Acusan que Procuraduría actuó por presiones políticas
Armando Gutiérrez Guerra, Medardo Meléndrez Armenta y
Gonzalo Gutiérrez Guerra, señalados como
presuntos responsables intelectuales del homicidio del regidor Arturo
Castellanos Ruiz en Ensenada, niegan haber ordenado la muerte y se dicen
víctimas de una investigación deficiente y presiones políticas. El expediente
del homicidio fue rechazado por tres jueces en Ensenada y fue enviado a
Tijuana. El Procurador Rommel Moreno no quiso responder sobre esta investigación.
Rosario Mosso Castro
Líderes de la
empresa de transporte Rojo y Blanco, señalados como presuntos responsables
intelectuales del homicidio del regidor por Ensenada, Arturo Castellanos Ruiz,
acudieron a las oficinas de ZETA para negar los cargos en su contra.
Se dijeron víctimas
de la falta de investigación de una Procuraduría del Estado que respondió a las
presiones políticas.
Aunque no han sido
requeridos por la autoridad, y los jueces no han otorgado a la PGJE las órdenes
de aprehensión en su contra: Armando Gutiérrez Guerra, Medardo Meléndrez
Armenta y Gonzalo Gutiérrez Guerra se presentaron al semanario para dar su
versión.
Después que por vías
no oficiales, su abogado pudo conocer que se solicitaron órdenes de aprehensión
contra tres directivos y tres socios de la empresa. Los otros implicados fueron
el vocal financiero Francisco Vega, y los socios José Hernán Sandoval Cortez y
Julio César Meléndrez González.
“Desde un inicio
declararon que tenían tres líneas de investigación que eran: narcotráfico; el
agiotista, el regidor también prestaba dinero; y los conflictos internos entre
transportistas. Pero presionaron políticamente a la Procuraduría y ellos en
afán de solventar el problema, desde un principio la cargaron por el lado del
conflicto con la empresa”, reclamó
Meléndrez.
Agregó: “El grupo de
personas que estaban en contra de la administración nuestra, la gente del grupo
del regidor (con quien sostenían un pleito legal con mutuas acusaciones de
presuntos fraudes) comparecieron ante la procuraduría e indujeron esta
averiguación. Para que ésta fuera la línea que ellos concluyeran que era por un
conflicto del transporte.
“Dijeron que
resolvían en 15 días y de una forma muy precipitada la PGJE se ve obligada a
turnar el expediente al juzgado penal donde solicitan que se giren órdenes de
aprehensión contra los que ellos consideraron presuntos responsables o autores
intelectuales.
— ¿A ustedes los
llamaron a declarar?
“Nunca comparecimos,
cuando esto inicia nosotros contratamos un abogado para que nos asesorara qué
era lo que iba a pasar aquí, el licenciado mantuvo contacto con la procuraduría
y les dijo, ‘cuando tú quieras yo te traigo a los muchachos a declarar’, pero
debido a las manifestaciones que estaban haciendo aquéllos (grupo contrario) la
procuraduría se precipita y turna el expediente sin investigar nada, porque no
investigó nada. En él se basó en dichos y antes de que solicitara nuestras
órdenes de aprehensión, las líneas del agiotismo y narcotráfico no las había
revisado”.
— ¿Hubo alguna
citación de la Procuraduría a la que ustedes no hayan respondido por temor?
“De este lado,
Arturo (Gutiérrez, uno de los presuntos responsables) declaró, Benito, socio
también, declaró una ex secretaria de la empresa y el tesorero (también
señalado), nada más. Yo declaré sólo por mi amenaza de muerte que ahí está
todavía en investigación.
Cuando entrevistan
al procurador dice que ya tiene identificados a los autores intelectuales y que
hay tres testigos protegidos y nada más están esperando que se giren órdenes de
aprehensión”, detalló Armando Gutiérrez Guerra.
—Existe la versión
que la PGJE les solicitó información y documentación que tenía que ver con el
manejo administrativo de la sociedad y ustedes no la proporcionaron.
“La procuraduría
fue, pero es en el otro expediente fiscal”.
Meléndrez: “Lo que
supimos nosotros fue que el juez primero se excusó de conocer el expediente, no
quiso resolver y lo manda al juzgado segundo, le promueven una recusación y se
va al juzgado tercero, y el lunes 28 de marzo nos enteramos que desde el
viernes 25, la juez había notificado al ministerio público que no había
elementos para dictar una orden de aprehensión y se los negaría de manera
definitiva. Pero no han regresado el expediente a la Procuraduría para que haga
lo conducente”.
— ¿Están amparados?
“No. Nosotros hemos
seguido de cerca, con mucho cuidado porque está bien peligroso, y le hemos
exigido al Procurador que se investigue, pero no quieran sacar chivos
expiatorios como lo están haciendo”
ZETA se comunicó con
el secretario particular del Procurador
Rommel Moreno, a sus números telefónicos, con la coordinadora de
comunicación de la subprocuradora Lidia Gallegos Aguilar, se les expuso la
situación y se les solicitó una respuesta de parte de los jefes, pero evitaron
proporcionarla.
Algunos de los
funcionarios de la procuraduría implicados, explicaron que tenían órdenes de no
declarar precisamente por lo delicado del tema ante el juez que está revisando
el caso y también siendo presionado políticamente.
Pero que existen
elementos suficientes para fincar responsabilidad, entre los que se encuentran
registros de llamadas, comunicaciones grabadas y declaraciones de testigos.
En el juzgado
Tercero de lo Penal extraoficialmente confirmaron que ya no tenían el
expediente y que lo habían mandado a Tijuana, pero se negaron a informar a
dónde.
Las amenazas y las líneas
Los empresarios
recordaron que desde el día del homicidio de Castellanos se manejó en Ensenada
la versión de que había sido la directiva de Rojo y Blanco quienes habían
mandado perpetrar el crimen. “Nosotros nos sorprendimos y preguntaos de dónde
habían sacado eso, y dijeron que nuestros (socios) contrarios estaban
aprovechando para sacarnos de en medio. La gente encabezada por Raúl Carrillo
nos quiere implicar para cambiar la directiva y poner gente cercana a ellos”,
aseguraron.
Hablaron de casi dos
meses bajo presión porque además, testificaron que agentes de la ministerial
anduvieron siguiendo a sus esposas, “estuvimos cuidándonos y trabajando pero
con medidas de seguridad, al principio íbamos por la noche o muy temprano a
firmar cheques y documentos a las oficinas, después nos llegaron amenazas más
fuertes y dejamos de presentarnos, nos sacaban los papeles para firmar”,
recordó Gutiérrez que junto a Meléndrez
mencionó las amenazas y rumores que les hicieron llegar.
“Que venía gente de
Chihuahua y gente de Sinaloa y que venían a vengar, pero ¿a vengar qué?, o con
que de perdida que primero investiguen. Que se venguen de quien se tengan que
vengar, pero no por el mitote que traen vengan a ajusticiar a alguien que no”.
El 8 de febrero el
Presidente de Vigilancia de empresa recibe una llamada y les habla para
decirles el contenido: “Dile que sigue Armando y Nan”, la última palabra no se
escuchó completa. A partir de ese día dejaron los turnos normales de oficina.
Después les habla un empleado para comentarles que el dueño de un taller que
anduvo en actividades delictivas, al referirse a Medardo Meléndrez dijo:
“…pobre cabrón, a lo mejor ni fue y le va a tocar. Viene un grupo de Chihuahua
y dicen que no va durar ni cuatro días vivo”, después de eso dejaron de acudir
a las instalaciones de la empresa.
De las líneas de
investigación, Gonzalo Gutiérrez Guerra aseveró que la procuraduría había
detectado varias denuncias contra el fallecido regidor relacionadas con el
cobro de los préstamos monetarios que hacía y que ya había varias personas
declaradas. “Por qué no profundizaron, era gente con evidentes problemas
económicos que se sentía todavía
afectada en sus bienes. De dónde sacaba el dinero que prestaba, cómo lo
entregaba y cómo lo recuperaba”.
“También es versión
pública que el edil era amigo de Rómulo Molina Michel, asesinado, hermano de
Óscar Molina Michel”.
Rómulo tenía permiso
de transporte y era empresario turístico, pero en junio de 2005 fue secuestrado
y asesinado por un comando de policías corruptos integrado al tráfico de
drogas. Y Óscar Molina fue detenido el 29 de agosto del mismo año en su hotel
El Faro en Ensenada, con cuatro empleados acusado de crimen organizado y
tráfico de enervantes.
“No estamos diciendo
ni sugiriendo nada, pero si van a investigar que investiguen todo y bien, aquí
se pueden pensar una y mil cosas, pero tienen que probar”, apuntó Gonzalo
Gutiérrez.
— ¿Hay llamadas de
ustedes con números en Mexicali?
“No; pues dijeron
que los sospechosos (del homicidio de Castellanos) pero no somos nosotros”.
—Pero están pidiendo
las órdenes de aprehensión contra ustedes…
“El procurador dijo
muchas cosas que no son ciertas, testigos protegidos que nunca han existido, y
sí dijo que había más de un teléfono de Mexicali que contestaba de los tres
municipios, pero a nosotros qué, si ahí tuvieran las pruebas pues adelante, pero
realmente nosotros no tuvimos nada que ver”.
— ¿Tuvieron algo que
ver con la muerte del regidor Castellanos?
“Absolutamente
nada”.
—Se estaban peleando
por rutas y dinero, ése sería el móvil...
“Si usted tiene un
fraude conmigo de 5 millones de pesos y ya se lo tengo comprobado (conforme a un estudio del despacho
Freyssinier) ¿para qué le quito la vida? Además ni es dinero nuestro, es dinero
de la empresa, a ver ¿ahora a quién le cobro? Ese dinero se perdió.
