Resquebrajado
su grupo y confrontados con empresarios de Los Cabos, alcalde y ex gobernador
quieren posicionarse de nuevo, tanto en el Estado como en Los Cabos
Los Cabos, Baja
California Sur.- Después de haber perdido la gubernatura en el proceso
electoral de 2011, los hermanos José Antonio y Narciso Agúndez Montaño,
arrancaron en febrero pasado una campaña política para tratar de recuperar el
poder y tomar posesión del cargo en el Gobierno del Estado, y sobre todo,
conservar su bastión y la joya de la corona: Los Cabos.
La pretendida
postulación de los dos hermanos, uno actual alcalde de Los Cabos, y otro
aspirante a sucederlo en el proceso de 2015, es el más fresco retrato de la
vocación dinástica de los Agúndez, que pretende cobijar y facilitar su ascenso
al poder en una especie de sucesión hereditaria.
De los Agúndez,
Narciso fue alcalde en 1999, diputado federal hasta 2004 y posteriormente,
gobernador.
Hoy, tras haber sido
encarcelado por el delito de peculado, pretende regresar como alcalde de Los
Cabos, disponiendo desde hace meses del tiempo laboral de funcionarios y
trabajadores del gobierno municipal al servicio de su hermano, y lo más grave,
utilizando recursos públicos, a través del tesorero Gerardo Manríquez Amador.
En su obsesionada
carrera por suceder a su consanguíneo, y regresar por sus fueros, Narciso
convenció a su hermano de buscar la gubernatura, y así -de acuerdo a sus planes- “uno irá por la
gubernatura y el otro por la alcaldía del municipio más rico del estado”, como
si la política se tratara de un negocio familiar.
En esta lucha, el ex
gobernador cuenta invariablemente con el respaldo de otro clan familiar: el de
los Cota Montaño.
Presuntamente primo
de Narciso, el ex gobernador Leonel y su hermana, la ex alcaldesa de La Paz y
actual dirigente estatal del PRD, Rosa Delia, según su dicho, “están tejiendo
una alianza entre los partidos de izquierda que aglutina al Partido de la
Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, los cuales
pretenden ir juntos en la elecciones de 2015”.
El 7 de febrero de
2014 -justamente la fecha en que el PRD sacó del poder al Partido
Revolucionario Institucional en la elección de 1999 en el estado- marcó el
rencuentro de los clanes familiares de los Agúndez y los Cota Montaño, quienes
celebraron de la mano el XI Aniversario del triunfo histórico de las llamadas
izquierdas, luego de haberse peleado y distanciado en el trágico sexenio
agundista.
La razón más fuerte
que -según un colaborador de Los Agúndez- unió a los ex gobernadores y sus
familias, es justamente la captura y encarcelamiento de políticos corruptos
ligados a las izquierdas, como el caso del ex alcalde de Loreto, Yuan Yee
Cunningham, en cuya lista de investigados y perseguidos hay otros más.
El caso quedó
demostrado cuando después de la detención del ex edil y de su ex tesorero, los
ex mandatarios se unieron y salieron a decir que la captura del ex alcalde
loretano “era una cacería de brujas en contra de las izquierdas”.
El más aguerrido,
Leonel Cota Montaño, dijo que “si se tratara de un verdadero acto de justicia,
el propio alcalde de Loreto, Jorge Alberto Avilés Pérez, debería estar en la
cárcel, porque tiene deudas importantes en el Órgano de Fiscalización
Superior”.
El propio ex
gobernador Narciso Agúndez Montaño, se curó en salud y hasta se dio baños de
pureza, cuando textualmente expuso: “Yo no tengo la menor duda de que se inició
una venganza contra los que militamos en la izquierda, pero afortunadamente
hemos ido aclarando. En el caso nuestro,
pudimos comprobar que no existió ese delito por el cual nos tuvieron
presos. Gracias a Dios hay una justicia federal que sí, verdaderamente, hace su
trabajo profesional”.
Aunque -refiere el
expediente judicial- el ex gobernador Agúndez no salió por ser precisamente
inocente, sino porque bajo argucias legaloides, logró que se reclasificara el
delito por el que lo acusaban, de grave a uno tipificado como no grave y hasta
alcanzó fianza, lo cierto es que en su campaña pretende vender la idea de que
fue víctima de una cacería política, cuando en papeles quedó plenamente
demostrado el abuso de poder, corrupción y enriquecimiento ilícito de él y sus
ex colaboradores, que dicho sea de paso, abrió la puerta a narcotraficantes
como Teodoro García Simental “El Teo” y Raydel López Uriarte “El Muletas”; amén
de haber recibido dinero del narcotráfico en su campaña para gobernador, como
los 300 mil dólares que -según el capo Francisco Javier Arellano Félix “El
Tigrillo”- entregó a través de un amigo mutuo, de nombre Julio Cordero Duarte,
como quedó registrado el 8 de febrero de 2012 en la declaración del
narcotraficante en la Agregaría Regional de la Procuraduría General de la
República en San Antonio, Texas.
