilegales.
En 2009,
sólo 166 de estas sustancias estaban registradas, y apenas 170 “tiendas
virtuales” las proponían en internet, informa la instancia policial
europea Europol en el reporte anual Nuevas drogas en Europa 2012, que
publicó su Centro de Monitoreo Europeo para Drogas y Adicciones en mayo
último.
Europol estimó que sólo en 2012 aparecieron 73 nuevas
sustancias, alrededor de una droga cada semana. Había reportado 49 en
2011 y 24 en 2009. Con un total de 251 “nuevas sustancias”, su número
sobrepasa el de las drogas ilegales bajo control internacional, que es
de 234.
El fenómeno captó tanto la atención de la Oficina de las
Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (ONUDC) que le dedicó toda
la segunda parte del Reporte mundial sobre las drogas 2013, que publicó
el pasado 26 de junio.
En 2012, alrededor de 700 tiendas
virtuales especializadas en “euforizantes legales” florecían en la red,
compitiendo entre sí para vender sus psicotrópicos escondidos detrás de
fachadas inofensivas, como “mezcla de inciensos extremadamente fuerte”,
“resina de hierbas”, “súper pastillas” o “polvo de extracto de hongos”.
Su reseña “oficial” varía, desde fertilizante o alimento para plantas
hasta “limpiador de joyas”.
El 88% de los 70 países que auditó la
ONUDC –entre ellos México– reportó la presencia de estas nuevas
sustancias en su territorio nacional, cuya puerta de entrada es internet
o directamente los antros.
De estas sustancias, las más
consumidas en México son las tachas, seguidas por el GHB y la ketamina,
afirma en entrevista con Proceso Ricardo Iván Nanni Alvarado, director
general adjunto de Políticas y Programas contra las Adicciones de la
Secretaría de Salud.
En el país, la Procuraduría General de la
República y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios (Cofepris) tienen sendos laboratorios especializados en el
análisis de estas sustancias, indica el funcionario, en tanto que la
Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) gestiona un
observatorio que registra los cambios en el consumo de drogas.
En
Gran Bretaña, las autoridades certificaron que 8.2% de los jóvenes de
entre 15 y 24 años consume estas drogas legales. En Polonia, su consumo
ya superó al de la mariguana. En Estados Unidos, 2.9 millones de
personas las probaron durante 2011.
“Además de tener consecuencias
serias en materia de salud, las nuevas sustancias psicoactivas retan al
sistema de control de drogas a todos los niveles: nacional, regional y
global”, alerta el informe de la UNODC.
Diseñadas para evadir
Tras
las firmas de los convenios internacionales de 1961 y 1971, muchas
moléculas con efectos psicotrópicos y narcóticos quedaron prohibidas. A
partir de los años setenta, con el objetivo de eludir la prohibición,
unos químicos se dedicaron a realizar modificaciones menores a la
estructura molecular de las drogas controladas. Resultó de este proceso
la creación de decenas de sustancias “análogas” que no entraban en el
giro legislativo, bautizadas como “drogas de diseño”.
Durante la
última década aparecieron los “euforizantes legales”, cuyos inventores, a
partir de hierbas y productos sintéticos, intentan imitar los efectos
de las drogas ilegales al activar las mismas zonas cerebrales, por lo
que se les llama “miméticos”.
“El término ‘euforizante legal’ es
una herramienta exitosa de marketing en sí, porque sobreentiende que
estas sustancias no son tan peligrosas como las drogas controladas, lo
que incrementa su popularidad y sus ventas”, señala el reporte de la
ONUDC.
A estas sustancias se les denomina hoy “nuevas sustancias
psicoactivas” (NPS, por sus siglas en inglés). “El término de ‘nueva’
viene del ‘nuevo mal uso’ de dichas sustancias”, comenta el reporte, ya
que varias de ellas son conocidas desde hace décadas.
La
mefedrona, por ejemplo, fue descubierta en los años veinte y las
piperazinas en 1953. Los chamanes mazatecos del norte del estado de
Oaxaca usan la salvia divinorum en sus rituales desde hace siglos,
mientras que el kratom se usa como planta medicinal en Asia.
La
UNODC clasifica estas sustancias según sus estructuras moleculares. Los
cannabinoides sintéticos lideran el mercado mundial, según ella;
mezclados con otras mixturas y hierbas, se venden bajo varias
denominaciones; las más famosas son spice, Yucatán fire o skunk. Su
nivel de THC –el principio activo del cannabis– es mayor al de la
mariguana, asevera el reporte.
