El ex
gobernador Narciso Agúndez Montaño, el ex titular de la Procuraduría General de
Justicia del Estado, Fernando González Rubio Cerecer y los ex directores de
Registro Público de la Propiedad y el Comercio de Los Cabos, Guillermo Marrón
Rosas, y Catastro de Los Cabos, David Green Moreno fueron denunciados y son
investigados por haber despojado al propietario del Rancho San Cristóbal de
terrenos, coludiéndose con un representante de los Beltrán Leyva
Cabo San Lucas, Baja
California Sur.- “Instruiré al nuevo Procurador General de Justicia del Estado
a la inmediata creación de las instancias y los instrumentos jurídicos
necesarios que eviten invasiones y nos permitan perseguir con eficiencia a
quienes cometan el delito de despojo. Debemos impedir que las familias de
nuestro estado, pierdan su patrimonio a manos de invasores que lucran con las
necesidades de nuestra gente”, dijo Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor en su
toma de protesta como gobernador.
Sin embargo, a la
vuelta de poco más de tres años, pareciera que la procuración e impartición de
justicia, según el empresario René Pinal, “es utilizada para favorecer
deliberadamente a personas que fabrican y falsifican documentación con las que
atacan y despojan de sus propiedades a sus víctimas”.
El propietario del
Rancho San Cristóbal, localizado en el kilómetro 11 de la carretera de cuatro
carriles Cabo San Lucas-La Paz, fue bloqueado cuando pretendió actuar
penalmente en contra de jueces, notarios públicos y hasta magistrados que se
confabularon para tratar de despojarlo de más de 244 hectáreas de terrenos
ganados al mar y ponerlos a disposición de Antonio Sosa Valencia, quien resultó
ser el Representante Legal de Mario Beltrán Leyva, uno de los pseudónimos
utilizados por Héctor Beltrán Leyva “El H” y líder del Cártel de los Beltrán
Leyva, según un poder que data de 2002, suscrito por el Notario Público No.83,
Eduardo Niebla Álvarez, en Culiacán, Sinaloa.
El empresario tiene
7 años en juicios penales y civiles, después de que el 26 de julio del 2007
interpuso una denuncia penal por el delito de despojo, bajo el número de
Averiguación Previa CSL/01150/PAT/2007. La copia de su denuncia indica que
están involucradas las siguientes personas:
1.- El ex gobernador Narciso Agúndez Montaño.
2.- El ex titular de la Procuraduría General de
Justicia del Estado, Fernando González Rubio Cerecer.
3.- El ex director del Registro Público de la
Propiedad y el Comercio de Los Cabos, Guillermo Marrón Rosas.
4.- El ex director de Catastro de Los Cabos, David
Green Moreno.
Los ex funcionarios
se coludieron y protegieron al representante de los Beltrán Leyva, y quien
figura como propietario de la “Constructora Inzunza, S.A de C.V” y
“Construcciones Mocorito, S.A de C.V”, a fin de que impunemente despojara a la
víctima de un terreno valuado en más de mil 200 millones de pesos.
Los antecedentes
De acuerdo con el
contrato, el empresario René Pinal cerró el primero de mayo de 1983 una
operación de compraventa de 857 hectáreas de un terreno conocido como “Punta
San Cristóbal” o “Rancho Boca”, y donde la legítima propietaria María Cristina
Orduño Durán, recibió 450 mil dólares.
El contrato de
compraventa transcribe que la antigua dueña después de recibir el dinero, hizo
la entrega material y física del terreno, el cual tiene una amplia franja
ganada al mar y está rodeado de decenas de terrenos propiedad de extranjeros.
En el contrato, la
ex propietaria otorgó un mandato irrevocable e irrenunciable para pleitos y
cobranzas, así como actos de administración y de riguroso dominio, como una
medida de garantizar todos los derechos al nuevo propietario, y a efecto de que
pudiera disponer ampliamente del bien inmueble.
La antigua dueña –y
según antecedentes catastrales— había comprado, a su vez, el terreno el 17 de
marzo de 1971.
El nuevo
propietario, René Pinal, desde 1991 convirtió el terreno en un rancho ecológico
y donde desarrollo un campamento “tortuguero”, dedicado a la investigación y
conservación de esta especie en peligro de extinción, el cual ha venido
operando desde entonces y es visitado todos los años por niños, jóvenes y
adultos.