LA GUERRA
En su carrera por la
alcaldía cabeña, Narciso Agúndez Montaño se sentó en la silla de su hermano el
alcalde, quien, de acuerdo con uno de sus colaboradores, “ahora es el que
ordena y manda, el cual utiliza a empleados municipales y funcionarios para que
hagan proselitismo y cierren filas a su favor”.
La consigna “es que
cada empleado sindicalizado, compensado o de confianza, sume a su proyecto diez
personas, cuyos datos quedan registrados en una lista de presuntos seguidores
del ex gobernador”.
Los trabajadores o
funcionarios que no simpatizan con su proyecto -asegura el colaborador- “pasan
a una lista negra, desde hace tiempo son hostigados y amenazados de que van a
ser corridos, y si alguno de ellos tiene familiares laborando en la administración,
también son presionados y obligados a estar presentes en las reuniones de
Narciso, inclusive a pegar calcomanías en sus vehículos personales y de sus
consanguíneos”.
De no hacerlo y
resistirse, son despedidos de la administración del alcalde de Los Cabos, José
Antonio Agúndez Montaño, tal es el caso del cese de los siguientes
funcionarios:
* La secretaria general de la delegación de Cabo San
Lucas, Carolina Castro Corazón, quien tuvo que dejar el cargo el 12 de mayo de
2014; en su lugar entró Garibaldo Romero Aguilar.
* El director municipal de Fomento Económico y
Turismo, Ariel Castro Cárdenas.
* El titular de Proyectos Productivos e Inversiones de
Los Cabos, Roberto Robles Sahagún.
* El director de Gestión y Normatividad Ambiental, Eduardo
Rigoberto Cuervo González.
* El titular de operación de mantenimiento de la
Policía Municipal, Luis Enrique Ojeda Arista.
* Armando Alvarado Burgoin, chofer de la Dirección de
Proyectos Productivos e Inversiones.
Todos -de acuerdo
con su propio dicho- rechazaron respaldar a Narciso Agúndez Montaño y fueron
cesados.
El propio Ariel
Castro Cárdenas expuso que su salida se debió a asuntos políticos, no por falta
de resultados en sus labores, bajo el argumento de que habrá una
reestructuración en el gobierno municipal.
La propia Dirección
de Recursos Humanos, encabezada por Felipe Ceseña, prácticamente utilizó una
carta renuncia, que todos los servidores públicos firmaron anticipadamente,
después de tomar protesta del cargo, y la validó para correrlos.
El director
municipal de Fomento Económico y Turismo, Ariel Castro Cárdenas, era uno de los
hombres claves del llamado Grupo de Los Cabos, quien aparecía en la lista de
los precandidatos a suceder a José Antonio Agúndez Montaño en la presidencia
municipal de Los Cabos.
El rompimiento con
el grupo del ex gobernador -según datos recadados por ZETA- fue después de que
el propio Narciso Agúndez se destapara en una reunión de aspirantes a la
alcaldía, en la que estuvieron presentes:
* Ariel Castro Cárdenas.
* El delegado de Cabo San Lucas, Martín Lagarda.
* El director del Organismo Operador de Agua Potable,
Alcantarillado y Saneamiento de Los Cabos, José Manuel Curiel.
Pasando por encima
de los derechos políticos de todos, el ex gobernador anunció que buscaría la
alcaldía, pero como sabía que el resto estaban interesados en la candidatura,
propuso de tajo que el candidato fuera la persona más conocida, por lo que los
asistentes reviraron y presentaron una contrapropuesta: “Que sea el que menos
puntos negativos traiga”.
Terminada la
reunión, poco después devino el cese del director de Fomento Económico y
Turismo, Ariel Castro Cárdenas, y comenzó el resquebrajamiento del llamado
Grupo de Los Cabos, en cuya lista de candidatos a ser cesados, aparecen 12
funcionarios más.
Peor aún, a pesar de
que los funcionarios corridos no habían sido protagonistas de escándalos de
corrupción o señalamientos negativos, otros como el tesorero Gerardo Manríquez
Amador, siguen despachando campantemente por la protección del ex gobernador,
mientras el alcalde José Antonio Agúndez Montaño comprometió cesarlo después
del Tercer Informe de Gobierno.
Maniatado, y sin
poder de decisión, salvo lo que diga su hermano, el alcalde de Los Cabos
prepara su renuncia para salir a buscar la gubernatura del Estado, con un grupo
resquebrajado, un Cabildo fisurado y seriamente confrontado con los empresarios
de Los Cabos, quienes exigen cuentas claras en el manejo del dinero publico, y
sobre todo, una investigación sobre el destino final de los 224 millones de
pesos manejados de manera irregular por el tesorero Manríquez Amador.
(SEMANARIO
ZETA BCS/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ 03 de Junio del 2014 a las 12:00:00)
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