Como
un baño de agua helada cayó sobre la clase empresarial culiche la noticia de
que uno de sus connotados miembros, Ignacio Muñoz Orozco, ex presidente de la
Canaco local y dueño de la cadena de tiendas de ropa María Ferré, está siendo
perseguido por el gobierno norteamericano acusado de lavado de dinero y delitos
fiscales. Fue jefe de la oficina de la SEDESOL con Heriberto Félix Guerra,
colaborador de Josefina Vázquez Mota durante la campaña presidencial, y ahora
es asesor del alcalde de Quito, Ecuador, Mauricio Rodas, en materia de
estancias infantiles. Esta es la historia.
En
un operativo sin precedente, cerca de mil agentes de la DEA, ICE, FBI, HIS y
del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles (LASD), cercaron el
miércoles pasado el área conocida como Distrito de Moda, en el centro de esa
ciudad, en busca de quien la DEA considera “uno los principales lavadores de
dinero del Cártel de Sinaloa”.
Se
trata de Luis Ignacio Muñoz Orozco, ex presidente de la Cámara Nacional de
Comercio de Culiacán y ex jefe de la oficina del Secretario de Desarrollo
Social, Heriberto Félix Guerra, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
De
acuerdo al Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), el objetivo era
desmantelar una red perteneciente a Muñoz Orozco, quien se cree tenía años
lavando dinero para el Cártel de Sinaloa.
El
cateo dio como resultado nueve personas arrestadas en el interior de varios
almacenes de ropa localizados en esa zona, además de confiscarse más de 75
millones de dólares en efectivo, presuntamente pertenecientes al Cártel de
Sinaloa.
El
operativo obedecía a una orden de arresto en contra de Muñoz Orozco, de 50 años
de edad, luego de una investigación encubierta que desde finales de 2012
realizaba el Departamento del Tesoro de Estados Unidos junto a la DEA y el FBI,
y la cual destapó una cloaca que involucraba a Muñoz Orozco, quien
supuestamente utilizaba una cadena de ropa de su propiedad para lavarle dinero
al Cártel de Sinaloa.
“Se
trata de una red de lavado de dinero que desde hacía años operaba en el
Distrito de Moda del centro de Los Ángeles, y el objetivo ahora es atrapar a
esta persona y a todos aquellos que estén involucrados en el lavado de dinero”,
dijo Robert E Dugdale, fiscal especial del USDOJ en Los Ángeles.
SALIDOS A LA LUZ
Según
el expediente CR-14-00372, radicado en una corte del Distrito Central de
California, todo empezó a mediados de septiembre de 2012, cuando a un
distribuidor de droga del Cártel de Sinaloa en California le decomisaron 100
kilogramos de cocaína que pertenecían a gente de Sinaloa.
Dos
individuos, identificados únicamente con las iniciales de A.F. alias el Ruso, y
A.O. alias el Polo, reclamaron a su distribuidor la pérdida de la droga,
comprometiéndose éste a pagar el valor de la mercancía incautada.
Pero
al no pagar su distribuidor el valor de la droga, el Ruso y el Polo, señala el
expediente, lo levantaron y se lo llevaron a un rancho de Culiacán Sinaloa,
desde donde se comunicaron con su familia para exigirles el pago del dinero.
Los
familiares del levantado, quien es de origen estadounidense, temiendo lo peor,
notificaron a las autoridades de ese país del plagio, iniciándose una
investigación que habría de concluir que tanto el Polo como el Ruso realizaban
operaciones de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa, mediante Casas de
Cambio y a través de una cadena de ropa localizada en Culiacán, conocida como
María Ferré.
“Estas
dos personas (el Polo y el Ruso) se encuentran prófugas, pero al comunicarse
con la familia del distribuidor de droga del Cártel de Sinaloa, les exigieron
un pago de 100 mil dólares, y al acceder éstos a pagar, el Polo y el Ruso les
dieron entonces instrucciones para que llevaran el dinero al almacén de Q.T.
Fashion”, explica el documento.
El
14 de diciembre de 2012, uno de los acusados Sang Park, recibió a los
familiares del distribuidor secuestrado en un cuarto trasero de QT Fashion,
localizado en la calle 12 y Maple del centro de Los Ángeles, para recibir los
primeros 100 mil dólares de la deuda.
Daisy
Corrales Estrada, de 30 años y originaria de Culiacán, Sinaloa, empleada de
Orozco Muñoz en sus tiendas María Ferré, envió un correo electrónico a QT
Fashion para establecer cómo los 100 mil dólares recibidos se habrían de
distribuir, puesto que todo saldría a nombre de la empresa María Ferré y
obedecía a las necesidades de mercancía que la tienda tenía.
Las
demandas de dinero en contra de los familiares del distribuidor de droga
continuaron, y siempre se hizo una entrega personal en los almacenes de QT
Fashion, y siempre se utilizó ese dinero para que María Ferré adquiriera
mercancía, transacciones que ejecutó Daysi Corrales, quién decía “que tipo de
ropa mandar”.
En
tanto en Culiacán, el otro de los acusados era el contador de María Ferré,
Armando Arturo Chávez Gamboa, de 43 años de edad, quien se encargaba de hacer
todo el papeleo para que “legalmente”, todo estuviera bien. De acuerdo a la
acusación en la Corte, al igual que Daysi Estrada, el contador (también
prófugo), sabía de dónde provenía el dinero.
