La guerra de células del Cártel de
Sinaloa que prevalece por el poder de la ruta de la droga que abarca el
municipio de San Luis Río Colorado, Sonora y el Valle de Mexicali, ha
recrudecido la violencia en meses recientes. La noche del 7 de septiembre,
sicarios fuertemente armados acribillaron a Julio César Aguilar García “El
Vaquero” y ligaron una cadena de asesinatos de traficantes que operan para Ismael “Mayo” Zambada García. La principal
línea de investigación señala como presuntos responsables a los operadores de
Crispín Salazar Zamorano, quien encabeza una célula delictiva en Sonora
La incursión de células
delictivas de Sonora ligadas al Cártel de Sinaloa, en la zona sur del valle de
Mexicali, es el origen del incremento de los homicidios perpetrados con armas
de grueso calibre en la limítrofe de este municipio con San Luis Río Colorado,
Sonora, esa es la hipótesis de las autoridades en la Capital bajacaliforniana.
Actualmente se vive una
‘guerra’ entre pandilleros reclutados por Crispín Salazar “Zamorano,
históricamente allegado a Joaquín Guzmán Loera, se están enfrentando con la
célula de ‘Los Cuates’ encabezada por la familia Lara. Y aunque en Mexicali aún
no se identifica al representante de Salazar, el enfrentamiento ha dejado
alrededor de 50 muertos en los primeros siete meses de 2019, lo que representa
un incremento importante partiendo de la premisa que en todo 2018 se
contabilizaron treinta asesinatos”, informó un investigador.
A raíz de esta pugna, “Los
Salazar” se convirtieron en los principales sospechosos del ataque armado en el
que perdió la vida Julio César Aguilar García alias “El Vaquero”, de 40 años,
antiguo lugarteniente de Ismael “Mayo” Zambada en el Valle de Mexicali y el
noreste de Sonora. Lo mataron cuando se encontraba a las afueras de un panteón
rural ubicado en Colonias Nuevas el 7 de septiembre de 2019. En el mismo ataque
fue abatido uno de sus principales operadores, Rodolfo Antonio Galindo “El
Chupacabras”.
La presencia de “Los Salazar”
en la región -que históricamente ha controlado gran parte de Sonora- ha dejado
secuelas en el Valle de Mexicali, donde el mes de julio registró un aumento
sustancial de asesinatos, al llegar a 21, cuando en promedio el municipio
contabiliza 12 mensuales.
El alcalde Gustavo Sánchez
Vásquez, fue entrevistado sobre el tema y, acostumbrado a evadirlo, aseguró que
la única información que tienen sobre los homicidios en aquella zona es la
pugna de cárteles de la droga.
“Estamos al pendiente y en
coordinación en estas últimas semanas, se han recrudecido los asesinatos en San
Luis, sobre todo la parte sur de Mexicali, el Kilómetro 57. Seguiremos
trabajando en este sentido, estar en permanente coordinación”, expuso.
Aunque no precisó detalles,
reconoció que este punto requiere atención especial en materia de seguridad,
sin embargo, investigadores del Estado consideran que por lo menos otros cinco
homicidios podrían estar ligados al asesinato del “Vaquero” , en el Valle de
Mexicali y San Luis Río Colorado, Sonora, donde operaba habitualmente antes de
ser capturado en febrero de 2011. Este traficante había sido liberado
recientemente y reportes de inteligencia indican que pretendía reactivarse en
su antigua zona de influencia.
Días después del asesinato,
una célula de jóvenes sicarios ultimó a un individuo en San Luis y
posteriormente se enfrentó con policías municipales mientras emprendía la
huida; los matones fueron abatidos y se capturó a otros cuatro individuos
involucrados en el crimen. Las mismas fuentes de inteligencia afirman que los
hoy occisos habrían atacado a células contrarias en el Valle de Mexicali.
Oficialmente, la principal
hipótesis de estas pugnas es la falta de liderazgos al interior de una fracción
del Cártel de Sinaloa, el cual quedó sin cabeza tras la captura del “Chapo”
Guzmán, de Dámaso López “El Licenciado” y la reducción de la actividad criminal
de “El Mayo” Zambada. Actualmente solo se vislumbra a “Los Chapitos”, hijos de
Guzmán Loera, como líderes de la agrupación.
