lunes, 7 de octubre de 2013

DEL ENGAÑO AL PATRIMONIO PERDIDO

Banus. Rescate en Jet Ski.

El sentido común dice que los estragos hechos por el huracán Manuel en algunos sectores de Culiacán deben tomarse como una primera llamada. 

Desde que fueron creados los asentamientos Riberas del Tamazula y Valle Alto, solo habían sufrido inundaciones leves producto de la pésima planeación del drenaje pluvial, pero los desastres sufridos el 19 de septiembre tuvieron que ver más bien con el uso que se le dio al suelo en esas zonas, contra las advertencias de que eran “naturalmente” inundables y que tarde o temprano pasaría lo que pasó.

Pero esto deben razonarlo las víctimas, no los victimarios. Por el contrario, estos siguen actuando y hablando como si todo lo hubieran hecho bien, poniendo siempre por delante la gran cantidad de agua que traía el meteoro. Lo hacen para esconder su estulticia a la hora de prevenir riesgos y también para ocultar sus complicidades y sus omisiones.

El problema es qué van a hacer ahora los vecinos de esos lugares a los que, en unas cuantas horas, la expectativa de un patrimonio seguro se les quedó enterrada entre el agua y el lodo. Muchos ya están saliendo de esos fraccionamientos, otros no pueden porque nadie les compra aunque vendan a la mitad de lo que valían antes de Manuel y otros más esperarán a que el tiempo haga su trabajo y puedan vender, con un poco de olvido, en mejores condiciones.

En todos los casos, sin excepción, las inmobiliarias venden “seguridad patrimonial”, confort, “calidad de vida”, como anuncia Homex al ofrecer residencias y departamentos en Pontevedra, en Isla Musala, y hasta poder, como anuncia en espectaculares Fincamex, al ofrecer sus casas en Valle Alto. 

Todos estos “valores” se derrumbaron el 19 de septiembre en esas zonas y devaluarán las expectativas de negocios en cuanto desarrollo se haga en los cauces de los ríos, por más bordos que se construyan y más toneladas de lodo que se les extraiga.

Porque viene Óscar Lara, subdirector de la Conagua y dice que en 45 días inician los trabajos de desazolve de los ríos Tamazula, Humaya y Culiacán. 

Lara reconoce, por lo menos, que ese trabajo debió hacerse antes y debiera estarse haciendo cada dos o tres años para evitar desastres. Lo mismo dijo el alcalde Aarón Rivas, pero los dos fingen estar convencidos de que con eso ya se acabaron los problemas.

Ellos son expertos en hacer dinero, no en planear obras hidráulicas. La Isla Musala, desde donde se le mire  —si es desde el bulevar Diego Valadés, desde La Limita o desde La Campiña—, se encuentra en la parte inferior de lo que fue el lecho histórico del río Tamazula, por no decir que en un hoyo. 

Y entonces siempre, como lo dijeron los que realmente saben, desde hace una década, estará sujeta a que llegue un meteoro como Manuel para que el río reclame lo que es suyo. 

El sentido común dice también que así como llegó este huracán categoría uno podría llegar otro categoría dos o tres o cuatro y entonces las consecuencias serían brutalmente mayores. 

Y hay un elemento adicional que el más ordinario de los mortales está tomando en cuenta: la presa Sanalona estaba a menos del 50 por ciento antes de Manuel y eso aminoró la tragedia.

Dijo el exgobernador Jesús Aguilar Padilla, en su visita del jueves pasado, que durante su administración sí se dragó el río Tamazula. 

Y es verdad, sí se dragó… del Puente Juárez, que conecta Las Quintas con Ciudad Universitaria, hasta la Isla de Orabá. Lo que no dice es que las inundaciones de Valle Alto tuvieron que ver con sus omisiones en el río Culiacán, el cual debió rectificar porque se lo propusieron con estudios de por medio. 

Y con las anomalías en el dren Bacurimí, avaladas por algún funcionario de la Conagua que ahora no quiere dar la cara. Y que las inundaciones en La Campiña, Isla Musala y Riberas del Tamazula tienen su origen en el juguetito urbano llamado Isla Musala, calificada por los que la construyeron, Juan Millán, exgobernador; Francisco Javier Rubio Pulido, secretario de Obras Públicas y Manuel Coronado Lepró, director del Tres Ríos, como la punta del iceberg de la nueva fisionomía culichi.

Bola y cadena

DESDE SU ORIGEN, LA ISLA MUSALA se creó con la anuencia documentada de la Conagua. Sin su autorización nunca se hubiera hecho. Así que la lista de responsables es mucho más grande de lo que se cree.

Sentido contrario

HUBO, CUANDO SE CONSTRUYÓ la Isla, una visión miserable que despojó a los pobladores de La Limita del río que les pertenecía. Construyeron el canal que pasa por La Campiña y luego taponearon el paso del agua por el cauce natural. Cuando Manuel llegó, hizo que el agua subiera a niveles nunca vistos en ese poblado, con riesgos de inundaciones también. Pero ahí están los jodidos, qué importa, pues.

(RIODOCE/ Columna Altares y Sótanos de  Ismael Bojóquez/)

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