martes, 3 de junio de 2014

LA GUERRA DE LOS AGÚNDEZ



Resquebrajado su grupo y confrontados con empresarios de Los Cabos, alcalde y ex gobernador quieren posicionarse de nuevo, tanto en el Estado como en Los Cabos

Los Cabos, Baja California Sur.- Después de haber perdido la gubernatura en el proceso electoral de 2011, los hermanos José Antonio y Narciso Agúndez Montaño, arrancaron en febrero pasado una campaña política para tratar de recuperar el poder y tomar posesión del cargo en el Gobierno del Estado, y sobre todo, conservar su bastión y la joya de la corona: Los Cabos.

La pretendida postulación de los dos hermanos, uno actual alcalde de Los Cabos, y otro aspirante a sucederlo en el proceso de 2015, es el más fresco retrato de la vocación dinástica de los Agúndez, que pretende cobijar y facilitar su ascenso al poder en una especie de sucesión hereditaria.

De los Agúndez, Narciso fue alcalde en 1999, diputado federal hasta 2004 y posteriormente, gobernador.

Hoy, tras haber sido encarcelado por el delito de peculado, pretende regresar como alcalde de Los Cabos, disponiendo desde hace meses del tiempo laboral de funcionarios y trabajadores del gobierno municipal al servicio de su hermano, y lo más grave, utilizando recursos públicos, a través del tesorero Gerardo Manríquez Amador.

En su obsesionada carrera por suceder a su consanguíneo, y regresar por sus fueros, Narciso convenció a su hermano de buscar la gubernatura, y así  -de acuerdo a sus planes- “uno irá por la gubernatura y el otro por la alcaldía del municipio más rico del estado”, como si la política se tratara de un negocio familiar.

En esta lucha, el ex gobernador cuenta invariablemente con el respaldo de otro clan familiar: el de los Cota Montaño.

Presuntamente primo de Narciso, el ex gobernador Leonel y su hermana, la ex alcaldesa de La Paz y actual dirigente estatal del PRD, Rosa Delia, según su dicho, “están tejiendo una alianza entre los partidos de izquierda que aglutina al Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, los cuales pretenden ir juntos en la elecciones de 2015”.

El 7 de febrero de 2014 -justamente la fecha en que el PRD sacó del poder al Partido Revolucionario Institucional en la elección de 1999 en el estado- marcó el rencuentro de los clanes familiares de los Agúndez y los Cota Montaño, quienes celebraron de la mano el XI Aniversario del triunfo histórico de las llamadas izquierdas, luego de haberse peleado y distanciado en el trágico sexenio agundista.

La razón más fuerte que -según un colaborador de Los Agúndez- unió a los ex gobernadores y sus familias, es justamente la captura y encarcelamiento de políticos corruptos ligados a las izquierdas, como el caso del ex alcalde de Loreto, Yuan Yee Cunningham, en cuya lista de investigados y perseguidos hay otros más.

El caso quedó demostrado cuando después de la detención del ex edil y de su ex tesorero, los ex mandatarios se unieron y salieron a decir que la captura del ex alcalde loretano “era una cacería de brujas en contra de las izquierdas”.

El más aguerrido, Leonel Cota Montaño, dijo que “si se tratara de un verdadero acto de justicia, el propio alcalde de Loreto, Jorge Alberto Avilés Pérez, debería estar en la cárcel, porque tiene deudas importantes en el Órgano de Fiscalización Superior”.  

El propio ex gobernador Narciso Agúndez Montaño, se curó en salud y hasta se dio baños de pureza, cuando textualmente expuso: “Yo no tengo la menor duda de que se inició una venganza contra los que militamos en la izquierda, pero afortunadamente hemos ido aclarando. En el caso nuestro,  pudimos comprobar que no existió ese delito por el cual nos tuvieron presos. Gracias a Dios hay una justicia federal que sí, verdaderamente, hace su trabajo profesional”.

Aunque -refiere el expediente judicial- el ex gobernador Agúndez no salió por ser precisamente inocente, sino porque bajo argucias legaloides, logró que se reclasificara el delito por el que lo acusaban, de grave a uno tipificado como no grave y hasta alcanzó fianza, lo cierto es que en su campaña pretende vender la idea de que fue víctima de una cacería política, cuando en papeles quedó plenamente demostrado el abuso de poder, corrupción y enriquecimiento ilícito de él y sus ex colaboradores, que dicho sea de paso, abrió la puerta a narcotraficantes como Teodoro García Simental “El Teo” y Raydel López Uriarte “El Muletas”; amén de haber recibido dinero del narcotráfico en su campaña para gobernador, como los 300 mil dólares que -según el capo Francisco Javier Arellano Félix “El Tigrillo”- entregó a través de un amigo mutuo, de nombre Julio Cordero Duarte, como quedó registrado el 8 de febrero de 2012 en la declaración del narcotraficante en la Agregaría Regional de la Procuraduría General de la República en San Antonio, Texas.