La venta
Después de invertir
en el terreno y construir algo de infraestructura, el empresario cabeño,
determinó vender una extensión de 100 hectáreas del terreno, y donde el primer
interesado –y tras enterarse de la intención de la venta— fue Dagoberto Gil
Tlatelpa, un vendedor y comerciante de terrenos rústicos de la zona, y quien,
se sabe había cerrado operaciones de compraventa con la mayoría de la comunidad
extranjera en ese sitio.
Por la confianza, el
empresario René Pinal, facilitó una copia fotostática de cada uno de los
documentos que acreditaban los derechos de la propiedad del terreno en venta, y
quien hizo contacto con Antonio Sosa Valencia, un prominente hombre de negocios
de Guamúchil, Sinaloa, quien dijo estar interesado en la compra de la tierra, y
el cual expuso que pretendía invertir en un desarrollo turístico en sociedad
con su socio, Federico Carstens, a quien identifico como un inversionista, y
quien se despidió y se marchó.
No obstante, cuatro
meses después, es decir en julio del 2007, René Pinal fue el último en
enterarse que su propiedad ya estaba registrada a nombre de sus supuestos
compradores.
El empresario
solicitó un certificado de libertad de gravamen del terreno en el Registro
Público de la Propiedad y el Comercio de Los Cabos –tras ser alertado— y supo
que se habían registrado varios movimientos, entre ellos la aparición de un
supuesto apoderado legal de María Cristina Orduño Durán, ex propietaria del
predio, y quien solicitó una subdivisión del inmueble, dividiendo en tres
fracciones el terreno de 857 hectáreas.
El primero de 558,
el segundo de 55 y el tercero de 244 hectáreas, lo que quedó registrado en la
escritura número 71 mil 416, volumen
1151 de fecha 7 de julio del 2007, y la cual fue protocolizada por el Notario
Público No. 7 de Cabo San Lucas, Héctor Castro Castro.
La escritura –según
documentos— fue presentada los días 11 y 12 de julio del 2007, en solo 24 horas
y en forma por demás sospechosa, los entonces directores Guillermo Marrón Rosas
y David Green Moreno, registraron la subdivisión y la supuesta operación de
compraventa de 244 hectáreas inclusive, entre el presunto representante legal
de la ex dueña, José de Jesús Jiménez Sánchez y un comprador de nombre Manuel
Verdugo Vizcarra, como quedó registrado en la escritura pública número 14 mil
327, expedida por el Notario Público No. 149, Manuel Lazcano Meza, con sede en
Culiacán, Sinaloa.
Las denuncias
Por esta situación,
y según el propio empresario René Pinal, inició una lucha en contra de los
presuntos responsables del despojo, acusando primero al represente legal del
líder del Cártel de Los Beltrán Leyva, Antonio Sosa Valencia y después a los ex
funcionarios implicados en el caso, entre ellos a quienes hoy ostentan cargos
en el gobierno del alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño.
1.- Guillermo Marrón Rosas, ex director del Registro
Público de la Propiedad y el Comercial y actual comisario de la Dirección de
Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal.
2.- David Green Moreno, ex director de Catastro y
actual director de Atención Ciudadana.
Los dos fueron
acusados penalmente en la desaparecida Agencia del Ministerio Público del Fuero
Común de “Asuntos Especiales”, hoy de Delitos Cometidos por Servidores
Públicos, bajo el número de averiguación previa LPZ/006/AES/2007 por el delito
de abuso de autoridad e incumplimiento de un deber legal.
Durante la
investigación –y según expediente en manos de ZETA— se descubrió que el
representante de Héctor Beltrán Leyva “El H”, utilizó a algunos trabajadores de
sus empresas para apropiarse del terreno.
Por ejemplo, y de
acuerdo a documentos, el supuesto apoderado legal de la señora María Cristina
Orduño Durán, de nombre José de Jesús Jiménez Sánchez, resultó ser el hijo del
director de su compañía “Grupo Anjor”, Jesús Jiménez Domínguez, y el supuesto
comprador, Manuel Verdugo Vizcarra, resultó ser el padre de uno de sus agentes
de venta de la “Constructora Inzunza, S.A de C.V” y “Construcciones Mocorito,
S.A de C.V”, y quien responde al nombre de Manuel Verdugo Alvarado.
