miércoles, 5 de junio de 2013

HOY EN MÉXICO, CUALQUIERA ES SECUESTRABLE


SIN EMBARGO
México, DF.- “Fue al aire libre, en la calle, en un lugar no muy transitado, así como te lo platico. Se acercaron en un coche, armados, lo primero que hacen es amagarte con una pistola, buscar tu parte débil, taparte y vámonos… Me subieron a un camión, o a un tráiler –hasta la fecha, la víctima no sabe a ciencia cierta en qué fue transportado. Siempre encapuchado. Con venda en los ojos”. La travesía duró varios días, menciona. Tiempo después sabría que fue trasladado al sureste de México.

“Estuve tres días en algún lugar, en alguna casa de seguridad”, precisa el empresario mexicano. Conforme avanza su relato, se percibe la fortaleza emocional que le dio superar tan tremenda experiencia de vida. “Después de ahí me trasladaron a mitad de la selva, siempre vigilado hasta el día que me soltaron… Quiero pensar que ellos pensaron que ya estaba muerto, y es que tenía muchas fracturas en la cara, tenía fracturas en el cuerpo, quedé sordo…”.

-¿Sordo?, pregunto.

“Juegan contigo –prosigue– que te van a matar… En una de esas soltaron el tiro (del gatillo de una pistola) y perdí totalmente la audición”.

“Cuando abrí los ojos ya no estaban mis captores”, expresa. Su siguiente recuerdo tarda en relatarlo… En automático, su mirada se torna triste y se pierde en la fotografía de su abuelo, que cuelga de una de las paredes de su oficina. “Tuve que caminar hasta una carretera, en calzones, en ropa interior, desorientado, débil; afortunadamente se paró una persona y me llevó a un poblado siguiente, donde no me ayudaron”. El empresario explica que no sólo no recibió ayuda, sino que fue detenido por la Policía dos días más: “por sospechoso”. Y es que, admite, su aspecto era desastroso. “No podía hablar, tenía muy mal la boca. Tenía muy mal las manos”. Actualmente, refiere, ambas partes están “llenas de cirugías”.

Han pasado algunos años desde aquél infierno. Hoy este hombre de altura y mirada compasiva, pide no mencionar su nombre por cuestiones de seguridad. Y es que esto, explica, es una de las principales cosas que te piden quienes te capacitan para no volver a ser secuestrado en México. Después del secuestro “me tuvieron que rearmar con alambritos”, comenta en tono irónico. Desde el plagio hasta la fecha, le han realizado varias operaciones para reconstruir su caja torácica, manos y cara.

UN LUGAR QUE DA PENA

México es considerado el segundo país en el mundo con mayor número de secuestros, después de Nigeria, precisa “Control Risk”, consultoría de Riesgo Internacional, con oficinas en 33 naciones, de los cinco continentes. De acuerdo con el informe “Risk Map 2013”, Gavin Strong, analista de riesgos de esa consultora, asegura que aunque habrá prioridades importantes como el fomento al crecimiento económico, el tema sobre seguridad se mantendrá como el riesgo más inmediato en el país, durante el desempeño de Enrique Peña Nieto como Presidente de México.

En este informe del especialista en temas de seguridad para México y América Latina, se detalla que en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y su denominada guerra contra el narcotráfico, las entidades mexicanas fronterizas de Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua eran las únicas que registraban una grave situación de inseguridad. Pero actualmente el número de entidades en esa situación aumentó y, por ejemplo, San Luis Potosí, Veracruz, Guerrero, Jalisco, Durango, Michoacán presentan actualmente graves problemas y presencia de delincuencia organizada.

Pero el desalentador panorama que arroja Control Risk, sobre la situación de México en materia de seguridad, contrasta con el que plantea el actual Gobierno federal. Ejemplo de esto es que, de acuerdo con el “Fondo de aportaciones para la seguridad pública de estados y DF, del ejercicio fiscal 2013”, se asegura un ligero descenso en el número de secuestros perpetrados en territorio mexicano entre 2011 y 2012.

