lunes, 16 de enero de 2012

LA RAÌZ DEL NARCOTRÀFICO EN BC

48 células de distribuidores de droga al menudeo en BC

En el Consejo Estatal de Seguridad en Baja California las tienen identificadas, pero no han detenido a sus líderes. A muchos se les conoce sólo por apodos y señalamientos de vendedores aprehendidos. Policías federales, estatales, municipales y hasta elementos de la milicia, brindan protección a los vendedores de droga en las calles. Las ganancias se cuentan por cientos de miles de pesos a la semana y se depositan en bancos de la localidad. Algunos de los distribuidores, “Los Chamulas” en Tijuana, “El Chapito” en Ensenada y “El Chente en Mexicali, todos libres.

Investigaciones ZETA
Las autoridades de Baja California saben quiénes son los vendedores de droga al menudeo en el estado, pero no los han detenido.
En total, refieren 48 células dedicadas al narcomenudeo: 26 en Tijuana, 14 en Ensenada y 8 en Mexicali. De Tecate y Rosarito no se conocen resultados.
También están enterados los mandos que integran el Consejo Estatal de Seguridad Pública en Baja California, encabezado por el mandatario José Guadalupe Osuna Millán, y el General Alfonso Duarte Mújica, que policías de los tres órdenes de gobierno, incluso elementos del Ejército, se han corrompido ante estos vendedores de droga. Los apoyan, los protegen, les proveen impunidad para continuar el ilícito negocio.
Una investigación de un pequeño pero efectivo grupo de inteligencia en Baja California, ha dado como resultado la ubicación de las 48 células y los nombres de algunos de sus cabecillas:
Tijuana: Gustavo Inzunza, una banda criminal conocida como “Los Chamulas” y los hermanos García Rodríguez, del grupo de “Los Litos”.
Ensenada: Salvador Serrano Parra, José Alfredo Zepeda Flores, además de Esteban y Efraín Hernández Contreras.
Mexicali: Sólo se ha identificado a dos delincuentes por sus apodos, “El Chente” y “El Perrote”.
Los distribuidores de los vendedores de droga al menudeo en las calles de Baja California, son la raíz del narcotráfico y el crimen organizado. Los enfrentamientos y las ejecuciones en los últimos meses, son producto de las desavenencias entre éstos, y su férrea lucha por el control de territorios.
Mientras los líderes de los diferentes cárteles de la droga que convergen en Baja California, se ocultan en lugares remotos a la ciudad, en otros estados e incluso en otro país, su fuerza laboral ilícita se apodera de las calles para su respectivo cártel.
Los mismos análisis del grupo de inteligencia indican que las ganancias generadas por el narcomenudeo, dependen de la zona y red de distribución establecida. De acuerdo a declaraciones de vendedores de droga que han sido detenidos, llegan a ingresar desde 30 mil pesos hasta 350 mil pesos diarios. Quienes se dedican a la venta de droga en las calles,  obtienen ganancias desde 2 mil pesos a la semana, hasta mil 500 pesos diarios. El dinero de la venta de estupefacientes se deposita en cuentas bancarias manejadas por los líderes de células distribuidoras. Hasta 300 mil pesos por operación en promedio.
Son tantos los centros de venta de droga, que el gobierno no ha logrado contabilizarlos, a excepción de Tijuana, donde se habla de unas mil 500 tienditas.
Estas células de distribución al menudeo controlan la venta de droga en bares, zonas de tolerancia o turísticas; farmacias, hoteles, tiendas de abarrotes, puestos de comida ambulante, clamaterías, dulcerías, salones sociales y billares. Muchos de estos negocios implicados fueron identificados y denunciados por comerciantes desde 2008, pero ante la falta de investigación, siguen operando.
La entrega a domicilio iniciada en los años noventas durante la prosperidad del Cártel Arellano Félix se ha incrementado. Taxis, bicicletas, motos y vehículos tipo sedan, son utilizados para repartir dosis entre los consumidores habituales que pagan el servicio.
Destaca la impunidad con que operan los traficantes en los bares que llegan y se apoderan de los baños, y el surgimiento de tiendas que se registran como supuestas vendedoras de ropa de segunda mano, y contratan locales en la Zona Centro por los que pagan 600 dólares al mes.
La impunidad otorgada por agentes policíacos a estas células de distribución de droga, contribuye a que éstos se inmiscuyan en otros delitos de alto impacto, como homicidios, extorsión, privaciones de la libertad y cobro de plaza.
Reportes oficiales indican que los mayores enfrentamientos se están dando en Mexicali, y que la mayoría de los líderes de célula de la zona costa acostumbran a esconderse en Rosarito y Tijuana, donde no son molestados por las autoridades.