EL ASESINATO DEL “VAQUERO”
Autoridades bajacalifornianas
no tenían en el radar a Julio César Aguilar García”; ni siquiera sabían que
habría recobrado la libertad meses atrás, luego de pasar ocho años recluido un
penal de Sonora, pero su presencia en la zona Sur del valle de Mexicali generó
inconformidad entre los traficantes de droga que habían tomado control criminal
de esa área.
En términos criminales,
Aguilar García fue un importante operador del Valle de Mexicali, al contar con
el respaldo del “Mayo” Zambada, quien le tenía el encargo de proteger las
avionetas “cargadas” que aterrizaban -y siguen aterrizando- en esa zona.
En marzo de 2011, cuando fue
capturado por autoridades sonorenses en el Golfo de Santa Clara, “El Vaquero”
se había teñido el cabello de rojo y pretendía pasar inadvertido, pues llevaba
meses bajo el acoso de policías estatales de Mexicali.
Tras su captura efectuada por
elementos municipales de Sonora y militares, nueve agentes ministeriales de
Mexicali fueron arraigados por presuntos nexos con el capo del Cártel de
Sinaloa; todos recobraron su libertad, pero fueron torturados por los miembros
castrenses durante varios días.
“El Vaquero”, ya de 40 años
de edad, con poco cabello y algunas canas en el bigote, acudió el 7 de
septiembre de 2019 a un funeral que se realizaba en el panteón del poblado
Colonias Nuevas, también llamado Kilómetro 57.
Según información
proporcionada por fuentes del Grupo Coordinación, acudió con dos personas al
camposanto, donde se le daría el último adiós a las dos sujetos fallecidos en
el Ejido Sombrerete -comunidad ubicada muy cerca del municipio de San Luis-,
los muertos eran Juan de Dios Guzmán Hernández y Juan Amezcua; el primero de
ellos ligado a Aguilar García, y el segundo, asesinado de manera fortuita.
El traficante recién liberado
apenas llegaba al cementerio cuando varios individuos descendieron de un
vehículo -del que no se tiene mayores datos- y los atacaron a balazos por la
espalda. Los sorprendieron y por eso Aguilar no alcanzó a responder con la
pistola Beretta que llevaba entre sus ropas. En el sitio del crimen fueron
localizados casquillos de .223 y 9 milímetros.
Aguilar García y Antonio
Galindo perdieron la vida en el lugar, pero una tercera persona que caminaba
con ellos fue trasladada de manera urgente a un nosocomio de San Luis; se
desconocen mayores detalles de su condición.
La Policía Municipal de
Mexicali montó un operativo de grandes proporciones en Colonias Nuevas para el
velorio y entierro del “Vaquero”, pues temían pudiera darse otro ataque armado
mientras se realizaba el acto luctuoso.
Los investigadores
bajacalifornianos presumen que los autores del crimen pudieran ser los jóvenes
abatidos durante el enfrentamiento ocurrido el domingo 8 de septiembre -un día después del asesinato de Aguilar
García- en San Luis, lo que redujo la posibilidad de otros crímenes de la misma
naturaleza.
LOS CAMINOS APUNTAN A “LOS SALAZAR”
Aunque el escenario es difuso
para el Grupo Coordinación de Seguridad y Pacificación, la hipótesis más clara
es la intervención de sicarios ligados a “Los Salazar” para terminar con un
inminente rival.
En las primeras versiones se
estableció que pudiera tratarse de integrantes del Cártel de Jalisco Nueva
Generación que pretendían ocupar el corredor de la droga de San
Luis-Mexicali-Imperial, “…pero no se ha podido establecer relación entre los
‘Jaliscos’ y esta zona del Estado”, afirmaron a ZETA representantes de las
fuerzas de seguridad.
Por ello las autoridades mexicalenses redirigieron la
investigación y encontraron ciertos patrones que pudieran establecer una pugna
entre mismas células del Cártel de Sinaloa.
A partir de julio comenzaron
a registrarse crímenes de alto impacto en la zona rural del municipio. Tres de
estos se relacionan directamente al
“Vaquero” porque fueron identificados como sus antiguos operadores.
