Agencias/El Diario
Dallas— Funcionarios
del orden en todo Texas permanecían hoy en estado de alerta tratando de
proteger mejor a fiscales y su personal, luego del asesinato de un fiscal del
distrito cuyo asistente fue baleado apenas hace dos meses.
El sábado, el fiscal
del distrito del condado Kaufman, Mike Mclelland, y su esposa, Cynthia, fueron
hallados muertos a tiros en su casa. Las autoridades no han dicho mucho sobre
sobre la investigación, incluyendo si tienen alguna pista o una teoría sobre los
motivos de los asesinatos.
Pero las conjeturas
abundan, con algunos mencionando un posible involucramiento de grupos racistas
blancos.
El propio McLelland,
en una entrevista con Associated Press poco después del asesinato del jefe del
departamento de prisiones de Colorado el mes pasado, mencionó la posibilidad de
que Tom Clements hubiese sido baleado por una pandilla de racistas.
McLelland dijo que
su oficina había procesado varios casos contra pandillas racistas, que tienen
una fuerte presencia en el condado Kaufman, una zona mayormente rural con una
población de 140 mil personas.
Mike Anderson, el
procurador del condado de Harris, en Houston, y toda su familia, fueron
colocados este lunes bajo protección permanente las 24 horas del día, informó
una vocera de la Oficina del procurador.
La vocera, Sara
Marie Kinney, dijo que también agentes uniformados del Departamento del Sheriff
del Condado de Harris, han sido colocados fuera de la oficina del procurador
Anderson.
Anderson y su
familia comenzaron a ser protegidos, luego de que este sábado fuera asesinado a
tiros en su casa su homólogo, el procurador del Condado de Kaufman, Mike
McLelland, y su esposa Cynthia.
McLelland, Anderson
y múltiples procuradores de otros condados de la entidad, participaron en 2012
en una investigación enfocada a desmantelar la pandilla supremacista
"Hermandad Aria de Texas".
La investigación
resultó en órdenes de arresto y proceso judicial de más de tres decenas de sus
integrantes, en algo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos,
calificó como un "golpe devastador" para esa banda dedicada a la
extorsión y venta de drogas.
El asesinato de
McLelland y de su esposa, se registra, justo dos meses después de que su
colaborador, el subprocurador del condado de Kaufman, Mark Hasse, fuera muerto
también a tiros el pasado 31 de enero.
En ese entonces,
McLelland prometió "sacar de cualquier agujero" en que se escondiera
al asesino o asesinos de su colaborador.
McLelland también
dijo entonces que la pandilla supremacista pudiera estar involucrada en la
muerte de Hasse. Él murió tras ser baleado en plena luz del día fuera de la
corte del condado. El asesinato sigue sin resolverse.
Las autoridades aún
no han informado si se ha establecido un vínculo entre la muerte de Hasse y
McLelland, o la participación de los supremacistas arios.
Sin embargo, varias
corporaciones de policía en Texas, advirtieron luego de la investigación contra
la pandilla supremacista en noviembre de 2012, que había "información
creíble" de que los miembros de la Hermandad Aria, estaban planeando tomar
represalias.
La Oficina del
Procurador, en el Condado de Kaufman, permanecerá cerrada este lunes como
medida de seguridad. La Corte del Condado si operara este día, pero bajo
fuertes medidas de seguridad.
El juez del condado
de Kaufman, Bruce Wood, dijo que él y demás personal de la corte, están
cumpliendo con las recomendaciones que recibieron la víspera para su seguridad
personal.
"Todos estamos
en alerta máxima. No hay duda sobre eso", dijo Wood en declaraciones este
lunes a la cadena de televisión CNN.
Los investigadores
han recuperado en la casa de los McLellands, varios casquillos de bala de rifle
calibre .223, informó una fuente relacionada con las investigaciones al diario
The Dallas Morning News.
Aunque las
autoridades no han ofrecido un motivo, la especulación cayó rápidamente en los
supremacistas arios, por las amenazas que se tenían como antecedentes y tras de
que fuera asesinado hace dos semanas el director del sistema carcelario de
Colorado, Tom Clemens.
Las autoridades no
han aportado ninguna sugerencia de que los crímenes están vinculados, pero el
hombre sospechoso de matar a Clements fue una vez un miembro de una pandilla
supremacista blanca, la "Crew 211".
Evan Evel, el
sospechoso del asesinato de Clements, el 19 de marzo en un suburbio al sur de
Denver, murió días después en un tiroteo con agentes del sheriff de un condado
en el norte de Texas.
(DIARIO DE JUAREZ/ Agencias | 2013-04-01 | 16:57)
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