Profunda consternación entre los asistentes a la misa de cuerpo presente.
TIJUANA.- Adrián cantaba
siempre que podía. Era su pasión desde pequeño, pero ayer, a él le
cantaron sus familiares y amigos para despedirlo en la iglesia Santo
Niño de Atocha.
La misa se retrasó, pero no la llegada de quienes lo conocieron desde pequeño o en la escuela a donde asistía.
“Le gustaba de corazón cantar y tocaba un tambor; a veces, de lo que él se encontraba, hacía un instrumento”, así lo describió Silvia, amiga de la mamá del niño.
En el trabajo de su mamá todos conocían a Adrián porque a veces se iba con ella al súpermercado en donde labora.
mientras esperaba afuera de la iglesia católica el arribo del cortejo fúnebre.
Adrián recibió un disparo de “cuerno de chivo” justo en la cara. Por última vez su mamá “quería verlo, pero no se puede. La caja está sellada”, platicó su amiga.
Uno de los músicos al momento de levantar su mirada para ver al agresor -la tarde del domingo pasado en Los Arenales- resultó con un rozón de bala en la cara.
Él estaba a un costado de Adrián y enseguida el papá del pequeño, Isidro Gómez, de 39 años, quien se encuentra internado en la clínica 1 del IMSS, al resultar herido de tres disparos.
A ese mismo lugar iban a ir la mamá de Adrián y sus amigas, pero por el fuerte viento que hacía decidieron no ir a Rosarito.
“Ya no podemos ir a lugares así, ¿no sabemos qué hay a nuestro alrededor?. ¿De qué sirven los retenes?, si dejan pasar ese tipo de armas. ¿En dónde está la seguridad?”, cuestionó Silvia para luego iniciar la misa de cuerpo presente en la parroquía de la comunidad.
Sobre este caso, José María González, titular de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada (SCDO) que depende de la PGJE, explicó el agresor llegó a bordo de una camioneta Ford Expedition, color blanco.
Desde el interior realizó los disparos en contra de toda la concurrencia, de nadie en específico, mencionó.
Existe la sospecha es alguien que bajo los influjos del alcohól llegó minutos antes, se fue y después regresó al lugar para hacer los disparos.
Continuarán, dijo, investigando este hecho para aclarar lo sucedido. Por esa balacera perdieron la vida cuatro personas, entre ellos el niño Adirán.
“Le gustaba de corazón cantar y tocaba un tambor; a veces, de lo que él se encontraba, hacía un instrumento”, así lo describió Silvia, amiga de la mamá del niño.
En el trabajo de su mamá todos conocían a Adrián porque a veces se iba con ella al súpermercado en donde labora.
mientras esperaba afuera de la iglesia católica el arribo del cortejo fúnebre.
Adrián recibió un disparo de “cuerno de chivo” justo en la cara. Por última vez su mamá “quería verlo, pero no se puede. La caja está sellada”, platicó su amiga.
Uno de los músicos al momento de levantar su mirada para ver al agresor -la tarde del domingo pasado en Los Arenales- resultó con un rozón de bala en la cara.
Él estaba a un costado de Adrián y enseguida el papá del pequeño, Isidro Gómez, de 39 años, quien se encuentra internado en la clínica 1 del IMSS, al resultar herido de tres disparos.
A ese mismo lugar iban a ir la mamá de Adrián y sus amigas, pero por el fuerte viento que hacía decidieron no ir a Rosarito.
“Ya no podemos ir a lugares así, ¿no sabemos qué hay a nuestro alrededor?. ¿De qué sirven los retenes?, si dejan pasar ese tipo de armas. ¿En dónde está la seguridad?”, cuestionó Silvia para luego iniciar la misa de cuerpo presente en la parroquía de la comunidad.
Sobre este caso, José María González, titular de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada (SCDO) que depende de la PGJE, explicó el agresor llegó a bordo de una camioneta Ford Expedition, color blanco.
Desde el interior realizó los disparos en contra de toda la concurrencia, de nadie en específico, mencionó.
Existe la sospecha es alguien que bajo los influjos del alcohól llegó minutos antes, se fue y después regresó al lugar para hacer los disparos.
Continuarán, dijo, investigando este hecho para aclarar lo sucedido. Por esa balacera perdieron la vida cuatro personas, entre ellos el niño Adirán.
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