Por
su parte los familiares del distribuidor, al no poder más con la deuda,
acudieron ante las autoridades de Estados Unidos para solicitarles apoyo,
iniciando así la investigación que dio primero con QT Fashion, y posteriormente
con la empresa María Ferré, aunque para entonces el distribuidor ya estaba a
punto de ser liberado.
No
obstante la investigación del USDOJ continuó, descubriendo entonces que la
empresa María Ferré había contratado a una persona en Los Ángeles, José Isabel
Gómez Arreola, para cambiar las etiquetas de ropa que se adquirían en China, y
entonces ponerles etiquetas de “Made in USA”, y así obtener el beneficio de los
acuerdos de libre comercio que existe entre México y Estados Unidos.
Pero
la investigación no paraba ahí, dado que, al entrar en el distrito de la moda
en el centro de Los Ángeles, la policía habría de descubrir cómo empresarios
mexicanos utilizaban negocios en esos distritos para lavar dinero obtenido de
la venta de cocaína, heroína y metanfetaminas, a través de mercancía que era
enviada de Estados Unidos a México, como era el caso de QT Fashion, quien
recibió el pago de una deuda de droga, y con ese dinero adquirió mercancía para
su tienda en Culiacán, Sinaloa, México.
Todas
las transacciones, agrega el documento, eran realizadas por intermediarios, que
luego de vender los bienes en México, entregaban el dinero correspondiente a
los cárteles, y era demasiado claro que los dueños estaban enterados.
De
esto modo, el dinero proveniente de la venta de drogas no salía de Estados
Unidos sino que era usado para comprar más bienes, y así completar el círculo
del lavado del dinero, de acuerdo con las autoridades.
Interrogado
el USDOJ sobre qué fracción del Cartel de Sinaloa estaba involucrada en ese
Distrito, Dugdale, dijo que había muchos involucrados, pero que de momento no
podía dar nombres ni más detalles porque la investigación continuaba, y había
personas prófugas.
No
obstante, establecen documentos del USDOJ, que “es demasiado obvio que desde
una fecha desconocida Orozco Muñoz, junto a Daisy Estrada, y Chávez Gamboa
estaban enterados de lo que estaba ocurriendo, y deliberadamente continuaron
conspirando contra Estados Unidos en cuanto a delitos como la falsificación del
origen de mercancía, y lavado de dinero.
“Hay
lavado de dinero, como puede notarse, y no sólo al usar dinero para comprar
bienes aquí mismo en Estados Unidos, para posteriormente enviarse a México,
también en lo que se refiere a casas de cambio, uno de los métodos más antiguos
en lo que a lavado de dinero se refiere.
“Pero
con el dinero incautado el miércoles, y el desmantelamiento de esos negocios
lavadores de dinero, se va a crear un enorme hoyo en las operaciones de estas
organizaciones criminales transnacionales, y es evidente que va a debilitarlos
de manera significativa”, dijo Kamala Harris, Procuradora General de
California.
Según
las autoridades, Los Ángeles tiene años convertido en el “epicentro” del lavado
de dinero del narcotráfico, sobretodo el Distrito de Modas y otras zonas
financieras con gran presencia hispana, que han servido para lavar dinero desde
hace mucho tiempo.
LO QUE EU NO DIJO
Muñoz
Orozco fungió como jefe de la oficina del secretario de Desarrollo Social en el
gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, el también sinaloense Heriberto Félix
Guerra. Se encargaba de la operación de los programas de la Secretaría y de los
asuntos financieros ordenados por el titular.
Renunció
a ese cargo en enero de 2012 para integrarse a la campaña de Josefina Vázquez
Mota, por la presidencia de la República. Al perder Josefina Vázquez la
elección, Muñoz Orozco se alejó de la administración pública y se volvió a
saber de él este año.
Un
amigo ecuatoriano que había conocido en la SEDESOL, Mauricio Esteban Rodas
Espinel, ganó en febrero pasado la alcaldía de Quito y lo invitó a colaborar
con él en el rubro de las estancias infantiles que en SEDESOL habían tenido
cierto éxito.
Pero
no se fue solo. Como el alcalde le dijo que quería construir al menos 200
estancias infantiles en Quito, éste se llevó a la que fue directora de
Estancias Infantiles de SEDESOL con Félix Guerra, Joanna Cristo y a la
subdirectora de la misma área, Gabriela Segura.
En
Culiacán, Ignacio Muñoz fue presidente de la CANACO local de 1991 a 2001 y en
esos tiempos, dicen quienes estuvieron con él en la cámara, era un pequeño
empresario en quiebra.
De
acuerdo al gobierno de los Estados Unidos, se le está buscando en México.
Sus
tiendas, María Ferré totalizan 31 establecimientos a nivel nacional, ocho de
ellas en Culiacán.
Otras
empresas involucradas en la demanda son Pacific Eurotex, QT Maternity and
Andres Fashion, Yili Underwear y Gayima Underwear de Los Ángeles.
(RIODOCE/
por Miguel Ángel Vega/ septiembre 14, 2014)
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