lunes, 15 de septiembre de 2014

LOS SECRETOS DE MARÍA FERRÉ



Como un baño de agua helada cayó sobre la clase empresarial culiche la noticia de que uno de sus connotados miembros, Ignacio Muñoz Orozco, ex presidente de la Canaco local y dueño de la cadena de tiendas de ropa María Ferré, está siendo perseguido por el gobierno norteamericano acusado de lavado de dinero y delitos fiscales. Fue jefe de la oficina de la SEDESOL con Heriberto Félix Guerra, colaborador de Josefina Vázquez Mota durante la campaña presidencial, y ahora es asesor del alcalde de Quito, Ecuador, Mauricio Rodas, en materia de estancias infantiles. Esta es la historia.

En un operativo sin precedente, cerca de mil agentes de la DEA, ICE, FBI, HIS y del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles (LASD), cercaron el miércoles pasado el área conocida como Distrito de Moda, en el centro de esa ciudad, en busca de quien la DEA considera “uno los principales lavadores de dinero del Cártel de Sinaloa”.

Se trata de Luis Ignacio Muñoz Orozco, ex presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Culiacán y ex jefe de la oficina del Secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.

De acuerdo al Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), el objetivo era desmantelar una red perteneciente a Muñoz Orozco, quien se cree tenía años lavando dinero para el Cártel de Sinaloa.

El cateo dio como resultado nueve personas arrestadas en el interior de varios almacenes de ropa localizados en esa zona, además de confiscarse más de 75 millones de dólares en efectivo, presuntamente pertenecientes al Cártel de Sinaloa.

El operativo obedecía a una orden de arresto en contra de Muñoz Orozco, de 50 años de edad, luego de una investigación encubierta que desde finales de 2012 realizaba el Departamento del Tesoro de Estados Unidos junto a la DEA y el FBI, y la cual destapó una cloaca que involucraba a Muñoz Orozco, quien supuestamente utilizaba una cadena de ropa de su propiedad para lavarle dinero al Cártel de Sinaloa.

“Se trata de una red de lavado de dinero que desde hacía años operaba en el Distrito de Moda del centro de Los Ángeles, y el objetivo ahora es atrapar a esta persona y a todos aquellos que estén involucrados en el lavado de dinero”, dijo Robert E Dugdale, fiscal especial del USDOJ en Los Ángeles.



SALIDOS A LA LUZ

Según el expediente CR-14-00372, radicado en una corte del Distrito Central de California, todo empezó a mediados de septiembre de 2012, cuando a un distribuidor de droga del Cártel de Sinaloa en California le decomisaron 100 kilogramos de cocaína que pertenecían a gente de Sinaloa.

Dos individuos, identificados únicamente con las iniciales de A.F. alias el Ruso, y A.O. alias el Polo, reclamaron a su distribuidor la pérdida de la droga, comprometiéndose éste a pagar el valor de la mercancía incautada.

Pero al no pagar su distribuidor el valor de la droga, el Ruso y el Polo, señala el expediente, lo levantaron y se lo llevaron a un rancho de Culiacán Sinaloa, desde donde se comunicaron con su familia para exigirles el pago del dinero.

Los familiares del levantado, quien es de origen estadounidense, temiendo lo peor, notificaron a las autoridades de ese país del plagio, iniciándose una investigación que habría de concluir que tanto el Polo como el Ruso realizaban operaciones de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa, mediante Casas de Cambio y a través de una cadena de ropa localizada en Culiacán, conocida como María Ferré.

“Estas dos personas (el Polo y el Ruso) se encuentran prófugas, pero al comunicarse con la familia del distribuidor de droga del Cártel de Sinaloa, les exigieron un pago de 100 mil dólares, y al acceder éstos a pagar, el Polo y el Ruso les dieron entonces instrucciones para que llevaran el dinero al almacén de Q.T. Fashion”, explica el documento.

El 14 de diciembre de 2012, uno de los acusados Sang Park, recibió a los familiares del distribuidor secuestrado en un cuarto trasero de QT Fashion, localizado en la calle 12 y Maple del centro de Los Ángeles, para recibir los primeros 100 mil dólares de la deuda.

Daisy Corrales Estrada, de 30 años y originaria de Culiacán, Sinaloa, empleada de Orozco Muñoz en sus tiendas María Ferré, envió un correo electrónico a QT Fashion para establecer cómo los 100 mil dólares recibidos se habrían de distribuir, puesto que todo saldría a nombre de la empresa María Ferré y obedecía a las necesidades de mercancía que la tienda tenía.

Las demandas de dinero en contra de los familiares del distribuidor de droga continuaron, y siempre se hizo una entrega personal en los almacenes de QT Fashion, y siempre se utilizó ese dinero para que María Ferré adquiriera mercancía, transacciones que ejecutó Daysi Corrales, quién decía “que tipo de ropa mandar”.

En tanto en Culiacán, el otro de los acusados era el contador de María Ferré, Armando Arturo Chávez Gamboa, de 43 años de edad, quien se encargaba de hacer todo el papeleo para que “legalmente”, todo estuviera bien. De acuerdo a la acusación en la Corte, al igual que Daysi Estrada, el contador (también prófugo), sabía de dónde provenía el dinero.

Por su parte los familiares del distribuidor, al no poder más con la deuda, acudieron ante las autoridades de Estados Unidos para solicitarles apoyo, iniciando así la investigación que dio primero con QT Fashion, y posteriormente con la empresa María Ferré, aunque para entonces el distribuidor ya estaba a punto de ser liberado.

No obstante la investigación del USDOJ continuó, descubriendo entonces que la empresa María Ferré había contratado a una persona en Los Ángeles, José Isabel Gómez Arreola, para cambiar las etiquetas de ropa que se adquirían en China, y entonces ponerles etiquetas de “Made in USA”, y así obtener el beneficio de los acuerdos de libre comercio que existe entre México y Estados Unidos.

Pero la investigación no paraba ahí, dado que, al entrar en el distrito de la moda en el centro de Los Ángeles, la policía habría de descubrir cómo empresarios mexicanos utilizaban negocios en esos distritos para lavar dinero obtenido de la venta de cocaína, heroína y metanfetaminas, a través de mercancía que era enviada de Estados Unidos a México, como era el caso de QT Fashion, quien recibió el pago de una deuda de droga, y con ese dinero adquirió mercancía para su tienda en Culiacán, Sinaloa, México.


Todas las transacciones, agrega el documento, eran realizadas por intermediarios, que luego de vender los bienes en México, entregaban el dinero correspondiente a los cárteles, y era demasiado claro que los dueños estaban enterados.

De esto modo, el dinero proveniente de la venta de drogas no salía de Estados Unidos sino que era usado para comprar más bienes, y así completar el círculo del lavado del dinero, de acuerdo con las autoridades.

Interrogado el USDOJ sobre qué fracción del Cartel de Sinaloa estaba involucrada en ese Distrito, Dugdale, dijo que había muchos involucrados, pero que de momento no podía dar nombres ni más detalles porque la investigación continuaba, y había personas prófugas.

No obstante, establecen documentos del USDOJ, que “es demasiado obvio que desde una fecha desconocida Orozco Muñoz, junto a Daisy Estrada, y Chávez Gamboa estaban enterados de lo que estaba ocurriendo, y deliberadamente continuaron conspirando contra Estados Unidos en cuanto a delitos como la falsificación del origen de mercancía, y lavado de dinero.

“Hay lavado de dinero, como puede notarse, y no sólo al usar dinero para comprar bienes aquí mismo en Estados Unidos, para posteriormente enviarse a México, también en lo que se refiere a casas de cambio, uno de los métodos más antiguos en lo que a lavado de dinero se refiere.

“Pero con el dinero incautado el miércoles, y el desmantelamiento de esos negocios lavadores de dinero, se va a crear un enorme hoyo en las operaciones de estas organizaciones criminales transnacionales, y es evidente que va a debilitarlos de manera significativa”, dijo Kamala Harris, Procuradora General de California.

Según las autoridades, Los Ángeles tiene años convertido en el “epicentro” del lavado de dinero del narcotráfico, sobretodo el Distrito de Modas y otras zonas financieras con gran presencia hispana, que han servido para lavar dinero desde hace mucho tiempo.


LO QUE EU NO DIJO

Muñoz Orozco fungió como jefe de la oficina del secretario de Desarrollo Social en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, el también sinaloense Heriberto Félix Guerra. Se encargaba de la operación de los programas de la Secretaría y de los asuntos financieros ordenados por el titular.

Renunció a ese cargo en enero de 2012 para integrarse a la campaña de Josefina Vázquez Mota, por la presidencia de la República. Al perder Josefina Vázquez la elección, Muñoz Orozco se alejó de la administración pública y se volvió a saber de él este año.

Un amigo ecuatoriano que había conocido en la SEDESOL, Mauricio Esteban Rodas Espinel, ganó en febrero pasado la alcaldía de Quito y lo invitó a colaborar con él en el rubro de las estancias infantiles que en SEDESOL habían tenido cierto éxito.

Pero no se fue solo. Como el alcalde le dijo que quería construir al menos 200 estancias infantiles en Quito, éste se llevó a la que fue directora de Estancias Infantiles de SEDESOL con Félix Guerra, Joanna Cristo y a la subdirectora de la misma área, Gabriela Segura.

En Culiacán, Ignacio Muñoz fue presidente de la CANACO local de 1991 a 2001 y en esos tiempos, dicen quienes estuvieron con él en la cámara, era un pequeño empresario en quiebra.
De acuerdo al gobierno de los Estados Unidos, se le está buscando en México.

Sus tiendas, María Ferré totalizan 31 establecimientos a nivel nacional, ocho de ellas en Culiacán.

Otras empresas involucradas en la demanda son Pacific Eurotex, QT Maternity and Andres Fashion, Yili Underwear y Gayima Underwear de Los Ángeles.

(RIODOCE/ por Miguel Ángel Vega/ septiembre 14, 2014)


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