“Los Chamulas”, empoderados en Tijuana
Informes del Consejo Estatal y la Secretaría de Seguridad bajacaliforniana, indican que no ha habido cambios de septiembre de 2011 a la fecha:
Existen 22 grupos de delincuentes dedicados al narcomenudeo operando en Tijuana. Sin embargo, la autoridad no ha tenido la capacidad, ni desarrollado la investigación para identificar con nombre y apellido a los vendedores de droga. Los conocen únicamente por las referencias de quienes han sido detenidos, sólo por apodos.
De esta manera, según la información que obra en poder de la autoridad, “Los  Chamulas” son los de mayor presencia en Tijuana, seguidos de los operadores de Gustavo Inzunza “El Macho Prieto” en la Zona Este y  “Los Litos” en la Zona Centro. Melvin Gutiérrez, “El Arturo” y “El Chiquis”, continúan con el tráfico interno, todos al servicio de Fernando Sánchez Arellano. Al igual que “El Chapa” de “El Aquiles” y “Los Aguacates”; los narcomenudistas de “El Tigre” y lo que quedó de “Los Güichos”. Además, existen áreas de influencia de “El Mostro”, “El Mongus”, “El Cuate”, “El Nito”, “Gaby”, “El Pipi”, “Tío Lucas”, “Javi”, “Coro”; “Chuy”, “El Puma”, “El Gordo”, “La Rosy” (Hernández Guajardo) y Luis Manuel Toscano Rodríguez “El Mono”.
Aparte, ante la libertad de estas células para traficar la droga en las ciudades, grupos de otros cárteles han emprendido el ilícito negocio en Baja California. Es el caso de “La Familia Michoacana” y “Los Caballeros Templarios”, organizaciones que terminan contratando vendedores de grupos locales.
Alberto Capella, secretario de Seguridad Pública en Tijuana, explicó que si bien existe presencia de grupos de narcomenudeo en los once distritos, la mayor problemática “por la violencia generada” la tienen en San Antonio de los Buenos, Los Pinos, La Presa, Cerro Colorado y la Presa Rural; siendo las zonas Centro y Norte, donde más se disparan los números.
De las células detalló: “Están las de ‘El Ingeniero’ (Fernando Sánchez Arellano), se está restructurando en la ciudad y en el estado, pero muy fuerte, tiene diez células metidas al narcomenudeo. Está el Cártel de Sinaloa, representado por ‘El Aquiles’ (Alfredo Arteaga y/o Arzate), que encabeza unos veinte grupos metidos en el narcomenudeo. Tenemos apodos y empezamos a trabajar sobre ellos.
“También los famosos ‘Chamulas’ en la Zona Norte, que operan para los dos lados, según les convenga, tienen mucha fuerza porque no se les ha pegado lo suficiente; y un grupo del Cártel de Guadalajara dirigido por un hombre mencionado sólo como ‘El Chen’, cuya operatividad fue mencionada por  (Juan) Sillas, pero no creo que tenga fuerza”, dijo.
El funcionario agregó que los golpes dados en su contra modificaron la forma de operar. Expuso cómo: Ahora son más tienditas móviles, varios taxis libres han sido decomisados porque sus operadores estaban traficando, manejan menor cantidad de dosis de droga, andan armados o traen otro narco como escolta, porque los competidores los matan; rentan armas por 4 mil pesos al mes, y el producto se ha encarecido.
Recordó que en 2008 se estimaba la existencia de 7 mil tienditas de droga en inmuebles fijos, en 2010 disminuyeron a 2 mil, y actualmente las estimaciones son de mil 500, pero muchas son carros, motos, taxis, sujetos pie tierra y, además de casas, en abarrotes, dulcerías, billares y salones de baile, por citar algunos.
Los productos que más se están comercializando son el crystal y la marihuana.
“Obvio que no te voy a dar datos específicos de lo que estamos haciendo, pero se están combatiendo en dos vertientes, con trabajo en la calle, basado en denuncias anónimas y mapeo, que nos indica las zonas y delitos de prioridad, y al interior de la corporación, con los agentes que están apoyando esas actividades, porque tampoco cierro los ojos”, citó.
Los operativos contra narcomenudeo están basados en:
1. Sistema de inteligencia.
2. Grupos especializados de reacción inmediata.
3. Presencia dura. Siempre hay detenidos, entre 5 y 20 por día, además de 300 faltas administrativas.

Mexicali: “Polleros” al narcomenudeo
En la capital del estado, los últimos registros de tienditas datan de 2008, cuando se estimaba existían mil 500 locales donde se vendía droga al menudeo. En la actualidad, la Policía Municipal cachanilla simplemente no atiende el problema.
Sin embargo, en el Consejo Estatal de Seguridad reconocen que el problema ha ido en aumento por cuatro situaciones: Las autoridades estadounidenses en las garitas han endurecido y reducido el tráfico a Calexico; se incrementó la llegada de enervantes desde Sinaloa y Guadalajara; un buen número de traficantes de personas y ladrones han ampliado sus actividades delictivas al narcomenudeo; y en Estados Unidos bajó el precio del ice, por lo que les conviene más venderlo del lado mexicano.
Ice, marihuana y cocaína, son las drogas que más se consumen y en ese orden, aunque también se comercializa la heroína.
Las colonias con mayor problemática de venta y consumo son: Independencia, Pueblo Nuevo y Baja California. En un segundo lugar: Valle de Puebla, Cuauhtémoc Sur, División del Norte, González Ortega, Nacozari, Venustiano Carranza y Valle Algodones. En tercer término: División del Norte, Robledo y Valle Pedregal.
En todos esos puntos se destaca la participación ciudadana a través de la denuncia que durante 2011,  permitió a la Policía Estatal Preventiva (PEP) capturar 630 vendedores, la mayoría liberados en corto plazo, debido a que usualmente cargan dosis consideradas como personales.
La Zona Poniente es muestra de lo que ocurre en todo el municipio, con presencia de todos los grupos delictivos y la arena donde se da el enfrentamiento entre grupos rivales que mueven droga del Cártel de Sinaloa. La encabezada por Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio Flores Pacho “El Checo” y los de Antonio Soto Gastélum “El Tigre”, acompañado por “El Mongus”.
Las autoridades saben que existen más grupos dedicados a la venta de droga en la localidad, pero hasta el momento sólo tiene ubicados ocho. Todos delinquen en las colonias Baja California  y Lucerna, donde destaca el grupo encabezado por un sujeto registrado como “El Perrote”. Aunque hay otros identificados por zona, y únicamente por apodo:
“El Chito” en Colonia Santa Bárbara; “El Bala Jr.”, Colonia Santa Isabel; “El Chente” en toda la Zona Poniente; “Los Chapalitas”, también en la totalidad de la Zona Poniente; “El Loco Valdez” en las colonias Nacionalista y Real del Río; “El Raylón” en la Luis Donaldo Colosio y Santa Isabel; además de los ya conocidos “Gilillos”, rescoldos del grupo encabezado por los hermanos Ismael y Gilberto Higuera Guerrero (detenidos),  y que amplían sus actividades a la colonia San Luis y el Valle de Mexicali.

