Lo
que se pensaba sería una mañana tranquila para realizar el depósito de
las ventas de fin de semana para el hijo del dueño y un trabajador de la
estación de gasolina Reforma (cuyos nombres se reservan por motivos
fáciles de comprender), se convirtió en toda una pesadilla.
Como todos los días los dos trabajadores se dirigían al banco que se encuentra a unos metros del negocio, cuando del callejón les salió un sujeto que golpeóo al hijo del dueño de la gasolinera, corriendo el otro trabajador al banco con el dinero, pero fue interceptado por el asaltante que traía la pistola y lo golpeo en la cabeza.
Como todos los días los dos trabajadores se dirigían al banco que se encuentra a unos metros del negocio, cuando del callejón les salió un sujeto que golpeóo al hijo del dueño de la gasolinera, corriendo el otro trabajador al banco con el dinero, pero fue interceptado por el asaltante que traía la pistola y lo golpeo en la cabeza.
Con
el dinero corren los maleantes en dirección de norte a sur por el
callejón para tomar agarrar la avenida Revolución siendo seguidos por
una dama en un vehículo, echándole el carro encima a uno de los
ladrones, quedando con las manos en el cofre, pero al llegar el
malhechor que portaba de la pistola el primero le gritó y oírlo gritar
que le disparara a la mujer, por lo que ésta aceleró su automóvil la dama
y se retiró.
A pocos metros de llegar al domicilio donde se escondieron los dos
asaltantes, el hermano del hijo del dueño de la gasolinera les cerró el
paso pero lograron esquivar el golpe al subirse a la banqueta de la
avenida Revolución y le apuntaron con la pistola por lo que
el joven se retiró y alcanzó a verlos que se metieron al domicilio de
una conocida familia empaálmense.
Esta
familia, estando en uno de los cuartos, con el apoyo de una persona que
les ayuda a la venta en el de tianguis, lograron bloquear la puerta de
entrada a la vivienda, y se refugió en una habitación donde
se encontraban los integrantes de la familia, mientras los asaltantes
golpeaban con un pico y exigían les abrieran para tomarlos agarrarlos
como rehenes, cosa que no lograron al llegar agentes de la Policía
Estatal Investigadora, del Ejéercito Mexicano y Policía Preventiva
Municipal.
En breve arribaron los apoyos de la Policía Estatal
Investigadora de Guaymas, Personal de la Marina Armada de México y
Policía Preventiva Municipal que rodearon toda el área, hasta que
lograron introducirse al domicilio y detener a los dos presuntos
asaltantes.
Se trata de quienes dijeron llamarse Jesús Antonio Lara Martínez, de
33 años de edad, con domicilio en la colonia Palmares, casa número 11; y
Jaime Isaac Barreto Quintero, de 28 años, con residencia en calle
Morelos, casa número 286 de la colonia Moderna, a quienes se les
aseguraron un arma corta con la cual efectuaron detonaciones hasta en
siete ocasiones hacia los agentes policiacos de las diferentes
corporaciones.
Esto generó que muchas personas sufrieran crisis nerviosa, entre
ellos los de la vivienda donde se introdujeron, en tanto los agentes
policiacos no repelieron la agresión ante el temor de que resultaran
heridas las personas del domicilio lesionadas, procediendo mejor a
rodearlos y capturarlos, lo que al final se consiguió así se
hizo y nadie fue agredido.
Cuando los dos asaltantes estaban rindiendo su declaración en las
instalaciones de la base operativa a cargo del comandante Abelardo Gil
Castelo, en el exterior se apreciaban unidades y agentes policiacos de
todos los niveles resguardando el lugar.
A los pocos minutos de nuevo se generó otra movilización de unidades y
agentes que se trasladaron a la calle Hidalgo final, donde rodearon un
domicilio, lográndose la detención de otro sujeto de quien al cierre de
la edición se ignoraban sus generales.
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