domingo, 28 de julio de 2013

ERAN ‘DESCONOCIDOS’ Y EN SU SEPULTURA, NI FLORES NI LLANTO



Ramón Chaparro
Para ellos no hubo llanto, ni una flor, ni una última despedida. Fueron sepultados en la fosa común con un número sobre el ataúd de madera.

No hubo quién les tocara su música favorita ni quién dijera algunas palabras de adiós.

No se congregaron alrededor de sus tumbas para echar un puño de tierra o para rezarles el Rosario o un Padre Nuestro.

Los únicos que estuvieron ahí fueron los operadores de la maquinaria que hicieron los hoyos y los que cargaron los cajones para depositarlos en las fosas.

En lugar de lamentaciones lo único que se escuchó fue el ruido de las máquinas retroexcavadoras que removían la tierra para cubrir los féretros.

Se trata de 35 cuerpos que permanecían como “desconocidos” en las instalaciones del Servicio Médico Forense y que el pasado jueves fueron enterrados con esta condición que hasta el momento los mantiene sin identificar.

Por la falta de asistencia de sus seres queridos, las autoridades creen que eran personas originarias del sur del país.

Jorge González Nicolás, titular de la Fiscalía de Investigación y Persecución del Delito aseguró que muchas de estas víctimas eran procedentes de estados como Oaxaca, Tabasco, Chiapas y Veracruz.

Algunos eran personas que llegaron a esta frontera en busca de trabajo, pero al no tener una buena opción fueron reclutados por grupos del crimen organizado.

Expresó que no se descarta que algunas de las personas fallecidas sean personas deportadas de los Estados Unidos y cuyos familiares podrían desconocer lo que pasó con ellos.

La mayoría fueron víctimas de la delincuencia organizada o delitos del fuero común, pero también hubo casos de accidentes fatales y muertes naturales.

Al no contar con la identificación de estas víctimas sus carpetas se han archivado, al igual que su ADN para reactivar las investigaciones que lleven con el paradero de los responsables de su muerte.

Durante seis meses nadie los reclamó y mucho menos preguntó por ellos, por eso las autoridades ministeriales decidieron inhumarlos, aunque ya procesaron sus restos para tener una muestra de ADN disponible en caso de que alguien acuda a buscar alguna persona extraviada.

Algunos murieron por causas naturales y por encontrarse solos nadie se dio cuenta de su ausencia, únicamente las autoridades ministeriales y empleados funerarios fueron quienes los acompañaron antes de ser sepultados.

Otros, que representaron la mayoría, fueron víctimas de hechos violentos en los que comandos armados les dispararon para quitarles la vida.

Entre esos 35 cuerpos fueron sepultados cinco que correspondían a mujeres.

De ellas, tampoco hubo quién reclamara sus restos, algunas murieron por causas naturales, otras por incidentes de tráfico y las menos en hechos de violencia.

En lo que va de este 2013 han sido inhumados los restos de 79 personas, incluidos los 35 del jueves.

El pasado 21 de enero fue el primer lote, en esa ocasión se enterraron en las fosas comunes del Panteón San Rafael 44 cadáveres, de los cuales tres correspondieron a mujeres.

En las instalaciones del Semefo localizada en Valle del Cedro y Fortín de la Soledad de la colonia Morelos se encuentran los datos genéticos disponibles para aquellas personas que no sabían que tuvieran algún familiar sin vida, pero que deseen salir de dudas.

En el lugar pueden acudir a preguntar por sus familiares y con la entrega de una muestra de ADN se puede acreditar si era su pariente alguna de las personas que fueron sepultadas dio a conocer personal de la Fiscalía General del Estado.

(EL DIARIO,EDICION JUAREZ/ Ramón Chaparro  / 2013-07-27 | 19:35)

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