jueves, 12 de enero de 2012

LOS ROSTROS DEL NARCO EN 2011 EN BCS


Con la captura de “El Güero Layo” y “El Zamudio” autoridades dieron golpes importantes a los cárteles de la droga en Baja California Sur. 

Sin embargo, testimonios y confesiones indican que los criminales oriundos de Sinaloa están tratando de reorganizar la estructura criminal de los anteriores líderes para apoderarse de las plazas. Todas estas acciones podrían recrudecer la violencia en el estado a lo largo del 2012.

Investigaciones ZETA
En la lucha contra el narcotráfico emprendida de enero a diciembre del año 2011 en el estado de Baja California Sur, resaltan dos capturas.

1.- La de Adelaido Soto Aguilar y/o Eduardo Salas Martínez, alias “El Güero Layo”, considerado el líder del narcomenudeo en La Paz.

2.- La de Inés Zamudio Beltrán, alias “El Zamudio”, considerado el líder del narcomenudeo en Comondú.

Datos del Grupo de Coordinación expusieron que los criminales comenzaron sus operaciones ilícitas de la mano de la administración del ex gobernador del PRD, Narciso Agúndez Montaño. 

Desde entonces mantuvieron el control de trasiego, venta y distribución de droga hasta que fueron detenidos y encarcelados después de un intenso trabajo de inteligencia militar y de una serie de detenciones y golpes a sus estructuras delictivas encaminadas a obtener información precisa que pudiera llevar a su paradero.

La captura de los capos Teodoro y José Manuel García Simental, alias “El Teo” y “El Chiquilín”, así como la de Raydel López Uriarte, alias “El Muletas” en el año 2010, prácticamente encendió los focos rojos en autoridades federales y militares en la Ciudad de México, por lo que de inmediato –y casi enseguida de la detención de los criminales de Tijuana–, hubo relevos en la Tercera Zona Militar de la Segunda Región, llegando a la comandancia el general Jorge Calvillo Ordóñez.

Desde entonces, y hasta la fecha, el Ejército Mexicano comenzó una lucha contra el narcotráfico sin precedente en Baja California Sur. En ese entonces se suponía  que no existían organizaciones delictivas; apenas salieron a relucir los primeros nombres de líderes y bandas que controlaban el negocio del narcomenudeo, hasta descubrirse que eran parte de una red de células delictivas pertenecientes a los cárteles de Sinaloa, los Beltrán Leyva y de los Arellano Félix.

Hoy se sabe que muy pocas personas conocían los rostros de los jefes del narcomenudeo en el estado, salvo los policías municipales, ministeriales y federales, coludidos con el crimen organizado, y que estaban en la nómina de la mafia para proteger las actividades ilícitas en el estado gobernado, en ese tiempo, por el PRD.

Las identificaciones
Las primeras detenciones y golpes contra la delincuencia organizada llevaron a las autoridades militares a identificar y sacar la conclusión de que los cabecillas del trasiego, distribución y venta de droga al menudeo eran las siguientes personas:

1.- En La Paz: Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez, alias “El Güero Layo” y quien comandaba la organización delictiva de “Los Layos” y tenía como sus dos principales lugartenientes a Domingo Ruelas del Val o Domingo R. Valdés alias “El Josesón” y Sergio Rodríguez Contreras alias “El Queco”.

2.- En Comondú: Inés Zamudio Beltrán alias “El Zamudio” y quien comandaba la organización delictiva de “Los Zamudio” y tenía como sus tres principales lugartenientes a Obed Güereña Arvizu alias “El Obed”, Germán Valle Castro alias “El Germán” y José Luis Valverde Valverde alias “El Zapata” o “El Júnior”.

3.- En Los Cabos: Javier López Rivera y/o Javier Acosta López alias “El Javier” o “El Javi” y quien comandaba la célula delictiva de “Los Javieres” y tenía como su principal lugarteniente a Jaime Ariel Meza López, alias “El Jimmy” y hermano del famoso “Pozolero del Teo” y a sus hermanos: Josefina, Jesús, Octavio, Manuel, Martín y Jaime, así como a Ramón Guerrero de la Rocha alias “El Güero Plaza”, ex comandante de la Policía Federal Preventiva en aquella región.

Lo anterior es producto de revelaciones de los propios vendedores de droga –o puchadores, como les llaman— que habían sido sorprendidos con diferentes dosis, quienes una vez capturados, y en manos de los militares, terminaron por confesar y revelar los nombres de los jefes de las plazas y detallar todo lo relacionado a sus operaciones ilícitas y sus nexos con policías municipales, estatales y federales y hasta el monto de las cuotas de protección que pagaban por permitir que trabajaran en Baja California Sur.

