Aparece
golpeado y torturado el esposo de líder indígena en Bácum, Sonora, lo atribuyen
al conflicto del gasoducto
Foto:
centrodemedioslibres
Loma
de Bácum, Sonora.- “México tiene sólo leyes bonitas pero no se aplican.
Definitivamente no nos quieren indios, nos prefieren muertos”, expresó dolida
la líder indígena de Bácum, Sonora Anabella Carlón Flores al informar la
aparición de su esposo, quien fuera ‘levantado’ el pasado martes 13 de
diciembre cuando circulaban juntos por la carretera que dirige a Loma de Bácum.
La
líder indígena del pueblo Yaqui de Loma de Bácum, Sonora resaltó que la
búsqueda se agilizó desde que se tuvo contacto directo con la oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos con base en
Ginebra, a donde se hizo una petición urgente, vía correo electrónico, por
parte del pueblo indígena.
Detalló
que el contacto se hizo ante la inseguridad generada tras el enfrentamiento
entre pueblos indígenas por inconformidades por el tendido de tubos para el
gasoducto por esa zona.
“Gracias
a la intervención de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas y
muchas otras organizaciones se agilizó la búsqueda de mi esposo y hoy apareció
pero muy lastimado y yo también estoy muy lastimada, igual que todo el pueblo
Yaqui”, expresó la líder indígena.
Por
otra parte, Anabella Carlón Flores indicó que la posibilidad de que el pueblo
yaqui de Loma de Bácum solicite asilo político a otro país sigue en pie, toda
vez que el gobierno mexicano no brinda las condiciones de seguridad, ni las
garantías de sobrevivencia que han solicitado desde que se inició el conflicto
por el paso del gasoducto.
“Seguimos
en pie con la posibilidad de irnos de refugiados a otro país y ya comenzamos
con la asesoría que necesitamos para hacerlo”, agregó.
Por
lo pronto, dijo, el trabajo para la instalación del gasoducto que pasa por
territorio indígena yaqui continúa, pese a la orden judicial de que sea
cancelado.
Recordó
que el resolutivo del juez adscrito al juzgado séptimo de distrito ordenó el
paro de actividades en la construcción del gasoducto que va de la frontera de
Estados Unidos hacia Monterrey, Nuevo León, cruza el territorio yaqui en una
franja de 90 kilómetros y dos metros de profundidad, cuatro kilómetros por el
pueblo Loma de Bácum.
“Ahora
es el gasoducto, después viene las minas. No nos quieren indígenas, nos
prefieren muertos, por lo que nos veríamos obligados a pedir refugio en otro
país”, concluyó.
(EL
DEBATE/ MARÍA DE JESÚS ESTRADA/20 DE DICIEMBRE 2016)
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