Río de Janeiro, Brasil.- Tan pronto abordó un sencillo Fiat, tras descender del avión de Alitalia que lo trajo a Brasil, el papa Francisco fue recibido por una multitud frenética que se abalanzó sobre el automóvil que lo llevaba al lugar donde lo esperaba un papamóvil sin blindaje, que minutos más tarde lo llevó por un recorrido más organizado por el centro de la ciudad.
Los fieles se acercaron al vehículo mientras escoltas de seguridad del
Vaticano empujaban a quienes se abalanzaban al vehículo. Entre tanto,
había gente que corría en las aceras tratando de ver al Papa en el
interior del carro.
En una parte del trayecto, el vehículo se detuvo y el Papa llamó a una mujer con un niño en brazos. Luego el Papa sostuvo al menor por un momento.
Siguió su camino, pero por momentos el automóvil navegó en la mitad del tráfico de la ciudad, con tres carriles exclusivos reservados para la movilización papal, pero rodeados por dos hileras de fieles a ambos lados del Fiat que continuaban abalanzándose hacía el vehículo mientras eran retirados por la escolta papal.
Luego, Francisco fue transferido al papamóvil, que lo llevó por el centro de la ciudad para llegar a la Catedral de Río en medio de las ovaciones de millares de peregrinos que se concentraron a ambos lados de la calle principal.
LO RECIBE ROUSSEFF
El carro circuló rodeado por escoltas de la seguridad del Pontífice que iban a pie y por policías motorizados locales mientras el Papa saludaba a los fieles que lo esperaban para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa arribó en un vuelo de Alitalia que llevaba las banderas de Brasil y de la ciudad Estado del Vaticano, y fue recibido por la presidenta Dilma Rousseff.
Francisco era esperando por miles de jóvenes católicos, que le aguardan con los brazos abiertos resemblando la simbólica imagen carioca del Cristo Redentor, para una jornada de evangelización en la que predominarán la lucha contra la pobreza y el ejercicio de la humildad.
Al recorrer algunas calles del centro, la gente gritaba emocionada al paso del Francisco. Lloraban, temblaban y gritaban.
“Este no es sólo un evento para gente joven”, dijo a The Associated Press Severina Alves, de 70 años. “Yo soy joven de espíritu. Además hay que ver a ‘Chico’’’, el diminutivo que utilizan en Brasil para los que tienen el nombre de Francisco.
En una de las céntricas calles, Idaclea Rangel, de 73 años, se recostó en la pared temblando y llorando gritó: “Lo vi. Yo no puedo viajar a Roma, pero él vino a mejorar este país, que es un país de corruptos, y a mejorar nuestra fe”.
RECIBE SERENATA
Cuando descendió del avión a su nativa América Latina al aterrizar en Brasil, un sonriente Papa inició un viaje de siete días destinado a avivar el fervor de los fieles de todo el mundo.
Rousseff le estrechó la mano con fuerza al tocar tierra brasileña. Después, el Pontífice recibió dos ramos de flores blancas y amarillas que le trajeron dos adolescentes, que le dieron un beso en la mejilla.
Al llegar al final de la alfombra roja, en la que se encontraban líderes de la Iglesia y otros dignatarios, el Papa y Rouseff hicieron una pausa mientras un coro entusiasta, integrado por cerca de tres docenas de jóvenes católicos, le ofrecieron una serenata en la que cantaron un himno relacionado con el Día Mundial de la Juventud.
Éste es un evento que reúne a cientos de miles de jóvenes fieles de todo el mundo. Antes de cantar, los niños gritaron consignas en su honor, parecidas a las que se cantan en los estadios de futbol.
‘TRAE A JESUCRISTO’
En su primer acto con las autoridades brasileñas dijo que no trae “ni oro ni plata, sino lo más valioso, Jesucristo”, a la vez que afirmó que la juventud es “el ventanal por donde entra el futuro en el mundo”.
No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros”, afirmó Francisco en la ceremonia de bienvenida ante la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en el Palacio de Guanabara.