En virtud de esta
situación, independientemente de la denuncia penal, el empresario cabeño,
promovió una demanda de interdicto para tratar de recuperar una parte del
terreno despojado físicamente a través del Juzgado Primero de Primera Instancia
del Ramo Civil y Familiar, cuyo caso quedó registrado bajo la causa 130/2009.
Como era de
esperarse, René Pinal ganó el juicio, por lo que la contraparte, apeló y
solicitó el caso fuera revisado por una segunda instancia, cayendo en las manos
del magistrado Ignacio Bello Sosa, quien dicho sea de paso, fue presidente del
Tribunal Superior de Justicia del Estado en el trágico sexenio del ex
gobernador Narciso Agúndez Montaño, y el cual revocó la sentencia y
sospechosamente dio la razón al representante del narcotraficante Héctor
Beltrán Leyva “El H”.
MÁS DENUNCIAS
El caso comenzó a complicarse,
porque habiendo pasado por 6 agentes del ministerio público del fuero común,
dos jueces penales, dos procuradores y dos presidente del tribunal de justicia,
finalmente el 4 de diciembre del 2009 –y por recomendación de la Secretaría de
Gobernación y Presidencia de México— los expedientes LPZ/006/AES/2007,
CSL/01150/PAT/2007, LPZ/82-SPB/2010 y CSL/352/PAT/2009 integraron la
averiguación previa CSL/130/PAT/2013, y el cual a partir del gobierno de Marcos
Covarrubias Villaseñor, pretendía integrase debidamente.
Sin embargo, a más
de tres años de distancia del nuevo gobierno, el caso sigue estancado, y nunca
se actuó en contra de los malos servidores públicos y mucho menos en contra de
los notarios públicos que participaron en el despojo a favor del representante
del líder del Cártel de los Beltrán Leyva, y quienes quedaron denunciados
penalmente bajo el número de averiguación LPZ/81-SPB/2011 por los delitos
contra la fe pública y el ejercicio de la profesión. Los notarios demandados
son los siguientes:
1.- Armando Antonio Aguilar Ruibal, Notario Público
No.1 con sede en Cabo San Lucas.
2.- Carlos Arámburo Romero, Notario Público No.3 con
sede en La Paz.
3.- Florencio Alaniz Ornelas, Notario Público No. 25
con sede en Todos Santos y suegro del ex gobernador Narciso Agúndez Montaño.
Y es que resulta que
durante todo este tiempo, Antonio Sosa Valencia, como todo hombre poderoso,
logró cambiar sin explicación alguna la versión original de operación de
compraventa del predio por la de una herencia.
Según escritura
pública número 32 mil 800, expedida por el Notario Público No.1, Armando
Antonio Aguilar Ruibal, el representante de los Beltrán Leyva, siempre no
compró las 224 hectáreas de terrenos ganados al mar, sino que la ex propietaria
María Cristina Orduño Durán “De Quiñonez”, supuestamente heredó el predio el 13
de noviembre de 1987 a su presunto esposo Armando Quiñonez.
En el testamento
público abierto –y según el documento—“instituye como su único y universal
heredero de todos sus bienes presentes y futuros a su esposo el señor Armando
Quiñonez”.
La escritura del
Notario Público No. 1 presenta como testigos a Antonio Díaz Girón Vázquez,
Jesús Ángel Aguilar Herrera y a su primo y hermano del ex gobernador (Q.E.P.D.)
Víctor Manuel Liceaga Ruibal de nombre Luis René.
LA NUEVA HISTORIA
Ya con una nueva
versión, el supuesto heredero, Armando Quiñonez, presuntamente firmó un
contrato de compraventa con reserva de dominio del predio y lo cual quedó
asentado en la escritura pública número 46 mil 515, expedida por el Notario
Público No. 3, Carlos Arámburo Romero.
El supuesto único y
universal heredero de la señora María Cristina Orduño Durán “de Quiñonez”,
representado por su primo Jorge Alejandro Vega Orduño, en su carácter de
albacea, vende, cede y transfiere presuntamente la propiedad a Juan Antonio
Schekaiban Assad en la cantidad de 100 millones 7 mil 630 pesos con 37
centavos, cuando cuesta más de mil 200 millones de pesos.
La supuesta
operación de compraventa quedó registrada de la siguiente manera:
1.- 20 millones 7 mil 630 pesos con 37 centavos a la
firma del contrato.
2.- 2 pagos de
5 millones con fechas del 21 de mayo y 21 de agosto del 2011.
