
“Nunca preguntábamos a qué organización pertenecían, para quién trabajaban o que vínculos tenían”
—¿Fue amenazado por los Ántrax? —se le pregunta a bocajarro a
Carlos Alfonso Ontiveros Salas, ex secretario de Seguridad Pública y
Tránsito Municipal de Culiacán, luego de la sorpresiva y enmarañada
renuncia al cargo que presentó el pasado 6 de mayo.
—Me sorprendí con el contenido de la nota —responde.
“Nunca recibí ninguna amenaza de personas o grupo, ni directa ni a
través de terceros, relacionadas con el crimen organizado, ni del orden
común o federal. Niego rotundamente esa información. Ando muy tranquilo.
Estoy trabajando al lado del presidente municipal y aunque no soy el
titular, sigo siendo parte estructural de la Secretaría de Seguridad
Pública. Me siento tranquilo, me siento limpio”.
Custodiado por dos policías que le siguen los pasos a donde vaya,
acepta finalmente dar la entrevista, luego de la insistencia para que
hablara sobre el tema. Intenta irradiar serenidad. En aquel restaurante
céntrico, sus sorbos al café son pausados. Sonríe mucho, pero contesta
con pocas palabras y con excesiva precaución las preguntas.
—¿Existió el operativo del martes 16 de abril en que supuestamente fueron detenidos tres miembros del grupo delictivo los Ántrax?
—No existió. Ni en el lugar ni en la fecha que consigna en la información.
—¿Ni en esa ni en otras fechas?
—Cuando deteníamos a una o varias personas nunca preguntábamos a qué
organización pertenecían, para quién trabajaban o qué vínculos tenían.
Nunca investigábamos a quién íbamos a detener. Si había flagrancia, si
había antecedentes, los deteníamos y de inmediato los llevábamos ante el
nivel de autoridad correspondiente.
—La versión dice que esos detenidos estuvieron en las
instalaciones de la Policía Municipal, inclusive las armas cerca de su
despacho y que hasta fueron fichados en la base de datos denominada
Plataforma México…
—Siempre que la Policía Municipal procedía a capturar a un presunto
delincuente, todos eran puestos con oportunidad a disposición del
Ministerio Público ya sea federal o del fuero común, según fuera el
caso. Nunca permití dispensas a nadie.
—¿Y la llamada de un jefe de la Policía Ministerial para que los pusiera en libertad?
—Nada de eso. Todo es absolutamente falso.
—Sin embargo se va usted de la ciudad durante varios días y de
pronto reaparece renunciando como secretario de Seguridad Pública…
—Fue por vacaciones. Yo le había pedido al presidente municipal que
me proporcionara un periodo de descanso después de Semana Santa. Él lo
aceptó. Tengo familia, nietos, considero que tengo derecho a descansar.
—¿Va a decirme que ni siquiera tuvo miedo alguna vez al desempeñar ese cargo?
—Nunca. Acepté asumir esa responsabilidad sabiendo que llevaba
implícitas varias cosas. En las evaluaciones conocí los retos, los
riesgos…
Renuncia súbita
Ontiveros Salas es referenciado entre los municipales de Culiacán
como el único secretario de Seguridad Pública que una o dos veces por
semana se iba a los operativos y supervisaba la forma en que se hacen
los retenes, las revisiones y la detenciones. Él mismo lo confirma y
dice que quiso dejar el escritorio para vigilar que no hubiera “ni
chalineo ni abusos de autoridad”.
En las últimas veces que participó en los operativos acudió a atender
una situación complicada en el sector Terranova donde unos 26 vehículos
bloqueaban calles en un festejo familiar y las grúas procedían a
retirar las unidades. Una mujer intimidaba a los policías diciéndoles:
“No saben con quién se están metiendo hijos de la chingada” y adentro de
la residencia se oyó un grito amenazante: “Vas a ver secretario, esto
no se queda así”.
Para Ontiveros eso no es una amenaza sino episodios que ocurren
cuando se intenta aplicar la ley. Por eso sostiene que su renuncia a la
Sspytm nada tiene qué ver con advertencias que pongan en riesgo su
integridad, sino la atribuye tercamente a una decisión personal por
facilitar la integración del Mando Único en las policías de Sinaloa.
“Cuando yo fui enterado de que se había recibido el planteamiento de
convenio para Mando Único, que luego sería aprobado por el Cabildo,
platiqué con el presidente municipal, Aarón Rivas Loaiza, el 2 de mayo, e
hice acuse de recibo de la información y pedí que me recibiera la
licencia de permiso o renuncia para dejar el puesto y aportar a las
condiciones para crear tal esquema de coordinación”.
“Había llegado ese momento en Culiacán con base al acuerdo tomado en
el Consejo Nacional de Seguridad Pública que recomienda a los estados
que instituyan el Mando Único para que la fuerza policiaca quede
agrupada y darle mayor orden y eficiencia. Entonces decidí hacerme a un
lado, para el cumplimiento estricto de los ordenamientos legales en la
materia”.
