miércoles, 5 de octubre de 2011

GALERON DE LA MUERTE


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Miles de armas yacen en la Novena Zona Militar, en espera de destino

Miguel Angel VEGA
En este galerón se respira la muerte. No hay pólvora quemada, pero se huele la muerte. No hay sangre tampoco, pero la muerte se pega en la piel como tatuaje dantesco.
Armas, armas cortas y largas, cargadores, tripiés, puras armas. Como una antesala al infierno, o como un arsenal que puede acabar con poblaciones enteras, se mira el galerón de la Novena Zona Militar que almacena más de cinco mil fusiles y pistolas que el Ejército mexicano ha decomisado en los últimos años a narcotraficantes y grupos armados de la entidad.

AK-47, M-16, R-15, Barret, lanzagranadas, ametralladoras, rifles, escopetas, pistolas (escuadras y revólveres) y más de 80 mil cartuchos conforman escenas intimidantes que se descubren el interior del galerón a todas horas resguardado por elementos castrenses.

En uno de los costados sobresalen los cañones de tres ametralladoras Barret, un arma de casi dos metros de larga y con cartuchos de casi 20 centímetros, capaces de atravesar blindajes del más alto grosor y que solo verlas genera un extraño escalofrío. Son máquinas frías, asesinas, que a la primera orden del gatillo vomitan sus cargas de fuego.

“The world is yours (El mundo es tuyo)”, se lee en una pistola Bereta tipo escuadra que tiene las letras grabadas a la altura del cañón, justo arriba del gatillo. La frase rememora a la película Caracortada, dirigida por Brian de Palma y estelarizada por Al Pacino en 1983.

Al otro lado del Cañón, efectivamente, se lee el título de la película Scarface.

Otras armas muestran un retrato grabado del Padre de la Nación, Miguel Hidalgo y Costilla, y a un lado la leyenda: El Grito, Honor, Patria, Libertad. Del otro lado, el nombre de otro héroe de la Independencia, José María Morelos y la misma leyenda.

Muchas de las pistolas están chapeadas de oro, un gusto que los pistoleros parecen compartir.

Aunque también hay AK-47 barnizadas de oro, también hay diseños en donde los llamados “cuernos de chivo” fueron camuflados de verde militar. Para luego pasar a los silenciadores de pistolas y rifles, que también aparecen chapeados de oro y con una serie de grabados, como grecas, que los cubren en todo su diámetro.

De los Barret, dice el general Moisés Melo García, comandante de la Novena Zona Militar en Culiacán: “Esas armas fueron diseñadas para derribar aviones durante la Segunda Guerra Mundial, pero aquí los narcos las utilizan para penetrar en autos blindados; son muy poderosas”.

A gran parte de ese armamento se le siguen procesos judiciales, por estar involucradas en homicidios y hechos delictivos, lo cual obliga a las autoridades a no destruirlas, mientras otras que ya han atravesado esos juicios están listas para su destrucción.

Made in USA

No son una regla pero sí una característica esas tres palabras en inglés que definen el origen de muchas de las armas: Made in USA. Pero no solo es la leyenda, la frase también es acompañada por la bandera estadounidense que, como ícono de guerra, destaca en el metal oscuro.

Estados Unidos, como sinónimo de guerra. Estados Unidos como uno de los países más belicosos en la historia de la humanidad. Estados Unidos, al lado del gatillo como proveedor de muerte y destrucción.

Durante años, el Gobierno mexicano ha expuesto que el armamento que ha cobrado la vida de miles de mexicanos viene del vecino país del norte, algo que Estados Unidos ha negado reiteradamente aduciendo que muchas de ellas son importadas de China y Rusia, pero que tras el escándalo del operativo Rápido y furioso, una cloaca de corrupción y cinismo dejó al descubierto las políticas de ese país mostrando que, efectivamente, muchas de las armas que adquieren los cárteles son de fabricación estadounidense o son adquiridas en ese país.

La ecuación es simple: Estados Unidos las vende y los cárteles mexicanos las compran.

