La última vez que
Martín sostuvo una de esas despensas que repartió el Gobierno municipal, fue el
último día de diciembre de 2012 en el patio de Palacio Municipal
Liliana Zamora
MAZATLÁN.- La última
vez que Martín sostuvo una de esas despensas que repartió el Gobierno
municipal, fue el último día de diciembre de 2012 en el patio de Palacio
Municipal.
Con ella le dieron
un cobertor y un pollo de unos 2 kilos para que celebrara las fiestas de fin de
año, recuerda mientras sostiene la caja de cartón, sellada con el logotipo del
DIF.
En su interior había
harina de maíz, aceite, frijol, arroz, leche, pasta para sopa, avena y
leguminosas.
Martín, quien hace
cinco meses tuvo que abandonar su casa en La Cieneguilla, Concordia, es una de
las personas que llegaron de manera repentina a Mazatlán, desplazados por la
violencia.
De acuerdo con datos
del Municipio, ayer se benefició a un total de 300 familias, que actualmente
radican en Rincón de Urías, Flores Magón, Loma Bonita, Universo e Insurgentes,
con dos despensas para cada una.
El plan original era
entregarles despensas a las familias que llegaron desplazadas de comunidades de
Concordia y Mazatlán, básicamente, cada mes.
Sin embargo, la
ayuda llegó siete meses después.
Pero las familias
afectadas que se congregaron en dos puntos distintos, en el Rincón de Urías y
en la plazuela de la Flores Magón, no dejaron de celebrar el apoyo.
(NOROESTE/ Liliana Zamora /25-07-2013)
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