Con todos estos datos las autoridades militares elaboraron los organigramas delictivos de las bandas criminales y mapas de criminalidad e influencia de estas organizaciones para saber y estudiar las zonas de influencia, y conocer más a detalle todo lo relacionado a su modus operandi.

Y precisamente el cruce de datos e información –en la que obviamente no participó ninguna policía municipal, estatal ni federal— permitió que los principales cabecillas comenzaran a caer poco a poco en manos de las autoridades y fueran recluidos en los diferentes penales del estado.

Las primeras capturas
En el 2010, cayeron los siguientes:
1.- El 2 de junio fueron detenidos, Inés Zamudio Beltrán alias “El Zamudio” y Obed Güereña Arvizu alias “El Obed”, quienes aparecían en el mapa delictivo elaborado por autoridades militares como el líder y lugarteniente de la organización de “Los Zamudio” en Comondú.

Sin embargo, la corrupción en la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) permitió que recuperaran su libertad en tan sólo 48 horas y volvieran a delinquir, por lo que después de 8 meses de su captura y liberación, es decir el 2 de junio, “El Zamudio” nuevamente fue detenido y encarcelado hasta que el 19 de julio del 2011, el Juez Segundo de Distrito en el Estado de Baja California Sur, Alejandro Quijano Álvarez, ordenó extrañamente –otra vez— la liberación del líder de la organización criminal, Inés Zamudio Beltrán, porque según el juzgador, “no se comprobó en autos el delito contra la salud, en su modalidad de posesión de narcóticos, la portación de armas de fuego, ni la posesión de cartuchos reservados para uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacional”.

El caso fue muy polémico, porque el juez basó su decisión en la tesis del principio de presunción de inocencia, que en materia procesal penal impone la obligación de arrojar la carga de pruebas al acusador. Es en el expediente un derecho fundamental que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce y garantiza en general, cuyo alcance trasciende la órbita del debido proceso y constituye el derecho de recibir la consideración, y el trato de “no autor y no partícipe” en un hecho de carácter delictivo u otro tipo de infracciones, mientras no se demuestre lo contrario.

El representante del Poder Judicial –según sus conclusiones del caso— ni los militares ni el Ministerio Público Federal, demostraron fehacientemente que Zamudio y sus cómplices habían sido capturados –como indicaron en el parte con que acreditaron la aprehensión– por los soldados en un lugar conocido como “El Médano”, en una brecha que conduce de Santa Rita a un campo pesquero denominado Puerto Chale, próximo a los límites de los municipios de La Paz y Comondú, Baja California Sur.

De acuerdo a su visión, los dichos de cinco amigos de los indiciados, presentados como testigos por la defensa y una nota de compra de un supermercado de Ciudad Constitución refutaron la versión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Como en el caso del ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank, Quijano decidió ignorar el valor probatorio de lo incautado: cinco kilos de mariguana, dos kilos y medio de cocaína, 180 dosis de crystal, 165 dosis de crack, tres armas de fuego –una corta, una escopeta y un rifle de asalto–, tres cargadores de arma de fuego y 75 cartuchos útiles de diferentes calibres, independientemente de los antecedentes criminales de los involucrados.

En la sentencia número 31/2011 tampoco se concedió valor probatorio pleno al testimonio de 3 militares que participaron en el operativo de captura.

“Los acusadores no pudieron comprobar la culpabilidad de los ilícitos”, dijo y ordenó la liberación de Inés Zamudio Beltrán y tres de sus cómplices que fueron detenidos junto con el líder de la banda.

Empero, en virtud de la persecución militar, el criminal finalmente decidió desterrarse del estado y hoy vive con su pareja Ana Paulina Alcalá Amador y sus hijos en Estados Unidos, y donde el pasado 28 de noviembre fue capturado su sobrino y ex brazo armado, Amadeo Zamudio Chávez alias “El Yeyo”.

2.- El 14 de septiembre fue detenido, Jaime Ariel Meza López alias “El Jimmy”, quien aparecía en el mapa delictivo elaborado por autoridades militares como el segundo hombre de importancia de la organización de “Los Javieres” en Los Cabos.

3.- El 19 de diciembre fue detenido, Sergio Rodríguez Contreras alias “El Queco”, quien aparecía en el mapa delictivo elaborado por autoridades militares como el tercer hombre de importancia de la organización de “Los Layos” en La Paz.

Las capturas del año
Pero si el 2010, había arrojado capturas importantes vinculadas a las redes del narcomenudeo, el 2011 fue prácticamente relevante para detener al escurridizo y protegido, Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez alias “El Güero Layo” en La Paz y terminar de desmembrar la organización delictiva de “Los Zamudio” en Comondú, y que durante seis largos años, comando Inés Zamudio Beltrán, consuegro del tristemente célebre ex presidente municipal de Comondú, Joel Villegas Ibarra.

De hecho, la organización comundeña ya había encendido los focos rojos de las autoridades militares, en virtud de que sus integrantes, habían estado participando activamente en la ola de asaltos, robos de cajeros y hasta crímenes, uno de ellos, el del joven Jesús Azael Valtierra Loya, asesinado el 31 de enero del 2011 en manos del entonces brazo armando de la organización de “Los Zamudio”.

Por eso, el 23 de abril fueron detenidos Obed Güereña Arvizu alias “El Obed” y Germán Valle Castro alias “El Germán”, quienes aparecían en el mapa delictivo elaborado por autoridades militares como el segundo y tercer hombre de importancia en la organización de “Los Zamudio”, y quienes ostentaban el mando criminal de la banda en ese momento, en virtud de que Inés Zamudio Beltrán, estaba encarcelado y sujeto a un proceso penal.

Los delincuentes confesaron a los militares que, durante mucho tiempo, fueron protegidos por el agricultor Raúl Amaya Téllez, hermano de Rodimiro, ex senador del PRD, ex coordinador general de la campaña de Luis Armando Díaz y ex candidato a gobernador del PRI en el 2005, y quienes prácticamente vivían a salto de mata en los ranchos de la familia Amaya Téllez.

El día de su captura “El Obed” confesó que la organización delictiva enfrentaba una pugna interna entre él y José Luis Valverde Valverde alias “El Zapata” o “El Júnior”, porque los dos querían el mando criminal, hasta que finalmente Obed Güereña Arvizu fue capturado y encarcelado y entonces  “El Zapata” asumió el control de la organización.

Sin embargo, el gusto sólo le duró 80 días, porque en un operativo sorpresa de la Policía Estatal Preventiva –y después de mucho tiempo de no participan en este tipo de operativos— el 23 de abril fue capturado José Luis Valverde Valverde alias “El Zapata” o “El Júnior” y llevado a prisión.

En el 2011, ésa fue la última cabeza visible de la desaparecida organización delictiva de “Los Zamudio”, misma que trató de resurgir recientemente a través del narcomenudista Manuel Isaac Hernández Payén alias “El Terry”, quien fue ejecutado el 11 de octubre en Ciudad Constitución.

Pero indudablemente la captura más significativa fue la del escurridizo y protegido Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez alias “El Güero Layo” en el municipio de La Paz.

El 23 de octubre fue detenido por efectivos del Ejército Mexicano y puesto a disposición del Agente del Ministerio Público de la Federación de la PGR; posteriormente recibió el auto de formal prisión, por lo que enfrenta el proceso penal desde la cárcel de La Paz.

Como era de esperarse, el criminal habló de todo y lo primero que hizo fue echar de cabeza a Lenin Rodríguez Aguilar, ex secretario estatal de seguridad pública, como uno de sus protectores, a quien “le pagaba cien mil pesos semanales por dejarlo trabajar y no detener a los vehículos de renta que utilizaba para vender y distribuir droga”.

La lista de los policías, comandantes y altos mandos de la dirección de la policía preventiva, tránsito municipal y seguridad pública de La Paz, de la Policía Ministerial, de la Policía Estatal Preventiva, de la Agencia Federal de Investigaciones y de la Procuraduría General de la República, ya está en manos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), así como grabaciones de conversaciones telefónicas y documentos encontrados al momento de ser detenido el criminal.

Hoy por hoy, las capturas de los líderes del narcomenudeo en Baja California Sur, han desatado una disputa por la plaza y una guerra sorda entre delincuentes que no han brincado, hasta ahora, a la opinión pública. 

No obstante, existen registros de algunos casos de levantones, y donde –según algunos testimonios enviados a ZETA— aseguran los están haciendo criminales al servicio de Manuel Torres Félix alias “El Ondeado” o “El M1” en La Paz y de Fausto Isidro Meza Flores alias “El Chapo Isidro” en Comondú y Loreto, lugartenientes de los líderes del Cártel de Sinaloa y de Los Beltrán Leyva, Ismael “Mayo” Zambada y Héctor Beltrán Leyva alias “El H”.

Los criminales oriundos de Sinaloa prácticamente están tratando de reorganizar la estructura criminal de los anteriores líderes para ponerlos a trabajar a su favor y apoderarse de las plazas. La consecuencia es lógica: todas estas acciones podrían recrudecer la violencia en el estado a lo largo del 2012.

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