jueves, 30 de abril de 2015

“EL CHUYÍN”: ÁNGEL Y DEMONIO DE VILLA AHUMADA


VILLA AHUMADA, Chih. (Proceso).- Para familias enteras de Villa Ahumada, Jesús Salas Aguayo “El Chuyín”, líder del Cártel de Juárez aprehendido el pasado viernes 17, representaba “el infierno”, pero para la mayoría del pueblo era la salvación.

Se convirtió en el jefe de la plaza del Cártel de Juárez del corredor noroeste, Chihuahua, Parral y otras partes del estado, luego de la aprehensión en mayo de 2008, de su paisano Pedro Sánchez Arras El Tigre.

Aunque adoptó un perfil más bajo que el de su antecesor Pedro Sánchez, lo conocía todo el pueblo de Villa de Ahumada y sabían a lo que se dedicaba. Era originario de ahí.

“El Chuyín” es uno de los delincuentes más buscados por la Administración para el Control de la Droga (DEA, por sus siglas en inglés), según el portal de la dependencia estadunidense, que lo tiene considerado como fugitivo con el número W032681616.

Pobladores recuerdan a “El Chuyín” trabajando con Pedro Sánchez, se movía en una camioneta Lincoln Navigator negra. “Andaba con El Güero y con su compadre”, recuerda una persona cercana a Salas Aguayo, quien pidió el anonimato por seguridad.

“Eran buenas personas (el grupo delictivo), “El Chuyín” tenía una cuenta abierta en una farmacia a su nombre, para el pueblo. Sólo bastaba que fuera la gente para que le dieran las medicinas. Decían que iban de parte de él o uno de sus hombres iba por los medicamentos y se los llevaba a la familia que los necesitaba” recuerda el testigo.

Entre otras propiedades, era dueño del rancho que aseguraron las autoridades y de una casa cerca de la carretera que va a Ciudad Juárez, enfrente de un hotel que acababa de construir.

Pedro Sánchez era más extrovertido, hacía fiestas frecuentemente, cada vez que llegaba a Villa Ahumada.

“Pedro Sánchez y luego “El Chuyín” sí armaban fiestas grandes en un salón de fiestas que era de ellos, se llama ‘La Cabaña’. Pedro se vestía con traje negro pero sin corbata”, recuerda otro testigo que dejó el poblado en el 2010.

El antecesor de “El Chuyín” pasaba varios días en Parral o en Juárez.

“Cuando llegaba, hacían fiestas en la plaza del pueblo y a veces en el gimnasio, que está enfrente de la Presidencia Municipal.

Cuando llegaba a la plaza, llegaba como candidato (…) en una fiesta de las que hizo en el gimnasio, por ejemplo, llevó al grupo musical ‘Los Jilguerillos’, ahí duraron como hasta las siete de la mañana”, cuenta uno de los hombres entrevistados.

Eran frecuentes las fiestas en el gimnasio y duraban hasta las seis o siete de la mañana, y cuando eran en la plaza Pedro Sánchez llevaba carpas, con cerveza y todo lo necesario. “Sus guaruras se vestían normales, pero tenían bien vigilado a todo el que asistía”.

Recuerdan que Pedro Sánchez y posteriormente “El Chuyín”, se refugiaban cerca de Benito Juárez, municipio de Buenaventura, específicamente en las Playitas, cerca del rancho donde detuvieron a Jesús Salas.

“Tenían todo controlado, los empresarios tenían que negociar con ellos su propia seguridad”, refieren.

Luego de la detención de Pedro Sánchez, mediante el Operativo Conjunto Chihuahua, las autoridades intentaron apoyar al grupo contrario, el cártel de Sinaloa, para que éste se quedara con la estratégica aplaza para el trasiego de droga. “No lo lograron”, asegura uno de los entrevistados.

Después de que aprehendieron en Parral a Pedro Sánchez y asesinaron a su escolta Gerardo Gallegos Rodelo, se evidenció que desde gobierno federal buscaban “limpiar” la plaza para el grupo contrario, afirman los testigos.

También hicieron evidente la colusión o sometimiento de agentes municipales al grupo delictivo de esa región. En marzo de ese mismo año, 2008, el Ejército mexicano aprehendió a cinco agentes por asociación delictiva y delincuencia organizada.

Rigoberto Ruiz Sida, José Guadalupe Santana, Juan Pablo Remes Torres, Jesús Francisco López Cadena y Daniel Solís Solís, fueron puestos a disposición de autoridades federales y días después obtuvieron la libertad con el pago de cinco mil pesos de fianza.

En mayo, durante el funeral del escolta Gilberto Gallegos, su féretro fue llevado al panteón de Villa Ahumada en una camioneta Escalade blanca con una caravana de vigilancia, recuerdan los dos testigos.

Un grupo de militares irrumpió en el cementerio, aprehendió a personas que trabajaban con Pedro Sánchez y decomisó droga. Los soldados llegaron en dos helicópteros y vehículos. “Había un hombre que tomaba fotografías, de la gente de Pedro, también se lo llevaron”, recuerda el hombre que dejó el pueblo.

La madrugada del 18 de mayo de 2008, habitantes de Villa Ahumada fueron alertados por la autoridad municipal sobre la llegada de un comando armado que tenía la instrucción de “limpiar” la región.

Un grupo del Cártel de Sinaloa liderado por “Toño Marrufo”, llegó al pueblo en busca de la gente del Cártel de Juárez. El enfrentamiento dejó nueve muertos.