3.- Uno de 10 millones el 17 de marzo del 2012.
4.- 15 millones al cumplirse el primer aniversario
–así transcribe textualmente— de “la fecha de firma”, otros 15 en el segundo
aniversario, otros 15 en el tercer aniversario, otros 15 en el cuarto
aniversario y finalmente otros 15 en el quinto aniversario, que vencería el año
2017.
El supuesto vendedor
del predio, Armando Quiñonez, ofreció como domicilio Calle Primera Avenida 20
No. 2000 en Agua Prieta, Sonora, y el presunto comprador, Juan Antonio
Schekaiban, la dirección de Calle Andrés Bello No.45 colonia Polanco en México,
Distrito Federal.
El presunto nuevo
dueño apenas había cerrado la operación de compraventa y ya aparecía con una
concesión de playa de la Zona Federal Marítimo Terrestre con una extensión de
53 mil 777 metros cuadrados, bajo el número de expediente 767/BCS/2011, y con
una vigencia de 15 años.
Paradójicamente, el
supuesto nuevo propietario, enfrenta varios procesos legales, entre los que se
encuentran los siguientes.
1.- Juicio Ejecutivo Civil, bajo los números de
expedientes 596/2012 y 027/2013 interpuesto por Valuard Proyectos
Inmobiliarios, S.A. de C.V.
2.- Juicio de Amparo, bajo el número de expediente
1364/2012 en contra de actos del secretario de seguridad pública del Distrito
Federal.
No obstante, el 23
de octubre del 2012, el contrato de compraventa de la reserva de dominio
inesperadamente fue cancelado, lo cual quedó registrado bajo el número de
escritura 580, expedida por el Notario Público No. 25, Florencio Alaniz
Ornelas.
Con fecha del 3 de
octubre del 2011 y 23 de julio del 2013, el contrato y la cancelación de
reserva de dominio quedaron registrados en el Registro Público de la Propiedad
y el Comercio de Los Cabos, cuyo titular es José Ángel Torres Grijalva.
El resultado de
peritajes caligráficos indica que en los más de tres años del gobierno de
Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, con la investigación es que quedó
plenamente demostrado que el testamento público abierto resultó ser, y nunca
existió tal “herencia única y universal”, de ahí que la víctima haya entablado
una denuncia penal en contra de los notarios, sobre todo porque los que
validaron el contrato y la cancelación de compraventa de la reserva de dominio
del predio, en palabras del empresario Rene Pinal, “actuaron de mala fe para
favorecer a los depredadores y despojadores de predios y quienes falsificaron
documentos, escrituras públicas y todo tipo de documentos que validaron hasta
los propios funcionarios en el juicio”, uno de ellos el magistrado Ignacio
Bello Sosa.
La maraña de
corrupción fue de sobra evidenciada en el juicio porque el supuesto heredero
falleció cuatro meses antes de que presuntamente firmara el contrato, y luego
cancelara la operación, según el certificado de defunción 3052011022816,
expedido por el condado de San Diego, California.
El certificado a
nombre de Armando Quiñonez expuso que falleció a los 89 años en la ciudad de
Santee, condado de San Diego, en el estado de California, siendo de estado
civil viudo y de condición mexicoamericano.
El documento
establece que el lugar del fallecimiento fue en el asilo de ancianos de nombre
“Lake View Home Sharp” y la causa fue paro cardiaco cardiopulmonar, derivado de
una enfermedad de la artería coronaria.
A pesar de las
evidencias, el Agente del Ministerio Público del Fuero Común Especializado en
Delitos Cometidos por Servidores Públicos de la PGJE, Antonio López Rodríguez,
no actuó en contra de los funcionarios y tampoco de los notarios públicos
involucrados y quienes se coludieron en este delito de despojo, y quien dicho
sea de paso, hoy fue premiado como subprocurador de Averiguaciones Previas en
la etapa del nuevo Procurador Adonai Carreón Estrada.
El propio Juzgado
Segundo del Ramo Civil y Familiar del Partido Judicial de Los Cabos, rechazó
como prueba el testamento falso y concedió la razón a René Pinal, pero el
magistrado Ignacio Bello Sosa, recibió los documentos falsos en el alegato y
admitió como “prueba superviniente” la escritura de cancelación de la reserva
de dominio, la cual –a decir de la víctima—“es otra simulación”, ya que carece
del sello de la Dirección de Catastro de Los Cabos por su manifestación, porque
“no se pagó el impuesto por la supuesta compra de la propiedad”, pero aun así
se permitió su inscripción en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio
a cargo de José Ángel Torres Grijalva, y quien podría formar parte de la lista
de los denunciados penalmente.