“Han manejado que
nuestras familias tiene la mayoría de Rojo y Blanco, pero yo, Medardo, tengo
tres rutas, Armando tiene cuatro y Gonzalo tres, y somos 89 socios en los que
está distribuida la empresa. Incluso Castellanos, ahora su familia, tienen tres
rutas.
“Ellos sacan el
móvil con puras mentiras diciendo que somos dueños de todas las mejores rutas,
que nos las apropiamos, pero no es cierto las tenemos desde hace 15 y 13 años”.
De acuerdo a las
investigaciones de la PGJE los señalados habrían ordenado el ataque a
Castellanos para evitar que los denunciara por fraude.
Acusan trasfondo
Los presuntos
responsables aseguran que después que sucedió el desafortunado incidente contra
el regidor Arturo Castellano, Raúl Carrillo, director de transporte municipal
de Ensenada y sus opositores al interior de Transportes Rojo y Blanco
aprovecharon la confusión para tratar de removerlos y quitarles las rutas.
“Ellos son los que nos están señalando como responsables de algo que no
hicimos, pero no pueden hacernos culpables nada más por puros dichos”.
Atribuyen un origen
mezquino, la pugna jurídica que según los integrantes de la mesa directiva, han
llevado con Transportes El Vigía apoyados por Carrillo desde 2004. Pero este señalamiento fue negado por el
funcionario, reconoció conocer el tema como director de transportes, pero
rechazó haber apoyando a o asesorado a los otros transportistas
Por este asunto,
después de varios años, un juez les otorgó a Rojo y Blanco mediante un amparo
la suspensión definitiva. Nadie puede invadir sus rutas mientras un juez federal
no determine la legalidad o ilegalidad del
documento emitido en 2004 donde se aprobaba que compartieran itinerarios
con los de El Vigía.
Ahora consideran que
Carillo aprovechó la situación para inmiscuirse en asuntos de la empresa, y
pretendía colocar a la cabeza a una directiva que se desista del amparo y
repartir las rutas y como prueba hablaron de la sesión de la empresa en la que
estuvieron presentes el director de
transporte el Alcalde Enrique Pelayo, la regidora Livia Couttolenc, Noé Rivera,
coordinador de gabinete, y dos funcionarios más, para respaldarlos.
Al final en la
sesión del viernes 25 esa planilla integrada por Ricardo Gómez, Hugo Montaño,
David Jiménez, José Centeno, Francisco Parrales y Gabriel Espino perdió en la
elección interna donde sólo obtuvieron 13 votos y contra más de 50 de los
socios que votaron porque permanecieran la actual mesa directiva, a pesar de
los señalamientos.
Carillo mostró un
documento firmado por algunos socios manifestando que la “desaparición” de sus
líderes les impedía hacer trámites y los estaba afectando y pedían apoyo del
ayuntamiento, para poder regularizar la situación. “Jamás nos inmiscuimos en la
vida interna de ninguna empresa o cooperativa, nunca actuamos más allá de
nuestras facultades y no impusimos a nadie, nos pidieron apoyo para poder hacer
sus trámites de manera regular y nos dijeron que no encontraban a los miembros
de la mesa directiva y por escrito solicitaron nuestra intervención, hasta ahí.
“Mi trabajo es que
anden regulares y mi participación no va más allá”.
En ningún momento
hemos tratado de invadir las rutas de Rojo y Blanco y ya se lo dijimos a la
mesa directiva. De hecho son ellos los que no han querido participar dentro de
la auditoría que estamos haciendo de las rutas, como al llegar no encontramos
nada, les pedimos los documentos oficiales que tengan del otorgamiento de las
rutas y ampliaciones, todos respondieron, pero después de cuatro meses ellos
siguen sin enviarla, en eso es en lo que estamos entrampados con ellos”.
“Respecto a la
ampliación de ruta que se otorgó a la línea amarilla para el Cobach,
atraviesa una calle de sus rutas, pero
no la invade, no tienen ni el mismo origen ni el mismo destino, el amparo se
está respetando”.
Admitió que en la
reunión que tuvieron el fin de semana la discusión se tornó ríspida cuando le
mencionaron al ex regidor Castellanos, según los transportistas le dijeron que
estaba aprovechando la situación.
Carrillo recordó: Sí
les dije que no lo metieran y que iba hacer todo lo que estuviera en mi mano
para que los hijos de la chingada que lo mataron pagaran, si se sintieron
amenazados eso ya es cuestión de sus conciencias, pero creo que no hay ningún
ensenadense que no pugne por que este asunto sea aclarado.
Sin embargo negó
haber mencionado ningún grupo mafioso en ese alegato.
Meléndrez y los
Gutiérrez aseveraron que el funcionario les advirtió que la gente de “El
Faro (socios criminales de Óscar Molina
Michel) está molesta”. Ante ZETA Carillo respondió: “No se de qué están
halando”.
Mientras los rumores
y las amenazas, entre transportistas y funcionarios continúan, la procuraduría
sigue entrampada y a casi dos meses de la muerte del edil, los responsables,
materiales e intelectuales continúan en libertad.
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