La
entrada de los cárteles Arellano y Jalisco Nueva Generación para quitarle al de
Sinaloa la plaza de Mexicali, la cual ostentan
desde finales de los noventa, es una de las hipótesis en torno al
asesinato de Bernardo Antonio Linares Corral “El Tony”, lugarteniente de Cenobio Flores “El Checo”.
Ministeriales indagan una pugna interna entre líderes de la mafia sinaloense en
la Capital bajacaliforniana
“Podría
desatarse un infierno”, fue la expresión utilizada por un funcionario de
seguridad que habló sobre las consecuencias del asesinato de Bernardo Antonio
Linares Corral “El Tony”, que hasta esta semana mantenía un bajo perfil, pero
que de acuerdo a los organigramas del Grupo Coordinación, era ubicado entre los
hombres con mando criminal en el Cártel de Sinaloa en Mexicali.
“Su
muerte está sobrevalorada”, manifestó otra de las fuentes de información para
minimizar el impacto del crimen, y aseguró, incluso al interior del Consejo
Estatal de Seguridad de Baja California, sabían que las actividades criminales
del “Tony” habían disminuido considerablemente en los últimos tiempos, sin
embargo, todos los agentes e investigadores que aceptaron hablar del caso,
solicitaron hacerlo de forma anónima por seguridad.
Las
ejecuciones con armas de grueso calibre son poco comunes en Mexicali. De hecho,
solo seis se han registrado de enero de 2017 a la fecha, según el coordinador
de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales, David Lozano Blancas. Una
de ellas podría estar relacionada, y a Lazcano lo mataron con certeros disparos
de un rifle de asalto AK -47.
De
acuerdo a versiones de funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del
Estado (PGJE), oficialmente y en papel, no existe una “luz clara” en torno al
asesinato del hombre de confianza de Cenobio Flores Pacheco “El Cheko”, con
quien compartía la plaza desde que traficaban droga con el respaldo de Gonzalo
Inzunza Inzunza “El Macho Prieto”, asesinado en diciembre de 2013.
Sin
embargo, fuentes de la propia fiscalía y de las áreas de inteligencia de las
corporaciones integradas al Grupo Coordinación, revelaron dos hipótesis basadas
en información que han colectado tras el homicidio:
Purga
interna del Cártel de Sinaloa, que muestra a un operador delictivo de segundo o
tercer nivel en Mexicali, asesinando a Linares para alcanzar una mejor posición
en el organigrama criminal de la Capital del Estado
Una
incursión de la alianza Arellano Félix-Jalisco Nueva Generación para debilitar
a los de Sinaloa y expandirse.
Las
hipótesis no se excluyen mutuamente, ya que el crecimiento de la unión CAF-CJNG
se ha caracterizado por reclutar a delincuentes que operan para Sinaloa, para
que estos a su vez enganchen a otros y asesinar a los que no se cambian de
cártel.
PURGA
Aunque
poco a poco se demerita la posibilidad de que sea un asunto doméstico, ya que
la plaza prevalece bajo dominio del Cártel de Sinaloa, esta primera versión
indicaba que el operativo homicida había sido ordenado de manera interna.
La
hipótesis que analizan los investigadores, sugiere que cuatro de las cinco
células identificadas en Mexicali podrían estar detrás del asesinato del
“Tony”, entre ellas la del “Ruso”, quien desde 2017 mantiene una batalla contra
sicarios del “Cheko” por el control de Mexicali.
Investigadores
señalan que esta ejecución tiene relación directa con la balacera suscitada el
11 de mayo de 2017 en Merendero Manuets, donde fue abatido Sergio Quintero
Quevedo “El Manitas”, quien por órdenes
del “Ruso” emprendió una “limpia” con la intención de abrir una nueva ruta de
tráfico de drogas.
En
ese momento las líneas del asesinato del Manuets apuntaban como autor
intelectual al “Cheko”, quien habría respondido a las ejecuciones del “Ruso”.
Ambos del Cártel de Sinaloa, en ese pleito también salieron a relucir la
posible participación de otro cabeza de célula, apodado “El Wilo”
El
resto de las células locales de narcomenudeo y tráfico están encabezadas por
“El Indio” y “El Omega”, además de “Los Garibay”.