Aunque dejó de ser el titular de la Sspytm, ahora asesora
directamente a Aarón Rivas Loaiza en el mismo campo de la seguridad
pública. Su función consiste en que el alcalde cuente con una
orientación propia en muchos de los aspectos de esa área y tenga una
información lo más apegada a la realidad para la toma de decisiones.
—Si usted salió sin amenazas, según nos dice, y anda tranquilo,
¿volvería a ocupar un cargo que lo ponga al frente de alguna institución
de seguridad pública?
—Claro que sí. Es un campo que me gusta, lo estudio y lo analizo
porque soy un apasionado de aquellas cuestiones que nos permitan
establecer un sistema de proyecciones para mayor seguridad pública,
procuración de justicia y vigencia del estado de derecho.
—¿Y si tuviera que encabezar el Mando Único?
—No quiero autoproponerme. Respaldo la decisión del gobernador y ahí debe quedar quien cubra el perfil.
Defendiendo a Chuytoño
Antes de dejar la Secretaría de Seguridad Pública en Culiacán,
Ontiveros Salas aprobó todos los exámenes de control de confianza y
aptitud que se exigen a quien encabece el Mando Único. Menos uno: quien
ocupe ese cargo debe ser emanado de la Policía Ministerial o la Estatal
Preventiva.
—¿Le afectó el hecho de no ser gente del grupo de Chuytoño?
—No. Creo que hay gente muy capacitada y la selección que se haga
para que se asuma esta responsabilidad será la correcta. Además, déjeme
decirle, en el caso mío no aplica eso de no ser gente de Chuytoño.
Desde su formación inicial Jesús Antonio Aguilar Íñiguez ha tendido
acercamientos conmigo; por allá desde 1981 y en todo su recorrido por el
campo de la seguridad pública nos hemos identificado plenamente.
—¿Entonces usted también lo avala para el Mando Único?
—Lo avalo definitivamente para el Mando Único, tiene una experiencia profunda, es un hombre de lealtades. No se equivoca Malova
cuando lo propone para ese puesto y refrendo lo que he dicho siempre:
conoce a la perfección la cuestión policial y puede darle mucho.
—Pero tiene antecedes de haber sido investigador por…
—Ya fue investigado, en efecto, y las instancias correspondientes lo exoneraron. Eso es lo que yo tengo entendido.
—¿Otro superpolicía? Lo digo porque la concentración del poder
policiaco en una sola persona ha dejado muy malas experiencias en
Sinaloa…
—No. Lo que hará es coordinar, darle vigencia plena a lo que mandata
el artículo 21 constitucional, sumando a los municipios a un esquema de
colaboración y que las estrategias y acciones para darle tranquilidad a
los sinaloenses se uniformen, porque tampoco es bueno, no recomendable,
que cada quien ande por su lado.
—¿Usted cree que Chuytoño tiene el perfil?
—Sí lo tiene.
—¿Qué perfil?
—Debe conjugar una serie de elementos que den confianza. Que sea de
probada experiencia y capacidad en el ejercicio del mando y conocedor
del campo policiaco, manejo de armas, eficiente en la investigación y
orientador de políticas que den más seguridad a la población. Que tenga
capacidad para dirigir.
—En la actual circunstancia de recrudecimiento de la violencia,
con enfrentamientos entre células delictivas, jefes policiacos
emboscados, matanzas, vetos internacionales por la muerte de dos
españoles, ¿está preparado Sinaloa para implementar el Mando Único?
—Las condiciones están dadas. Y creo que el gobernador sabe qué hacer, a quién designar.
Recuadro:
El otro motivo
En su edición anterior, la número 537, Ríodoce publicó la
versión surgida al interior de la misma Policía de Culiacán en el
sentido de que Carlos Ontiveros Salas había renunciado a la Secretaría
de Seguridad Pública y Tránsito Municipal después de que recibió
amenazas de miembros del grupo de los Ántrax, organización delictiva al servicio del cártel de Sinaloa.
La información, distinta a la que han manejado autoridades estatales y
municipales, señala que la noche del 16 de abril Ontiveros Salas
participaba en un operativo en la salida sur de Culiacán, cerca del
panteón Jardines del Humaya, donde fueron detenidas tres personas con un
arsenal.
Tras la detención, las trasladaron a las instalaciones de la Policía
de Culiacán e ingresaron los datos a Plataforma México. En esos momentos
se recibió una llamada telefónica de un alto mando de la Policía
Ministerial del Estado exigiendo la liberación de los detenidos.
Al ser liberados los detenidos, Ontiveros Salas y otros mandos de la
Policía de Culiacán fueron amenazados, lo que supuestamente dio lugar a
que el secretario de Seguridad Pública renunciara al cargo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario