Foto:
Archivo
El
hijo menor de “El Mayo” Zambada consiguió una condena de cinco años y medio de
prisión tras declarase culpable de narcotráfico; se trata de la sentencia más
baja registrada entre capos del Cártel de Sinaloa y otras organizaciones. Las
negociaciones, extendidas por más de tres años, entre las cuales pagó 250 mil
dólares a la DEA, le permitirán salir libre en septiembre próximo. Mientras
tanto, sus hermanos siguen tras las rejas y su padre, prófugo
Durante
más de tres años, Serafín Zambada Ortiz negoció su sentencia con el gobierno
estadounidense. Capturado en noviembre de 2013 mientras cruzaba la frontera de
Nogales, Arizona, se declaró culpable de narcotráfico en septiembre de 2014, y
hasta marzo de 2018 fue sentenciado a cinco años y medio de prisión en San
Diego, California.
Se
trata de la condena más baja entre narcotraficantes de alto perfil que la
justicia norteamericana ha dictado en los últimos años. El hijo de Ismael “El
Mayo” Zambada tenía apenas 23 años de edad cuando fue aprehendido y, a sus 27,
aseguró que busca su libertad para criar a sus hijos.
La
Corte del Distrito Sur de California consideró el tiempo ya cumplido en prisión
a favor del sentenciado, por lo cual Zambada Ortiz saldrá libre en septiembre
próximo y sin libertad condicional de por medio. Después de ello, confiaron
personas cercanas al caso, el joven, quien es ciudadano estadounidense, busca
hacer su vida en la Unión Americana.
Fotos:
Archivo.- Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo” – Ismael Zambada García, “El
Mayo Zambada” – Ismael Zambada Sicarios, “El Mayito Flaco”
“La
familia siente que se hizo justicia”, comentó Saji Vettiyil, abogado de Serafín
Zambada, en entrevista con ZETA.
A
pesar que al momento de su captura, el Departamento de Justicia presentó a
Serafín Zambada Ortiz como uno de los líderes del Cártel Sinaloa, justo debajo
de su padre, Ismael “El Mayo” Zambada, el juez Dana Sabraw lo consideró un
actor no tan involucrado en los negocios del Cártel de Sinaloa, debido a su
poco tiempo trabajando para tal organización.
En
realidad, tanto la Fiscalía del Distrito Sur de California como la defensa de
Serafín, a quien se le permitió presentarse vestido de civil y no con uniforme
penitenciario, ya habían llegado a un acuerdo respecto a los cinco años y medio
de prisión como sentencia, por lo que el fiscal no intervino en la
comparecencia.
Desde
el momento en que se declaró culpable, Serafín Zambada aceptó un cargo de
conspiración para importar metanfetaminas, cocaína y marihuana, pero en el
acuerdo de culpabilidad, la fiscalía aceptó eliminar el cargo por
metanfetaminas.
Aun
así, de acuerdo con el Código Penal de Estados Unidos, cuando se trata de
importación de cocaína hacia el vecino país, la sentencia va de los 10 años de
prisión como mínimo, a cadena perpetua como máximo.
Ningún
otro capo ha obtenido una condena tan reducida en Estados Unidos. Por ejemplo,
también en la Corte del Distrito Sur de California, de los hermanos Arellano
Félix, Benjamín fue condenado a 21 años (después de obtener una reducción),
Francisco Javier “El Tigrillo” a 15 años y Eduardo “El Doctor” a 10 años. Al
momento de sus sentencias, su organización se encontraba debilitada.
Por
parte de los Beltrán Leyva, Alfredo “El Mochomo” fue sentenciado a la pena
máxima, cadena perpetua, después de un proceso que concluyó en 2017, luego de
tres años de ser extraditado al Distrito de Columbia.
Serafín
Zambada Ortiz e Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”
Mientras
que otros integrantes del Cártel de Sinaloa como Víctor Emilio Cázares “El
Licenciado” fue condenado a 15 años de prisión -también en San Diego,
California- y Alfredo Vázquez Hernández recibió 22 años de prisión en la Corte
federal de Chicago, Illinois.
De
esta forma, la defensa de Serafín Zambada Ortiz sienta un precedente en los
casos de narcotraficantes. El mismo despacho, Vettiyil y Asociados, encabezado
por Saji Vettiyil, representa a Ismael Zambada Imperial, otro de los hijos de
“El Mayo” acusados en Estados Unidos.
Desde
marzo de 2014 y antes que se declarara culpable, el caso contra Serafín fue
expuesto como complejo por el propio magistrado Dana M. Sabraw, por petición de
la defensa, debido a la cantidad de evidencia que se agregó a la investigación.
Cuando
en septiembre de ese año se declaró culpable, la audiencia de sentencia se fijó
para mayo de 2015, pero fue aplazada durante casi tres años.