LA GUERRA

En su carrera por la alcaldía cabeña, Narciso Agúndez Montaño se sentó en la silla de su hermano el alcalde, quien, de acuerdo con uno de sus colaboradores, “ahora es el que ordena y manda, el cual utiliza a empleados municipales y funcionarios para que hagan proselitismo y cierren filas a su favor”.

La consigna “es que cada empleado sindicalizado, compensado o de confianza, sume a su proyecto diez personas, cuyos datos quedan registrados en una lista de presuntos seguidores del ex gobernador”.

Los trabajadores o funcionarios que no simpatizan con su proyecto -asegura el colaborador- “pasan a una lista negra, desde hace tiempo son hostigados y amenazados de que van a ser corridos, y si alguno de ellos tiene familiares laborando en la administración, también son presionados y obligados a estar presentes en las reuniones de Narciso, inclusive a pegar calcomanías en sus vehículos personales y de sus consanguíneos”.

De no hacerlo y resistirse, son despedidos de la administración del alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño, tal es el caso del cese de los siguientes funcionarios:

* La secretaria general de la delegación de Cabo San Lucas, Carolina Castro Corazón, quien tuvo que dejar el cargo el 12 de mayo de 2014; en su lugar entró Garibaldo Romero Aguilar.

* El director municipal de Fomento Económico y Turismo, Ariel Castro Cárdenas.

* El titular de Proyectos Productivos e Inversiones de Los Cabos, Roberto Robles Sahagún.

* El director de Gestión y Normatividad Ambiental, Eduardo Rigoberto Cuervo González.

* El titular de operación de mantenimiento de la Policía Municipal, Luis Enrique Ojeda Arista.

* Armando Alvarado Burgoin, chofer de la Dirección de Proyectos Productivos e Inversiones.

Todos -de acuerdo con su propio dicho- rechazaron respaldar a Narciso Agúndez Montaño y fueron cesados.

El propio Ariel Castro Cárdenas expuso que su salida se debió a asuntos políticos, no por falta de resultados en sus labores, bajo el argumento de que habrá una reestructuración en el gobierno municipal.

La propia Dirección de Recursos Humanos, encabezada por Felipe Ceseña, prácticamente utilizó una carta renuncia, que todos los servidores públicos firmaron anticipadamente, después de tomar protesta del cargo, y la validó para correrlos.

El director municipal de Fomento Económico y Turismo, Ariel Castro Cárdenas, era uno de los hombres claves del llamado Grupo de Los Cabos, quien aparecía en la lista de los precandidatos a suceder a José Antonio Agúndez Montaño en la presidencia municipal de Los Cabos.

El rompimiento con el grupo del ex gobernador -según datos recadados por ZETA- fue después de que el propio Narciso Agúndez se destapara en una reunión de aspirantes a la alcaldía, en la que estuvieron presentes:

* Ariel Castro Cárdenas.

* El delegado de Cabo San Lucas, Martín Lagarda.

* El director del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Los Cabos, José Manuel Curiel.

Pasando por encima de los derechos políticos de todos, el ex gobernador anunció que buscaría la alcaldía, pero como sabía que el resto estaban interesados en la candidatura, propuso de tajo que el candidato fuera la persona más conocida, por lo que los asistentes reviraron y presentaron una contrapropuesta: “Que sea el que menos puntos negativos traiga”.

Terminada la reunión, poco después devino el cese del director de Fomento Económico y Turismo, Ariel Castro Cárdenas, y comenzó el resquebrajamiento del llamado Grupo de Los Cabos, en cuya lista de candidatos a ser cesados, aparecen 12 funcionarios más.

Peor aún, a pesar de que los funcionarios corridos no habían sido protagonistas de escándalos de corrupción o señalamientos negativos, otros como el tesorero Gerardo Manríquez Amador, siguen despachando campantemente por la protección del ex gobernador, mientras el alcalde José Antonio Agúndez Montaño comprometió cesarlo después del Tercer Informe de Gobierno.

Maniatado, y sin poder de decisión, salvo lo que diga su hermano, el alcalde de Los Cabos prepara su renuncia para salir a buscar la gubernatura del Estado, con un grupo resquebrajado, un Cabildo fisurado y seriamente confrontado con los empresarios de Los Cabos, quienes exigen cuentas claras en el manejo del dinero publico, y sobre todo, una investigación sobre el destino final de los 224 millones de pesos manejados de manera irregular por el tesorero Manríquez Amador.

(SEMANARIO ZETA BCS/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ 03 de Junio del 2014 a las 12:00:00)

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