
Fue levantado el 4 de junio y luego apareció en dos videos donde acusa al gobernador de trabajar para el cártel de Sinaloa
Muy de mañana y sigilosamente, la Procuraduría General de Justicia
del Estado (PGJE) supo que por La Costerita, muy cerca del
fraccionamiento Prados del Sur, en Culiacán, estaba el cadáver de una
persona y que podría ser Frank Armenta Espinoza, el escolta del
gobernador que fue levantado por un grupo armado a principios de junio en Guasave.
Con el mismo sigilo levantó el cadáver y lo trasladó a Criminalística
y Servicios Periciales, donde luego de realizar algunas pruebas, como
la de huellas dactilares, corroboró que se trataba del policía
integrante del cuerpo de seguridad del mandatario, Mario López Valdez.
El mismo que protagonizó dos videos difundidos por Ríodoce en los
que se acusa al gobernador, altos funcionarios del Gabinete estatal y a
los principales jefes policiacos, de estar al servicio del cártel de
Sinaloa.
Aquel enfrentamiento
El 3 de agosto, agentes de la Policía Federal y un grupo armado se
enfrentaron a balazos en el kilómetro 126 de la carretera México-Nogales
15, en el entronque con la carretera a Tecitos. Los uniformados
lograron abatir a un civil de nombre Rigoberto Higuera Haro, de 50 años y
originario de Sonora, pero con residencia en esta entidad.
El grupo delictivo dejó una camioneta Dodge blindada, placas TX-67626
con reporte de robo y en su interior una cartera con licencia y
credenciales del Instituto Federal Electoral (IFE) y de la Secretaría de
Seguridad Pública (SSP) estatal a nombre de Frank Armenta Espinoza.
También fueron asegurados dos fusiles AK-47, un lanzagranadas, tres
granadas calibre .40, 146 casquillos y seis teléfonos celulares; los
casquillos de las balas disparadas quedaron esparcidos en un radio
cercano a los 50 metros. Además, había dos cartas aparentemente escritas
por el hoy occiso y dirigidas a su familia.
Por estos hechos, la Procuraduría General de Justicia del Estado
abrió la averiguación previa 32/2013, radicada en la Agencia del
Ministerio Público Especializada en Homicidios Dolosos, en Guasave.
El hallazgo
Marco Antonio Higuera Gómez, procurador general de justicia del
Estado, informó que la víctima tenía dos lesiones de bala calibre 9
milímetros en la cabeza y huellas de haber permanecido atado de manos y
pies. No habló de huellas de tortura.
“El Gobierno del Estado manifiesta su indignación por el actuar de
delincuentes a pesar del estado de indefensión en que se encontraba la
víctima”, dijo el fiscal estatal.
El cadáver fue encontrado en La Costerita, a pocos metros del
fraccionamiento Prados del Sur, en Culiacán, a las 5:30 horas. Versiones
extraoficiales indican que los homicidas avisaron a las autoridades
estatales que durante los primeros días de agosto les entregarían a
Frank Armenta “en pedacitos”.
Serio y formal, como acostumbra ser. Pulcro en su actuar y propio en
su vestir, el fiscal estatal se “solidarizó” con la familia del escolta
ultimado, se dijo “indignado” por la forma en que fue asesinado y por el
uso “perverso” que hicieron los delincuentes —a quienes no mencionó, a
pesar de las insistentes preguntas de los reporteros, aunque diferentes
versiones ubican a esta organización criminal como Los Mazatlecos o cártel de los Beltrán Leyva, que dirige en esa región Isidro Meza, el Chapo Isidro— del escolta cuando lo mantuvieron cautivo.
En ese lapso, dos videos fueron dados a conocer por Ríodoce en
los que el escolta muestra supuestas pruebas, proporcionadas por sus
captores, de la complicidad entre las autoridades estatales, entre ellas
el gobernador Mario López Valdez, con el cártel de Sinaloa.
“No puedo especular (sobre la organización criminal que lo mantuvo
cautivo y lo asesinó) pero ese camino (Tecitos) proviene de la parte
alta de Sinaloa municipio… no puedo hacer referencias”, dijo,
insistente.
Los videos
Frank Armenta fue levantado por sicarios el 4 de junio en la
comunidad Callejones de Guasavito, municipio de Guasave. A las dos
semanas, en medio de lo que la Procuraduría y el gobernador Mario López
Valdez llamaron un “intenso” operativo de búsqueda, los homicidas lo
pusieron de “conductor” de un documental en el que se muestran
grabaciones y documentos impresos sobre los supuestos vínculos de las
autoridades estatales con el cártel de Sinaloa, en perjuicio de las
organizaciones criminales enemigas, que operan en Guasave, Sinaloa, El
Fuerte, Choix y Ahome, identificados como Mazatlecos o células de los Beltrán Leyva, Zetas y Carrillo Fuentes.
El primero salió a la luz el domingo 23 de junio. En el documento,
que dura alrededor de 55 minutos, el escolta afirma que, junto con el
gobernador asistió, al inicio de su gestión, a una “reunión de trabajo”
en Quilá, donde también estuvieron Ismael Zambada García, el Mayo y Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
Armenta asegura que en ese encuentro se habló de la necesidad de
formar un grupo para la seguridad del mismo crimen organizado, el cual
necesitaba el control absoluto del Estado y que para eso nombraron a
Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, Chuytoño, director de la Policía Ministerial del Estado, a pesar de que había tenido en su contra órdenes de aprehensión.
Acusa en el video que Chuytoño a su vez nombró a Jesús
Carrasco Ruiz como jefe de la Policía de Ahome para que combatiera a las
células contrarias al cártel de Sinaloa, todo esto con el apoyo del
comandante Gerardo Amarillas, quien relevó a Carrasco al frente de la
corporación ahomense.
Además, se expone un audio en el que hablan el procurador Marco
Antonio Higuera Gómez y el gobernador, y este le ordena —después del
ataque a Carrasco el 9 de mayo, por la carretera México 15—, que,
“buscando provocar un enfrentamiento y un conflicto, se lleven amarrados
a unos 20 policías de Guasave a la declaración… amarrados ¿eh?”.
En dicho enfrentamiento murieron dos policías y tres delincuentes y
fueron asegurados varios vehículos blindados —entre ellos un camión de
15 toneladas—, pistolas, fusiles AK-47 y Barret. Ni las armas ni los
detenidos ni los automóviles asegurados fueron reportados oficialmente.
En una conversación entre Malova y Aguilar Íñiguez, la misma
mañana en que ocurrió el ataque a Carrasco, se escucha cuando el
gobernador le ordena que no entregue al Ejército las camionetas
blindadas que se aseguraron. Además, se escucha cuando el procurador le
ordena al director de la PME que le dé a Carrasco uno de los rifles
Barret que fue asegurado.
En otro audio se supone que el comandante Carrasco platica con un “tirador” de droga al que le pide información sobre un tal Chito y un Rey, a los cuales quiere localizar “para chingármelos”.
En una conversación con el comandante de la Policía de El Carrizo,
José Ángel Castro Flores, este le dice a Carrasco que robaron a un
hombre y que a otro lo mataron y lo echaron al monte. En otro de los
diálogos, quien se presume es el comandante de El Carrizo, este reconoce
que ha asesinado a 51 personas.
También el grupo de gatilleros del cártel de Sinaloa, autodenominado Los Ántrax,
que opera en Culiacán, aparecen en escena, pues se anexa una
conversación donde supuestamente Héctor Ochoa Polanco, jefe de la
Policía Municipal de Culiacán, recibe una llamada de un tal Monky Ántrax, quien le pide al policía apoyo para un detenido en un punto de revisión.
En un comunicado, el Gobierno estatal advirtió que el video pretende
confundir a la ciudadanía y lastimar la relación y coordinación que hay
entre corporaciones estatales y federales en contra de la delincuencia.
En conferencia de prensa celebrada el lunes 24, durante el Día del
Agricultor, Mario López Valdez reconoció que es su voz la que aparece,
pero que las conversaciones fueron “tergiversadas”. Cada día, agregó,
habla en diversos lugares y “digo infinidad de cosas y con la tecnología
que hay, manipularon las palabras y armaron el mensaje”.
El segundo video fue publicado el 21 de julio. En el documento, de
unos 44 minutos, Frank Armenta acusó al gobernador de haberse reunido
con Joaquín Guzmán en La Tuna, Badiraguato, varias veces. El escolta
muestra ante la cámara copias de lo que dice es la bitácora de vuelo de
las aeronaves, entre ellas un helicóptero matrícula XC-CUL, de Culiacán
hacia esa región de la serranía sinaloense.
“Aquí en mis manos tengo la bitácora de vuelo del helicóptero
personal que utilizaste al inicio de la gubernatura con matrícula extra,
coca, coca, uno, lima, en la que aparecen registros que has asistido a
La Tuna, Badiraguato, donde, como todos sabemos, es la casa del Chapo
Guzmán… a lo que veo, has asistido bastantes veces; espero que no
tengas arreglado a la Aeronáutica Civil y borren todas tus evidencias
para que de una vez aceptes las reuniones a las que has asistido con el Chapo Guzmán”.
De acuerdo con lo que Armenta Espinoza muestra a cuadro, la aeronave
hizo al menos cuatro vuelos a La Tuna, uno el 28 de febrero de 2011 y
tres entre el 18 y 20 de abril del mismo año.
“Espero que con estas pruebas que les estoy brindado el Gobierno
federal abra bien los ojos y no se haga como que la Virgen les habla, y
que actúe contra este gobernador porque aún existen muchas más pruebas
que si no se les toma la debida seriedad, por medio de otro video estaré
sacando más pruebas a relucir hasta que se haga justicia”, señaló en
ese documento Frank Armenta.
Ninguna de las “investigaciones” que iniciaron las procuradurías
General de Justicia del Estado y General de la República (PGR) ha tenido
avances. Los jefes policiacos señalados en las grabaciones ni siquiera
han sido citados. El único “avance” fue la “localización” del cadáver
del escolta.
El gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez lamentó el mismo
viernes, en Los Mochis, la muerte de su escolta, Frank Armenta Espinoza,
cuyo cadáver fue encontrado esa mañana, en Culiacán.
“Lamentar la muerte de Frank. Sabíamos que estaba en manos de los
delincuentes”, dijo en una conferencia de prensa en la que respondió
algunas preguntas, pero sin ahondar en las respuestas.
Estaba de gira en Ahome para inaugurar el cuarto foro de consulta El Agua, un Derecho Humano y Fundamental en México,
promovido por la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Sexagésima
Segunda Legislativa, cuando le reportaron el hallazgo del que fuera su
guardaespaldas. Por eso no tenía más datos del caso y pidió que los
reporteros obtuvieran la versión del procurador, Marco Antonio Higuera
Gómez, “que daría o ya dio, una conferencia de prensa”.
Y ya no ahondó más en el caso.
Y luego bromeó con reporteros, apretó manos, repartió abrazos.
Y lanzó su reto, “pregúntenme, pregúntenme”, restándole solo aquel “carnal” del programa televisivo. Malova se retiró, seguido, muy de cerca, pegados, sus guaruras, entre los que ahora hay una mujer.
Javier Valdez/ agosto 11, 2013
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