Este documento, emitido por la Secretaría de Gobernación (Segob) y publicado a inicios de este 2013, precisa que en 2011 se registraron, oficialmente, un total de mil 344 secuestros en México (perpetrados entre el 1 de enero y el 31 de octubre). Para 2012, según el mismo documento, se observa un ligero descenso, al registrarse, en ese mismo periodo de tiempo, mil 43 plagios.

Además de ofrecer las cifras oficiales más actualizadas en materia de este delito de alto impacto, se precisa el total de secuestros denunciados en cada entidad federativa durante 2012, con base en información proporcionada por las propias procuradurías de justicia estatales. Pero estas cifras oficiales, en opinión del doctor Pedro Isnardo de la Cruz, de la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), deben tomarse con cierta reserva, y es que los datos duros, considera, “no son confiables por definición”, aunque sean un referente que sí se deba considerar. Para el investigador, actualmente no existe un reconocimiento oficial, ni presidencial, “sobre lo delicado que se encuentra el tema del secuestro en este país”, al grado que con las cifras oficiales “muchas veces se busca opacar, e incluso ocultar, para no generar mayor preocupación, zozobra”, en la población.

CUALQUIERA ES SECUESTRABLE

Quienes dirigen Cispe, consideran que actualmente ha cambiado el perfil de las personas “secuestrables” en territorio mexicano. Dichos especialistas que ofrecen a empresarios e instituciones gubernamentales en México capacitación en temas de seguridad, con instructores certificados en países como Israel, Estados Unidos y Colombia, consideran que ante la desesperación por recursos, los delincuentes ya no se enfocan en seleccionar sólo a millonarios.

Su objetivo ya no son sólo personas que puedan manejar mucho dinero. Muchas veces mejor seleccionan “un perfil más bajo que deje ‘equis’ cantidad de dinero, menor, pero en menor tiempo, entonces aquí el objetivo es que sea fácil y que se obtenga dinero y que sea rápido”.

Hay quienes manejan autos no muy llamativos, pero tendiendo un poco más a lo lujoso. Entre este sector, destacan los especialistas en seguridad, se encuentran muchas veces los micro o pequeños empresarios, quienes no tienen una estructura muy grande, pero que lógicamente ya tienen un poder adquisitivo.

Y destacan lo siguiente: “Si tú traes un carro que vale arriba de 300 o 500 mil pesos, pues la matemática te dice que si traes rodando 500 mil pesos, lógicamente, ¿cuánto tienes en el banco, y cuánto tienes en tu casa? Porque si tu vehículo costó 500 mil pesos, tu casa mínimo te costó millón y medio, 2 millones, haciendo cuentas muy económicas. Esto, más el negocio que tengas, más lo que tienes en el banco, entonces claro que es una atenta invitación a ser víctima de secuestro”.

Los especialistas de Cispe destacan que muchas veces los pequeños o medianos empresarios no se dan cuenta de su nueva situación. “Hay empresarios que tienen un negocio y viven en una colonia normal, de nivel medio, pero les va muy bien. Y poco a poco van generando más ingresos, pero no se dan cuenta que ya son un perfil, un candidato a secuestro”. Están tan metidos en su trabajo, explican, que no se han dado cuenta que al tener más sucursales, por ejemplo, “ya cambió totalmente mi esquema de seguridad y ya me convertí en una clara víctima o un claro objetivo de la delincuencia”.

Actualmente el escenario en México es desolador, considera el académico: “Es un escenario poco afortunado y poco esperanzador para cualquier persona que entre en una reflexión sobre lo que está pasando en la vida pública del país y en su economía. Cada vez reina más el azar, y en la medida que reine el azar, la vulnerabilidad del ciudadano común, de aquél que quiera apostar por su progreso personal y familiar, se vuele más fuerte”.

(ZÓCALO/ Redacción/ 05/06/2013 - 03:00 AM)

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