Peor aún. Cuando el
empresario solicitó y promovió el juicio de amparo 320/2013 por la decisión del
magistrado Ignacio Bello Sosa, el Tribunal Colegiado del Vigésimo Sexto
Circuito del Poder Judicial de la Federación, y bajo el mismo esquema, validó
la decisión del ex presidente del Tribunal de justicia en el trágico sexenio del
ex gobernador Narciso Agúndez Montaño.
Rechazan complicidad
Sobre este caso de
despojo, la Notaria Pública Número 1, no pudo ofrecer una postura formal, en
virtud de que el responsable del despacho, Armando Aguilar Mondragón, hijo del
titular del bufete, Armando Aguilar Ruibal, se encontraba fuera de la ciudad y
regresaría hasta el próximo 10 de junio.
No obstante, la
abogada y encargada temporal de la notaría –quien solicitó no publicar su
nombre- dijo “no saber del caso”, ya que la escritura data de 1987, y cuando se
expidió, no laboraba en ese despacho.
Según datos
recabados por ZETA, en el Archivo General de Notarías, la escritura 32 mil 8 sí
fue expedida por la Notaría Pública Número 1 y es auténtica.
Por su parte, el
Notario Público Número 3, Carlos Arámburo Romero, reconoció haber expedido
compraventa con reserva de dominio a favor de Juan Antonio Schekaiban Assad,
pero expuso que fue porque el hijo de la dueña del predio -Jorge Alejandro Vega
Orduño-, en su carácter de albacea y apoderado legal del heredero universal,
Armando Quiñonez, presentó toda la documentación en regla que lo legitimaba
para llevar a cabo la operación de compraventa.
Durante una
entrevista, rechazó tener complicidad con los acusados por René Pinal, porque
-según el notario- “el poder general para pleitos y cobranzas, actos de
administración, incluso riguroso dominio otorgado por Armando Quiñonez a favor
de Jorge Alejandro Vega Orduño, fue debidamente legalizado y ya había pasado
por el Notary Public del Estado de California –donde falleció Armando
Quiñonez-, se apostilló para darle autenticidad al documento en Estados Unidos
y México, y se protocolizó y legalizó en el país”.
El notario Carlos
Arámburo Romero comentó que la protocolización y formalización del contrato de compraventa
fue en base al testamento expedido por el Notario Público Número 1, donde se
presentó un poder general para pleitos y cobranzas, actos de administración y
dominio riguroso, expedido en Estados Unidos y radicado en México.
Por otro lado, el ex
agente del Ministerio Público del Fuero Común especializado en Delitos
Cometidos por Servidores Públicos, y actual subprocurador de Averiguaciones
Previas, Antonio López Rodríguez, negó que la Procuraduría General de Justicia
del Estado no haya investigado los presuntos delitos cometidos por servidores
públicos, inclusive por los notarios, pues “tenemos un expediente de más de mil
hojas, donde hemos integrado documentación, testimonios y donde están en
trámite unas promociones”.
El responsable de
investigar a servidores públicos, expresó que las averiguaciones previas
LPZ/81-SPB/2011 y LPZ/82-SPB/2010 actualmente están vigentes y siguen
desahogándose pruebas, incluso la última actuación tuvo lugar en abril
pasado, por lo que “no tenemos
inactividad procesal”; de lo contrario, la victima ya se hubiera amparado y
procede, pero no lo hace “porque sabe que estamos trabajando en el caso”.
ZETA solicitó una
entrevista con el magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado,
Ignacio Bello Sosa, a través de la vocera Ivette Corrales, con el objetivo de
que fijara una postura sobre las acusaciones en su contra. Sin embargo, al
cierre de esta edición, no respondió, pese a haber sido enterado previamente
del tema que se tocaría.
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA/ 03 de Junio del 2014 a las 12:00:01)
donde quiera existen atropellos como la expropiacion que hizo Leonel Cota Montaño para darcelos a familias del juncalito en el 2001. el detalle es que ahi tienen documentos o titulo de propiedad. al sr. victor villalejo higera a los 4 añoa la reforma agraria le niega todo derecho a lo que esos politicos hicieron.
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