....“La Rana” y “El Cuervo” vs. “La Rosy” y el CAF Presuntos sicarios del Cártel Arellano Félix, aliados a “Los Güichos”, asesinan a vendedores de droga al menudeo de “La Rana”, operador del Cártel de Sinaloa y hermano de “El Aquiles”.
Reinicia pugna interna por el territorio y los consumidores de enervantes locales.
La Policía Ministerial de Rosarito relacionó a los detenidos del 1 de noviembre con 11 homicidios.
Investigaciones ZETA
La historia del crimen organizado en Baja California se reescribió a partir de las capturas de los capos del Cártel Arellano Félix (CAF) en 2010.
Los nuevos miembros de las bandas del narcotráfico en Tijuana, son personajes de inferior nivel en la estructura criminal, pero encumbrados a partir de la detención de Teodoro García Simental “El Teo”.
Lo mismo trabajan para lo que queda del Cártel Arellano -su líder Fernando Sánchez Arellano no ha sido detenido-, que para los representantes del Cártel de Sinaloa en Baja California.
Se traicionan unos a otros, delinquen en una zona y luego en otra. Heredaron la impunidad y servilismo por parte de miembros de las corporaciones policíacas.
El colmo fue que uno de los detenidos esta semana, traía en su vehículo un casquillo relacionado con una ejecución de hace quince días.
Ya ni se preocupan por cubrir sus huellas. Están conscientes de que el rezago en materia de investigación en crimen organizado, narcotráfico y narcomenudeo, les favorecerá.
La desorganización de los narcomenudistas y sus pugnas por el territorio para la venta de droga, ha arrojado una serie de ejecuciones sucedidas en las últimas semanas.
La estructura es complicada por el cúmulo de intereses ilícitos, pero se ha podido armar así: Durante septiembre 2011, vendedores de droga al menudeo al servicio de “Los Güichos” fuero privados de la libertad.
A cambio de sus vidas, debían actuar contra los intereses de los hermanos Arteaga y/o Arzate, apodados “El Aquiles” y “La Rana”.
En ese momento y desde mayo de 2011, cuando fue capturado Héctor Eduardo Hernández Guajardo “El Güicho”, estos criminales habían servido y rendido cuentas precisamente a René Arteaga y/o Arzate “La Rana”, pero bajo las órdenes de “La Rosy”, hermana de “El Güicho”, y pagaban piso directamente a “El Cuervo”, mano derecha de Arteaga, identificado como Jeova Israel Ilhuicatzi Morales.
Según informes del Consejo de Seguridad, este último es hermano de Edgar René, policía municipal de Tijuana activo como perito, asignado a la zona de La Gloria, la misma que su hermano controla delictivamente.
La historia oficial es que “El Cuervo” tiene 34 años, y a los 22 ya contaba con tres órdenes de aprehensión en su contra por robo de auto, un año después fue presunto responsable de lesiones en el expediente 935/207, y en 2001 las autoridades los buscaron en tres ocasiones por incumplimiento de obligaciones familiares.
Además, cómplices suyos lo han señalado como orquestador y perpetrador de decenas de muertes, hasta convertirse a partir de esta semana en el homicida más buscado.
Jeova Israel Ilhuicatzi, “El Jeo”, “Jeova” o “El Cuervito” ya había sido detenido.
El 26 de marzo de 2010 lo aprehendieron por portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y fuerzas armadas, pero le concedieron libertad bajo caución por el Juzgado Décimo Tercero de Distrito.
Ingresó al Centro de Readaptación Social de La Mesa bajo el expediente 2459/210 y la causa penal 203/2010, después de ser capturado por elementos de la Policía Municipal en la calle Escultores esquina con Sánchez Taboada.
A los oficiales les pareció sospechoso el vehículo en el que viajaba, una camioneta Silverado con placas de California.
Le marcaron el alto y le encontraron tres escuadras cargadas. “El Cuervo” fue consignado junto a Ever Tavares Félix y Juan Manuel Félix; fueron liberados tres días después.
Los detenidos del 1 de noviembre por policías estatales y de la Municipal en Tijuana en El Tecolote, dijeron a la autoridad que su jefe criminal era “La Rana”, pero que un grupo contrario había comenzado a “levantarlos” hace una semana y les exigía entregar los nombres y ubicaciones de los vendedores de droga de “La Rana”.
“Sabemos que hay gente de Tijuana matando a vendedores de ‘El Ranas’ en Rosarito”, afirmó uno de los capturados.
Mientras que otro aseguró:
“Hace unos días se me acercaron los de ‘El Ingeniero’ (Fernando Sánchez Arellano) para pedirme datos porque iban a empezar a matar a los de ‘El Sapo’.
Un investigador reportó: “Las líneas de investigación indican que Rosa Hernández Guajardo, hermana de ‘El Güicho’, estuvo operando con los Arzate sin problemas hasta que le mataron a un familiar (Roberto Ruiz Santos, el 13 de julio de 2011 en Rosarito).
Los sinaloenses le empezaron a pegar en Rosarito y hay indicios que buscó aliarse a otros grupos para protegerse, todo indica que fue con gente relacionada con lo que queda del Cártel Arellano”.
El mismo informante abundó sobre los actuales sicarios:
“La información recabada ubica a asesinos y traficantes procedentes del Barrio Logan, los cuales tenemos originalmente identificados con Melvin Gutiérrez, pero resulta raro que estén atacando a traficantes de René Arteaga, porque hasta donde llegaba la información, ‘El Melvin’ mueve al mayoreo y menudeo, la droga que recibe de ‘El Aquiles’ Arteaga”.
Precisamente con relación a los matones al servicio del CAF, el jueves 3 de noviembre, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) presentó a Juan Manuel León Rodríguez “El Sica”, detenido por agentes de la Policía Ministerial en coordinación con agentes investigadores adscritos a la Subprocuraduría contra la
Delincuencia Organizada de la procuraduría estatal. El joven de 21 años de edad es originario de Tijuana, y buscado por su presunta participación en el homicidio de Bernardo López Ceballos el 12 de octubre en la delegación Mesa de Otay. De acuerdo con la PGJE, el asesinato lo perpetró en compañía de Rubén Avelino González Rodríguez, capturado en días pasados por la Policía Ministerial, y a quien León Rodríguez refiere como la persona a quien rendía cuentas.
A su vez, éste respondía a un hombre apodado “El Lic”, supuesto operador de “El Ingeniero”.
En conferencia de prensa, el subprocurador contra la Delincuencia Organizada de la PGJE, Abel Galván Gallardo, explicó que durante los últimos dos años León Rodríguez servía a la célula delictiva de “El Lic” como puntero o “halcón”, y vigilaba que no hubiera policías patrullando cerca de los lugares donde se cometerían homicidios.
Juan Carlos Flores Mendoza, encargado de despacho de la Subprocuraduría de la PGJE en Tijuana, dijo:
“`El Sica’ también se dedicaba a robos con violencia en tiendas de autoservicio y sucursales bancarias, recibiendo un pago semanal de 500 dólares y una onza de crystal para su reventa, por lo que ya contaba con dos órdenes de aprehensión en su contra”.
Durante la presentación, León Rodríguez declaró a los medios de comunicación que había sido encarcelado anteriormente por los delitos de robo; que antes de delinquir trabajaba como disc jockey en Rosarito y que había comenzado a robar para mantener a su hija de dos años.
Ya seguían a los de El Tecolote “La verdad es que muertos y homicidas, todos pertenecieron al grupo de ‘El Güicho’, pero cuando lo detuvieron se fragmentaron, unos se fueron con (el Cártel de) Sinaloa, otros con el CAF y unas tres células andan queriendo ser independientes, pero no están sobre ellas, las atacan”, comentó un investigador de Rosarito.
Un mes atrás, la Secretaría de Seguridad Pública del estado inició una indagatoria correspondiente a denuncias de amenazas de secuestro, extorsión y cobro de piso, relacionado con el grupo capturado en El Tecolote.
Ubicaron más de nueve células delictivas. Esta semana habían iniciado el seguimiento personal de los operadores más activos, precisamente el de los hombres que fueron a la delegación La Gloria a matar a sus socios criminales, Omar Acuña Parra, porque “le debían dinero al ‘Ranas’”.
Héctor Manuel Gastélum Díaz, acompañante de Acuña, fue entregado a la PGJE en calidad de presentado, dadas las declaraciones que los vinculan con la venta de droga al menudeo y homicidios.
En el caso de los agentes estatales que vigilaban a los maleantes, era un grupo de investigación sin armas ni uniforme que informaron de inmediato a sus compañeros.
A esa presencia se sumó la reacción inmediata de la Policía Municipal y el posterior trabajo coordinado de las fuerzas operativas. A menos de tres minutos de recibida la llamada al número de emergencia con la descripción del auto implicado, patrullas de la Municipal lo perseguían mientras los matones disparaban.
Orientadas por sus compañeros, las fuerzas armadas de la PEP les llegaron de frente, los toparon y provocaron una reacción más violenta.
Se hizo la balacera en ambos lados, sobre la calle Cuchumá de la colonia Camino Verde, quedando herido Héctor Flores Jurado “El Pitufo”, detenido junto con Juan Manuel Bocanegra Fortanel “El Juanillo” por la Policía Estatal Preventiva, mientras la Municipal, apoyada por el helicóptero de la PEP, seguía al conductor del vehículo de los homicidas que huyó pie tierra. Minutos más tarde se detuvo a Antonio Serrano Cuellar “El Toño”.
Dichos y confesiones
Al ser entrevistados el 1 de noviembre, todos hablaron, empezaron por identificar a René Arteaga “La Rana” y a Jeova Israel Ilhuicatzi Morales “El Cuervo”, pero también apuntaron como líderes de su grupo “encargados de trasmitir las órdenes”, a Héctor Urrea García, asesinado el sábado 29 de octubre en Popotla, Rosarito.
“Por eso fuimos a Popotla el domingo (30 de octubre), a matar al tipo que lo había puesto, baleamos a un grupo que iba en un Mustang negro y una Pathfinder blanca”.
Los muertos fueron Omar Cortés y Alan Richard Berg. Urrea era buscado por homicidios cometidos por el grupo de “Los Güichos”, encabezado por José Francisco Villa Padilla “El Villa” (detenido por el Ejército en mayo de 2011).
El otro jefe y trasmisor de órdenes fue identificado como Iván Rodríguez, quien aseguraron, se desempeña como taxista en Rosarito.
Al día siguiente, 2 de noviembre, un trabajador del volante identificado oficialmente como como Alfredo Alva, fue acribillado en el quinto municipio.
Serrano Cuellar, quien manejó el auto en el intento de homicidio de Acuña Parra (con heridas por tres balas y detenido en el Hospital General de Tijuana) en El Tecolote, habló de su reclutamiento, argumentando que se vio obligado a trabajar para el crimen organizado porque tenía una deuda de 10 mil pesos, que supuestamente había adquirido y consumido en dosis de crystal.
No la podía pagar, así que le ofrecieron que si manejaba para un “jale” ese primero de noviembre, ya no les debería nada. Manuel Bocanegra, quien descargó su arma sobre Acuña, admitió ser homicida y traficante con un año de experiencia, en el que ha servido al “Ranas” y al “Cuervo”.
Detalló que es concuño de Héctor Flores “El Pitufo” y que siempre delinquen juntos.
Del modus operandi explicó que ellos nunca están en posesión de equipo.
“Antes y después de cada jale, nos entregan y regresamos las armas y los carros, los lugares para el intercambio son la entrada a Rosarito o en la gasolineras de Rosarito”, apuntó respecto a la zona de operación, que identificó en La Gloria, El Tecolote y la totalidad de Rosarito.
De los otros muertos y los cargos “`El Juanillo’ y ‘El Pitufo’ se metieron a los Seven Eleven en la entrada al Rosario”, acusaron a Flores y Bocanegra como los responsables del asesinato cometido en la entrada a Rosarito el 11 de octubre.
Los muertos fueron Antonio Chávez “El Tony” y Ramón Guerrero “El Grande”, este último “le debía más de 100 mil pesos en droga” a Arzate, por eso lo mataron.
La mujer que los acompañaba aseguró que sus amigos habían sido asesinados por un grupo homicida que llegó en otro auto y los baleó, pero un video de la zona demostró que los matones llegaron con los muertos en el mismo auto y huyeron pie tierra después de asesinarlos, y que la fémina los conocía.
Además de los asesinatos confesados, la Ministerial de Rosarito logró vincularlos a 11 homicidios más ocurridos en los últimos meses en ese municipio, gracias a la impunidad y exceso de confianza de los matones que emplearon las mismas armas y autos para sus fechorías y ni siquiera los limpiaron.
En el vehículo incautado a los delincuentes, los peritos localizaron un casquillo que correspondió a la pistola 9 milímetros utilizada para privar de la vida a Moses Gwendal Sewel III, el 26 de octubre en el municipio de playa.
La víctima había comentado a sus cómplices que tenía problemas “con la gente de Tijuana”.
Con la misma pistola mataron en Tijuana, el 18 de abril, a Manuel Navarro, Carlos Velasquez, Alma Urrutia y Diana Godínez, en la colonia El Niño; también a Gustavo Tapia Moreno el 22 de septiembre, y a un desconocido de 45 años en el camino vecinal al Ejido Lázaro Cárdenas el 30 de septiembre
“`Los Güichos’ se están peleando por el territorio de Rosarito y sus colindancias con Tijuana, se están matando entre ellos con apoyo del Cártel de Sinaloa y de los Arellano”, recalcó un investigador que, de entrada, informó que los esfuerzos para combatir la violencia por esta pugna interna están concentrados en la captura de “El Eder”, “Obrayan” y el taxista Iván Rodríguez; sobre todo las luces rojas están puestas sobre la cabeza de Jeova Israel Ilhuicatzi Morales “El Cuervo”.
En contra de los detenidos y prófugos de esta célula criminal, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) levantó cargos por homicidio en grado de tentativa, mientras la Subprocuraduría de Rosarito solicitó orden de aprehensión por 11 homicidios. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, ninguna de las dos instancias había solicitado orden de aprehensión en contra del jefe principal, René Arzate y/o Arteaga “La Rana”.
La presente indagatoria, refuta la versión que “El Aquiles” hizo llegar al Consejo Estatal de Seguridad a través de los infiltrados, afirmando que él estaba dedicado al tráfico de droga por mayoreo, desligándose de los asesinatos cometidos en la zona costa.
Porque quien ordena las muertes, según los hombres capturados, es su pariente y mano derecha,
“La Rana”.
Antonio Serrano Cuellar
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