Ensenada: Bajo control de “El Chapito”
En el puerto, los informes policiacos tienen identificadas 14 células dedicadas al narcomenudeo, aunque los traficantes al servicio de Salvador Serrano Parra “El Chapito”, convertido en jefe delictivo desde mayo de 2011, son los que tienen mayor influencia. Dueños criminales de prácticamente todo el municipio, operan laboratorios de crystal, cultivos caseros de marihuana y reciben semillas de Canadá.
Los investigadores también han identificado actividad criminal de otras estructuras en Ensenada: “El Chapito” se moviliza con mayor fuerza y directamente en el Ejido Chapultepec, Lomas de San Fernando, Pórticos y Valle del Real;  José Alfredo Zepeda “La Muñeca” en  áreas norte, centro y sur; “Los Pizzeros” en  El Sauzal; Efrén y/o Efraín Hernández Contreras “El Mosco”, en algunas colonias distribuidas en todo el municipio; Esteban Hernández Contreras “El Chonte”, en Valle Verde, teniendo como operadores a Juan Manuel Acosta Gámez “El Diablo” y Blanca Ferrel Mercado; “El Ruso” tiene actividad en Zona Centro y El Sauzal; “Los Papitos” (Mario Alberto, Marco Benjamín y Miguel Ángel  Pérez Rodríguez) y Samuel Zamudio Torres “El Tío”, en San Quintín, Popular 89, 17 de Abril, Arcoiris y Fraccionamiento Mar; mientras que Javier Aguilar domina las Zona Centro y El Bajío.
Martín Fregoso Martínez opera en Piedras Negras; Carlos “El Güero” en Fraccionamiento México; “El Gallero” en las colonias Hidalgo, Costa Bella y Maestros; “Los Pitufos” en Gómez Morín; “El Cuco” en Valle Verde;  “El Bunny” en Benito Juárez, Popular 1 y Chapingo.

Delincuentes geo-referenciados por el Estado
Daniel de la Rosa Anaya, secretario de Seguridad Pública en Baja California, explicó que como parte del trabajo de la corporación que encabeza, se ha hecho una identificación y ubicación por zonas de los grupos dedicados a la venta de droga al menudeo, para combatirlos de manera coordinada por los tres órdenes de gobierno.
“De registros derivados de las denuncias ciudadanas al 089 ó vía correo electrónico, de las capturas o tarjetas que llenan las áreas de prevención del delito. Se hizo una geo-referenciación en cada municipio, incluidas zonas urbanas y zonas rurales”.
Cuestionado respecto a la penetración y gravedad del delito, De la Rosa aceptó problemas serios en los municipios más grandes, Tijuana, Mexicali y Ensenada, particularmente en los dos primeros.
Reiteró al narcomenudeo y el consumo de drogas como el detonante de la incidencia delictiva, y ejemplificó: “Del total de delitos en 2011, que fueron alrededor de 117 mil, el 45 por ciento (52 mil 650) fueron robos en alguna modalidad, y de ese total, el 70 por ciento (36 mil 855) fueron realizados por personas con algún problema de adicción, eso nos da una idea de todo lo que genera”.
En cuanto el narcomenudeo y los asesinatos, dijo: “Esta gente está generando homicidios en diversos grupos porque no traen fortaleza o control de una zona específica de la ciudad, andan fraccionados incluso en las colonias”.
Como muestra de la violencia generada por la atomización al interior de las células de narcomenudistas, el funcionario expuso que en los operativos han detectado que los distribuidores traen escolta o andan armados. Los acompaña un sujeto con pistolas de bajo calibre, que vigila en las inmediaciones. “Hay grupos que están vendiendo esa protección”, subrayó.
Según el entrevistado, el descontrol se debe a las capturas realizadas por las corporaciones: “La fortaleza y control que antes tenían los grupos delictivos en el trasiego y en la venta local al menudeo, se ha desarticulado”. Los enfrentamientos y asesinatos son la muestra:
“Tratan de determinar zonas, sin que ninguno llegue a tener el control”.
Sobre las estimaciones en cuanto al problema de la adicción en Baja California y el crecimiento del narcomenudeo, Daniel De la Rosa aseguró que sólo puede hablar de las estadísticas oficiales, aunque sabe que están limitadas.
“Puedo decir que las estadísticas del Sector Salud indican que el número de adictos registrado en los centros de rehabilitación disminuyó de 2009 a 2010, sin embargo esto es lo formal, y lo único que indica es que mucha de la gente que tiene un familiar con problemas, no lo está internando, pero eso no significa que haya dejado de consumir o que no ande robando y cometiendo otros delitos”, estableció.

Ganancias y modus operandi
Candelario Aguirre “El Cande” admitió ganar 600 mil dólares a la semana como “cocinero” de crystal de Teodoro García Simental “El Teo”. Gerardo Ibarra Cardona reconoció que su familia contrabandeaba de Estados Unidos a Tijuana, 800 litros mensuales de precursores para fabricar crystal, que vendido por dosis, generaba ganancias de, mínimo, 700 millones de pesos al mes.
Jeova Israel Ilhuicatzi Morales “El Cuervo” detalló que su grupo ganaba entre 100 mil y 300 mil pesos al mes. La comunidad de adictos instalados en la canalización de la Zona del Río Tijuana, consumen 350 mil pesos diarios en drogas.
Operadores de una de las células de Jorge Mendoza “El Güero Chompas” (capturado en diciembre de 2011 y remitido a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada) que fueron detenidos en septiembre de 2011 en un narco laboratorio, admitieron ganancias de 30 mil a 40 mil pesos al día; un millón 200 mil pesos al mes.
En este grupo, René Vera, quien dijo dedicarse a empaquetar droga de las ocho de la mañana a las ocho de la noche, diario dividía dos o tres onzas de las que salían unos 200 globitos. Cada dosis se vendía a 50 pesos, y a él le pagaban 3 mil pesos a la semana. El día que los capturaron, tenían 200 mil pesos en la casa.
De la operatividad,  los detenidos detallaron que recibían la droga a través de camiones de Transportes Guamúchil, y cada 300 mil pesos hacían depósitos bancarios para mandar el dinero a los jefes en sucursales específicas de Bancomer y HSBC, con determinados empleados.
Otro grupo capturado en mayo de 2011, dedicado a la venta de crystal y encabezado por Esteban Martínez, operador de “El Tigre”, explicaron que cada distribuidor de la calle recibía 25 globos (a 50 pesos). El detenido aseguró que ganaba “un peso al día”, pero sus cómplices hablaron de mil 500 pesos diarios como vendedor y 2 mil pesos a la semana como acompañante de cobrador y puntero. Su horario laboral era de 07:00 a 19:00 horas.
Se solicitaron cifras nacionales a la Secretaría de Seguridad Pública federal, pero la respuesta fue que no están contabilizando las ganancias por narcomenudeo.
Reportes periodísticos de marzo de 2010 refieren un diagnóstico de la Secretaría de Seguridad Pública federal, donde el subsecretario Monte Alejandro Rubido García, refirió que las ganancias del narcomenudeo en México ascendían a 13 mil millones de dólares.
En cuanto a la operatividad general, los reportes de inteligencia indican que cada zona tiene de dos a tres distribuidores, los cuales acuden a un domicilio por la droga, algunas veces hay un encargado y en otras ocasiones sólo entran con llave, sacan la mercancía y la apuntan en una libreta; las ganancias las entregan de la misma forma, mientras que los cortes de las ventas se hacen alrededor de las diez de la noche.
Cuando la droga se entrega a domicilio, el área es revisada previamente por un puntero, siendo los centros comerciales con vigilancia de empresas particulares o sin supervisión de seguridad, los puntos más usuales para la compraventa de droga en la actualidad.

Delito del fuero común
Rudy Moreno, uno de los cinco narcomenudistas de “El Güero Chompas” detenidos en marzo de 2011, confesó que había sido detenido con droga el miércoles (no era la primera vez) y había quedado libre el jueves, y por la noche participó en el homicidio de dos traficantes drogadictos, lo que da una idea de la deficiencia y corrupción con que opera la PGR en la atención a ese delito.
Acciones como ésta generan reformas a las leyes federales, por las cuales, a partir del próximo año, las procuradurías locales serán las responsables de perseguir y castigar el delito, y tendrán facultades en el procedimiento penal.
El problema es que la federación transferirá la responsabilidad, mas no los recursos. El gobierno federal tampoco destinó en el Presupuesto 2012 recursos para ampliar las capacidades de los centros carcelarios que deberán recibir a los narcomenudistas que sean encarcelados.
A pesar de la ausencia de recursos y sin tener la obligación plena, el 4 de enero de 2011, la Subprocuraduría de Justicia en Tijuana, a través de la Dirección de Control de Procesos, informó que logró una sentencia de 10 meses contra Arturo Arias Aguayo, encontrado penalmente responsable del delito contra la salud en la modalidad de narcomenudeo, en la variante de posesión de metanfetamina. Es la primera sentencia en su tipo en Baja California.

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