El Pontífice agregó que su visita a Brasil va más allá de las fronteras, ya que se debe a la celebración en Río de Janeiro de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y a su deseo de encontrarse con los jóvenes de todo el mundo.
Esos jóvenes “hablan idiomas diferentes, pertenecen a culturas diferentes y sin embargo encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los une por encima de cualquier diferencia”.
La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y por tanto nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida”, subrayó.
Tras la ceremonia, Francisco se reunió a solas con la presidenta Rousseff en el Palacio de Guanabara. El Pontífice se alojará en la residencia religiosa de Sumaré, en Río de Janeiro.
Teme el Papa ser asesinado
El escritor argentino Omar Bello, autor del libro “El verdadero Francisco”, afirmó que el Papa se abstiene de dormir en el Vaticano porque teme un atentado que frustre su intención de pasar a la historia como quien transformó a la Iglesia.
En su libro “El Verdadero Francisco”, del que la más reciente edición de la revista “Noticias” publicó un adelanto, el escritor señaló que “la decisión de no utilizar por ahora las habitaciones papales se relaciona con el temor a un atentado”.
“Es decir, prefiere estar en su habitación de 60 metros cuadrados en Santa Marta”, reveló Bello, en un texto donde pasa revista a la vida del argentino Jorge Mario Bergoglio, quien en abril pasado se convirtió en el primer latinoamericano en asumir el pontificado.
Explicó que, “aunque parece descabellado, hacerle algo ahí sería más complejo que en las entrañas de un palacio lleno de misterios y recovecos, en especial para un sacerdote que hizo toda su “carrera” en Argentina y cuenta con pocos aliados en Roma”.
Bello afirmó que Francisco “busca la santidad” porque “quiere quedar como el hombre que salvó a la Iglesia de un derrape que muchos veían como seguro y lo que es peor, cercano”.
Sostuvo que el Papa les ha dicho a sus colaboradores más cercanos, sin “medias tintas”, que está convencido de que la Iglesia “está enferma de corrupciones diversas que cruzan el amplio espectro de las miserias humanas, desde delitos sexuales hasta lavado de dinero” .
El escritor explicó que, para Francisco, su papado empieza realmente después de la Jornada Mundial de la Juventud que encabeza esta semana en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, a la que arribó ayer.
En una parte del trayecto, el vehículo se detuvo y el Papa llamó a una mujer con un niño en brazos. Luego el Papa sostuvo al menor por un momento.
Siguió su camino, pero por momentos el automóvil navegó en la mitad del tráfico de la ciudad, con tres carriles exclusivos reservados para la movilización papal, pero rodeados por dos hileras de fieles a ambos lados del Fiat que continuaban abalanzándose hacía el vehículo mientras eran retirados por la escolta papal.
Luego, Francisco fue transferido al papamóvil, que lo llevó por el centro de la ciudad para llegar a la Catedral de Río en medio de las ovaciones de millares de peregrinos que se concentraron a ambos lados de la calle principal.
LO RECIBE ROUSSEFF
El carro circuló rodeado por escoltas de la seguridad del Pontífice que iban a pie y por policías motorizados locales mientras el Papa saludaba a los fieles que lo esperaban para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa arribó en un vuelo de Alitalia que llevaba las banderas de Brasil y de la ciudad Estado del Vaticano, y fue recibido por la presidenta Dilma Rousseff.
Francisco era esperando por miles de jóvenes católicos, que le aguardan con los brazos abiertos resemblando la simbólica imagen carioca del Cristo Redentor, para una jornada de evangelización en la que predominarán la lucha contra la pobreza y el ejercicio de la humildad.
Al recorrer algunas calles del centro, la gente gritaba emocionada al paso del Francisco. Lloraban, temblaban y gritaban.
“Este no es sólo un evento para gente joven”, dijo a The Associated Press Severina Alves, de 70 años. “Yo soy joven de espíritu. Además hay que ver a ‘Chico’’’, el diminutivo que utilizan en Brasil para los que tienen el nombre de Francisco.
