Entre
reacomodos, relevos obligados, pleitos entre células y familias de
narcotraficantes, suman más de 545 muertos en el estado en el transcurso de
2014. En el contexto, una Procuraduría Estatal apática y en negación,
corporaciones municipales corrompidas en la base, y ex policías como operadores
criminales. En Mexicali aparece un nuevo cabecilla delictivo
El
domingo 7 de septiembre, en Mexicali, el dependiente de una tienda de abarrotes
murió en el Hospital General. Era el tercer trabajador baleado en condiciones
similares en la semana en la capital del estado.
El
lunes 8 de septiembre los niveles de violencia no mejoraron, cinco asesinatos
en Tijuana, incluidos un incinerado y un desmembrado; otros cuatro homicidios
se sumaron el martes 9 de septiembre, y un cadáver despedazado se localizó en
Ensenada el lunes. Según los primeros datos periciales, habría muerto más de 12
meses atrás.
78
asesinatos en enero, 75 en febrero, 65 en marzo, 61 en abril, 51 en mayo, 77 en
junio, 56 en julio, 58 en agosto y 24 muertes violentas en los primeros días de
septiembre. Un total de 545 homicidios dolosos entre el 1 de enero y el
miércoles 10 de septiembre de 2014 en Baja California.
Además,
los ataques a policías podrían continuar, dado que en las primeras
indagatorias, algunos criminales detenidos han manifestado que tienen
instrucciones de por lo menos uno de los cabecillas del narcotráfico en la
ciudad -Alfonso Lira “El Atlante”- de no permitir su captura.
“No
les ordenaron específicamente matar policías, solo no dejarse atrapar, y ellos,
al fin criminales y la mayoría adictos,
están interpretando”, explicó un investigador del Consejo Estatal de
Seguridad.
En
cuanto al hecho que ya no son los líderes de tráfico, sino los narco-poquiteros
los que están decidiendo sin “pedir permiso” atacar a las autoridades, agregó:
“No solo se está combatiendo y deteniendo a los vendedores de la esquina, se
están atacando tienditas, así que estamos hablando de decomisos de 15 a 50
dosis que si el tiendero pierde, tiene que pagar. Y paga o lo matan, eso está
sucediendo, por eso están reaccionando”.
Otros
están vendiendo dosis de medio gramo o le meten sal en lugar de cristal a los
globitos, para tener ganancia. Los jefes se dan cuenta y los matan.
“Además,
algunos han comentado que se les han acercado policías que les quitan el dinero
y la droga diciendo que trabajan para otro líder criminal, se los quitan porque
no están pagando plaza. Otros han asegurado que son apoyados por la Policía
Ministerial y tienen instrucciones de callar hasta llegar a la PGJE, porque de
ahí los van a sacar sin problemas”, refirió la fuente.
Con
relación a este punto, agentes municipales reportaron a sus superiores que el
28 de agosto de 2014, en el incidente donde dos hombres privados de la libertad
y tirados, dados por muertos en Villas de Baja California en Tijuana,
sospechosamente, un agente ministerial fue el primero en llegar, y agresivo,
intentó impedir que los oficiales hablaran con una de las víctimas que había
quedado con vida, para que aportara información que permitiera buscar a sus
victimarios.
Considerando
los homicidios de julio, agosto y lo que va de septiembre, el coordinador de
Homicidios en la Procuraduría del Estado, Miguel Ángel Guerrero, estimó que el
75 por ciento de los casos han estado relacionados con narcomenudeo. “Se están
matando entre miembros de las mismas célula por dos razones: deudas -incluso de
2 mil pesos- o porque un jefe criminal
buscado, que había huido a otro estado, regresa e intenta recuperar lo que dejó
encargado, y no se lo quieren regresar”.
LAS GUERRITAS
El
tema de las rivalidades internas ya fue expuesto en meses anteriores por el
secretario de Seguridad Pública, Daniel de la Rosa, al referir la pugna entre
los primos de Raydel López Uriarte “El Muletas”, el pleito entre los
consanguíneos José Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas” y Francisco Javier
Mendoza Uriarte “El Chapito”, que según las autoridades, llevan más de seis
meses enfrentados y siendo la causa de la mayoría de los asesinatos en Camino
Verde, Sánchez Taboada, Los Pinos, Villas y Reforma, hasta el Cañón del Sainz
en Tijuana.
Luís
Mendoza fue liberado en diciembre de 2012, y en marzo de 2013 -hace 15 meses-,
la Subprocuraduría contra la Delincuencia Organizada en Baja California anunció
que estaba integrando expedientes y había solicitado órdenes de aprehensión en
contra de este cabecilla, a quien le imputaban por lo menos 40 homicidios
cometidos en 2013, pero él y su primo,
sobre quien también pesan órdenes de aprehensión, continúan libres.
Además
de la pugna de sangre de Los Uriarte, a la inseguridad de Tijuana le abonan los
pleitos entre otras células del Cártel de Sinaloa.
Conforme
a los reportes de inteligencia del Grupo Coordinación, se trata de luchas
territoriales:
EN TIJUANA
Una
de las pugnas es entre “Los Aquiles” de Alfonso Arzate García -con orden de
aprehensión-, su hermano René, su compadre y jefe de escoltas Abelardo Arzate
“El Mostro”, éstos contra un escindido Alfonso Lira “El Atlante” que sin
declararse abiertamente separado, ataca a sus ex compañeros de delitos “porque
quiere extender su imperio, han declarado algunos detenidos”, detalló un
investigador.
“Estaba
en la Zona Este de Tijuana, después la Obrera, el Centro; ahora está metiendo
cuñas a su gente en todos los territorios”.
Para
evitar ser detenidos, los hermanos Arzate se trasladaron a Sinaloa y empezaron
a dirigir a larga distancia. De hecho las autoridades señalan que uno de los
servidores “más fieles” a “Los Aquiles” y con territorios de control más
amplios, identificado como “El Tribi”,
se cambió con “El Atlante” , “pero esto es según las declaraciones de los
detenidos, que se deben tomar con cautela e investigar” explicó un oficial.
De
acuerdo con las autoridades, “El Tribi” sería el jefe delictivo de Pedro Olivas
Sánchez “El Olivas”, el hombre deportado con antecedentes por tráfico de droga
en Estados Unidos que el 27 de agosto se enfrentó a balazos al policía
municipal Gustavo Cervantes Rangel, y ambos murieron.
Todas
las autoridades incluidas en el Grupo Coordinación coinciden al referir que
detención tras detención, se robustece la versión de que Alfonso Lira habría
realizado acuerdos con las células remanentes de Cártel Arellano Félix y
aumentando su equipo de homicidas, reclutando deportados y mexicoamericanos
para controlar específicamente la zona de Otay y la franja que hace frontera
con Estados Unidos.
“Ahora
no se sabe quién es quién, porque preguntamos y nos preguntan, y todos
trabajamos para ‘El Aquiles’, y de repente llegan otros -delincuentes-, nos
preguntan, les decimos y resulta que no. Nos quitan el producto, nos
amenazan y nos advierten que debemos
pagar plaza a los Arzate” declaró respecto al crimen desorganizado, el hombre
detenido con heroína blanca el 3 de septiembre, en la Zona Este de la ciudad.
Las
autoridades plantean que también los grupos de José Antonio Soto “El Tigre”
estarían peleando con “Los Aquiles” y “Los Atlantes”, por eso sacaron de la
cárcel a Los Erres” (detenido en enero de 2010) en julio de 2014.
Uno
de los hombres de este grupo -identificados por el Grupo Coordinación como
secuestradores y sicarios-, Arturo Odilón Juárez Ramírez “El Halcón”, fue
reaprehendido en compañía de otro sujeto el 5 de septiembre en la colonia Los Altos,
Delegación Playas de Tijuana, por elementos del Ejército y la Policía
Municipal, en posesión de una pistola escuadra calibre 45 con seis tiros en el
cargador, tres más en la bolsa del pantalón y diez dosis de cristal. Los
presentaron como secuestradores, pero la fiscalía estatal los envió a la
Procuraduría General de la República (PGR) solo por la posesión del arma y la
droga, delitos por los que alcanzarán su libertad en corto tiempo.
“El arma sí salió positiva en un homicidio,
pero cometido en diciembre de 2012, cuando (Juárez) estaba preso, así que no
pudo ser él, no encontramos nada que los vinculara a secuestros recientes”,
justificaron en el Estado.
