Redacción
Saltillo, Coah.-
Decenas de familias, empresarios y transportistas han sido víctimas de la
inseguridad de una de las vías carreteras más importantes del país, pero
también de las más inseguras.
Tanto la carretera
como la nueva autopista Saltillo-Monterrey, se han convertido en el sitio ideal
para el robo de vehículos, mercancía y a viajeros, sin que las autoridades
hayan podido lograr garantizar la seguridad de los que por ahí transitan.
Cientos han sido
víctimas, por ejemplo, de una serie de asaltos a mano armada en una de las más
transitadas vías de comunicación del país.
Contrario a estas
características de inseguridad, y pese a que en un sólo día ocurrieron hasta
cuatro asaltos a mano armada, por meses los usuarios de dicha vía tuvieron que
aceptar la burla de la Policía Federal Preventiva que, al menos en la
autopista, instaló en tamaño natural, reproducciones de unidades de la
corporación con la leyenda de que ella estaba al tanto de la seguridad en la
zona.
No fue sino el
pasado diciembre, cuando ante el incremento de usuarios por las vacaciones de
Semana Santa y Año Nuevo, que las autoridades establecieron patrullas de verdad
que transitaban por la zona donde, tan sólo en el 2012 se registraron 23
asaltos, pero de los cuales la Procuraduría General de Justicia en el Estado no
ha dado avances de las averiguaciones.
ZOZOBRA Y TERROR EN LA CARRETERA
Familias enteras han
sufrido los embates de la delincuencia en la carretera Monterrey-Saltillo,
dejando a su paso pánico y zozobra en las víctimas, al despojarlas de sus
vehículos utilizando violencia extrema.
Uno de los
incidentes más violentos fue el que se presentó el pasado 29 de diciembre,
según consta en los archivos de la Agencia del Ministerio Público de Ramos
Arizpe, donde recibieron la querella.
Y es que a los
asaltantes no les importó que una mujer de la tercera edad no pudiera caminar y
la bajaron de una camioneta, la colocaron en su silla de ruedas, para después
dejarla abandonada junto con sus familiares a un lado de la vía.
Según las
autoridades, el robo de la camioneta Ford Explorer 2000, en color azul, ocurrió
alrededor de las 20:15 horas de dicho día, cuando Refugio Luna González, de 63
años, circulaba por la carretera Monterrey-Saltillo en compañía de su familia.
Al llegar a la
altura de una empresa cementera, cerca del kilómetro 32, una camioneta en color
blanco les cerró el paso obligándolos a detenerse.
Tres sujetos bajaron
pistola en mano e hicieron que los afectados, incluida la mujer de la tercera
edad, bajaran de la camioneta con placas de Nuevo León.
Tras realizar una
revisión a la Ford Explorer, un sujeto tomó el volante de la misma mientras que
sus cómplices abordaban la camioneta blanca, dejando abandonada a su suerte a
la familia regiomontana, que se dirigía a Saltillo.
DETENCIONES INFRUCTUOSAS
El 12 de enero, las
autoridades recuperaron una camioneta cuyo conductor denunció días antes ante
agentes federales que al menos cuatro sujetos armados se la habían robado en la
Monterrey-Saltillo.
Los hechos ocurrieron
sobre los límites de Coahuila y Nuevo León, en el kilómetro 31, cuando el
ofendido regresaba a su domicilio y en plena carretera le salieron los sujetos
que violentamente lo despojaron de su troca, para luego darse a la fuga.
Sin embargo un hecho
por demás violento fue reportado días después, el 19 de enero, cuando sujetos
armados a bordo de dos vehículos compactos cerraron el paso a un paisano
que se dirigía a Saltillo.
A decir del
afectado, el robo ocurrió cuando circulaba a bordo de una camioneta Chevrolet
Silverado, de reciente modelo, a la altura del kilómetro 25 de le mencionada
arteria.
Según argumentaron
autoridades de Ramos Arizpe, los delincuentes, como en otras ocasiones,
cerraron el paso al conductor obligándolo a detener por completo la unidad,
hasta que lograron bajarlo y amedrentarlo con armas de fuego.
A orillas de la
carretera, el afectado hizo lo que los delincuentes le pidieron, como no verlos
a la cara, permanecer en el lugar y responder algunas preguntas de índole
personal.
Posteriormente los
sujetos abordaron las unidades, uno de ellos tomó el volante de la camioneta de
la víctima, y emprendieron la marcha, no sin antes amenazar al afectado.
Éstos son sólo
algunos casos denunciados ante la PGJE, aunque, según fuentes de la dependencia,
es probable que mucho más no trasciendan a raíz del terror infligido a los
afectados por los delincuentes.
REINA LA INSEGURIDAD EN LA SAL-MON
Ser testigo o
víctima de un asalto en la zona, principalmente en la parte de la vía libre,
desde las instalaciones de la cementera Apasco hacia el sur, a la altura de la
empresa Kimberly, pudiera tener el mismo resultado: los momentos de pánico e
incertidumbre son realmente terribles.
Fue como en marzo, la verdad a veces uno no quisiera
ni acordarse, pero eran varios muchachitos que estaban rodeando una camioneta,
como que se bajaron de un auto compacto que estaba ahí estacionado. Bajaron a
la pareja y se subieron a las dos unidades. Fue muy rápido y como nos dimos
cuentas nosotros, sentíamos que nos venían siguiendo. Llegó un momento en que
nos rebasaron y antes de llegar a Kimberly se desaparecieron,
relata una mujer que fue testigo de los primeros casos de asaltos suscitados en
la transitada vía.
Revista Visión
Saltillo buscó a las autoridades estatales para conocer el avance de las
investigaciones en torno a las averiguaciones que se abrieron, después de que
hubo resistencia de la gente afectada por estos delitos, pero no hubo quién
diera a conocer el estatus de las averiguaciones.