“Los soldados se fueron un día antes del pueblo y regresaron justo cuando terminó la matanza”, coinciden los dos testigos.

“Dijeron temprano que iba a llegar la gente de Toño Marrufo a ‘limpiar’, primero fueron sobre cuatro policías”, recuerdan.

Alrededor de la una de la mañana del 18 de mayo, llegó primero una Suburban con varios hombres armados y encapuchados. “Traían máscaras como de calavera y atrás llegaron más”, recuerda uno de ellos.

Primero se fueron contra tres agentes de la Policía Municipal y los dejaron tendidos afuera de la unidad, en una gasolinera: José Armando Estrada Rodríguez, Óscar Adrián Zúñiga Dávila y José Luis Quiñónez.

Además asesinaron a otros tres civiles y “levantaron” a otros tres que fueron hallados ejecutados más tarde, en Ciudad Juárez.

En el salón de fiestas había mucha gente porque se realizaban los XV años de una joven. Los mismos sicarios cerraron el recinto por fuera para que la gente no saliera.

Los burreros (vendedores de tradicionales asaderos y burritos en Villa Ahumada), se escondieron en los baños. “Se escuchaba que los hombres buscaban a alguien, preguntaban dónde estaban. Luego abrieron el lugar donde estaban los burreros, y sólo les dijeron que ahí se quedaran”.

Luis Eduardo Escobedo Ruiz, de 21 años murió en la refriega, su cuerpo quedó tendido dentro de una Ram azul. Su madre y otros familiares acudieron al lugar y aseguraron que trabajaba como mandadero del rancho Santa Mónica.

“Le apodaban El Bardito, era hijo de El Bardo. El muchacho vendía droga, es que aquí si terminan la prepa se van a Juárez y los que no pueden o no quieren, sólo se casan y se ponen a pistear, son presa fácil de los delincuentes”, dijo uno de los testigos.
Las otras víctimas mortales fueron Julio Armando Gómez Magallanes, dueño del restaurante “Pollo Feliz” y Mario Alberto González Castro, empleado de las oficina de Ómnibus de México. Otros tres hombres “levantados” y ejecutados en Juárez fueron identificados como Aldo Aníbal Martínez Hernández, Arturo Flores López y Héctor Guadalupe Sánchez Hernández, éste último era hermanastro de Pedro Sánchez.

La balacera se escuchó hasta las cuatro de la mañana. Luego prevaleció el silencio. “Al rato pasaron todas las camionetas en caravana, se fueron rumbo Chihuahua por una brecha que llega a Benito Juárez y da hasta Juárez, por ahí pasan droga”.

Pocas horas más tarde, llegaron los militares e instalaron su campamento en el gimnasio donde realizaron la fiesta de 15 años.

Meses después, Jesús Salas se convirtió en “protector” de gran parte del pueblo y en el infierno de otros.

El 15 de julio de 2008, dos meses después de la detención de Pedro Sánchez, cayeron en Lázaro Cárdenas, municipio de Meoqui, fuertes colaboradores del capo: Gonzalo García García, El Chalo; Antonio Flores, El Toño, y Ricardo de la Rosa Haros, El Cabe.

Y a pesar de que estaban acusados por lo menos de cinco homicidios, fueron liberados en enero del año pasado.

Gonzalo García fue asesinado con otros cinco integrantes de su grupo delictivo, el pasado 17 de marzo en el municipio de Buenaventura. También murió en el enfrentamiento, De la Rosa Haro.

La Policía Municipal de Villa Ahumada quedó sin elementos desde 2009 hasta hace unos meses, entre agentes cesados y asesinados. A finales de 2008, mataron a un comandante de la Secretaría de Seguridad Pública.

Jesús Blanco Cano fue localizado con un narcomensaje en la carretera Panamericana, entre ese poblado Ahumada y Samalayuca.

Ahora, el poblado está a la expectativa porque desconoce quien tomará el lugar de Salas Aguayo o qué grupo liderará la plaza.

“El Chuyín”, fue capturado el pasado 17 de abril por militares y elementos de la Marina, mediante un fuerte operativo que obligó a corporaciones de los tres niveles de gobierno a “sitiar” la ciudad de Ahumada. Junto con él fueron capturados cuatro presuntos delincuentes más.

Al día siguiente su gente, sus protegidos huyeron hacia los poblados y ejidos del noroeste, principalmente a Buenaventura donde amenazaron a los pobladores.

“El Chuyín” tenía el control de Villa de Ahumada, municipio localizado a más de 100 kilómetros de Juárez, y las autoridades estadunidenses lo acusan de ordenar el asesinato de José Daniel González Galeana, exintegrante del grupo delictivo quien vivía en El Paso, Texas, y era testigo protegido del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en el 2009.

De acuerdo con el ICE, Salas desconfió de González Galena y le atribuyó la detención, el 13 de mayo de 2008, de Pedro Sánchez Arras “El Tigre”, quien era el tercero en el mando del cártel, dirigido por Vicente Carrillo Fuentes.

Villa Ahumada se dio a conocer porque es la tierra que albergó a los jefes del Cártel de Juárez como Rafael Muñoz Talavera, Rafael Aguilar Guajardo y Amado Carrillo Fuentes.


(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ PATRICIA MAYORGA/ 30 DE ABRIL DE 2015) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario