lunes, 15 de septiembre de 2014

GUERRA DE SINALOA EN BAJA CALIFORNIA


Entre reacomodos, relevos obligados, pleitos entre células y familias de narcotraficantes, suman más de 545 muertos en el estado en el transcurso de 2014. En el contexto, una Procuraduría Estatal apática y en negación, corporaciones municipales corrompidas en la base, y ex policías como operadores criminales. En Mexicali aparece un nuevo cabecilla delictivo

El domingo 7 de septiembre, en Mexicali, el dependiente de una tienda de abarrotes murió en el Hospital General. Era el tercer trabajador baleado en condiciones similares en la semana en la capital del estado.

El lunes 8 de septiembre los niveles de violencia no mejoraron, cinco asesinatos en Tijuana, incluidos un incinerado y un desmembrado; otros cuatro homicidios se sumaron el martes 9 de septiembre, y un cadáver despedazado se localizó en Ensenada el lunes. Según los primeros datos periciales, habría muerto más de 12 meses atrás.

78 asesinatos en enero, 75 en febrero, 65 en marzo, 61 en abril, 51 en mayo, 77 en junio, 56 en julio, 58 en agosto y 24 muertes violentas en los primeros días de septiembre. Un total de 545 homicidios dolosos entre el 1 de enero y el miércoles 10 de septiembre de 2014 en Baja California.

Además, los ataques a policías podrían continuar, dado que en las primeras indagatorias, algunos criminales detenidos han manifestado que tienen instrucciones de por lo menos uno de los cabecillas del narcotráfico en la ciudad -Alfonso Lira “El Atlante”- de no permitir su captura.

“No les ordenaron específicamente matar policías, solo no dejarse atrapar, y ellos, al fin criminales y la mayoría adictos,  están interpretando”, explicó un investigador del Consejo Estatal de Seguridad.

En cuanto al hecho que ya no son los líderes de tráfico, sino los narco-poquiteros los que están decidiendo sin “pedir permiso” atacar a las autoridades, agregó: “No solo se está combatiendo y deteniendo a los vendedores de la esquina, se están atacando tienditas, así que estamos hablando de decomisos de 15 a 50 dosis que si el tiendero pierde, tiene que pagar. Y paga o lo matan, eso está sucediendo, por eso están reaccionando”.

Otros están vendiendo dosis de medio gramo o le meten sal en lugar de cristal a los globitos, para tener ganancia. Los jefes se dan cuenta y los matan.

“Además, algunos han comentado que se les han acercado policías que les quitan el dinero y la droga diciendo que trabajan para otro líder criminal, se los quitan porque no están pagando plaza. Otros han asegurado que son apoyados por la Policía Ministerial y tienen instrucciones de callar hasta llegar a la PGJE, porque de ahí los van a sacar sin problemas”, refirió la fuente.

Con relación a este punto, agentes municipales reportaron a sus superiores que el 28 de agosto de 2014, en el incidente donde dos hombres privados de la libertad y tirados, dados por muertos en Villas de Baja California en Tijuana, sospechosamente, un agente ministerial fue el primero en llegar, y agresivo, intentó impedir que los oficiales hablaran con una de las víctimas que había quedado con vida, para que aportara información que permitiera buscar a sus victimarios.

Considerando los homicidios de julio, agosto y lo que va de septiembre, el coordinador de Homicidios en la Procuraduría del Estado, Miguel Ángel Guerrero, estimó que el 75 por ciento de los casos han estado relacionados con narcomenudeo. “Se están matando entre miembros de las mismas célula por dos razones: deudas -incluso de 2 mil pesos-  o porque un jefe criminal buscado, que había huido a otro estado, regresa e intenta recuperar lo que dejó encargado, y no se lo quieren regresar”.

LAS GUERRITAS

El tema de las rivalidades internas ya fue expuesto en meses anteriores por el secretario de Seguridad Pública, Daniel de la Rosa, al referir la pugna entre los primos de Raydel López Uriarte “El Muletas”, el pleito entre los consanguíneos José Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas” y Francisco Javier Mendoza Uriarte “El Chapito”, que según las autoridades, llevan más de seis meses enfrentados y siendo la causa de la mayoría de los asesinatos en Camino Verde, Sánchez Taboada, Los Pinos, Villas y Reforma, hasta el Cañón del Sainz en Tijuana.

Luís Mendoza fue liberado en diciembre de 2012, y en marzo de 2013 -hace 15 meses-, la Subprocuraduría contra la Delincuencia Organizada en Baja California anunció que estaba integrando expedientes y había solicitado órdenes de aprehensión en contra de este cabecilla, a quien le imputaban por lo menos 40 homicidios cometidos en 2013,  pero él y su primo, sobre quien también pesan órdenes de aprehensión, continúan libres.

Además de la pugna de sangre de Los Uriarte, a la inseguridad de Tijuana le abonan los pleitos entre otras células del Cártel de Sinaloa.

Conforme a los reportes de inteligencia del Grupo Coordinación, se trata de luchas territoriales:

EN TIJUANA

Una de las pugnas es entre “Los Aquiles” de Alfonso Arzate García -con orden de aprehensión-, su hermano René, su compadre y jefe de escoltas Abelardo Arzate “El Mostro”, éstos contra un escindido Alfonso Lira “El Atlante” que sin declararse abiertamente separado, ataca a sus ex compañeros de delitos “porque quiere extender su imperio, han declarado algunos detenidos”, detalló un investigador.

“Estaba en la Zona Este de Tijuana, después la Obrera, el Centro; ahora está metiendo cuñas a su gente en todos los territorios”.

Para evitar ser detenidos, los hermanos Arzate se trasladaron a Sinaloa y empezaron a dirigir a larga distancia. De hecho las autoridades señalan que uno de los servidores “más fieles” a “Los Aquiles” y con territorios de control más amplios,  identificado como “El Tribi”, se cambió con “El Atlante” , “pero esto es según las declaraciones de los detenidos, que se deben tomar con cautela e investigar” explicó un oficial.

De acuerdo con las autoridades, “El Tribi” sería el jefe delictivo de Pedro Olivas Sánchez “El Olivas”, el hombre deportado con antecedentes por tráfico de droga en Estados Unidos que el 27 de agosto se enfrentó a balazos al policía municipal Gustavo Cervantes Rangel, y ambos murieron.

Todas las autoridades incluidas en el Grupo Coordinación coinciden al referir que detención tras detención, se robustece la versión de que Alfonso Lira habría realizado acuerdos con las células remanentes de Cártel Arellano Félix y aumentando su equipo de homicidas, reclutando deportados y mexicoamericanos para controlar específicamente la zona de Otay y la franja que hace frontera con Estados Unidos.

“Ahora no se sabe quién es quién, porque preguntamos y nos preguntan, y todos trabajamos para ‘El Aquiles’, y de repente llegan otros -delincuentes-, nos preguntan, les decimos y resulta que no. Nos quitan el producto, nos amenazan  y nos advierten que debemos pagar plaza a los Arzate” declaró respecto al crimen desorganizado, el hombre detenido con heroína blanca el 3 de septiembre, en la Zona Este de la ciudad.

Las autoridades plantean que también los grupos de José Antonio Soto “El Tigre” estarían peleando con “Los Aquiles” y “Los Atlantes”, por eso sacaron de la cárcel a  Los Erres”  (detenido en enero de 2010) en julio de 2014.

Uno de los hombres de este grupo -identificados por el Grupo Coordinación como secuestradores y sicarios-, Arturo Odilón Juárez Ramírez “El Halcón”, fue reaprehendido en compañía de otro sujeto el 5 de septiembre en la colonia Los Altos, Delegación Playas de Tijuana, por elementos del Ejército y la Policía Municipal, en posesión de una pistola escuadra calibre 45 con seis tiros en el cargador, tres más en la bolsa del pantalón y diez dosis de cristal. Los presentaron como secuestradores, pero la fiscalía estatal los envió a la Procuraduría General de la República (PGR) solo por la posesión del arma y la droga, delitos por los que alcanzarán su libertad en corto tiempo.

 “El arma sí salió positiva en un homicidio, pero cometido en diciembre de 2012, cuando (Juárez) estaba preso, así que no pudo ser él, no encontramos nada que los vinculara a secuestros recientes”, justificaron en el Estado.

Este grupo de Soto delinque bajo las órdenes secundarias de Javier (Pedro) Beltrán “El Javi”  en la zona de Los Altos, Lomas, Palomeras, Potros, Milenio Salvatierra y Xicoténcatl en Tijuana.

Por debajo de él, según las autoridades, en este momento están Dalia Rodelo “La Prima” y Julián López “El Chino”, corresponsables del homicidio del entonces director del Instituto Municipal del Deporte Municipal en Tijuana, Arturo Hachadur Kaloyán, ocurrido el 16 de diciembre de 2013 en la delegación La Mesa. 

Conforme a las primeras indagatorias, Rodelo y López también son los jefes delictivos de “El Eligio”, quien encabeza un grupo de vendedores de drogas en San Antonio de los Buenos, y presuntamente ordenó el asesinato fallido del oficial municipal Marco Antonio Vidal Gracia, la tarde del 4 de septiembre de 2014.


Contrario a lo expresado por el secretario de seguridad municipal, Alejandro Lares, el uniformado sí había sido amenazado siete días antes, el viernes 29 de agosto. Uno de los detenidos con varias dosis de droga le advirtió: “’El Calilla’ ya te trae…trucha”, sin embargo, por recibir muchas advertencias similares a diario, el agente no lo consideró peligroso.

Versiones extraoficiales dentro y fuera de la Policía Municipal indican que el agresor fallido de Vidal, es el hombre obeso cuyo cadáver apareció la mañana del sábado 6 de septiembre en el fraccionamiento Quintas del Cedro, asesinado a tiros. En cuanto a sus agresores, las versiones son divididas. Al interior de la Policía, algunos aseguran que el hombre fue detenido por policías antes de ser asesinado, y otro grupo afirma que sus jefes criminales lo mataron por no cumplir la orden efectivamente. La Procuraduría no tiene reporte al respecto, ni línea de investigación oficial.

En cuanto a la pugna en la zona noroeste de la ciudad, también es interna, según los detenidos que se enfrentaron a balazos con la Policía Municipal el 29 de agosto de 2014 en la colonia Miramar. Señalan como jefe a “El Rulas”, unos lo mencionan como Raúl Miranda Ordaz y otros como Raúl Puga; de igual manera, sostienen que acude con frecuencia al ISSSTE, pero no aclaran si como empelado o como usuario.

Ahí el pleito es entre gente del mismo grupo. Ismael Sayula “El Pollo” y  Jorge Hernández, que no se identifica con ningún apodo, sin embargo, el resto de los detenidos declararon que fue un pleito entre “El Pollo” y “El Duende”, este último, no saben “para quién trabaja”.

Para contextualizar el motivo de los enfrentamientos y homicidios, está la declaración de Hernández: “Tengo seis meses que regresé y -Sayula- sintió que lo estaba desplazando… ‘El Pollo’ es de mi gente, pero el bato quería quitarme el puesto. Tenemos broncas desde hace tres meses porque el bato es envidioso y traicionero”.

Al final todos terminaron diciendo que era un pleito interno, que ninguno tuvo intención de disparar a los policías, pero se atravesaron en una balacera de casa a casa.

EN MEXICALI

En la capital del estado las opiniones están divididas, y exponen la ausencia de coordinación:

Mientras en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado consideran que las muertes son por el enfrentamiento entre grupos que sirven a José Antonio Soto Gastélum “El Tigre” -como los recién liberados ‘Erres’- y las células de Los Beltrán Leyva, que no han perdido presencia en la capital bajacaliforniana.

En la Procuraduría del Estado afirman que Soto salió de Mexicali a Sinaloa y después regresó a Tijuana, que en Mexicali no está peleando nada, y los homicidios se deben a la llegada de un nuevo jefe  que está reordenando las células.

Manifiestan que este hombre representa ahora a Cenobio Flores Pacheco, alias Luis Fernando Castro Villa “El Checo”. Este nuevo cabecilla criminal también fue identificado por elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado, sin embargo, ellos destacaron que no pueden confirmar que esté posicionado como representante de “El Checo”.

Hasta el momento, este presunto jefe delictivo solo ha sido identificado como “El Kike”, presumen que se llama “Enrique Hernández o Fernández, pero aún investigamos”.

 De Ensenada,  lo único que han mencionado los detenidos es que toda la mercancía les está llegando por el Valle y la costa del municipio porteño, y que se está trasladando sin problemas hacia Tecate, Tijuana y Rosarito.  
 
NEGACIÓN Y CORRUPCIÓN

De acuerdo al registro de los homicidios que aparecen en prensa, ZETA contabilizó 62 muertos en agosto y la Procuraduría tiene 58. Los primeros diez días de septiembre, los periódicos locales reportaron 25  muertes violentas, y la Procuraduría, en este último caso por ejemplo, no incluyó en sus números el cadáver descompuesto localizado en Punta Colonet, en Ensenada.

Ante esta discordancia,  la prensa ignora el número real de homicidios, ya que no todas las muertes violentas se reportan públicamente.

El ejemplo más reciente y notorio de la táctica desinformativa, fue el caso del asesinato de Adriana, una adolescente de14 años cuyo cuerpo se encontró en la carretera Tijuana-Tecate el 25 de agosto, con 90 cuchilladas. La prensa lo hizo público hasta el 29 de agosto, cuando la PGJE citó a conferencia de prensa para anunciar la captura del homicida.

— ¿Por qué escondieron ese homicidio? ¿Qué pasa si no detienen al asesino?, se cuestionó a uno de los jefes investigadores.

“Nosotros remitimos en tiempo y forma el reporte a Mexicali a comunicación, allá deciden qué hacen”, fue la respuesta.

Así, inmersa en “La Nueva Narrativa en Materia de Seguridad” dictada por el gobierno de Enrique Peña Nieto desde 2013, la procuradora del Estado, Perla Ibarra, aprovechó para hablar de la disminución de homicidios en la entidad en un 7.5 por ciento, en relación con 2013. Estaba frente a los integrantes del Colegio de Abogados a principios de la presente semana.

“Han decrecido los números en casi todos los delitos, a excepción del robo a comercio, que ha tenido un ligero repunte. Entre los delitos que han disminuido está el robo de vehículo en un dos por ciento con respecto al año anterior”, puntualiza un boletín oficial.

En la misma narrativa de negación, entrevista tras entrevista, el secretario de Seguridad Pública de Tijuana afirma que todo está bien. Alejandro Lares admite que sus agentes no son santos, y los actos de corrupción pueden suceder, pero continúa defendiendo a su Policía. Insiste en que no hay una contaminación generalizada.

En tanto, en la tropa la visión es otra, sobre todo a partir de la tarde del 3 de septiembre, cuando homicidas de un grupo de narcomenudistas intentaron matar al policía Marco Antonio Vidal Gracia. Por negarse a liberar a vendedores de droga, lo habían amenazado el 29 de agosto.

El día que lo balearon, “…es seguro que alguien de la delegación lo puso”, mencionaron uniformados, y por su teléfono celular,  se pudo saber que con él último miembro de la corporación con el que habló antes del ataque fue un supervisor de la delegación, de apellido Garibay. Eso provocó que los oficiales afectados decidieran hablar del resto de sus compañeros que “andan mal”.

Del supervisor, pidieron que lo investigaran porque según los criminales que se les enfrentan,  tiene acuerdo para proteger las tienditas del Ejido Cárdenas, lo mismo que otros uniformados de apellidos Cuenca y Huerta, pero en otras colonias de la delegación. “El problema no son los jefes… todavía, los metidos son los de abajo”.

Y señalan, “… también hay (policías) estatales y ministeriales metidos, y se va aponer peor si no hacen algo ya”.

Miembros de las corporaciones locales fueron más precisos. Mencionaron a un ex policía identificado como “Óscar” que opera para “La Rana”, mientras otros uniformados señalan al ex policía liberado Marco Carrillo de intentar reclutarlos y amenazarlos: “Ya envió coronas de Flores a los jefes de Centenario, San Antonio y en El Florido”.

De igual manera, indican que están revisando señalamientos en contra de otros dos oficiales, uno identificado como A. Conde y el segundo como C. Martínez.

En esta guerra de células, en la que se están matando entre delincuentes del mismo grupo, los investigadores del Consejo Estatal de Seguridad destacan una coincidencia:

“Cómo es que, si el patrullaje de parte de la Policía operativa de las delegaciones en Tijuana en las zonas de conflicto es visible y permanente, cuando asesinan a alguien, no aparecen. No hemos sabido que les ordenen abrirse, pero simplemente desaparecen”, fue la declaración del Estado.

“Cuando se hacen barridos con los grupos especiales de la Municipal, los agentes delegacionales que deberían cerrar el círculo en los retenes simplemente no cumplen su función”, refieren desde las fuerzas operativas.

Razón por la cual ahora no serán considerados como elementos de fiar en los operativos a ejecutar por el Grupo Coordinación, estrategia que aún siguen estructurando.

MUERTOS CONECTADOS

Los asesinatos se relacionan, como el de Arturo Márquez, nombre con el que se identificó al cadáver desmembrado que se localizó dentro de un tambo azul (el torso a un lado en una bolsa negra) a las 6:40 am del lunes 8 de septiembre en la Vía Rápida, en las inmediaciones del Panteón Los Olivos en Tijuana. El hombre de 42 años había estado en la penitenciaría por robo y actualmente estaba firmando por delitos de narcomenudeo.

Conforme a la Procuraduría del Estado, este sujeto estaba relacionado con los dos hombres que fueron privados de la libertad y tirados en el fraccionamiento Villas de Baja California el 28 de agosto- uno muerto y el segundo vivo-, y en el homicidio del abarrotero del fraccionamiento Los Reyes, ocurrido el 25 de agosto.

“Todos están relacionados con el movimiento de droga en Camino Verde”, mencionó un investigador estatal respaldado por elementos de la Municipal.

Caso similar es el de los hermanos Juárez Avitia. Los cuerpos de Librado y José Esteban (éste murió al ser trasladado al hospital) fueron localizados dentro de un auto la noche del 2 de septiembre, en la calle Alcanto de El Florido Cuarta Sección. La familia informó que les gustaba boxear y eran adictos.

Según los reportes ministeriales, las primeras entrevistas apuntaron que los hermanos habían tenido problemas con un vendedor de droga de la zona y esté los había mandado “levantar para asustarlos”, pero cuando llegaron sus victimarios, se resistieron y terminaron muertos.

Seis días después, su hermana Araceli -quien los había identificado-  fue abatida a balazos la noche del lunes 8 de septiembre, en la Plaza Monarca de Tijuana. Su esposo explicó que un grupo de traficantes la había citado “sola” en el centro comercial para pagarle 17 mil dólares que le debían por pasar tres cargamentos de droga a Estados Unidos, pero llegaron y la mataron.

La mujer de 36 años era masajista, y según la versión de su pareja, ella le comentó que un mes atrás, unos clientes le habían propuesto un negocio, que cruzara droga a Estados Unidos, pero de acuerdo a los investigadores, el modus operandi es poco claro.

A decir por el hombre, Araceli era la responsable de la droga y por pasarla, le correspondía un porcentaje. Si la decomisaban, tendría que pagarla. Sin embargo, para cruzarla debía entregar la droga a otra persona que sus jefes le indicaban.

Total que, en la versión de su pareja, la mujer cruzó exitosamente -en tres ocasiones- dos cargamentos de cristal y uno de cocaína, y su porcentaje de ganancia era de 17 mil dólares.

“Se ha detectado que están reclutando gente para que cruce droga y después, en lugar de pagarles, los matan”, refieren los investigadores.

DECOMISO

Diez kilómetros adentro de la Carretera Libre Tijuana-Tecate, a la altura del fraccionamiento El Refugio, la Policía Estatal Preventiva localizó y aseguró un plantío con 6 mil 400 plantas de marihuana. El operativo, iniciado con una denuncia ciudadana, se concretó con la puesta en operación del helicóptero de la corporación. 

El predio se localiza en las coordenadas Latitud N 32.43 160, longitud S 116.79 12 39, y fue asegurado el 11 de septiembre de 2014.


(SEMANARIO ZETA/ Investigaciones ZETA/ 15 de Septiembre del 2014 a las 12:00:01)

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