De los casos que han
causado molestia y temor a los usuarios de la vía de comunicación en el mes de
febrero del 2012, las autoridades de Nuevo León lograron la detención de una
banda dedicada al robo de autos. Se trataba de dos menores de edad: uno de 15 y
otro de 16 años; uno más contaba con 18 años.
Ellos operaban en la
zona donde empieza la autopista, en su tramo de norte a sur. Es decir que su
punto de operación les permitía trabajar en varios kilómetros, en los cuales
ponían artículos diversos para obligar a los conductores a descender de las
unidades, al ver que sus llantas se habían ponchado o sufrido alguna avería su
vehículo.
Sin embargo, su
detención no se llevó a cabo en un asalto, sino después que fueron observados
en una zona cercana a la autopista, en el interior de un vehículo y trataron de
huir.
Los sujetos sabían
actuar muy bien ya que portaban armas de juguete y ropa camuflada, con lo cual
lograron robar cinco unidades: una camioneta Nissan X Terra, modelo 2002, con
placas de Coahuila.
También una
Mitsubishi, modelo 2011; una Honda Pilot, modelo 2009; un carro Toyota Corolla,
modelo 2008, también todas ellas con placas de Coahuila; además de una Dodge
Caravan, modelo 1994, con placas de circulación de Nuevo León.
Este caso llamó la
atención de las autoridades federales y estatales, por lo que buscaban a los
dueños de las unidades para que procedieran a efectuar la denuncia
correspondiente y a recuperar su patrimonio.
Por las
características de los hechos que se suscitaron cuando empezaron los asaltos,
pareciera que fuera una sola banda la que operaba en la zona, pero cuál fue la
sorpresa que, tras su detención, los atracos continuaron.
Ya no era la parte
de la entrada a la autopista, trasladándose a la ciudad de Monterrey la
denuncia de los hechos, en lo que se conoce como La Huasteca. Ahora era por la
vía libre, en varios puntos de la arteria que comunica a la ciudad de Saltillo,
y hasta a la entrada de la autopista en circulación a Monterrey.
Muchos veían cómo
los delincuentes hacían sus fechorías y regresaban hacia Monterrey con el
producto de los asaltos, ya que éstos los realizaban cerca de un retorno por la
vía de comunicación federal.
La mayor parte de
los robos se han cometido justamente en la zona de Apasco-Kimberly, pero no han
sido detenidos más delincuentes. La descripción de los sujetos por parte las
víctimas ha sido importante: regularmente viajan de dos a tres sujetos, portan
armas largas, en algunas ocasiones con el rostro cubierto y otras con
sombreros.
Aun así, no han sido
detenidos los responsables y los usuarios mantienen el temor latente de que
algún día pueden ser ellos las víctimas de más asaltos.
Y es que se estima
que no sólo es una banda la que realiza esta actividad delictiva, aunque la
forma de operar es similar: varios sujetos armados siguen al conductor hasta
ubicarlo en una zona de difícil acceso, lo obligan a descender y se llevan la
unidad. En la mayor parte de los casos no agreden al conductor o a sus
acompañantes.
Las víctimas han
insistido que no siempre viajan en el mismo vehículo, por eso y según ha
trascendido en los medios de comunicación, se ha identificado a una camioneta
blanca y a una Jetta azul.
Salvo en uno de los
casos conocidos, los sujetos habían privado de su libertad al menos a tres
personas durante los atracos, pero después los dejaron ir tras permanecer en un
restaurante
En varios puntos de
la autopista se colocaron cámaras de video con el fin de tener información de
los puntos críticos y de poder salir a brindar auxilio a la gente que resulta
afectada por algún atraco.
Sin embargo, no es
en toda la vía donde se colocaron los aparatos, por lo que la ciudadanía sigue
siendo presa fácil de los delincuentes.
A ello se suma el
hecho que muchos de los aparatos telefónicos que hay en la vía de cuota no
funcionan.
HACE AÑOS, LOS TRÁILERES
Hace cerca de cuatro
años, el sector del transporte de carga alertaba a las autoridades sobre la
incidencia de robos en sus unidades en la vía libre de Monterrey hacia
Saltillo.
En varias ocasiones
incluso las pesadas unidades fueron baleadas para obligar a sus conductores a
detener la marcha.
Así, rollos de
acero, material electrónico y las unidades completas eran robadas en la misma
zona donde ahora se asalta para quedarse con las unidades particulares.
Tampoco jamás se
supo de una acción concreta por parte de la autoridad para detener a los
responsables.
Hubo quién bautizó
la zona de Apasco-Kimberly como “el Triángulo de las Bermudas y
es que ahí misteriosamente desaparecían
los ladrones tan pronto como se podía: lo mismo se perdían
en la carretera a Monclova, a Monterrey, a Matehuala o le seguían
rumbo a Saltillo, sin que nadie los detuviera.
VIGILANCIA, POR MIENTRAS
Ya pasaron las
fiestas y la circulación por ambas vías regresó a la normalidad y con ello se
fue la presencia de la Policía Federal Preventiva, que circulaba constantemente
por la arteria de cuota, tomaba luego los caminos para salir a la vía libre y
regresaba de nueva cuenta por otra parte de la autopista.
Ahora sólo permanece
de nueva cuenta la “parodia” de la PFP: enormes reproducciones tamaño normal de
las patrullas de la corporación avisando que están para proteger a los
usuarios. Sólo son lámina, no hay nadie ni nada que realmente lo garantice.
(ZOCALO/ REVISTA VISION
SALTILLO/ Redacción04/02/2013 - 03:01 AM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario