lunes, 16 de enero de 2012

KAIBILES, GUERRA CONTRA EL NARCO

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 SE ENFRENTARÁ A LOS CÁRTELES MEXICANOS

La unidad de élite del ejército de Guatemala, que en el pasado luchó contra la guerrilla


  SAN JOSÉ.—
Sin inmutarse, con crudeza y rigor, el comandante de la Brigada de Fuerzas Especiales del ejército de Guatemala, coronel de infantería Eduardo Morales Álvarez, se instaló frente la tropa recién llegada en un día de julio de 2007 a las montañas de El Petén y le ofreció una contundente bienvenida a “El Infierno”, una de las más estrictas, famosas y cuestionadas escuelas castrenses de América Latina y el Caribe.
 

“La única manera en que las cosas calan”, advirtió el militar guatemalteco, “es cuando el cuerpo está destruido, cuando lo aqueja el hambre, la fatiga, la sed, el calor y el frío. Entonces el cuerpo ya no se resiste… se fortalece”. 

En pocas palabras, el coronel de infantería describió el demoledor escenario que los hombres soportarían para adiestrarse como miembros de Los Kaibiles, la más importante unidad élite del ejército de Guatemala. 

Los soldados que lograron completar y ganar el curso —de 40 días para tropas y 60 para oficiales— salieron de “El Infierno” cantando la consigna del kaibil: “Si avanzo, sígueme; si me detengo, aprémiame; si retrocedo, mátame”.
 

Fundada en diciembre de 1974 para enfrentarse a la subversión comunista guatemalteca, en un conflicto armado que se prolongó de 1960 a 1996, la unidad de los kaibiles se consolidó como la más violenta e implacable en la guerra de guerrillas, con masacres y violaciones a los derechos humanos, para luego convertirse en una red proveedora de desertores transformados en criminales y pistoleros a sueldo de narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos, con sofisticada preparación militar.
 

Sin embargo, la unidad ha subsistido como una de las más emblemáticas del poderoso aparato castrense guatemalteco y será convertida por el nuevo presidente de Guatemala, general en retiro Otto Pérez Molina, en la fuerza de punta para contraatacar a los cárteles del narcotráfico que operan en ese país. 

Pérez, quien asume el cargo, reveló en una entrevista, pocas horas después de ganar las elecciones de noviembre, que utilizará a los kaibiles y a cuerpos militares especializados para combatir a las mafias del crimen organizado, en especial a los cárteles mexicanos que, aliados a traficantes colombianos, dominan el negocio del narcotráfico de Colombia a México y Estados Unidos, vía Centroamérica.

 En una muestra del interés que el presidente electo concede a los kaibiles, el coronel de infantería Hellmuth René Casados Ramírez fue promocionado por Pérez y a partir de hoy pasará, de ser el comandante de la Brigada de Fuerzas Especiales Kaibil, a jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Oscuro historial 

El término kaibil proviene de un nombre en mam, una de las lenguas mayas, y significa “aquel que tiene la fuerza y la astucia de dos tigres”.
 

Reclutados en aldeas mayas, remotas y marginadas, y sometidos a un sofocante adiestramiento militar, bajo intensos ataques, explosiones y emboscadas con fuego real y sobrevivencia en ríos, pantanos, selvas, montañas, peñascos e infinidad de accidentes geográficos y altas temperaturas, los kaibiles ganaron notoriedad por los límites extremos de su preparación.

Los manuales apelan al fortalecimiento psicológico, con largas jornadas de oscuridad, silencio y soledad, de día o de noche, para superar la técnica y la rudeza física del soldado y en condiciones verídicas o con gran similitud de combate, bajo asedio y tortura mental de parte de los instructores, en un panorama con símbolos de muerte.
 

La estación kaibil nació con subsidio de la Escuela de las Américas, un centro de adiestramiento que el Comando Sur del ejército de Estados Unidos mantuvo hasta mediados de la década de 1990 en lo que fue la hoy desaparecida Zona del Canal de Panamá y de donde se graduaron dictadores, violadores, torturadores y represores al servicio de los regímenes militares latinoamericanos y caribeños. Pérez se graduó en 1985 de un curso de formación de generales de la Escuela de las Américas.
 

En 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado guatemalteco por la Masacre de Las Dos Erres (6 al 8 de diciembre de 1982) por fuerzas kaibiles que torturaron, violaron y asesinaron a 251 pobladores del departamento de El Petén.
 

“El kaibil está entrenado para matar o neutralizar y eliminar al enemigo”, dijo Helen Mack, activista derechos humanos y presidenta de la Fundación Myrna Mack (no estatal).
 

Informes del gobierno de EU y de agencias de inteligencia regionales han confirmado que desertores kaibiles fueron reclutados en los últimos años en particular por Los Zetas, para sicariato, despliegue territorial, protección y seguimiento de cargamentos de droga y enseñanza en combate y otras tareas castrenses. 

Pero Mack aclaró: “No puede decirse que todos los kaibiles son narcos”. Lo más sano, sugirió, es que “los kaibiles pasen pruebas de confianza”.

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