Este
grupo de Soto delinque bajo las órdenes secundarias de Javier (Pedro) Beltrán
“El Javi” en la zona de Los Altos,
Lomas, Palomeras, Potros, Milenio Salvatierra y Xicoténcatl en Tijuana.
Por
debajo de él, según las autoridades, en este momento están Dalia Rodelo “La
Prima” y Julián López “El Chino”, corresponsables del homicidio del entonces
director del Instituto Municipal del Deporte Municipal en Tijuana, Arturo
Hachadur Kaloyán, ocurrido el 16 de diciembre de 2013 en la delegación La
Mesa.
Conforme
a las primeras indagatorias, Rodelo y López también son los jefes delictivos de
“El Eligio”, quien encabeza un grupo de vendedores de drogas en San Antonio de
los Buenos, y presuntamente ordenó el asesinato fallido del oficial municipal
Marco Antonio Vidal Gracia, la tarde del 4 de septiembre de 2014.
Contrario
a lo expresado por el secretario de seguridad municipal, Alejandro Lares, el
uniformado sí había sido amenazado siete días antes, el viernes 29 de agosto.
Uno de los detenidos con varias dosis de droga le advirtió: “’El Calilla’ ya te
trae…trucha”, sin embargo, por recibir muchas advertencias similares a diario,
el agente no lo consideró peligroso.
Versiones
extraoficiales dentro y fuera de la Policía Municipal indican que el agresor
fallido de Vidal, es el hombre obeso cuyo cadáver apareció la mañana del sábado
6 de septiembre en el fraccionamiento Quintas del Cedro, asesinado a tiros. En
cuanto a sus agresores, las versiones son divididas. Al interior de la Policía,
algunos aseguran que el hombre fue detenido por policías antes de ser
asesinado, y otro grupo afirma que sus jefes criminales lo mataron por no
cumplir la orden efectivamente. La Procuraduría no tiene reporte al respecto,
ni línea de investigación oficial.
En
cuanto a la pugna en la zona noroeste de la ciudad, también es interna, según
los detenidos que se enfrentaron a balazos con la Policía Municipal el 29 de
agosto de 2014 en la colonia Miramar. Señalan como jefe a “El Rulas”, unos lo
mencionan como Raúl Miranda Ordaz y otros como Raúl Puga; de igual manera,
sostienen que acude con frecuencia al ISSSTE, pero no aclaran si como empelado
o como usuario.
Ahí
el pleito es entre gente del mismo grupo. Ismael Sayula “El Pollo” y Jorge Hernández, que no se identifica con
ningún apodo, sin embargo, el resto de los detenidos declararon que fue un
pleito entre “El Pollo” y “El Duende”, este último, no saben “para quién
trabaja”.
Para
contextualizar el motivo de los enfrentamientos y homicidios, está la
declaración de Hernández: “Tengo seis meses que regresé y -Sayula- sintió que
lo estaba desplazando… ‘El Pollo’ es de mi gente, pero el bato quería quitarme
el puesto. Tenemos broncas desde hace tres meses porque el bato es envidioso y
traicionero”.
Al
final todos terminaron diciendo que era un pleito interno, que ninguno tuvo
intención de disparar a los policías, pero se atravesaron en una balacera de
casa a casa.
EN MEXICALI
En
la capital del estado las opiniones están divididas, y exponen la ausencia de
coordinación:
Mientras
en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado consideran que las muertes son
por el enfrentamiento entre grupos que sirven a José Antonio Soto Gastélum “El
Tigre” -como los recién liberados ‘Erres’- y las células de Los Beltrán Leyva,
que no han perdido presencia en la capital bajacaliforniana.
En
la Procuraduría del Estado afirman que Soto salió de Mexicali a Sinaloa y
después regresó a Tijuana, que en Mexicali no está peleando nada, y los
homicidios se deben a la llegada de un nuevo jefe que está reordenando las células.
Manifiestan
que este hombre representa ahora a Cenobio Flores Pacheco, alias Luis Fernando
Castro Villa “El Checo”. Este nuevo cabecilla criminal también fue identificado
por elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado, sin embargo, ellos
destacaron que no pueden confirmar que esté posicionado como representante de
“El Checo”.
Hasta
el momento, este presunto jefe delictivo solo ha sido identificado como “El
Kike”, presumen que se llama “Enrique Hernández o Fernández, pero aún
investigamos”.
De Ensenada,
lo único que han mencionado los detenidos es que toda la mercancía les
está llegando por el Valle y la costa del municipio porteño, y que se está trasladando
sin problemas hacia Tecate, Tijuana y Rosarito.
NEGACIÓN Y CORRUPCIÓN
De
acuerdo al registro de los homicidios que aparecen en prensa, ZETA contabilizó
62 muertos en agosto y la Procuraduría tiene 58. Los primeros diez días de
septiembre, los periódicos locales reportaron 25 muertes violentas, y la Procuraduría, en este
último caso por ejemplo, no incluyó en sus números el cadáver descompuesto
localizado en Punta Colonet, en Ensenada.
Ante
esta discordancia, la prensa ignora el
número real de homicidios, ya que no todas las muertes violentas se reportan
públicamente.
El
ejemplo más reciente y notorio de la táctica desinformativa, fue el caso del
asesinato de Adriana, una adolescente de14 años cuyo cuerpo se encontró en la
carretera Tijuana-Tecate el 25 de agosto, con 90 cuchilladas. La prensa lo hizo
público hasta el 29 de agosto, cuando la PGJE citó a conferencia de prensa para
anunciar la captura del homicida.
—
¿Por qué escondieron ese homicidio? ¿Qué pasa si no detienen al asesino?, se cuestionó
a uno de los jefes investigadores.
“Nosotros
remitimos en tiempo y forma el reporte a Mexicali a comunicación, allá deciden
qué hacen”, fue la respuesta.
Así,
inmersa en “La Nueva Narrativa en Materia de Seguridad” dictada por el gobierno
de Enrique Peña Nieto desde 2013, la procuradora del Estado, Perla Ibarra,
aprovechó para hablar de la disminución de homicidios en la entidad en un 7.5
por ciento, en relación con 2013. Estaba frente a los integrantes del Colegio
de Abogados a principios de la presente semana.
“Han
decrecido los números en casi todos los delitos, a excepción del robo a
comercio, que ha tenido un ligero repunte. Entre los delitos que han disminuido
está el robo de vehículo en un dos por ciento con respecto al año anterior”,
puntualiza un boletín oficial.
En
la misma narrativa de negación, entrevista tras entrevista, el secretario de
Seguridad Pública de Tijuana afirma que todo está bien. Alejandro Lares admite
que sus agentes no son santos, y los actos de corrupción pueden suceder, pero
continúa defendiendo a su Policía. Insiste en que no hay una contaminación
generalizada.
En
tanto, en la tropa la visión es otra, sobre todo a partir de la tarde del 3 de
septiembre, cuando homicidas de un grupo de narcomenudistas intentaron matar al
policía Marco Antonio Vidal Gracia. Por negarse a liberar a vendedores de
droga, lo habían amenazado el 29 de agosto.
El
día que lo balearon, “…es seguro que alguien de la delegación lo puso”,
mencionaron uniformados, y por su teléfono celular, se pudo saber que con él último miembro de la
corporación con el que habló antes del ataque fue un supervisor de la
delegación, de apellido Garibay. Eso provocó que los oficiales afectados
decidieran hablar del resto de sus compañeros que “andan mal”.
Del
supervisor, pidieron que lo investigaran porque según los criminales que se les
enfrentan, tiene acuerdo para proteger
las tienditas del Ejido Cárdenas, lo mismo que otros uniformados de apellidos
Cuenca y Huerta, pero en otras colonias de la delegación. “El problema no son
los jefes… todavía, los metidos son los de abajo”.
Y
señalan, “… también hay (policías) estatales y ministeriales metidos, y se va
aponer peor si no hacen algo ya”.
Miembros
de las corporaciones locales fueron más precisos. Mencionaron a un ex policía
identificado como “Óscar” que opera para “La Rana”, mientras otros uniformados
señalan al ex policía liberado Marco Carrillo de intentar reclutarlos y
amenazarlos: “Ya envió coronas de Flores a los jefes de Centenario, San Antonio
y en El Florido”.
De
igual manera, indican que están revisando señalamientos en contra de otros dos
oficiales, uno identificado como A. Conde y el segundo como C. Martínez.
