El narcotraficante sinaloense
Rafael Caro Quintero, alias “El Príncipe”, uno de los principales capos de la
droga en la década de los 80 del Siglo pasado, y que después pasó 29 años en
prisión por ser el presunto autor intelectual del asesinato del agente
antidrogas de Estados Unidos, Enrique “Kiki” Camarena Salazar, negó que siga
activo en el narcotráfico y que se encuentra fugitivo, “por un crimen por el
que ya pagó”.
En entrevista videograbada
con la periodista Anabel Hernández, publicada en el diario digital The
Huffington Post, el capo pidió a la Administración para el Control de Drogas
(DEA, por sus siglas en inglés), del Departamento de Justicia de los Estados
Unidos, y al Gobierno Federal mexicano, que “hagan bien su trabajo” y que lo
“dejen en paz”.
La periodista le recordó, que
en octubre del 2017, la DEA publicó su informe ‘Evaluación Anual sobre la
Amenaza de las Drogas’ (NDTA, por sus siglas en inglés), en el que aseguró que
tras la tercera y última captura de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El
Chapo”, y la de Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, el 8 de enero de 2016 y el
2 de mayo del 2017, respectivamente, Caro Quintero e Ismael Zambada García, “El
Mayo”, se convirtieron en los líderes del Cártel de Sinaloa.
Además, en el mismo
documento, la DEA afirmó que Caro Quintero está traficando cocaína desde
Colombia hasta Estados Unidos, a través de Guatemala, y que la droga cruza a
través de Sonora, en México, hasta Chicago, Illinois. También aseguró que “El
Príncipe” envía mariguana, heroína y anfetaminas al territorio estadounidense.
“Yo pediría que la DEA sea
más cautelosa en sus investigaciones, y también el Gobierno de México. Si
pueden probar que es realmente cierto, me entregaré, pero no me entregaré para
convertirme en informante”, aseguró Caro Quintero, de 65 años de edad y
originario de Badiraguato, Sinaloa.
“Yo no pertenezco a ningún
cártel, así de fácil […] como ya le dije en una ocasión, yo no voy a volver al
narcotráfico nunca”. Luego, al ser cuestionado por la periodista sobre sus
actividades actuales, Caro Quintero respondió: “Ninguna, a puro andar huyendo”,
para luego abundar que no tenía dinero.
La periodista recordó, que en
octubre del año pasado, el primo de Caro Quintero, Sajid Emilio Quintero
Navidad, alias “El Cadete”, se entregó a las autoridades de Estados Unidos, y
que el 25 de enero de este 2018, se declaró culpable de los cargos de tráfico
de drogas y lavado de dinero en California.
“Se especula si Sajid llegó a
un acuerdo con la Fiscalía, y que la captura de Caro Quintero sigue siendo una
prioridad para EU”, le preguntó la reportera, a lo que el capo respondió de
forma enérgica: “Si es Sajid quien me acusa, Sajid está mintiendo. ¡Y si dicen
que soy uno de los líderes del cártel de Sinaloa, eso también es una mentira!”.
“Ya lo he dejado muy claro
[…] No soy traficante de drogas. Nunca he movido heroína. Nunca he traficado
con anfetaminas. No he traído un solo gramo de cocaína de Colombia, contrario a
lo que dice la DEA. Lo que vendí fue marihuana en México, hace 33 años. Quien
diga lo contrario, ¡repito que está mintiendo!”, abundó Caro Quintero, rodeado
de 4 guardias armados.
“Mire, lo que quiero es que
la gente me deje en paz […] Lo que me queda de vida, quiero vivirlo en paz.
Todos nosotros, creo, merecemos una segunda oportunidad”, señaló el capo
sinaloense en la entrevista, grabada, según Anabel Hernández, en las montañas
de la Sierra Madre al sur de El Paso, a 12 horas en automóvil del municipio de
Mazatlán, en Sinaloa.
Esta es la segunda entrevista
concedida por Caro Quintero a Anabel Hernández después de haber salido de
prisión. En julio del 2016, en una publicada por el semanario Proceso, el capo
sinaloense había dicho, también, que ya no pertenecía al narcotráfico y que no
mató a Enrique “Kiki” Camarena, además de que no estaba en guerra, ni con “El
Chapo”, ni con “El Mayo”.
A principios de la década de
1980, Caro Quintero, en aquel momento con 30 años de edad, junto a Ernesto
Fonseca Carrillo, “Don Neto” y Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino”, se
convirtió en uno de los tres líderes del Cártel de Guadalajara, el cual formó
alianza posteriormente con el Cártel de Medellín, liderado por el notorio
traficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria.
Fue entonces cuando Enrique
“Kiki” Camarena Salazar se infiltró en el Cártel de Guadalajara. En 1984, como
resultado de la información obtenida por el agente encubierto estadounidense,
cientos de soldados mexicanos asaltaron Rancho Búfalo, una plantación de
marihuana del grupo criminal, cuya producción anual estimada era de cientos de
millones de dólares.
“Kiki” Camarena y el piloto
aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Alfredo
Zavala Avelar, fueron secuestrados por un grupo de hombres armados el 7 de
febrero de 1985, en Jalisco. Un mes después sus cuerpos fueron hallados en un
rancho del estado de Michoacán, con señales de tortura.
El ex capo sinaloense, quien
había sido condenado a 40 años de cárcel por el crimen de “Kiki” Camarena, pasó
29 años en prisión, pero fue liberado en agosto de 2013 por un Tribunal del
estado de Jalisco, mismo que justificó la decisión con un tecnicismo jurídico.
Casi de inmediato, Caro
Quintero se fugó tras conocer que la Procuraduría General de la República (PGR)
obtuvo una nueva orden de aprehensión con fines de extradición a EU, cuyo
Departamento de Justicia ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por su
captura, por el asesinato de “Kiki” Camarena.
(SEMANARIO/DESTACADOS
CARLOS ÁLVAREZ/ JUEVES, 5 ABRIL, 2018 02:36 PM)
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