En una de las céntricas calles, Idaclea Rangel, de 73 años, se recostó en la pared temblando y llorando gritó: “Lo vi. Yo no puedo viajar a Roma, pero él vino a mejorar este país, que es un país de corruptos, y a mejorar nuestra fe”.
RECIBE SERENATA
Cuando descendió del avión a su nativa América Latina al aterrizar en Brasil, un sonriente Papa inició un viaje de siete días destinado a avivar el fervor de los fieles de todo el mundo.
Rousseff le estrechó la mano con fuerza al tocar tierra brasileña. Después, el Pontífice recibió dos ramos de flores blancas y amarillas que le trajeron dos adolescentes, que le dieron un beso en la mejilla.
Al llegar al final de la alfombra roja, en la que se encontraban líderes de la Iglesia y otros dignatarios, el Papa y Rouseff hicieron una pausa mientras un coro entusiasta, integrado por cerca de tres docenas de jóvenes católicos, le ofrecieron una serenata en la que cantaron un himno relacionado con el Día Mundial de la Juventud.
Éste es un evento que reúne a cientos de miles de jóvenes fieles de todo el mundo. Antes de cantar, los niños gritaron consignas en su honor, parecidas a las que se cantan en los estadios de futbol.
‘TRAE A JESUCRISTO’
En su primer acto con las autoridades brasileñas dijo que no trae “ni oro ni plata, sino lo más valioso, Jesucristo”, a la vez que afirmó que la juventud es “el ventanal por donde entra el futuro en el mundo”.
No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros”, afirmó Francisco en la ceremonia de bienvenida ante la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en el Palacio de Guanabara.
El Pontífice agregó que su visita a Brasil va más allá de las fronteras, ya que se debe a la celebración en Río de Janeiro de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y a su deseo de encontrarse con los jóvenes de todo el mundo.
Esos jóvenes “hablan idiomas diferentes, pertenecen a culturas diferentes y sin embargo encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los une por encima de cualquier diferencia”.
La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y por tanto nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida”, subrayó.
Tras la ceremonia, Francisco se reunió a solas con la presidenta Rousseff en el Palacio de Guanabara. El Pontífice se alojará en la residencia religiosa de Sumaré, en Río de Janeiro.
Teme el Papa ser asesinado
El escritor argentino Omar Bello, autor del libro “El verdadero Francisco”, afirmó que el Papa se abstiene de dormir en el Vaticano porque teme un atentado que frustre su intención de pasar a la historia como quien transformó a la Iglesia.
En su libro “El Verdadero Francisco”, del que la más reciente edición de la revista “Noticias” publicó un adelanto, el escritor señaló que “la decisión de no utilizar por ahora las habitaciones papales se relaciona con el temor a un atentado”.
“Es decir, prefiere estar en su habitación de 60 metros cuadrados en Santa Marta”, reveló Bello, en un texto donde pasa revista a la vida del argentino Jorge Mario Bergoglio, quien en abril pasado se convirtió en el primer latinoamericano en asumir el pontificado.
Explicó que, “aunque parece descabellado, hacerle algo ahí sería más complejo que en las entrañas de un palacio lleno de misterios y recovecos, en especial para un sacerdote que hizo toda su “carrera” en Argentina y cuenta con pocos aliados en Roma”.
Bello afirmó que Francisco “busca la santidad” porque “quiere quedar como el hombre que salvó a la Iglesia de un derrape que muchos veían como seguro y lo que es peor, cercano”.
Sostuvo que el Papa les ha dicho a sus colaboradores más cercanos, sin “medias tintas”, que está convencido de que la Iglesia “está enferma de corrupciones diversas que cruzan el amplio espectro de las miserias humanas, desde delitos sexuales hasta lavado de dinero” .
El escritor explicó que, para Francisco, su papado empieza realmente después de la Jornada Mundial de la Juventud que encabeza esta semana en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, a la que arribó ayer.
(ZOCALO/ AP /23/07/2013 - 04:00 AM)
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