En
esta guerra de células, en la que se están matando entre delincuentes del mismo
grupo, los investigadores del Consejo Estatal de Seguridad destacan una
coincidencia:
“Cómo
es que, si el patrullaje de parte de la Policía operativa de las delegaciones
en Tijuana en las zonas de conflicto es visible y permanente, cuando asesinan a
alguien, no aparecen. No hemos sabido que les ordenen abrirse, pero simplemente
desaparecen”, fue la declaración del Estado.
“Cuando
se hacen barridos con los grupos especiales de la Municipal, los agentes
delegacionales que deberían cerrar el círculo en los retenes simplemente no
cumplen su función”, refieren desde las fuerzas operativas.
Razón
por la cual ahora no serán considerados como elementos de fiar en los
operativos a ejecutar por el Grupo Coordinación, estrategia que aún siguen
estructurando.
MUERTOS CONECTADOS
Los
asesinatos se relacionan, como el de Arturo Márquez, nombre con el que se
identificó al cadáver desmembrado que se localizó dentro de un tambo azul (el
torso a un lado en una bolsa negra) a las 6:40 am del lunes 8 de septiembre en
la Vía Rápida, en las inmediaciones del Panteón Los Olivos en Tijuana. El
hombre de 42 años había estado en la penitenciaría por robo y actualmente
estaba firmando por delitos de narcomenudeo.
Conforme
a la Procuraduría del Estado, este sujeto estaba relacionado con los dos
hombres que fueron privados de la libertad y tirados en el fraccionamiento Villas
de Baja California el 28 de agosto- uno muerto y el segundo vivo-, y en el
homicidio del abarrotero del fraccionamiento Los Reyes, ocurrido el 25 de
agosto.
“Todos
están relacionados con el movimiento de droga en Camino Verde”, mencionó un
investigador estatal respaldado por elementos de la Municipal.
Caso
similar es el de los hermanos Juárez Avitia. Los cuerpos de Librado y José
Esteban (éste murió al ser trasladado al hospital) fueron localizados dentro de
un auto la noche del 2 de septiembre, en la calle Alcanto de El Florido Cuarta
Sección. La familia informó que les gustaba boxear y eran adictos.
Según
los reportes ministeriales, las primeras entrevistas apuntaron que los hermanos
habían tenido problemas con un vendedor de droga de la zona y esté los había
mandado “levantar para asustarlos”, pero cuando llegaron sus victimarios, se
resistieron y terminaron muertos.
Seis
días después, su hermana Araceli -quien los había identificado- fue abatida a balazos la noche del lunes 8 de
septiembre, en la Plaza Monarca de Tijuana. Su esposo explicó que un grupo de
traficantes la había citado “sola” en el centro comercial para pagarle 17 mil
dólares que le debían por pasar tres cargamentos de droga a Estados Unidos,
pero llegaron y la mataron.
La
mujer de 36 años era masajista, y según la versión de su pareja, ella le
comentó que un mes atrás, unos clientes le habían propuesto un negocio, que
cruzara droga a Estados Unidos, pero de acuerdo a los investigadores, el modus
operandi es poco claro.
A
decir por el hombre, Araceli era la responsable de la droga y por pasarla, le
correspondía un porcentaje. Si la decomisaban, tendría que pagarla. Sin
embargo, para cruzarla debía entregar la droga a otra persona que sus jefes le
indicaban.
Total
que, en la versión de su pareja, la mujer cruzó exitosamente -en tres
ocasiones- dos cargamentos de cristal y uno de cocaína, y su porcentaje de
ganancia era de 17 mil dólares.
“Se
ha detectado que están reclutando gente para que cruce droga y después, en
lugar de pagarles, los matan”, refieren los investigadores.
DECOMISO
Diez
kilómetros adentro de la Carretera Libre Tijuana-Tecate, a la altura del
fraccionamiento El Refugio, la Policía Estatal Preventiva localizó y aseguró un
plantío con 6 mil 400 plantas de marihuana. El operativo, iniciado con una
denuncia ciudadana, se concretó con la puesta en operación del helicóptero de
la corporación.
El
predio se localiza en las coordenadas Latitud N 32.43 160, longitud S 116.79 12
39, y fue asegurado el 11 de septiembre de 2014.
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA/ 15 de Septiembre del 2014 a las 12:00:01)
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