De
forma adicional, el 28 de enero de 2015, Serafín entregó 250 mil dólares al
gobierno estadounidense, monto que la fiscalía calculó como sus ganancias en el
narcotráfico. En específico, el recibo de pago muestra que la cantidad fue
depositada a la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés). Desde
entonces la sentencia continuó aplazándose.
Durante
ese tiempo, Adam Braverman, a cargo del caso contra Zambada, se convirtió en el
fiscal federal del Distrito Sur de California, cuya jurisdicción incluye toda
la franja fronteriza entre California y Baja California. El nombramiento se dio
de manera oficial en noviembre de 2016.
LOS OTROS HIJOS DEL “MAYO”
Serafín
Zambada Ortiz no es el único hijo del líder del Cártel de Sinaloa al que se le
han fincado cargos en Estados Unidos. La primera detención fue la de Vicente
Zambada Niebla, detenido en marzo de 2009 después de una reunión con la DEA en
el Hotel Sheraton de la Ciudad de México.
“El
Vicentillo”, de entonces 34 años de edad, ya cumplió nueve años en reclusión.
Al año siguiente de su aprehensión, fue extraditado a Estados Unidos. Después
de años de intentar demostrar que fungía como testigo de la DEA, en abril de
2014 optó por declararse culpable ante la Corte del Distrito Norte de Illinois.
Al
cambiar su declaración de inocente a culpable, “El Vicentillo” aumentó sus
posibilidades de obtener una sentencia reducida, pero todavía no le ha sido
dictada. El hijo del “Mayo” aceptó haber trabajado de 2005 a 2008 como
cabecilla del Cártel de Sinaloa, para la cual supervisó el tráfico de
cargamentos de drogas.
Al
declarase culpable, también aceptó “cooperar total y verazmente en cualquier
asunto en el que sea requerido por parte de la Fiscalía Federal del Distrito
Norte”, donde Joaquín “El Chapo” Guzmán, entre otros narcotraficantes, se
encuentra acusado.
De
igual forma, la Corte especificó que esta cooperación implica “proporcionar
toda la información testimonial verdadera de cualquier investigación para la
preparación de juicios preliminares en cualquier procedimiento administrativo,
criminal o civil”.
En
los mismos días de marzo que Vicente estaba cerrando su trato como testigo de
la DEA, la Corte del Distrito Sur de California giró orden en la que se
prohibía a la defensa de Serafín Zambada y a la Fiscalía del Distrito Sur de
California, revelar cualquier detalle de la evidencia recolectada por el
gobierno norteamericano a terceras partes, incluidos a representantes de medios
de comunicación.
El
tercer hijo del “Mayo” que se encuentra tras las rejas es Ismael “Mayito Gordo”
Zambada Imperial. Fue detenido por elementos de las Fuerzas Armadas en
Culiacán, Sinaloa, el 12 de noviembre de 2014. Meses después que sus hermanos
se declararan culpables y que “El Chapo” Guzmán se fugara del penal Altiplano.
Zambada
Imperial está incluido en una extensa acusación de narcotráfico que un Gran
Jurado de la Corte del Distrito Sur de California aprobó en septiembre de 2013.
Junto a él, acusados también su padre, Ismael “El Mayo” Zambada, Ismael Zambada
Sicairos “Mayito Flaco” e Iván Archivaldo Guzmán Salazar “Chapito”, hijo de “El
Chapo” Guzmán.
En
específico, la Fiscalía del Distrito Sur de California presentó cargos por
asociación ilícita ininterrumpida, conspiración para distribuir e importar
metanfetamina, cocaína y marihuana, así como conspiración para lavado de
dinero.
“El
Mayito Gordo” se encuentra en el penal de máxima seguridad de Puente Grande,
Jalisco, y pese a que en noviembre de 2015 la Secretaría de Relaciones
Exteriores aprobó la extradición solicitada por Estados Unidos, consiguió un
amparo que mantiene el proceso en suspenso.
Mientras
que Ismael Zambada Sicairos “Mayito Flaco” continúa prófugo. La investigación
que incrimina a “El Mayo”, a sus dos hijos y al hijo de “El Chapo” inició en
2011 a partir de la detección de una pequeña célula dedicada a la distribución
de drogas en las ciudades de National City y Chula Vista, dentro del condado de
San Diego y próximas a Tijuana.
“Pronto
se volvió evidente que las drogas eran proporcionadas por el Cártel de Sinaloa
y el caso se transformó en una averiguación multinacional y multiestatal, que
resultó en arrestos y decomisos”, informó el Departamento de Justicia en enero
de 2015, cuando reveló la acusación.
(LA SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /
INÉS GARCÍA RAMOS/ LUNES, 26 MARZO, 2018 12:00 PM)
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