Con
la mayor discreción, el ex Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, viajó a
Nueva York para reunirse con Jared Kushner, yerno del Presidente electo de
Estados Unidos, Donald Trump. La idea de este contacto informal, avalado por el
Presidente Enrique Peña Nieto, era saber qué es lo que quiere el próximo
inquilino de la Casa Blanca de México. El mensaje de Trump a Peña Nieto lo ha
hecho estar optimista de establecer una relación constructiva a partir del 20
de enero, como lo ha dicho en algunos discursos. El Presidente ya sabe, en
principio, qué esperar en materia de migración y comercio, y también con
quiénes no quiere tener relación la Administración Trump.
De
acuerdo con detalles generales de la información que Videgaray dio a Peña
Nieto, Trump no guarda resentimientos contra el propio Presidente, que en dos
ocasiones lo comparó con Adolfo Hitler y Benito Mussolini. Tampoco contra la
Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, la responsable de
buscar el vínculo con la campaña de Hillary Clinton, y quien lo espetó durante
la reunión que tuvieron a finales de agosto en Los Pinos. Trump, según lo que
dijo Kushner a Videgaray, y este a Peña Nieto, tiene problemas con dos miembros
del gabinete, los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de
Economía, Ildefonso Guajardo.
No
se llegó al veto en la relación bilateral, pero sí fue claro el yerno de Trump
que el Presidente electo y su equipo no se sentirían a gusto con ellos. La
información que ha trascendido sobre ese encuentro no especifica cuáles son las
razones por las que prefieran contacto con otros funcionarios en esos campos,
ni tampoco se ha podido obtener una confirmación de que los dichos de Videgaray
sean objetivos, debido a que nadie fuera de él, tiene contacto con Kushner. La
canciller Ruiz Massieu tiene prohibido establecer nexos con el equipo de
transición, y la autorización para comenzar a trabajar con ellos será cuando ya
sean Gobierno, como el Presidente Peña Nieto anticipó que sería el inicio de la
relación institucional.
Peña
Nieto no ha mentido. Formalmente no hay contacto; informalmente sí. La decisión
de que Videgaray fuera el emisario se dio por haber sido él quien construyó la
visita de Trump a México y tenía, por la vía de un banquero neoyorquino amigo
del ex Secretario de Hacienda y del Presidente electo -quien fue el que le
aconsejó que escuchara a Peña Nieto porque tenía apreciaciones incorrectas
sobre el país-, el acceso a Kushner.
El
encuentro se acordó en la segunda semana de noviembre y se concretó en la
tercera, a la que Videgaray acudió solo. Es la segunda vez que lo veía en
secreto Videgaray, y la tercera, si se suma la de la visita a Los Pinos. Es también
el ttercer contacto directo con el Gobierno que viene; Peña Nieto ha hablado en
dos ocasiones por teléfono con Trump.
En
la reunión, según la información proporcionada, Kushner le comentó a Videgaray
-de acuerdo a lo que reportó a Peña Nieto-, que sus declaraciones más fuertes
contra México se habían dado en el contexto de la campaña, y que no serían
mantenidas al pie de la letra durante la administración. Uno de los temas
abordados fue el pretendido muro, donde el planteamiento fue que si bien Trump
no podría dar marcha atrás, tampoco se haría en los términos como lo ofreció.
La salida será la propuesta de los republicanos en el Capitolio, de levantar
vallas, no muros, de El Paso a Browsville, en Texas.
El
muro y la migración han sido permanentemente abordados por Trump y su equipo en
el contexto de la seguridad, que es el antecedente del comentario que hizo
Kushner a Videgaray, según lo que ha trascendido del encuentro, sobre Osorio
Chong. No se sentirían a gusto en el diálogo y la negociación con el Secretario
de Gobernación, deslizó sin precisar. La figura de Osorio Chong no es acogida
en Washington. El Gobierno de Barack Obama tampoco tiene una buena impresión
del Secretario de Gobernación, a quien cuando acudió Peña Nieto a una visita a
la Casa Blanca en enero pasado, lo vetaron de la comitiva que saludó al
Presidente estadounidense. Las razones por las que demócratas y republicanos se
sientan incómodos con él, son desconocidas.
Cuando
Kushner y Videgaray hablaron del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte, el yerno de Trump le dejó claro que no buscaría su abrogación, sino su
renegociación en varios capítulos que, sentían, se habían quedado obsoletos. Al
que repudiaría, como sucedió, fue el Acuerdo Transpacífico, conocido como el TPP,
que por lo demás, habría sido su mismo destino de haber ganado Clinton la
Presidencia. En este capítulo, Kushner mostró a Videgaray que estarán muy
atentos para saber a quién designaban como negociador del TLCAN, porque con el
Secretario Guajardo tampoco estaban cómodos. A diferencia de Osorio Chong, está
más claro el por qué no quisieran a Guajardo en la mesa, al ser el promotor y
el defensor más duro del acuerdo comercial con Asia.
No
se sabe si habrá una reunión más entre Videgaray y Kushner, pero de lo que
sucedió en el primer encuentro tras la elección presidencial, todo indica que
así será para que Trump pueda recibir la respuesta de Peña Nieto en lo que
tendría que ser el segundo y último encuentro informal, y como ha sido la
marca, secreto.
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(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/
Raymundo Riva Palacio/ 20/12/2016 | 01:00 AM)
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