Aunque
los investigadores afirman que los otros líderes de célula de Sinaloa pudieran
tener razones para asesinarlo, ninguno podría continuar operando con
tranquilidad.
… O PUGNA
La
segunda línea de investigación surgió con información procedente de Tijuana, y
afirma el involucramiento de grupos delictivos que operan en el mencionado
municipio; el objetivo sería iniciar una lucha por la plaza.
En
un inicio revisaron la posibilidad de la célula encabezada por un operador del
CAF en el Valle de Mexicali que hubiera encabezado el ataque, pero la
desestimaron ante la ausencia de información.
Así
la línea más definida sería una expansión de Los Pilotos, agrupación ligada al
CAF y que mantiene una pugna con células del Cártel de Sinaloa, cuyo resultado
son más de 2 mil muertos en los últimos dos años en Tijuana.
El
golpe fue certero e inesperado, pues “El Tony” se sentía seguro en su
territorio y no esperaría que alguien intentara ejecutarlo en esa zona. Pero esta no sería la primera vez que
integrantes del Cártel de Tijuana pretenden abrir espacios en Mexicali.
En
febrero de 2016, elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) aseguraron a
Carlos Garmiño González/ Édgar Navarro Águila “El Karateca” sobre la Carretera
Federal 2, en el Valle de Mexicali.
Personal
de inteligencia confirmó a ZETA que su presencia en la Capital del Estado era
para reclutar nuevas piezas en el Cártel de Tijuana para enfrentar a las
células sinaloenses.
LA EJECUCIÓN
Autoridades
integradas al Grupo Coordinación tenían plenamente identificado a Linares como
cabecilla del Cártel de Sinaloa, encargado de la operación de la Zona Poniente
de la ciudad, tiempo atrás cabeza de sicarios, pero de un tiempo a la fecha, su
actividad estaba disminuida. Diversas fuentes afirman que pretendía mantener un
perfil de empresario, e incluso abrió sociedad con antros y bares de la
localidad, lo que pudo no ser bien visto por sus jefes.
“Yo
soy de Sonora, pura sangre yaqui / Pero mi terreno está aquí en Mexicali /
Aunque haga calor no me quito el chaleco / Lo traigo bien puesto a la orden del
‘Cheko’ / ‘El Lic’ al volante listo pa’l ataque / En enfrentamientos siempre al
rescate…”, es la letra de la
canción del grupo Enigma Norteño que lleva su apodo y una de las varias que lo
identifican en el canto popular.
Bernardo
Antonio Linares Corral, “El Tony”.
Pese
al calor de ese día, “El Tony” llevaba su chaleco negro la madrugada del 20 de
marzo cuando decidió detenerse en la taquería Ocotlán, localizada en el cruce
de Calzada Anáhuac e Islas Borneo, Fraccionamiento Jardines del Lago, una
comunidad de clase media-alta, y concurrida por juerguistas que aprovechan su
horario.
“El
Tony” se sentía confiado. Iba solo.
Estuvo poco tiempo en el negocio ubicado muy cerca de la Comandancia de la
Policía Municipal, debido a que olvidó su cartera en el vehículo, por lo que
tuvo que regresar al carro por ella.
Los
matones lo acechaban desde que descendió del automóvil. Cuando vieron que “El
Tony” ingresó nuevamente a su Nissan Altima modelo 2009, color plata, placas de
circulación AKB3797 de Baja California, encendieron su vehículo compacto y se
emparejaron.
Del
asiento del copiloto bajó un hombre armado con un rifle de asalto AK-47, el
cual descargó sin titubeos. Un total de 19 proyectiles atravesaron el cuerpo
que quedó recostado en el asiento del piloto, al parecer, intentando alcanzar
su pistola Glock calibre 40 que escondía en la guantera; la precisión con la
que realizaron el ataque quedó plasmada en el cristal y la fibra de vidrio de
la puerta del piloto, cuyas huellas evidencian que hubo poco retroceso en el
accionar.
