lunes, 25 de agosto de 2014

DE NUEVO EN QUIEBRA EL INGENIO DE LOS MOCHIS


En la colonia Insurgentes, barrio ícono de la ciudad que fue fundado por obreros del ingenio Mochis, don Francisco ya no tiene cómo llevar el alimento a su mujer.

Pensionado de la fábrica, tienen seis meses sin recibir pago, y a casi dos años de no cobrar las prestaciones, que se ganó tras 20 años de trabajar zafra tras zafra, en la producción de azúcar refinada.

Él debe casi dos mil pesos de comida. El abarrotero ya no quiere fiarle. Adeuda casi mil pesos más por consumo de agua potable, y está por llegarle el recibo de la luz. Sabe que la Comisión Federal de Electricidad le cortará el fluido porque no podrá abonarle a la cuenta.

Tampoco tiene quien le preste, porque aquí se ha corrido la versión de que los patrones de don Francisco están quebrados. Y así, el deudor tampoco podrá pagar lo que ya debe.

Don Francisco dice que Alejandro Elizondo Macías y Rodolfo de la Vega Valladolid ya no quieren pagarle, y él ha comprendido que esos muchachos quebraron intencionalmente la fábrica, en complicidad con el gobernador, Mario López Valdez, quien siempre los engaño y alimentó las falsas esperanzas de que la industria no se iría de la ciudad.

Don Francisco los maldice. Y los llama ¡cabrones! con un desprecio que le obliga a escupir en el piso. Con sus casi 65 años de edad, él es uno de los ex obreros del ingenio Mochis que este jueves se sumó al contingente que bloquea los dos accesos a la fábrica.

A él ya poco le importa que la justicia se lo lleve a la cárcel, como el gobernador López Valdez acostumbra a hacer cuando los trabajadores se manifiestan contra los “cuates de su gobierno”. Ahí están los campesinos de Paradox, y Don Gervasio Osuna, dice. Ahí están los de Picachos, recuenta. Ahí están los muertos, los que fueron asesinados por el Gobierno por protestar.

Él dice estar resuelto a sufrir las consecuencias que lleguen.

Y muy pegados a él están los obreros. Estaban de vacaciones, pues al final de cada zafra tienen 35 días descanso, mientras un puñado de mecánicos lava las tuberías y fierros de la maquinaria. Después de ese mes de asueto, debería de llegar la reparación de la maquinaria, pero ahora ya no hay certeza de que regresen a trabajar.

Por eso están ahí, bloqueando los accesos.

Dicen que les deben las vacaciones, el ahorro de dos años, el retroactivo salarial desde el 2012, 14 meses de bonos de despensa, una semana de útiles escolares, convivencia familiar, canasta básica e incentivos, más seis semanas de sueldos. En promedio, les adeudan casi 20 mil pesos a cada uno de los 800 obreros que zafra tras zafra trabajaban en la industria.

Los obreros no quieren identificarse. Temen por su integridad, y la de sus familias. Comprenden que en Sinaloa, el gobierno es criminal, y usa tácticas de tirano para defender a sus cómplices en el saqueo de la riqueza, en el amasamiento de fortunas con el hambre de los pobres, con la necesidad de los gobernados.

Y del plantón, nadie los mueve. Quieren sus sueldos, quieren que se larguen los Macías y los Valladolid, quieren que el Gobierno Federal tome el ingenio, lo audite y encarcele a los responsables de la quiebra.

Mientras los obreros se movilizan, la dirigencia de la Sección 12 del Sindicato Nacional Azucarero se esconde. “Y cómo no, si reciben mochada”, justifican los inconformes.

El cierre del ingenio Mochis fue anunciado por Gilberto Irazoqui Galaviz, presidente del Comité Municipal Campesino Número Cinco, y Carlos Álvarez Barreras, presidente de la Unión Local de Productores de Caña del Municipio de Ahome y Luis Xavier Zazueta Ibarra, presidente de la Asociación de Pequeños Propietarios del Norte de Sinaloa Los Mochis, quien precisó que el 27 de agosto, miles de campesinos recogerán una superficie indeterminada de siembras de caña.

“Los campesinos ya no dieron más prorroga a los Elizondo y a los Valladolid. La fecha fatal seré el 27 de agosto. Pagan la deuda y continúan con la renta. No pagan, y se rastrean los cultivos”, dijo.
“Ya no hay vuelta, el cierre del ingenio Mochis es inminente”, precisó.

El presidente de la Asociación de Pequeños Propietarios Rurales en la zona norte, Luis Xavier Zazueta Ibarra, coincidió en que el cierre del ingenio es inminente porque los industriales incumplieron el convenio de pagos.

Carlos Álvarez Barreras, manifestó que sólo están a la espera de que la fecha del convenio se llegue para tomar sus tierras.

Reveló que la deuda a miles de campesinos es de 40 millones de pesos.

“Se vienen encaramando más los compromisos que se hacen semanalmente con ellos, porque los pagos se hacen cada mes, cada seis meses y anuales y como somos más de mil ejidatarios, aquí se les complica porque semana tras semana se juntan los compromisos de pago”.

LAS CIFRAS DE LA QUIEBRA

Deuda a obreros: 35 MDP
Afectados: 800 obreros

Tiempo de retraso: 9 meses
Deuda a campesinos: 40 MDP
Afectados: Mil productores
Tiempo de retraso: dos ciclos agrícolas

FEBRERO DE 2011

Cuando se anunció el rescate del ingenio, dijo Malova:

“Voy a hacer más cosas por los azucareros, porque tengo muy claro que hay que defender nuestra historia y nuestros orígenes, a nuestros hombres valientes que por primera vez son locales”, dijo al hacer un recuento de los anteriores dueños, como fueron Benjamin Johnston, Aarón Sáenz, luego el gobierno, y después don Carlos García Arce.

“Este rescate del ingenio se incluye en el propósito de industrializarlo, para que tenga más rentabilidad, y en un futuro pueda producir biocombustibles y energía eléctrica, no solamente azúcar”.

“Me da mucho gusto que tengan esa visión de largo plazo, modernista, esa visión que nos va permitir poder tener otros productos, que nos puede enseñar a los sinaloenses y a los mexicanos que no podemos pensar como tercermundistas, sino como empresarios de primer mundo”.


(RIODOCE/ Luis Fernando Nájera/ agosto 24, 2014) 

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