El 25 de julio, José Israel
Guzmán Machado fue asesinado a las afueras de una llantera ubicada en calle
Cuba y Sexta del Kilómetro 57, a tres calles del panteón donde mataron a
Aguilar García.
Los sicarios lo esperaron a
las afueras del lugar y descargaron varios proyectiles de arma de fuego en su
contra, para posteriormente escapar a bordo de una camioneta blanca; Guzmán
Machado murió en una clínica de San Luis. Grupos de inteligencia refirieron a
Guzmán Machado como operador del “Vaquero” en otras épocas.
Semanas después se dio a
conocer la privación de la libertad de otro individuo en la misma zona, de
nombre José Miguel Mendoza García, de 36 años, cuyo cadáver fue localizado en
el dren Bacanora de San Luis Río Colorado; se presume -aún no terminan las
indagatorias- que también era operador del “Vaquero”; su cuerpo fue hallado el
mismo 7 de septiembre.
Luego se sumó la doble
ejecución cometida el martes 3 de septiembre en el Ejido Sombrerete, también se
vincula con el lugarteniente finado del “Mayo” Zambada. Particularmente uno de
ellos, Juan de Dios Guzmán, fue vinculado a esta cadena de homicidios; su
cuerpo fue localizado con múltiples impactos de arma de fuego al interior de un
pick-up Ford F150 color blanco, modelo 1996, placas de circulación ZJL044A,
estacionado a la altura del Aeródromo Zacatecas.
Fuentes del Grupo
Coordinación establecen que “Los Salazar” y no las células locales, habrían
cometido el crimen, pues hace años, la extensión territorial en la que operaba
“El Vaquero” incluía gran parte de San Luis Río Colorado y en específico el
Golfo de Santa Clara.
LOS ATAQUES EN SAN LUIS
Desde inicios del año, “Los
Salazar”, liderada en todo Sonora por Crispín Salazar Zamorano, históricamente
allegados a Joaquín Guzmán Loera y con operación principalmente en zonas como
Navojoa, Hermosillo y Cajeme, ampliaron sus horizontes y comenzaron a pelear
con grupos delictivos locales que también tenían protección del Cártel de
Sinaloa.
En esta zona no se ha ubicado
un lugarteniente, pero la información de autoridades sonorenses es que el grupo
ha reclutado a jóvenes pandilleros de San Luis, a quienes dota de armamento y
respaldo para pelear la plaza contra “Los Cuates”, agrupación con varios años
operando en San Luis Río Colorado.
En mayo fue abatido Luis
Alfonso Lara “El Cuate”, uno de los líderes de la plaza en San Luis. Cuando su
cuerpo era velado en Funeraria del Valle, un grupo fuertemente armado arribó y
comenzó a disparar contra los asistentes, dejando dos personas asesinadas,
ambos sin antecedentes o relaciones criminales.
A partir de entonces,
múltiples enfrentamientos se han registrado en San Luis y el Golfo, en los que
incluso fue abatido un policía municipal. La mayoría de estos crímenes se
relacionan con el enfrentamiento de estas células.
Uno de los más importantes
ocurrió el domingo 8 de septiembre, cuando un grupo de sicarios asesinó a una
persona sobre Avenida Mazatlán, entre las calles 11 y 12, para posteriormente
huir a bordo de dos vehículos, una Cherokee y una Tahoe.
Policías municipales
emprendieron un operativo y lograron dar con los mafiosos a las afueras de la
ciudad, con quienes sostuvieron un enfrentamiento que terminó con el
abatimiento de Armando Flores, Moisés Ortega y Alexis Rodríguez, tres jóvenes
menores de edad que estaban fuertemente armados, según informó la Policía
sanluisina de manera oficial.
Además, capturaron a otro
grupo de matones identificados como integrantes de “Los Salazar”. Sin embargo,
autoridades sonorenses no informaron mayores detalles sobre los capturados,
salvo que uno es originario de Navojoa.
Dicha agrupación delictiva ha
operado desde los años 90 en Sonora y mantiene un control mayoritario en las
zonas de dicha entidad y la zona serrana de Chihuahua.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA INVESTIGACIONES ZETA/ LUNES, 16 SEPTIEMBRE,
2019 01:00 PM)
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