Ricardo Nanni asegura que este tipo
de sustancias no penetraron al mercado mexicano de drogas, ya que es
muy escaso el uso de los derivados de cannabinoides en el medio
hospitalario.
Las instancias policiales y de salud acreditaron la
existencia de drogas sintéticas a base de triptaminas –cuyos efectos
imitan los de los hongos alucinógenos–, de piperazinas, de ketamina
–usada por veterinarios–, de feniletilaminas o de fenciclidina, entre
otras. Pero también registraron plantas y hierbas psicotrópicas, como
la salvia divinorum, proveniente de México; el khat y el iboga, de
África; el kratom, de Tailandia; semillas como argyreia nervosa, y setas
y cactus, como el peyote.
En México se venden por internet las
hojas de la salvia divinorum e incluso la planta entera; pero no es de
uso popular, a diferencia del GHB y las tachas, indica Ricardo Nanni.
Las
nuevas sustancias psicoactivas sintéticas provienen en su mayoría de
laboratorios radicados en Asia del este y del sureste, asevera la ONUDC.
China e India, cuyas industrias farmacéuticas y químicas están muy
avanzadas, lideran la cadena de producción, estima el reporte.
“La
emergencia de nuevas sustancias legalmente manufacturadas por la
industria farmacéutica, con potencial de abuso, empezó a crear problemas
en un número creciente de países a finales de los años veinte”,
recuerda el documento.
Preocupación mundial
La
agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés)
presume por su parte que en México se procesan grandes cantidades de
ketamina y mefedrona, lo que convierte al país en uno de sus mayores
proveedores a escala mundial, aseveración que confirma Nanni.
“No
es negocio de unos jovenazos”, apunta el funcionario, y agrega: “El
crimen organizado está en todo esto. Ellos lo comercializan, lo trafican
y lo venden, ya que México no sólo es un país de tránsito, sino se ha
vuelto un país de consumo”.
La concepción de las drogas se realiza
“al comprar precursores que se pueden comprar sin problema, destinados a
formar algún fármaco”, comenta el especialista.
Las tachas, por
ejemplo, “provienen de precursores para antigripales o jarabes para la
tos, pero luego los cocinan, saben procesarlos. La sustancia sí es
legal. El ejemplo podría ser ir a comprar thinner. Es legal porque se
usa para la pintura, pero unos lo consumen”, añadió.
El riesgo al
comprar esas tachas, continúa, reside en que no existe control de
calidad, por lo que uno no está seguro de comprar una pastilla de
éxtasis.
“En el mejor de los casos te pueden vender un desenfriol o
una aspirina y con el efecto placebo te puede prender, pero también te
pueden vender un fármaco que ponga en peligro tu salud, como un depresor
muy fuerte que al mezclarlo con otras sustancias puedes llegar a
urgencias”, advierte.
El mercado de estas drogas es
“extremadamente dinámico” gracias a su capacidad de innovación, ya que
una vez creadas las sustancias son importadas legalmente como químicos o
como productos empacados.
“Tomando en cuenta los miles de
compuestos psicoactivos potencialmente comercializables, no resulta
sorprendente que el control de una sustancia se vea rápidamente seguido
por la promoción de alternativas todavía legales y muy efectivas. La
lista de moléculas de sustitución es casi infinita”, afirman Adam
Winstock y Chris Wilkins, investigadores en el programa de reformas a
las leyes de drogas del Transnational Institute en su ensayo El desafío
de las nuevas sustancias psicoactivas.
La comunidad internacional
se encuentra ante un dilema para regular su uso: tomar decisiones de
manera prematura, sin llegar a un consenso científico, puede revelarse
contraproducente, deplora la UNODC. Del otro lado, el proceso de
identificación y de estimación de los riesgos toma mucho tiempo.
En
México, el Consejo Nacional contra las Adicciones –que agrupa a
instituciones y a organizaciones de la sociedad civil coordinadas por la
Secretaría de Salud– actualiza la lista de sustancias prohibidas cada
tres o cuatro años, estima Nanni.
El especialista insiste en que
el mayor problema de adicción de los mexicanos sigue siendo el alcohol.
Según la Evaluación Nacional de Adicciones 2012 que publicó la
Secretaría de Salud, 6.2% de los mexicanos de 12 a 65 años era
dependiente a la sustancia legal en 2011, cifra que aumentó en 1.2% en
comparación con el año anterior.
/25 de julio de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario