El
lavado de dinero que proviene del narcotráfico es una de las aristas de este
mal que menos se ha atacado en México. Por muchas razones. Una de ellas es que
en tiempos de crisis el dinero sucio se convierte en uno de los principales
pivotes de la economía mexicana. Ciudades como Tijuana, Culiacán, Ciudad
Juárez, Guadalajara, pudieron sortear tiempos de crisis —aunque nunca habrá en
este tema una medida cierta—, gracias a la inyección de dinero del narco.
Fue
muy evidente, por ejemplo, cómo cayó la economía de ciudades como Culiacán,
cuando el presidente José López Portillo mandó al llamado Triángulo Dorado la
Operación Cóndor. Miles de familias bajaron de la sierra a refugiarse a las ciudades
de Guamúchil y Culiacán, sobre todo, pero de alguna forma a morirse de hambre,
porque al mismo tiempo los tiburones de este negocio tuvieron que huir, la
mayoría de ellos a Jalisco.
A
los fuereños sorprende el crecimiento comercial de Culiacán, por ejemplo.
Apantalla hasta a los extranjeros el corredor automotriz. Juárez y Tijuana
tienen la ventaja de estar en la frontera norte, donde siempre habrá más
asideros para el crecimiento. Culiacán creció a partir de la construcción de la
presa Sanalona, pero la agricultura no le dio nunca el “brillo” que adquirió en
las últimas tres décadas, cuando la economía se empezó a rendir al narco. Ya no
era el hotelito de Madero o el edificio de departamentos de Las Quintas, o una
concesionaria de autos. A partir de que crece exponencialmente el negocio con
el trasiego de cocaína, las familias narcas se adueñaron de la economía
culichi, penetrando la banca, la industria de la construcción e inmobiliaria,
el comercio automotriz, la hotelería en Mazatlán y, en la última década, los
giros negros y el comercio.
Comprar
acciones de empresas de abolengo ha sido uno de los recursos que los narcos de
Sinaloa —y seguramente de otras entidades— inventaron para esconder y lavar su
dinero cuando ya no les cabía en los sótanos de sus casas de seguridad. Lo han
hecho con empresas locales pero también con cadenas nacionales e
internacionales, muchas de ellas a través de las populares franquicias.
Los
narcos combinaron su poder económico con el que les ha conferido siempre tener
a la mano un Cuerno de chivo, con el cual suelen acompañar ofertas que nadie
puede rechazar, parafraseando a Vito Corleone, en El Padrino. Por ello se han
lanzado en la última década por el dinero público a través de constructoras,
cuyo origen se comenta en voz baja entre los mismos empresarios del ramo.
Financiar
campañas era luego compensado por los gobernantes dejándoles trabajar a su
antojo y tener peso en las corporaciones policiacas, con las cuales se
brindaban ellos mismos cierta seguridad. Luego fueron por espacios en los
poderes, por eso pueden tener diputados federales, senadores, legisladores
locales y regidores en los cabildos. Ahora les interesa el Tesoro, la lana del
Gobierno a través de contratos. Pregúntese el lector cómo creció el Desarrollo
Urbano Tres Ríos a partir del sexenio de Juan Millán Lizárraga y obtendrá
respuestas muy interesantes. Y quiénes le han inyectado dinero al comercio en
ese sector de la ciudad en los últimos tres lustros.
Todo
el mundo lo sabe pero no hay quién diga esta boca es mía. Lo comentan en las
comilonas de los clubes pero al final todos terminan tragando en la misma mesa.
Por eso no debe extrañar que ahora un ex dirigente de la Canaco local esté
siendo perseguido por el FBI acusado de lavado de dinero del cártel de Sinaloa.
Lo sorprendente sería que lavara dinero de los Zetas. No hay certeza de que el
FBI tenga razón, pero si resulta cierto que no causa extrañeza.
La
economía de Culiacán y de Sinaloa está penetrada hasta el tuétano por el dinero
del narco. Y no es a través de tiendas de ropa, de hoteles de paso y de bares
solamente. Grandes compañías se han dejado tentar por los dólares que antes
estuvieron guardados en un sótano. Pero esto no lo combate el Gobierno. Es
parte de los réditos administrables de un negocio que también genera empleos y
ayuda a sostener la economía de un país. Los muertos son aparte.
BOLA Y CADENA
ES
VERDAD QUE, MIENTRAS no se demuestre que es culpable de los delitos que se le
achacan, al empresario sinaloense Ignacio Muñoz Orozco, deberá otorgársele el
beneficio de la duda. Por lo pronto, un segundo personaje, éste de la política
y con pretensiones de altos vuelos, podría ser salpicado por la operación
Fashion Police: Heriberto Félix Guerra, con quien el propietario de las tiendas
María Ferré fue jefe del despacho del Secretario de Desarrollo Social en el
Gobierno de Felipe Calderón.
SENTIDO CONTRARIO
GENERALMENTE
SE TRATA DE QUE los avales sean personas o entidades, públicas o privadas,
moral o económicamente sólidas. No es el caso del Gobierno del Estado —ni moral
ni económicamente—, que desde que llegó Mario López Valdez ha estado
incrementando su deuda para sacar adelante sus programas, a pesar de estar
logrando presupuestos “históricos”. Pero lo peor no es que el Gobierno pretenda
asumir los riesgos de un tropiezo en los proyectos en la construcción de dos
hospitales, sino que, ni siquiera, hayan hecho una proyección de lo que esto
significaría en plata en caso de que las deudas asumidas por las empresas
constructoras tengan que ser asumidas por los contribuyentes de nuestra
entidad.
HUMO NEGRO
CON
LA DEVELACIÓN DE UN BUSTO en su honor, Liberato Terán Olguín recibió la tarde
del pasado jueves un nuevo homenaje a su legado. Más allá de esas fobias
rosalinas que siempre empequeñecen la grandeza que debiera presumir nuestra
Alma Mater. En hora buena, esta vez por los amigos del Chuco.
(RIODOCE/ Columna Altares y Sótanos de Ismael
Bojórquez/ septiembre 14, 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario