WASHINGTON (apro).– Por orden
del presidente Donald Trump, el gobierno de Estados Unidos desclasificó este
jueves por la noche 2800 documentos secretos sobre el asesinato del
expresidente John F. Kennedy, provocando con ello un aumento en las dudas y
teorías de conspiración de lo ocurrido el 22 de noviembre de 1963.
“Hoy ordené que finalmente se
levante el velo”, indicó el presidente Trump en el memorando que envío el
jueves la Casa Blanca a todas las agencias federales de inteligencia para la
desclasificación de los miles de documentos.
Aunque, en términos
generales, la información que contienen los expedientes concluyen que el
exmarino Lee Harvey Oswald fue el asesino solitario de Kennedy, y que no hubo
contubernio ni participación de los gobiernos comunistas de la Unión Soviética,
Cuba, ni de la ultraderecha estadunidense, la información abre interrogantes
que generaran más teorías de la conspiración.
“El 1 de octubre, en la
Ciudad de México, Oswald llamó a la embajada de la Unión Soviética, y hablando
en un mal ruso, preguntó si había alguna novedad sobre el telegrama de
Washington”, destaca uno de los documentos relacionados a la interceptación
telefónica que hizo la Agencia Central de Inteligencia (CIA) al asesino de
Kennedy.
Semanas antes de matar con
tres disparos de un rifle semiautomático a Kennedy desde el sexto piso del
edificio del Depósito de Libros Escolares de la Ciudad de Dallas, Texas, Oswald
estuvo en la Ciudad de México para supuestamente solicitar visado en la
embajada soviética y en la de Cuba.
“Durante su estancia en
México, Oswald se entrevistó y habló con varios agentes rusos y cubanos”,
subraya otro de los documentos.
La información sobre Oswald
en México no es nueva, en documentos desclasificados con anterioridad ya se
había establecido la conexión del asesino de Kennedy con agentes rusos y
cubanos, pero en esos expedientes como en los desclasificados este jueves, se
descarta la participación extranjera en el crimen.
“No tuve alternativa y acepté
esas redacciones para evitar un potencial daño irreversible a nuestra seguridad
nacional”, afirmó Trump en el memorando y en referencia al hecho de que en el
dossier de los expedientes desclasificados, se retuvieron otras 1800 páginas de
documentos secretos los cuales deberán ser liberados por la CIA en abril de
2018.
Entre los documentos que
retuvieron las agencias federales de inteligencia, se encuentra un expediente
de 338 páginas redactado por J. Walton Moore, el jefe de la oficina de la CIA
en Dallas.
Por igual, se mantiene como
“TOP SECRET” un documento de 18 páginas sobre la reunión que sostuvo el
empresario texano, Gordon McClendon, con Jack Ruby, el dueño de un centro
nocturno, quien dos días después del asesinato de Kennedy mató a Oswald, evento
que fue transmitido en vivo por la televisión estadunidense.
Se espera que en abril de
2018 se liberen los expedientes relacionados con los exiliados cubanos Orlando
Bosch y Luis Posada, acusados de derribar con una bomba un avión en 1976, acto
terrorista que en el que murieron 73 personas.
La desclasificación de los documentos
no obedece totalmente a una orden de Trump. El mandatario lo que hizo fue pedir
que se cumpliera con la legislación aprobada por el Congreso federal
estadunidense, y que promulgó como ley el expresidente George H.W. Bush, el 26
de octubre de 1992.
Bajo esa ley conocida como el
Acta sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, se estableció que a
partir de su promulgación, 25 años después se liberaran todos los documentos
sobre lo ocurrido el 22 de noviembre de 1963, a menos que el titular del poder
ejecutivo (Trump, en este caso) considerara que se mantuviera bajo reserva la
información que pudiera afectar la seguridad nacional. Por esta razón, la CIA
convenció a Trump que fuera hasta abril del próximo año cuando se libere el 2%
de los expedientes que no se dieron a conocer este jueves.
De entre los miles de
documentos desclasificados, en cientos de páginas se hace mención a las
investigaciones que ordenó el entonces director del FBI, J. Edgar Hoover.
En 1964, Hoover, como se lee
en uno de los expedientes, “ordenó a la oficina del FBI en Nueva York, dar
seguimiento a un pitazo sobre una reunión que se celebró antes del asesinato
(de Kennedy) en la casa de Ruby con un individuo y el oficial de la policía de
Dallas, J.D. Tippit, a quien Oswald hirió después de haber disparado contra el
presidente”.
En otros expedientes se da
cuenta de que varios integrantes del exilio cubano en Estados Unidos, fijaron
la cuota de 100 mil dólares como pago por el asesinato del líder cubano, Fidel
Castro, y de 20 mil dólares, por el de Ernesto “Che” Guevara, y de Raúl Castro,
el actual presidente de Cuba.
Los documentos
desclasificados no permiten leer la identidad de varios de los agentes de la
CIA y del FBI que investigaron el caso del asesinato de Kennedy.
(PROCESO/ J. JESÚS ESQUIVEL/27 OCTUBRE, 2017)
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