De acuerdo con las últimas revelaciones del caso, logradas por la cadena Fox News, se establece que funcionarios estadounidenses de alto nivel no solo aprobaron, permitieron y ayudaron a concretar la venta de más de 2 mil armas de fuego que fueron adquiridas en su mayoría por el cártel de Sinaloa, sino que además el Gobierno federal utilizó el dinero de los contribuyentes para ello.

Esos señalamientos contradicen en gran parte una serie de argumentos hechos por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, que habría declarado en repetidas ocasiones que agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), “perdieron la pista de las armas” al ser estas transferidas “de un vendedor a otro”.

Esa situación ha hecho que el Gobierno mexicano exija al estadounidense una explicación “por haber permitido que el país se inundara de armas”, e influyera para una escalada de asesinatos sin precedente en los últimos diez años en nuestro país.

Como resultado, el Gobierno de Estados Unidos despidió al director del ATF, Kenneth Melson, el pasado 31 de agosto, lo cual no ha impedido que congresistas republicanos continúen investigando el caso.

“Tenemos que llegar hasta el fondo de todo esto para evitar que situaciones como esta se vuelvan a dar”, dijo Darrell Issa, congresista republicano por el distrito 49 de California, uno de los legisladores más persistentes para que se llegue al fondo del asunto.

Rápido y furioso en Sinaloa

Las armas decomisadas por el Ejército mexicano en los últimos cinco años coinciden con un incremento de homicidios en Sinaloa que data desde el 2008, cuando ocurrieron mil 166 homicidios, del 2009 en que asesinaron a mil 252 personas, y del 2010, cuando se registró la cifra récord de 2 mil 251 asesinatos, según datos de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Entre las víctimas se registraron decenas de policías de todos los niveles de Gobierno. Y aunque no significa que en estos hechos se involucraron armas de Rápido y furioso, se ha registrado que muchas de las armas utilizadas en esos ataques son de fabricación estadounidense. Lo cual sugieren del galerón muchas de las armas decomisadas por el Ejército, en donde se lee la leyenda Made in USA.

Según un trabajo de investigación publicado por Ríodoce en su edición del 31 de julio de este año, gente ligada a los cárteles de los Zetas y al de los Beltrán Leyva, habrían adquirido armas ligadas al operativo Rápido y furioso, aunque se desconoce cómo fue que las obtuvieron, según observa un reporte hecho por el Congreso de Estados Unidos, titulado Estimulando la Violencia entre los Cárteles.

Entonces trascendió que el Gobierno de Estados Unidos reconoció al menos nueve armas usadas por grupos criminales durante enfrentamientos o decomisos hechos en Sinaloa.

Datos revelados por el Gobierno de Estados Unidos establecen que más de dos mil armas fueron introducidas a México durante el operativo Rápido y furioso, que empezó a finales del 2008 y concluyó a principios del 2011, luego que el agente John Dodson revelara el fracaso del mismo, tras la muerte del agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry, el pasado 14 de diciembre de 2010 en el desierto de Arizona.

A partir de entonces, legisladores republicanos iniciaron una investigación para llegar a los responsables del operativo, que terminó involucrando incluso al mismo procurador de Justicia, Eric Holder.


Las nueve armas de Rápido y furioso

La “tormenta de idiotez” en Sinaloa
Martín Durán

La primera arma que la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés) detectó de la operación Rápido y furioso en Sinaloa, fue en Guasave, en una casa en donde el Ejército localizó un arsenal. Ocurrió en pleno apogeo de la guerra por la plaza en el norte de la entidad, el 11 de enero del 2010.

El lugar: la colonia Sinaloa. El saldo: más de 2 mil 700 cartuchos, 9 rifles de asalto, cargadores y granadas aseguradas. Dentro del arsenal había un arma de esta operación implementada por la ATF, sin que las autoridades mexicanas estuvieran enteradas.

Según el informe rendido por el comisionado de la AFT en México, Carlos Canino, ante el Congreso y Senado de Estados Unidos, con fecha del 26 de julio pasado, fueron 122 armas las que los agentes de la ATF lograron recuperar de noviembre del 2010 hasta febrero de este año, cotejando el registro que las fuerzas castrenses y de seguridad iban teniendo con el paso de los meses en el país.

En el recuadro de dicho informe se precisa que en Guasave se aseguraron 2 mil 700 rondas de municiones, nueve rifles, dos lanzagranadas y una pistola de origen de Rápido y furioso.

Al consultar archivos periodísticos, ese día en una casa de seguridad de la calle Río Sinaloa, en la colonia citada, el Ejército localizó un arsenal con similar inventario, que incluía siete kilogramos de mariguana empaquetada y chamarras con insignias de la AFI.

El domingo 21 de febrero del 2010, la AFT reportó que en Sinaloa se recuperaron en total cuatro rifles de origen del operativo encubierto. Se agregan 15 rifles, cinco pistolas y un total de 11 mil 624 municiones que no eran parte del plan.

Los hechos de ese día indican que en San Pedro, Navolato, el Ejército descubrió un arsenal en donde había más de cinco mil cartuchos, y un día antes, en la colonia 2 de Octubre, en Guasave, la milicia “chocó” con un grupo de sicarios cuya refriega terminó con seis gatilleros detenidos. También recuperaron fusiles, pistolas y más de 500 municiones.

Al grupo armado se le vinculó con los Beltrán Leyva y, en junio de ese año, fueron acuchillados en el penal de Aguaruto mientras dormían en uno de los módulos del reclusorio.

El 8 de julio es otro punto. La AFT indicó que en esa fecha se localizó en Culiacán otro rifle de la operación Rápido y furioso, junto con 2 mil 278 cartuchos.

Cotejando la información, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reportó que en las inmediaciones de Quilá los soldados hallaron seis vehículos abandonados en cuyo interior había ocho armas largas, nueve cortas, una granada y un total de 1 mil 258 municiones. En San Lorenzo, en otra camioneta abandonada localizaron otros doce cartuchos útiles junto con un AK-47. Los otros ocho cartuchos fueron asegurados en el ejido El Melón. También había un rifle calibre .40 con su cargador. La suma de las municiones da como resultado la cantidad que se observa en el reporte al Congreso estadounidense.

De la lista de localización, el siguiente rifle es un Barret calibre .50 que el recuadro señala que fue comprado el 8 de junio del 2010, aunque no se da más detalles. Fue hallado en el municipio de Sinaloa el 1 de agosto del año pasado.

Días más tarde, el 14 del mismo mes, se reportó que en la sindicatura de El Naranjo, municipio de Sinaloa, fueron localizados 16 rifles, incluyendo un Barret, 69 revistas, 2 mil 60 municiones y ahí estaba un arma de origen del operativo de la AFT.

Los registros periodísticos de esas fechas señalan que el 11 de agosto en la madrugada un comando militar fue atacado por un grupo de sicarios que estaban acantonados en tres casas del Campo Seis, en El Naranjo.

La Sedena reportó tres detenidos, un total de mil 951 cartuchos, ocho armas largas, dos cortas, cuatro granadas, nueve camionetas, una de ellas blindada, entre equipo táctico y de radiocomunicación.

Los rastros de las armas de Rápido y furioso en Sinaloa se desvanecen el 25 de enero del 2011 en Culiacán. Fue la novena arma recuperada de la operación, que en unas semanas más “tronaría” en los medios cuando el agente John Dodson, de la AFT, decidió hablar públicamente sobre esta “operación criminal”.

El reporte precisa que en la capital se halló otro rifle de asalto. Esa fecha el Ejército aseguró un arsenal, drogas, vehículos y detuvo a una persona en unos departamentos de la colonia Nuevo Culiacán. En total fueron cinco rifles AK-47, cinco pistolas, ocho granadas, 300 gramos de cocaína, 60 de crystal y 50 de mariguana. Además dos automóviles y mil 448 cartuchos útiles.

Las armas recobradas de Rápido y furioso:

Location    Date    Of Fast and Furious Guns
Recovered
Guasave, Sinaloa    1/11/2010    1 pistola
Sinaloa, México    21/2/2010    4 rifles
Culiacán, Sinaloa    7/8/2010    1 rifle
Sinaloa de Leyva, Sinaloa    8/1/2010    1 rifle Barret calibre .50
El Naranjo, Sinaloa    8/14/2010    1 rifle
Culiacán, Sinaloa    1/25/2011    1 rifle calibre 7.62

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