El
sicario ingresó nuevamente al vehículo y escaparon con rumbo al sur, con
dirección a la Comandancia de Policía de acuerdo a los que mencionaron
testigos. Ninguno de los elementos policiacos o investigadores entrevistados
por ZETA fue capaz de explicar el recorrido que hicieron los asesinos, a pesar
de que existen varias cámaras de vigilancia en las inmediaciones.
Además
de la escuadra, entre las pertenencias de Linares hallaron tres cartuchos
abastecidos, dos teléfonos celulares y una licencia de conducir a su nombre
expedida por Recaudación de Rentas, con residencia en Avenida Damián Carmona,
número 33, Colonia Militar, que es precisamente el cuartel ubicado en calle 11,
donde “El Tony” residió hasta 2004, cuando dejó las filas del Ejército.
Policías
sugieren que cuando los criminales huyeron, la primera reacción de testigos fue
un acto de rapiña; se llevaron dinero y los objetos de valor que pudieron
cargar en ese instante.
Tras
cotejar las placas del vehículo, se descubrió que estaban a nombre de Julio
César Sánchez León -ex pugilista mexicalense- y que no ha sido regularizado
desde 2009. Al ser localizado Sánchez, informó que le vendió el auto a la
víctima “hace años”.
MATARON A SU ESCOLTA
Los
investigadores consideraron que cinco meses atrás “El Tony” recibió una
advertencia, cuando sicarios ultimaron a Nicolás Francisco Ibarra Pino, de 36
años de edad, un ex agente de la PEP que, de acuerdo a datos proporcionados por
el Grupo Coordinación, fungía como escolta de
Linares Corral.
Ibarra
Pino fue acribillado la noche del 12 de octubre de 2017 con armas de grueso
calibre, al llegar a su vivienda localizada en la colonia López Mateos, sin que
a la fecha el responsable del homicidio haya sido capturado.
“EL TONY” TENÍA AÑOS EN EL NEGOCIO
Originario
de Ciudad Obregón, Sonora, de estado civil separado, “El Tony” tenía un hijo
que reclamó su cuerpo en las instalaciones del Servicio Médico Forense. Era un
conocido criminal en el mundo del hampa en Mexicali, identificado por el Grupo
Coordinación, sin embargo, se mantuvo sin cargos judiciales ni órdenes de aprehensión
en su contra.
“Era
un tipo muy listo, no dejaba rastro”, señaló un investigador allegado al caso.
Su
ruta era el poniente de la ciudad, la zona desértica, donde se desenvolvía con
regularidad resguardando cargamentos de droga hasta su cruce al otro lado de la
frontera.
En
algunos crímenes las autoridades determinaron su participación, sin embargo, su
nombre no fue incluido en los expedientes, entre ellos el asesinato de María
Martha Fernández Maldonado en octubre de 2012. La mujer era vendedora de bienes
raíces y, según fuentes del Grupo de Coordinación, murió por orden del “Macho
Prieto” y “El Cheko” o “El 6”, debido a que sospecharon una traición por parte
de la víctima, a causa del cateo de dos de los tres inmuebles que le rentaban y
utilizaban para el almacenamiento de droga; fueron cateados por las autoridades
que realizaron decomisos importantes.
Tiempo
después, por el homicidio de la señora Fernández la PGJE detuvo a dos ex militares
identificados como José Antonio Parra Camargo, ex integrante del Grupo
Aeromóvil de Fuerzas Especiales (CAFE) y Cristian Hernández Araiza, ex Capitán
del Ejército Mexicano. Durante el interrogatorio guardaron silencio y aceptaron
las consecuencias.
El
arma utilizada para asesinar a la vendedora de bienes raíces, se usó también
contra Jesús Daniel Samaniego Félix, policía municipal acribillado en enero de
2012, afuera del restaurante Sara´s, frente a la Universidad Autónoma de Baja
California -uno de los puntos más concurridos de Mexicali- en un horario de
alto movimiento. Fue encontrada en el auto usado para disparar y lesionar al
licenciado Ernesto Flores Gallego -actual juez- en noviembre de 2011. Hasta la
fecha, ambos crímenes permanecen impunes.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/
INVESTIGACIONES ZETA/ LUNES, 26 MARZO, 2018 12:00 PM)
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